lunes, 14 de agosto de 2023

Morir en nuestra ley

Morir en nuestra ley

Eduardo de la Serna

No sé si sorprendido, no sé si desconcertado, sí sé que asqueado. Tal es mi primera reacción frente al resultado de las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO).

No seré yo el que pueda hacer un mesurado análisis mirando causas, razones, posibilidades, circunstancias y demás.

Creo que una característica de nuestros tiempos, en la región y más allá es la derechización. No solamente en América Latina, sino, obviamente también en EEUU y Europa (no me atrevo a opinar, lo que revela la información que nos llega, por cierto, de África, Asia u Oceanía, ¡nada menos!), pero derechización evidente. La cantidad de votos de Bolsonaro, después de todo lo que Lula había hecho por el pueblo brasileño debiera ser una señal de alarma. ¡Lo es!

Y no es insensato, entonces, mirar lo que ocurrió (no lo que “nos pasó”, como si fuéramos meros espectadores, y no responsables). Y, voy a dejar de lado – no debería – el triunfo de pensamientos como “todos son iguales” o “que se vayan todos”, porque, no sólo no acepto un “todos” tan igualador, sino porque frente a eso solo queda, o el derrumbe o el mesianismo. Mesianismo en el que nos desentendemos de todo y ponemos una confianza ciega, acrítica y servil en el obrar del mesías y sus árbitros (o caprichos). Y ejemplos abundan en el mundo para saber las consecuencias.

Con las sorpresas del caso, es más o menos evidente que todo quedó dividido en tres tercios. Y dos de ellos representan la muy derecha y la ultra derecha. Nada menos. Unión por la patria, con un candidato de centro derecha, en un partido que se ha caracterizado históricamente por su amplitud (la ancha vereda del peronismo, ha dicho más de uno o una) tiene – creo – dos posibilidades: o disputar corriéndose a la derecha o profundizar su propia identidad y “morir con las botas puestas”, o “en su ley”. No hace falta mirar las ideas – que no propuestas – de las derechas: no existe el cambio climático (¿?); la represión a toda protesta social (represión sin miramientos); la “justicia social” es una aberración; lo público debe quedar reducido al mínimo, casi nada (“achicar el estado es agrandar la Nación” se decía ya en tiempos de Martínez de Hoz), nada de salud pública, de educación pública, ni nada con olor a “populismo” (sic); las relaciones internacionales se reducen a sumisión a lo que dicte “la Madre Patria” del Norte; los mercados son la “moral” y lo que el mercado diga eso es bueno y hay que hacerlo (vender armas, vender órganos, vender hijos, vender droga, vender fauna…); la economía – es lo más sencillo – la manejará no con presiones sino directamente con acciones el FMI; es decir, para redondear: ¡ajuste! Y ¡más ajuste!

Si Unión por la Patria decide pelear ese electorado (además, creo que perderá, la gente, en esos casos, suele elegir el original y no la copia) deberá correrse (más) a la derecha (¡gracias, Alberto, tu aporte a la disolución ha sido inconmensurable!). La otra posibilidad – como muchos lo reclamábamos ya desde las elecciones de 2021 – es “hacer peronismo” y, en todo caso, perder “en nuestra ley” (que no es mi-ley): pelear hasta los tuétanos por justicia social, por reconocer al máximo los derechos, por más estado para que todos, todas y todes puedan acceder a ellos, pelear hasta la última gota de sudor por la redistribución de la riqueza y para que el salario no sea un costo más sino un reconocimiento de la propia dignidad, por la vigencia irrestricta de los Derechos Humanos, por el multilateralismo internacional, la independencia real de los poderes foráneos, FMI inclusive, el cuidado de la Casa Común, la integración latinoamericana, etc.

Si se decide esto último, cuentan conmigo… si se elige la derechización, lo siento mucho, es doloroso (y asqueante) ver cómo una cierta depresión social lleva a la desintegración o desaparición a lo que fue un sueño. Otros eligieron la pesadilla.

1 comentario:

  1. Gracias, Eduardo! Estoy desolada con los resultados de ayer. Morir con las botas es lo más digno que podemos hacer

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