jueves, 24 de abril de 2025

Herodes, hijo de Herodes

Herodes, hijo de Herodes

Eduardo de la Serna



Antes de comenzar es importante tener en cuenta que, en la antigüedad, cuando un personaje muy importante comenzaba a gobernar y su mandato era visto como significativo, comenzaba con él una “dinastía”, es decir, una suerte de familia política. En la Biblia – y el mundo antiguo en general – es frecuente que a un rey se lo llame “hijo de…” aunque se trate, por ejemplo, del nieto o biznieto. El ejemplo más evidente es la idea de que el mesías será “hijo de David” (ver Mt 1,1). Otro ejemplo muy evidente es el llamado “César”. El emperador (Octavio, de sobrenombre “Augusto”) se consideraba “hijo de (Julio) César”, y luego de él los demás emperadores eran tenidos por “Césares”. Por ejemplo, el famoso dicho “devuelvan al César lo que es del César…” (Mc 12,17) no se refiere a Julio sino a Tiberio, el emperador en ese tiempo. Pues bien, lo mismo ocurre con Herodes. Herodes se llama el rey en cuyo tiempo nace Jesús (Mt 2,1; Lc 1,5), pero muere al poco tiempo y lo suceden sus hijos repartiéndose el territorio (Lc 3,1). Quien gobierna en Galilea, la zona en la que desarrollan su ministerio Juan el Bautista y Jesús, es Antipas al que la Biblia suele llamar también Herodes. Así vemos que Herodes mata a todos los niños de Belén (Mt 2,16), que muere (2,19), y que manda matar a Juan, el Bautista (14,1-12). Obviamente se refieren a los dos Herodes: el “rey”, conocido como “Herodes, el Grande” en el primero de los casos, y a Antipas, que, precisamente hablando, nunca fue rey (aunque lo pretendía), en el segundo.

Queda una pequeña nota: en estas páginas bíblicas nos interesa saber qué nos dicen los textos bíblicos sobre los personajes, no que nos dice la historia (aunque alguna cosa diremos). De “los Herodes”, concretamente, sabemos bastante por los historiadores del tiempo, pero veamos, en concreto, lo que nos dicen los textos bíblicos sobre "Herodes":

Nos referiremos, entonces, a Antipas, Herodes hijo de Herodes, que fue gobernante (llamado “tetrarca”, por gobernar cuatro regiones) en Galilea.

Lo primero que debemos señalar, y seguramente muy importante, es que Herodes fue responsable del asesinato de Juan, el Bautista. Sabemos que Juan fue apresado por Herodes, aunque los textos son confusos: por un lado, se señala que Herodes admiraba a Juan y le gustaba oírlo (Mc 6,20), y por otra que lo aborrecía (Mt 14,5). Sin duda el motivo es teológico (y también machista, porque algunos textos afirman que encarceló a Juan instigado por su mujer, Mc 6,17; Mt 14,3): Casándose con la mujer de su hermano, Herodes no respeta la ley de Dios (Lev 18,16) y Juan, el profeta, lo reprende por ello. Pero lo cierto es que Herodes es responsable de ese crimen (así lo afirma un historiador de la época, llamado Flavio Josefo). Es posible que el motivo por el que Herodes contrae nuevo matrimonio sea político (aunque poco prudente, porque terminó en guerra con su vecino, el rey Aretas, el padre de la mujer repudiada por Antipas) y – obviamente – el de Juan, para oponerse a él, haya sido un motivo religioso.

En segundo lugar, pareciera que Herodes quiere frenar o – al menos obstaculizar – la predicación de Jesús. Para empezar, se manifiesta sorprendido del nuevo predicador: ¿quién es?, ¿quién dice la gente que es? (Mc 6,14-16). Más tarde, unos fariseos le dicen a Jesús que Herodes quiere matarlo (Lc 13,31) pero puesto que cuando, en la Pascua, Herodes ve a Jesús, detenido en Jerusalén, parece que solo quiere ver “milagros” (Lc 23,8) y – aunque podía ejecutarlo o juzgarlo – lo devuelve a Pilatos (23,11). Por eso es posible que – en este caso – se trate de una mentira de los fariseos para sacar a Jesús de en medio. Pero lo cierto es que Herodes quiere ver a Jesús y éste le atribuye maldad y astucia (lo llama “zorro”, o “chacal”, un animal ciertamente dañino, Lc 13,32).

Herodes jamás es mencionado en el Evangelio de Juan, pero en Hechos de los Apóstoles se señala que persigue a miembros de la Iglesia para maltratarlos (12,1), entre ellos encarcela a Pedro, quien finalmente es liberado milagrosamente. A pesar de que es tratado como un dios (algo que es frecuente en los monarcas antiguos), cae enfermo y finalmente muere repleto de gusanos (12,23, como el pecador de 1 Mac 2,62 y, sobre todo, como el perverso monarca Antíoco IV, perseguidor de los judíos, en 2 Mac 9,5-9).

Herodes, entonces, vive (y muere) como un perseguidor de los enviados de Dios, es modelo de los poderes políticos opuestos al proyecto de Dios que es la vida como hermanas y hermanos y no la actitud de desinteresarse de todos a fin de ser reconocido y aplaudido. Herodes no pasará a la historia de las comunidades como alguien valioso, sino como quien intentó silenciar a Juan, a Jesús y a Pedro, y la voz de los profetas sigue todavía hoy resonando en la historia. Mal que le pese a Herodes y a “los Herodes”.


moneda acuñada por Antipas, tomada de https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/8/8e/Herod_Antipas.jpg





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