Basuras
de la palabra, sicarios del verbo
Eduardo
de la Serna
Así como (y lo hemos comentado
más de una vez) a la derecha le avergüenza reconocerse tal y entonces dice que
es “de centro” (que si así fuera “la izquierda” seríamos millones), es curiosa
la cantidad enorme de autoproclamados periodistas (serlo es otra cosa, pero
Guaidó no hay uno solo) que se hacen los enojados o enojadas cuando les dicen
que fueron macristas. Aprovechan la mala memoria y aprovechan que la gran
mayoría de los medios están en manos de otros autoproclamados y todavía allí
siguen. Como si nada.
En el libro del
Apocalipsis encontramos 7 cartas a 7 iglesias (capítulos 2 y 3). Mientras las
iglesias pares (2ª, 4ª y 6ª) son cada vez mejores en la percepción del que habla (alude a Jesús con diferentes imágenes tomadas de la
visión inaugural – 1,12-19 – en palabras interpretadas por un ángel, mediadores
habituales en la literatura apocalíptica), las iglesias impares (1ª, 3ª, 5ª y 7ª)
son cada vez peores. La séptima, entonces, es la peor de todas, se trata de la
Iglesia de Laodicea. Ella se cree rica (tenía gran producción de lana negra,
una industria farmacéutica de colirio muy importante y una importante riqueza
acumulada). El ángel, en cambio, le dice (contrastando con sus riquezas) que es
desnuda, ciega y pobre. Ubicada en el monte Cadmo, a media altura entre Hierápolis, en
la cima y Colosas al pie, tiene un problema: las importantes aguas termales de
la primera, llegan frías a la base, pero obviamente son tibias en la mitad: en
Laodicea. Las aguas calientes se aprovechan en las termas, o también se beben
frías en la base, pero las aguas tibias son vomitivas. Así le dice el ángel:
“Conozco tus obras, no eres ni frío ni caliente. Ojalá fueras frío o caliente; pero como eres tibio, ni frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca” (3:15-16).
Este
texto es mal conocido por haber sido citado (obviamente mal) por un ex presidente
que afirmaba haber leído las obras de Sócrates. Como es común en las siete
cartas, da esperanzas al “vencedor”, aunque parece ser, en esta comunidad, un
grupo muy pequeño: “el que me abre, entraré
y cenaremos juntos” (v.20).
Me permito citar esta
referencia, porque en general entiendo que – en cierto orden de cosas – los tibios,
los grises, los mediocres, los del centro (aunque se referencien con Corea) no
me merecen ningún respeto. Y escuchar a esos “sedicentes” periodistas negando
ahora lo que fue evidente por 4 años es, por lo menos, una burla a la
inteligencia de quienes pretendemos estar informados, pensar, y tomar posturas
frente a la realidad.
El macrismo no se
hubiera podido sostener ni una semana si no hubiera habido una cadena poderosa
de medios y (co)mediantes que lo exaltaron, sea bombardeando con mentiras o
medias verdades a toda una sociedad, o simulando o invisibilizando otra
impresionante cantidad de información. Presentar como verdades cosas
insostenibles o incomprobables, demonizando a la oposición (salvo a los pintorescos,
que siempre es bueno que haya, y hasta los hace aparecer como “ecuánimes”),
dejando hablar “cualquier verdura” a los oficialistas sin la más elemental
contrapregunta, sin contrastarlos con la realidad, si eso no es “macrismo” se
le parece bastante.
Valga entonces esta “memoria”,
por un lado, para valorar en serio a las y los pocos periodistas que hacen
honor a su responsabilidad de comunicar (aunque más no fuera desde medios pequeños,
marginales, sospechados o caseros), especialmente a aquelles que no pretenden
dar regurgitado un poco de
información sino a quienes pretenden ayudarnos a pensar. Y también la memoria a
los y las muches que gritaron a nuestros oídos en las pantallas, o desde el insulto
o con la cara circunspecta contribuyeron a que el país cayera en una debacle
atroz. Fueron cómplices, les guste o no que lo digamos, a ellas y ellos que
ahora nos quieren hacer creer que siempre fueron independientes.
Foto tomada de https://infolaplata.com/2020/01/rodolfo-walsh-y-la-carta-abierta-de-un-escritor-a-la-junta-militar/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Cualquiera puede comentar y no será eliminado, aunque no este de acuerdo con lo dicho, siempre que sea respetuoso (caso contrario, será borrado). Pero habitualmente no responderé los comentarios, ni unos ni otros, para no transformar este blog en un foro. De todos modos, podrán expresar su opinión.