Aprendiendo a mirar con otros ojos
Eduardo de la Serna
En lo personal, al escuchar algunos planteos no termino de
entenderlos. Hay cosas que “no me cierran”; incluso, hay discursos que me
resultan hasta agresivos y violentos. Pero, debo confesarlo, antes de seguir, ni
remotamente tan agresivos ni violentos como los de muchos que dicen “defender
las dos vidas” y esas cosas.
I] Hay ocasiones (pocas) en que me resultan algo o bastante
fundamentalistas; y, en algunos casos, varón-fóbicos. Pero, lo primero que me
surge, es pensar que, después de más de 10.000 años de violencia machista y
patriarcal, hasta un poco de reacción habría que aceptar. Quizás no concordar,
pero de ninguna manera me parece sensato exigir respeto después de más de
10.000 de no tenerlo. Nada que no se pueda encaminar desde el diálogo. Pero un
diálogo que – creo – no estamos en condiciones de exigir, sí de pedir
humildemente, si es el caso y con quienes estén dispuestas a tenerlo. Diálogo
para entender (nosotros) para empezar.
Pero, por ejemplo, ver a Cecilia Pando o a Ricardo Bussi con
pañuelos celestes me parece una ofensa, porque para ellos “no toda vida vale”. Sin
duda alguna.
Escuchar hablar de la vida y de “¡no matarás!” a los que ayer
defendían la pena de muerte, la guerra justa, o justificar la tortura, los
vuelos de la muerte (¡¡¡como una muerte cristiana!!!), los que no lo gritaron
cuando la quema de brujas, o justificaron inquisiciones o cruzadas, muerte de
herejes o desmembramiento de indígenas rebeldes… ¿qué vendría a ser “¡no
matarás!” para esos tales?
Además de que se debe demostrar seriamente que estaríamos hablando
de “matar”, por cierto. Pero en aquellos casos evidentes, nada dijeron. Porque “vida
humana” no es lo mismo que “persona humana”, y eso es otra cosa.
II] Para peor, toca escuchar que pareciera que se trata de una
exigencia del Fondo Monetario Internacional”. Y me surgen breves comentarios:
+ celebro que, aunque con 50 años de retraso, lean algo de “Las venas abiertas de América Latina”;
+ quizás deban precisar: el que exigía “control natal” para apoyar económicamente era el Banco Mundial, no el FMI (que ahora está presidido por Kristalina Georgieva, que es católica);
+ el planteo era de control natal (o incluso esterilizaciones clandestinas), no de aborto. Y sigo sin entender, por qué no se lo exigieron a Macri antes de darnos un préstamo sideral; o por qué reciben préstamos países con un índice de natalidad mucho mayor que la Argentina…
+ la exigencia del BM (en tiempos de Robert McNamara, 1968-1981) fue desechada desde los tiempos de Ronald Reagan (1981) y sus sucesores en un planteo “provida”;
+ es decir: ese planteo ¡atrasa!; simplemente atrasa.
III] Me cuesta entender el planteo de los obispos afirmando que hay
una “febril obsesión por instaurar el aborto en Argentina”. ¿No se han enterado los
obispos que el aborto está instalado desde hace décadas y décadas? no se trata
de instalarlo… se trata de que, puesto que está instalado, sea al menos seguro
para aquellas que, sin pedirnos permiso, han decidido recurrir a él (aclaro: “permiso”
que no tienen que pedir).
IV] Ya he señalado que en la Biblia no hay nada que haga referencia
al aborto. y “nada” es “nada”.
V] En lo personal, el aborto me provoca bastante rechazo (aunque he
conocido muchas mujeres que abortaron y no me provocan rechazo ellas). Celebro,
por ejemplo, la ley de los 1000 días, para que nadie piense en abortar por no
poder sostener un/a hijo/a que se avecina. Pero no creo que el aborto sea
ninguna maravilla; a lo sumo sería un “mal menor”. Pero no me digan que puede
haber “excesos” o “descontroles” porque eso es una obviedad, pero no conozco a
nadie que diga que no debe existir la policía porque hay casos de “gatillo
fácil”.
En lo personal, si miro la larga lista de “celestes” que conozco
(personal o mediáticamente), y de los “verdes” que conozco, me resulta tan
abismal la diferencia que me exige escucha, respeto, disposición a aprender…
Además, tengo otro elemento: ¡soy varón! No entiendo.
Eduardo
ResponderBorrarEntiendo que no es posible pretender que todos las personas que defienden una causa valiosa para mí sean de mi agrado.Entiendo que no es posible que todas las personas que estén sosteniendo una causa que me resulta una mala opción no sean por ello agradables.
Nos asociamos en la vida por causas y por empatías interpersonales.
Nos mantenemos a prudente distancia de quienes sentimos antipáticos.
Me siento atraido a leer tus escritos para crecer. Aunque últimamente encuentro mucha energía en desmarcarte de tus antipatias y no tanta en compartirnos las lucecitas que nos ayuden a vivir como Jesús desea.