Los/as robaenergías
Eduardo de la Serna
Algo que he pensado bastante en estos días es en el “robo de la
energía”. Y no me refiero – en este caso – a la falta de energía en nuestros
barrios gracias al “piquete” de las empresas eléctricas molestas por no poder
cortar o aumentar el precio de los servicios. Ese es otro tema, pero en los
barrios ya lo conocemos desde hace años. Me refiero a nuestras energías… las
existenciales.
La palabra “energía” es una palabra griega que significa
poder, fuerza, y hasta impulso. Y es – en este caso – algo interior. Algo que
tenemos y nos capacita para “obrar”. A veces, simbólicamente, podríamos
relacionarla con la adrenalina. Esa capacidad interior que, especialmente en la
emergencia o necesidad, nos lanza a enfrentar un problema, un peligro, una
circunstancia difícil.
Todos sabemos que, a veces, esos impulsos pueden ser casi suicidas,
o imprudentes, o irresponsables, pero de energía se tratan. Incluso a veces se los
relaciona con el alma... o la sangre (desanimado o anémico, por ejemplo). Y
sobre esta idea es que me parecía importante reflexionar.
La situación que vivimos es totalmente anómala. En lo personal no
recuerdo nada semejante, aunque pareciera que anteriores pandemias provocaron
consecuencias semejantes en la historia. Pero no las habíamos vivido. Y esto
supone poner todas nuestras energías para enfrentarla… energías mentales,
afectivas, y hasta físicas. Y, lo que me llama la atención, son las actitudes
de aquellxs que – sabiéndolo o no – nos roban las energías, o las ponen en otro
lado al que creemos deben estar (y provocando, en ocasiones, un cortocircuito).
Y dejo de lado lo personal y las ocasiones en las que nos sentimos
sin fuerzas, o cosas semejantes. Me refiero a las cuestiones comunitarias, o
sociales, a lo provocado.
Un dicho fácilmente comprensible afirma que “no hay que cambiar
de caballo en la mitad del rio”. Si se decide ir por un determinado camino,
después de haber pensado las diferentes alternativas, ventajas y desventajas,
conveniencias e inconveniencias, y se emprende el viaje, es por lo menos insensato,
a mitad del trayecto, empezar con cuestionamientos, críticas o hasta “parates”
irresponsables. Es posible – siempre lo es – que haya quienes piensen que otro
camino era preferible. Pero se supone que el responsable de la conducción los evaluó
– con quienes conocen mejor las rutas, los baqueanos y expertos, y luego
emprendió la marcha. Y que alguien, en la mitad, grite “¡paremos, paremos!”
(especialmente si no tiene responsabilidades en la conducción) se parece más a
un boicot que a un acto prudencial. Y roba energía a los caminantes. Quiero
proponer unos breves ejemplos para entendernos.
Tener que explicar que hacer una cuarentena, con aislamiento
obligatorio, no es “comunismo” – si no fuera dicho en medio del camino – sería al
menos irrisorio. Tener que explicar que algunos cacerolazos son despreciables e
irresponsables roban energías. Queremos caminar, esto a veces cansa, en
ocasiones desanima, molesta y hasta enoja. Lo que menos necesitamos es que,
además, alguien (ya sabemos quiénes, si queremos mirar) ponga piedras en el camino…
El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (por quien no
siento el menor aprecio, por si hiciera falta aclararlo) autoriza la salida
según los días pares o impares según la finalización del documento de
identidad, y salen los de siempre a “explicar” que el 0 (cero) no es ni par ni
impar (algo que cualquier jugador de ruleta sabe bien). Y todos se ponen a gastar
energías para contestar, argumentar, plantear y debatir, como si el 10, el 13.560
o el 2.789.565.420 no fueran pares (no se trata del “cero” sino de “terminados
en cero”, es decir, hay números a la izquierda ¿no?). Gastar energías es que
alguien las ha robado (y me hace recordar a una medida semejante en Bogotá, dispuesta
por la alcaldesa, autorizando un día a la salida de varones y otra de mujeres [“pico
y género”, se llamó] y la protesta del colectivo Trans… Curioso que justo a Claudia
López pretendan explicarle la importancia del universo LGTB+).
Otra es el colectivo pseudo católico que reclama que les “devuelvan
la misa”. Algo que nadie les ha robado, por cierto. Ni secuestrado. Y ya salen
curas, teólogos y obispos a explicar la cosa, a reunirse y enfrentar el “desafío”
… O a pedir paliativos. Como si no nos hubieran “robado” también la visita a
los enfermos o los presos, el aproximarnos a los caídos o al borde del camino,
o incluso la visita a lxs amigxs. A gastar energías en responder tonterías…
energías que bien se podrían poner creativamente en descubrir nuevos encuentros
con Jesús en medio de esta vida.
Y podríamos seguir… es notable la cantidad de robaenergías que
nos rodean. Hay quienes ponen una energía creativa en algo X y aparecen quienes
cuestionan “por qué no A” … o “hubiera sido mejor Z”, o cosas por el estilo.
Gastan energía en cuestionar en lugar de hacer algo por su parte, y desganan a
los que quieren (y también ‘hablo’ a modo personal) buscar alternativas para
que las aprovechen quienes quieran. No estaría de más que utilizaran esas, sus energías,
en el servicio, en lxs otrxs, para que lxs receptorxs aprovechen lo que les
sirva de unxs y de otrxs y “carguen las pilas” para seguir cruzando el río y
soñar con llegar pronto a la orilla.
Foto tomada de https://pixabay.com/es/photos/caballo-agua-jinete-amazonas-3623926/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Cualquiera puede comentar y no será eliminado, aunque no este de acuerdo con lo dicho, siempre que sea respetuoso (caso contrario, será borrado). Pero habitualmente no responderé los comentarios, ni unos ni otros, para no transformar este blog en un foro. De todos modos, podrán expresar su opinión.