Nicaragua y el que se quema con leche
Eduardo de la Serna
Con
relativa frecuencia sale aquí o allá alguna noticia sobre Nicaragua. Y con la
misma frecuencia dudo cuánto me estarán mintiendo, cuánto será parcial y cuánto
será verdad.
Si
miro la inmensa mayoría de los que hablan e informan mal sobre Nicaragua, mi primera
tentación es ponerme del otro lado. Recuerdo la conferencia de prensa que dio
Boric en su primera visita a la Argentina cuando le preguntaron sobre eso,
precisamente. O la incomodidad manifiesta de los mismos de siempre cuando
Alberto Fernández habló sobre las ausencias provocadas por el Imperio (yo lo
digo así) en la reciente cumbre de las Américas. Me dirán que en Nicaragua hay
presos políticos, e imagino que probablemente sea así… el tema es que en
Argentina también los hay. Los medios “informan” y creerles a pies juntillas a
los medios es por lo menos torpe. Hago memoria.
Por
décadas en mi adolescencia y juventud no hacía sino leer sobre la barbarie que
significaba el régimen cubano (algo no muy distinto de lo que se sigue
diciendo, parece que Cuba resiste y el pueblo no parece oponerse excesivamente,
a pesar de los intentos cochinos). Pero cada tanto aparecía alguna voz
disidente a la oficial. Un ejemplo notable fue el libro que no falta en las
bibliotecas del perfecto idiota latinoamericano: “En Cuba”, de Ernesto Cardenal,
nicaragüense, él. Los perfectos idiotas lo leímos y nos hizo pensar. Y leímos
otros libros, que están en la misma biblioteca. Y pensamos. Lo que pretendo
señalar, sencillamente, es que la prensa – siempre hegemónica – demonizó hasta
el cansancio un régimen y, por lo menos, podemos decir y pensar que hay otra
mirada. Otra mirada que quiero conocer antes de sacar alguna primera
conclusión. Pero mirar a Cuba desde Miami (donde, no por casualidad, está
Hernández, de “campaña” [sic] para las elecciones colombianas) no parece, por
lo menos, objetivo.
Ver
que la misma prensa hoy sigue demonizando a Cuba y añade a este eje del mal a
Venezuela (hoy clarín [así, minúscula], a raíz del incidente del avión
venezolano-iraní titula “la embajadora de Maduro” … no es de Venezuela la
embajadora. Parece. Si fuera de Guaidó otra cosa sería. Parece.) y también a
Nicaragua me invita por lo menos a ponerlo en duda.
Se
puede señalar (y parece verdadero) que hay un serio conflicto entre el gobierno
nica y la jerarquía eclesiástica. Y, parecería sensato (más de un cura, como
yo) estar del lado de las víctimas (Lanata y Tenembaum bastardearon la imagen
quitándole razonabilidad y sentido). Más si el gobierno son “los malos” y la
pobre santa madre es “la buena” de esta historia. Pero, lamentablemente, son
tantas las veces que la misma madre ha quedado del lado de los verdaderos malos
(basta ver la jerarquía colombiana – con las siempre sensatas excepciones – y
su actitud frente a las elecciones la semana que viene) que no logran quitarme
la duda.
Se
puede decir que no es la primera, ni será la última vez, que un revolucionario
se vuelve dictador. O tirano. Ciertamente no lo sería. Pero la cosa no es que
“es posible” sino que realmente lo sea. Si lo fuera, sería detestable y digno
de rechazo. Pero “si lo fuera”, no si “dicen que lo es”, y más mirando quiénes
son los que lo dicen.
Se
puede decir que muchos de los grandes artesanos de la revolución sandinista
(con Ernesto Cardenal [el excomulgado por la santa Madre, acotemos] a la
cabeza) tomaron distancia crítica del actual gobierno. Es cierto. Pero, si
hemos de mirar atentamente, tampoco sería la primera vez que revolucionarios o
teólogos de la liberación de ayer terminan hoy quedando del “otro lado”, quizás
por purismo político (algo insensato totalmente), quizás por pérdida de “poder”
(hay “otro” que hace, ahora, lo que hacíamos nosotros). Es decir, también puede
ser. Si así fuera también sería digno de rechazo. También – repito – si fuera,
no si dicen (en este caso el gobierno nica) que así es.
El
problema, precisamente, radica allí. Hay datos. Hay interpretaciones. Y –
lamentablemente – hay mentiras. Y los mentirosos “oficiales”, poderosos,
hegemónicos habituales son la prensa internacional, el Imperio, los lacayos
nativos de ese mismo imperio (que rememoran a los cipayos de la India y no
tienen nada que envidiarles) y ellos me invitan a la duda sistemática.
Así
que, como no sé, no afirmo nada. Si hay datos, y datos confirmados, sacaré mis
conclusiones de esos mismos datos. Por ahora, como no he podido conocer de
cerca la realidad ni conocer fuentes totalmente confiables, me limito a la
duda. Pero esa duda, empieza por no creerle a lo que nos dicen los del “eje del
bien” y sus mandantes. No les creo, por eso de que el que se quema con leche…
Imagen
tomada de https://economipedia.com/actual/nicaragua-una-economia-amenazada-y-en-apuros.html
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