¡Qué barbaridad!
Se me dirá que está filmado y que por lo tanto “no puedo dudarlo”, pero sí… sí puedo. Hace mucho me enteré que cuando los aliados, en la Segunda guerra, esa que el norte llama Mundial, preparaban el “día D” tenían que engañar a los espías y los vuelos de la Luftwaffe. Entonces simularon los preparativos de desembarco por el lugar más evidente. Llevaron allí un general reconocidísimo y llenaron de tanques la zona que pronto embarcarían por el paso de Calais. Mientras tanto, en lo oculto se preparaba el ya conocido “desembarco en Normandía”. La cosa era desviar la atención alemana de los que se puede decir muchas cosas, pero no que eran idiotas. ¿Cómo hicieron, entonces, los aliados para no distraer tanques, necesarios, pero logrando que los nazis “vieran tanques”? Recurrieron a Hollywood que los proveyó de buena cantidad de tanques de gomaespuma. Cuando los alemanes se dieron cuenta de la trampa, ya era tarde y los aliados estaban en territorio francés. Los tanques estaban, pero…
También está filmada la llegada
del ser humano a la luna, y esto, en el contexto de la guerra fría también hay
quienes lo dudan.
Clarín y sus aliados, hace tiempo nos avisaron los precios
por los que se consiguen sicarios. Quizás los mismos que mataron esta semana a Elías
Garay e hirieron gravemente a su amigo Gonzalo Cabrera, allá en el sur donde
parece que los mapuche reclaman tierras que solo poseían hace cientos de años,
cerca de donde tiene emprendimientos económicos – dicen – un tal Héctor
Magnetto y otros “amigos” (si es que en ese ambiente los hubiera).
Curiosamente, con frecuencia he ido a casa amiga a la vuelta
de dónde se asienta el diario Clarín, y siempre me dio la sensación de pasar
por Fort Knox. Pero parece, dicen, sostienen, que un grupo de 9 (¡¡¡9!!!)
encapuchados atentaron con molotov la sede del diario. Y ninguna patrulla de la
policía de la ciudad pasaba por allí con armas y sin patente ni uniformes,
ninguna de las decenas de cámaras que hay provocó la rápida intervención
policial, ni siquiera un wasá a Patio Bullrich alertó del hecho. ¡Qué picardía!
¡Nada por aquí, nada por allá! Pero ahora parece que habría una huella digital
en los restos de una botella, pero como no se encuentra registrada se supone que se trata de una persona extranjera, quizás un kurdo, un venezolano, un cubano, o ¡hasta un
mapuche! (que como todos saben no son argentinos). En esta, parece, al menos
por ahora, La Cámpora queda exenta… aunque ya aparecerá la videnta a decir algo
sobre la telequinesis bombísta de Máximo, de Mayra o de algún camporista
desquiciado.
Curioso que atenten contra los que atentan contra la
libertad de prensa y se los defienda en nombre de la idem: atentaron contra la
democrática Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, atentaron o callaron
contra todos los atentados desde a Tiempo Argentino hasta Telam, desde C5N
hasta los medios gráficos o audiovisuales de las más recónditas regiones del
país presionando con Papel Prensa o con el monopolio del fútbol… Curioso, ¡por
lo menos!
Entonces dudo. Por aquello de “¡el lobo, el lobo!”. Si fuera
cierto, ya expresé mi repudio, si no lo fuera – cosa que sospecho – vaya mi
repudio también, pero en otra dirección. Aunque, eso sí, con la convicción que
ni la policía de la ciudad, ni el poder per-judicial harán nada por revelar la
trama de la infamia, y todo quedará en un “caramba, ¡qué barbaridad!" Y a seguir
jugando.
Imagen tomada de https://it-it.facebook.com/MafaldaDigital/photos/qu%C3%A9-barbaridad!-y-recuerda-las/603098063138585/
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