Una historia menor que puede volverse mayor
Eduardo de la Serna
Quiero contar una anécdota. Es absolutamente real, aunque la deforme un poco para evitar toda identificación.
Un día me llaman para una unción de los enfermos (en este caso era una “extremaunción”). Un señor de la comunidad estaba muriendo. Lo que tenía era una tontería, pero una tontería de verdad. Una operación simplísima lo hubiera dejado en perfecto estado y en cosa de días. Una realmente muy simple (yo mismo tuve esa operación sin ningún problema). Pero el buen señor tenía tanto miedo “al cuchillo” que no quiso, se negó sistemáticamente, y cuando me llamaron ya era totalmente tarde. La infección lo había tomado totalmente (pude ver la inflamación). Finalmente murió.
Y me surge una pregunta elemental: tanto miedo a una operación absolutamente simple llevó a una persona a la muerte. Y, por tanto, dejó mujer e hijos en soledad y dolor.
Y esta imagen me vuelve una y otra vez ante aquellas y aquellos que hoy tienen miedo a una simple vacuna. No me refiero a los que han “comprado” el discurso terraplanista de la oposición: ellos merecen enfermarse víctimas de su propia estupidez. Y no seré diplomático al desearlo. No les deseo más mal que una enfermedad difícil. Pero aquellas y aquellos que tienen miedo a una inyección, me dan pena. Pena por la incapacidad de pensar con un mínimo de seriedad lo que enfrentan, y lo que pueden padecer (y hacer padecer). No sé cómo hacer (porque los veo, los conozco, y ya no sé cómo enfrentar esto) … me hubiera encantado que conozcan una experiencia como la que acabo de contar para darse cuenta que si el miedo los domina (y, en este caso, el miedo a la nada misma) no sólo se perjudican o pueden perjudicar ellos y los cercanos, sino que terminan siendo cómplices de la difusión de un virus que se está haciendo, ya, demasiado largo. De ellos dependería abreviarlo, y el miedo a un pinchacito absolutamente menor, no manifiesta demasiada sensatez. Como la del señor de mi historia.
Foto tomada de https://amadoclinicapediatrica.com/las-vacunas-duelen-menos-si-estan-viendo-los-dibus/
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