Mi paisano me contó
Eduardo
de la Serna
¡Qué linda se está poniendo
nuestra Patria Grande! Los Medios de Comunicación ponen o deponen presidentes,
el poder judicial se autopercibe como una suerte de divinidad, el Gran Ojo que
todo lo ve, edifica muros para mirar a través de drones, y no tener a “esos” en
casa; y manejar todo desde sus enviados y sus marionetas. Lejos, ¡eso sí! ¡bien
lejos! Creo que lo llaman “embajadas”.
Con todo el apoyo de los
poderes reales llegan a decir cosas como “la mejor prueba de que Lula es el
dueño del departamento es que no figura como dueño… Así lo hace para esconderlo”
como afirmó Deltan Dallagnol, el fiscal del Lava Jato, una ficción jurídica
brasileña, sin que nadie se le riera en la cara (si ese es el criterio debo
decir que ese departamento es mío… puesto que yo tampoco figuro). Y el actual presidente
de ese gran país, que es Brasil, puede hacer ostentación pública de su
ignorancia, intolerancia, y otras “cositas” más en las Naciones Unidas, o
nombrando a su hijo embajador en los EEUU, donde podrá andar armado sin ser
sospechado. El presidente de Colombia, en las mismas Naciones Unidas, dedica
casi todo su discurso a hablar contra Venezuela (como si no tuviera temas
graves “en casa”) y muestra como “evidencias” de la complicidad del régimen de
Maduro con las guerrillas fotos totalmente viejas. El presidente de Ecuador, sin
que se le vean los hilos que lo mueven, no sólo ha empobrecido a su pueblo
haciendo acuerdos con el FMI, e incluso (prensa y jueces mediante), ha mostrado
pseudo cuadernos que comprometerían a Rafael Correa… Y así podríamos seguir.
Seguir. Y seguir.
La cosa es tan graciosa que en
nuestra América del Sur ya tenemos dos presidentes encargados: Mercedes Aráoz y
Juan Guaidó. Y acá tampoco nadie se ríe (“si no fueran tan temibles darían risa”,
canta Serrat). Si hasta quisieron (quieren) reflotar el TIAR… ese instrumento
inventado por “la Madre Patria”, cuando la amenaza soviética sobrevolaba estas
tierras, para comprometer a todos los países de la OEA a ir en socorro del
agredido por una nación extranjera. Claro que eso sólo ocurrió una vez: en la
guerra de Malvinas, en la que una nación extranjera, Gran Bretaña, atacó a un
país americano y parece que los EEUU olvidaron el TIAR (que no lo olvidaron
hermanos como Perú o Venezuela) porque apoyaron clara y públicamente al invasor
desentendiéndose del hermano “americano”. No se entiende, además luego de ese
fracaso, cuál sería el agresor extranjero en este caso, a menos que Nicolás
Maduro haya nacido en Kurdistán y no lo sabíamos.
Pero también hay otras cosas…
en Uruguay el Frente Amplio, que no es lo que tantos soñamos pero conserva al
menos un poco de dignidad, se retiró del TIAR, por ejemplo; en México después
de años y más años de barbarie neoliberal hay un nuevo gobierno que, por lo que
me dicen amigos mexicanos, es “amado por los pobres”. Y venimos nosotros, la
Argentina… que parece que hemos decidido despertar y eyectar el macrismo, al
que considero el peor gobierno de nuestra historia democrática (¡y hemos tenido
malos!). Luces y sombras en nuestra tierra, para no perder el tiempo y
aburrirnos. De lucha se trata, de soñar utopías y avanzar. Y seguir avanzando.
Hay piedras en el camino (siempre las mismas, hay que reconocerlo; y tropezar
tantas veces con la misma piedra ya no es propio del ser humano sino de los
torpes… o los necios), pero con las piedras podemos tropezar y caer, o podemos
utilizarlas para construir nuestra propia casa. Nuestra. ¿Aprenderemos?
Imagen tomada de https://culturacientifica.com/2015/05/20/el-mapa-dymaxion/
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