Picardías
Eduardo
de la Serna
En el lenguaje cotidiano, un “pícaro”
es un chico travieso, que hace pequeñas maldades sin importancia; que jugando rompe
cosas sin valor, que se esconde fingiendo que se ha perdido, que hace ligeras
trampas que divierten a sus padres. Una picardía, por tanto, es exactamente las
cosas que hace ese niño.
La denunciadora-serial-3
Margarita nos informó que lo que hizo el gobierno, escondiendo los votos a los
que un pueblo entero fue convocado, rompiendo las reglas del juego democrático
en las que se espera que el mismo pueblo se exprese fueron “picardías” del
gobierno. Quizás como la del Consejo de la Magistratura despojando de su cargo
al juez Freiler. De hecho, los picaros del oficialismo lo afirmaron: como quien
se fue a Sevilla, “perdió su silla” (así lo dijo Tonelli, el usurpador de
sillas). Para muchos, un chiquitín más críticos, pero no demasiado, fueron “avivadas”.
Algo que sin duda alguna jamás hubieran tolerado del gobierno anterior (que no
lo hizo, valga recordar), pero – como ya se dijo – son pequeñas trampas que
divierten. Además, seamos sinceros, como los que las hacen son amigos, son los “nuestros”,
son los pícaros gobernantes, pues las “disfrutamos”.
Es que en tiempos de posverdad,
las cosas son buenas o malas según me favorezcan o no, las disfrute o no, las
hagan mis amigos/aliados/cómplices o no. Así, por ejemplo, es divertidísimo que
haya miles de mesas en las que “la yegua” tenga O (cero) voto, lo que indica
que ni siquiera el o la fiscal de Unidad Ciudadana la votó. Pequeña trampita,
bien “diver”.
Claro
que si ahondamos un poquito más, veremos que el diccionario de la Real Academia
dice otra cosa acerca de lo que es un “pícaro”; y me detengo en dos acepciones:
- 2. adj. Tramposo y desvergonzado.
- 4. adj. Dañoso y malicioso en su línea.
En
estos casos, la “picardía” resulta bastante más grave y dañosa. Y perversa.
Pero seguimos celebrando un gol con la mano (total es a los ingleses, a los que no
queremos), y también que se meta la mano en las urnas (total es por un fin
noble, y es que no vuelva el populismo que -como todos saben [o a todos les
hicimos saber/creer]- es la causa de todos los males y perversiones… o
herencias pesadas). Al fin y al cabo, los muertos que votaron o el famoso “usted
ya votó” de la década infame, en la que gobernaban los “amigos”, no fue sino
otro divertimento pícaro.
Pero
desde la otra vereda, o el otro lado de la grieta, algunos repudiamos sin ambages
la trampa, la ilegalidad, la perversión de los que dijeron que venían a
transparentar las instituciones, aunque no tengamos los medios para que nuestra
voz resuene. Si de juegos se trata, quisiera decirles que “juegan con cosas que
no tienen repuesto” y es precisamente por eso que “entre estos tipos y yo hay
algo personal”.
Foto tomada de http://desmotivaciones.es/carteles/picaro
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