«conocerán la verdad y la verdad los hará libres»
Eduardo de la Serna
Con
mucha frecuencia se escucha repetir la segunda parte del texto bíblico de Juan
8,32 citado en el título. Tengo la sensación que habitualmente se repite más un
slogan que un intento de entender qué dice realmente el Evangelio de Juan al
repetir esto.
El verbo conocer (ginôskô) se encuentra 53x en el Evangelio de Juan. Se refiere a una profunda relación íntima como la que hay entre el pastor y las ovejas (10,14-15), o entre Jesús y el Padre (8,55; 14,7), o entre los discípulos y Jesús (13,35; 17,3.8), mientras que la actitud de distancia se refiere a “no conocer” (12,16; 14,9.17 [algo característico del “mundo”; cf. 1,10; 17,23.25]; 16,3) aunque “más tarde” pueda ser “comprendida” (13,7; 14,20).
La verdad (aletheia, con sus variantes: veraz, verdadero, etc.) se encuentra 55x en Juan. Si en griego la “verdad” remite a la “realidad”, en hebreo remite a la lealtad (‘emet es de la familia de ‘aman / ‘amen). Hay relación entre la verdad y Jesús: su misión, su obra. Dice la verdad (8,40.45-46) y da testimonio de ella (18,37). Hay relación directa con el Padre que es veraz (8,26; 12,49-50; 3,32). Con la venida de Cristo, la verdad entra en la historia, y actúa liberando (8,32). Él es "el camino, la verdad y la vida" (14,6). La verdad libera, pero hay que hacerla (3,21), hay que adorar en "espíritu y verdad" (4,53).
Está vinculada al Espíritu (14,17): entre el Hijo y los creyentes se sitúa la acción del Espíritu. Las palabras de Jesús son Espíritu y vida (6,63.68), bautiza con Espíritu Santo (1,39), el mismo Espíritu es agua viva (7,38-39). El Espíritu continúa la obra de Jesús en los creyentes (14,24-26), los guiará a la verdad completa (16,12-14).
Jesús presenta un Dios diferente: gracia (=amor) y verdad (la obra del Padre), contiene lo que los Sinópticos llaman "Reino" y Pablo "justicia". Juan relaciona la verdad con el ser del Padre, la persona del Hijo y la misión del Espíritu.
La
libertad / liberación (alêtheia) se dice en contraste con la esclavitud
(contrasta el hijo y el esclavo, 8,34). Los judíos, con los que el Jesús joánico debate, se
enfrentan a ser o no sus discípulos (expresado como “permanecer en su palabra”)
con lo que “conocerán la verdad” (como se dijo, entrar en íntima relación
personal con Jesús) lo que los conducirá a la libertad. Extrañamente estos, los "judíos", que
se autoperciben “descendencia de Abraham” afirman que “nunca hemos sido
esclavos de nadie”, lo cual es ciertamente falso (“fuiste esclavo en Egipto”; cf. Ex 2,23; 6,6-7; Lev 26,13; Dt 5,15 etc.). Pero Jesús va más allá, señalando que el que
comete “pecado” es un esclavo (8,34) y el que da la libertad es “el hijo”
(8,36) a quien, ciertamente, los judíos no “conocen”; es el “cordero que quita
el pecado del mundo” (1,29), y el pecado “permanece” (9,41) en los que no creen
en Jesús (8,24) o sus discípulos (20,23).
Como se ve, tanto el conocimiento, como la verdad y
la libertad dicen estrecha relación con la persona de Jesús, lo cual es
claramente coherente con Juan y su teología. Es decir, la famosa frase es clara
y absolutamente cristocéntrica. Podría traducirse como “abrazarán la fidelidad,
el amor de Jesús y serán, como él, hijos del Padre”. Es sabido 1. que “conocer”,
bíblicamente es una profunda intimidad con alguien, hasta el punto de incluir
lo sexual, por eso “abrazar”; 2. que la verdad, bíblicamente, es muy distinta de
la verdad helénica, es fidelidad, por lo que es “amor”, y 3. la libertad es la
actitud del hijo que “permanece” para siempre junto al Padre en su casa, que es
familia (14,2).
Es llamativo, entonces, que la frase “la verdad
los hará libres” se repita como un slogan sin entender bien lo que el texto
quiere decir, o usando los términos en un sentido ajeno al mundo bíblico. Así,
por ejemplo, parece haber sido usada en un reciente libro sobre la actitud del
episcopado frente a la violencia genocida de la dictadura cívico-militar con
bendición eclesiástica. Intentar presentar “la verdad” para alcanzar una
supuesta y pretendida “libertad” no se logrará con palabras sino con actitudes
(“caminar en la verdad”). No puedo opinar sobre el texto que aún no he leído,
pero además de la espantosa tapa, se me permita decir que, con ese título,
tengo motivos para sospechar que se hable desde los cómplices y no desde las
víctimas, y que la verdad, la libertad y el conocimiento “te las debo”.
Foto tomada de https://tienda.planetadelibros.com.ar/products/la-verdad-los-hara-libres-i
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