viernes, 30 de abril de 2021

Usurpación de títulos y honores

 Usurpación de títulos y honores

Eduardo de la Serna



Hay una serie de oficios que, para poder ejercerlos se debe tener un título. Para actuar como médico, psicólogo, abogado o ingeniero, por ejemplo, se ha de estar inscripto en un “colegio”, y actuar sin tenerlo constituye un delito. Todos recordamos un falso ingeniero que convocaba a marchas o una falsa médica que recomendaba medicamentos desde la televisión, por ejemplo. Después, quienes lo tengan, evidentemente, según sus estudios, capacidades, dedicación, tradiciones familiares, y hasta azar o trampas, en ocasiones, en el ejercicio de la profesión tendrán más o menos suceso.

Pero hay otros oficios, que no requieren ese tal título, y estamos rodeados de actores – actrices, poetas – poetisas, periodistas, que se autoperciben tales.

¿Qué sería ser actriz? ¿Simplemente actuar? Es cierto que, si miramos las grandes actrices de ayer y hoy, de Greta Garbo a Liv Ullman llegando a Meryl Streep, por solo mencionar unas muy pocas, y ellas constituyeran el criterio para cualificar a alguien de “actriz”, pues las habría muy pocas. ¡Poquísimas, si es que las hay! Quizás podamos decir que es en ellas (o en otras pocas por el estilo) en las que es de esperar que cualquiera que pretenda ser actriz debería referenciarse y, quizás, seguirla de ejemplo.

Lo mismo vale, creo, para decir poeta. Un garabato adolescente, a veces es calificado de poesía; y tengo clarísimo que los y las más grandes poetas fueron adolescentes y también garabatearon, pero es difícil calificar de poesías esos tales (aunque recuerdo que se pagó muy caro el trapo en el que Pablo Picasso limpiaba sus pinceles). Y, de nuevo, no es que si no se trata de Cervantes, Shakespeare, Juan de la Cruz o Juana Inés de la Cruz no hay poesía. Pero de allí a llamar poesía / poeta a cualquier cosa, creo que hay un abismo.

Y no todos deben ser Rodolfo Walsh, por cierto, pero “periodista” creo que le queda demasiado grande a muchos (que me perdonen unos cuantos, pero creo que son un número muy importante), y que esos / esas se autoproclamen tales, me resulta cuanto menos ofensivo. Cuando es evidente que muchas y muchos no hacen sino operaciones de prensa, me parece que llamarlos o que se llamen periodistas es algo que debería invitarnos a una urgente deconstrucción. Cuando pienso que mi amiga Liliana dice “no soy periodista… trabajo de periodista” (y su ausencia en los medios, y el contraste con otras lamentables presencias, es un indicio evidente de que el periodismo está en vías de extinción), entiendo que, o bien somos muy generosos, o debería haber un criterio básico (que no pretendo que provenga de APTRA y, mucho menos, de ADEPA) que nos permita evaluar que tal o cual persona realmente merece el honroso título de actor/actriz, poeta/poetisa o periodista… Afortunadamente, en el caso de los últimos, pareciera que se van congregando en un par de radios y un par de canales con lo que, vislumbrarlos, se vuelve fácil para el que quiera ver.

 

Foto tomada de https://www.aptra.org.ar/

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Cualquiera puede comentar y no será eliminado, aunque no este de acuerdo con lo dicho, siempre que sea respetuoso (caso contrario, será borrado). Pero habitualmente no responderé los comentarios, ni unos ni otros, para no transformar este blog en un foro. De todos modos, podrán expresar su opinión.