Una relativización sobre los archivos
Eduardo de la Serna
Acaba
de ser publicado el tomo II de “La Verdad los hará libres”. En este caso, con
el subtítulo “La Conferencia Episcopal Argentina y la Santa Sede frente al
terrorismo de Estado (1976-1983)”. Como allí se afirma constantemente, la gran
novedad consiste en la apertura de diversos archivos pertenecientes a ese
período (por ejemplo, en un caso de 1974 sabemos que no se pudo acceder a algunos archivos
de ese tiempo por estar fuera de los límites del tiempo establecido).
Sin
duda, la apertura de los mismos es importantísima y permite dar algunos pasos
más para el “armado del rompecabezas”. Pero yo quisiera relativizar un poco
este hecho, precisamente en orden a intentar acceder del modo más acabado a los
hechos.
Empecemos
con los estudiosos que acceden a los archivos. Ciertamente, por más metódicos,
sistemáticos y “obsesivos” que fueran, siempre es posible que se les escape
algo (por eso el trabajo en grupo tiene ventaja sobre el personal), que no
hayan visto una caja (más cuando han visto “miles”), o que – como siempre
ocurre – un documento esté traspapelado (más de una vez en los Archivos
Vaticanos se encuentra algo que por motivos diversos se encontraba en una caja
diferente a la que debiera estar; en estos casos, ayuda más el azar que la sesuda
investigación). En este sentido, la conclusión es que en la reunión Tal, el
obispo Cual afirmó X cosa. Si el estudioso transcribe literalmente (como
debiera ocurrir) es indudable que ese archivo afirma esa cosa. Pero… Dejo de lado
también la posibilidad que el investigador salte algo, por ejemplo, por no
considerarlo pertinente, o por poco claro, o por repetitivo, o por diversas
razones (que también pueden incluir los preconceptos, prejuicios o ideologías
del o la fulano/a que busca). Pero, como se suele usar la imagen, tal texto
archivado y fielmente transmitido constituye una fotografía, no una película.
El obispo Cual, que el día Tal afirmó X cosa, quizás ayer no pensaba igual, o
quizás mañana cambie de opinión. Nos pasa a todos, todo el tiempo. Por tanto, el
obispo cual ¿afirmó Tal cosa? ¡Sí!, sin duda; ¿el obispo cual afirma Tal cosa?
No sabemos. Para saberlo cabalmente deberíamos tener acceso a todos los
archivos del obispo cual, la mayor parte de los cuales no existen; o – incluso
- consultar testigos confiables que puedan narrar una larga conversación con
Cual en la que aquellos dichos se precisan, se corrigen, se amplían, se
profundizan, se descartan… ¿Esto pone en duda el trabajo de los investigadores?
¡De ninguna manera! Solo relativiza los datos.
Pero,
además, hay diferentes tipos de archivos, lo cual es obvio. Una carta de Fulano
a Zutano sin duda transcribe lo que Fulano dice (con la relativización ya
señalada de la posibilidad de cambio), mientras que una síntesis de una reunión
transcribe lo que Fulano dijo según la eficiencia, eficacia y seriedad de la
persona a cargo de la secretaría. Bien puede tratarse, también, de lo que esta
persona interpretó lo que Fulano dijo. Y me permito poner un ejemplo personal: estábamos
en el seminario (1979) y el arzobispo Aramburu realizaba su visita anual a los
seminaristas (en aquel tiempo divididos en comunidades). Charlando con nosotros
nos contaba sobre el encuentro en Puebla del Episcopado Latinoamericano y dijo
(creo ser literal, pero también acá vale todo lo ya señalado): “lo que nos
preocupaba era que se hablara de la Doctrina de la Seguridad Nacional”. Ya era
confuso el “nos”: ¿se refería a los obispos argentinos, a un grupo de obispos
argentinos o a él mismo usando el plural? Pero, un grupo de nosotros, los
seminaristas “amigos”, interpretamos (o quisimos interpretar) que al decir “nos
preocupaba” quería decir que querían que sí se hablara de eso, que era su preocupación que
el tema no fuera omitido. Pero desde hace mucho tiempo creo todo lo contrario y
estoy convencido es que su preocupación era que se hablara de eso porque no
querían que eso ocurriera. La frase dicha permite ambas interpretaciones, y si
no se transmite el texto literalmente y esto queda a criterio del o la intérprete
a cargo de la secretaría, este/a puede decir “Aramburu quería que se hablara de
la Doctrina de la Seguridad Nacional” o, “Aramburu no quería que se hablara de
ello”. Señalo esto porque en los archivos – por ejemplo, en lo que suelen
llamarse “minutas” – alguien, se supone idóneo, se ocupa de hacer la síntesis
con breves referencias a las intervenciones.
Ciertamente,
para poder conocer profundamente los hechos, debiéramos acceder a “todos” los
archivos, de “todos” los testigos, de “todos” los acontecimientos… Algo
imposible, por la incapacidad humana de los investigadores y porque mucho de
ese material (sin duda la mayor parte) es inaccesible o está definitivamente
perdido o nunca existió. Quizás la Inteligencia Artificial y el Big Data en algún momento lo
permitan, hoy no parece probable.
Señalo
un elemento más. Cuando ocurre un acontecimiento X, puede interesar conocer lo
más acabadamente el hecho ocurrido. Para eso, por ejemplo, se pueden consultar los
periódicos (todos, porque es evidente que hay diferentes perspectivas y
miradas, y hasta mentiras y ocultamientos), hablar con los testigos (todos, por
el mismo motivo), y los archivos (todos). Quizás haya fotografías o una
filmación del hecho que se deben incorporar, etc. Es decir, para acceder al
hecho tenemos una serie de fuentes que nos permitirán verlo (pero ante el cual,
después, diferentes investigadores o investigadoras harán diferentes
interpretaciones, lo cual también es obvio y también parcial). Pero también
existe la posibilidad de que mi interés en la investigación fuera conocer la
reacción de Fulano en ese momento, en cuyo caso, el hecho sigue presente, pero
las conversaciones de Fulano, su correspondencia, un reportaje, una fotografía,
hace que mi mirada en la investigación sea diferente: lo que cuenta ya no es
tanto el hecho sino la actitud de fulano ante el hecho. Por cierto, que el
hecho importa, es el horizonte sobre el que se dibuja la actuación de Fulano,
pero no es ahí donde se pone el foco principal de la pregunta; pregunta
absolutamente pertinente, por cierto. Y, por supuesto, es válido que ocurra que
a otra investigación le importe la actitud de Mengana ante el mismo hecho. Y es
tan válido como el anterior, pero, obviamente la pregunta será otra. Ambas
pueden enriquecer la comprensión del hecho, ciertamente, pero no es el objetivo
de estos dos trabajos imaginarios. Y supongamos, hipotéticamente, que aunque
Fulano haya sido testigo del hecho en cuestión, no haya percibido algo
importante (por ejemplo para la investigación policial o judicial). Si no lo
percibió, obviamente no lo va a transmitir. ¿Miente? ¡No! ¿Dice la verdad?
¡No! Su mirada es parcial – me atrevo a
decir, ¡como la de todos! – y, para hablar de Fulano diremos una cosa, mientras
que para hablar del hecho deberemos incorporar aquello que Fulano no ha
percibido. Consultar los archivos de Fulano, debe tener ambos elementos en
cuenta.
Concluyo
con una piedra en el zapato. ¿Y qué pasa si Fulano miente? ¿Si miente a
sabiendas? No es justo presuponerlo como prejuicio, pero no es sensato
excluirlo en ocasiones (o de algunos sujetos). Ya mencionamos el caso de las
frases que permiten más de una interpretación. Y no podemos negar que hay
expertos en hablar ambiguamente (además de quienes sistemáticamente saben que “scripta
manent, verba volant” – lo escrito permanece, las palabras vuelan – y por
eso no dejan constancia escrita de algunas cosas; hay casos concretos de esto,
especialmente cuando un testigo inesperado afirma “Fulano me dijo oralmente que…”).
El lenguaje ambiguo, las restricciones mentales son muy frecuentes en ambientes
eclesiásticos. Y ambas son complicadas a la hora de las transmisiones o de los
archivos. Lamentablemente, debo sumar a mi desconfianza inicial la sensación de
que a algunos – varios – de los que son mencionados en los archivos, no les
creo. Constará que dijo tal o cual cosa, ¡bien! Pero no necesariamente le crea a
lo que dijo de su interpretación o propuesta de acción frente a X cosa. Es el
problema de quemarse con leche.
Foto tomada de https://lettresantiques.fandom.com/fr/wiki/Verba_volant,_Scripta_manent
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