miércoles, 23 de junio de 2021

El verdadero sabor del encuentro

 El verdadero sabor del encuentro

Eduardo de la Serna




Una de las cosas que aprendí estudiando y leyendo y rezando y gozando la Biblia es que, en ese mundo “primitivo”, la persona sabia no es la que sabe muchas cosas, sino la que sabe vivir. O, para usar una conocida metáfora, la que sabe chuparle el tuétano a la vida.

He conocido y conozco muchas personas que saben muchas cosas, que han “leído todo” … y te lo hacen saber y sentir. Frente a ellas uno no puede menos que sentirse un pigmeo. Y parecen disfrutarlo desde su altura. Casi como que te hacen un favor o te perdonan tu insignificancia. Y, debo decirlo, en ocasiones es un gozo aprender de sus cosas, de sus contenidos, pero no de sus personas. No es a ellas a las que quisiera referirme, aunque – pareciera – ellas viven esperando que así lo haga.

Quiero referirme a aquellas personas frente a las que uno siente estar ante un / una gigante, pero estando con ellos te hacen sentir como si disfrutaran el encuentro, como si aprendieran y te agradecieran tus aportes. Esos aportes que uno desconoce haber dado, por cierto. Y, así, uno sale de estos encuentros, con la sensación de que con algo le ha contribuido a alguien que “sabe todo”. Esos tales sí, creo, que son sabios. Irónicamente hasta se podría decir que, si tener mucha información nos constituyera en sabios, nadie es más sabio que Google. Y al querer referirme a estos verdaderos sabios me quiero referir al sabor con el que uno queda después de este encuentro. Quizás, “en argentino”, el ágora de unos cuantos mates sea el espacio del aprendizaje. Pero un encuentro “de iguales”, como el mate nos hace sentir, y la charla compartida nos hace saborear.

Debo decir que también he conocido personas sabias. Y que conozco. Y podría mencionar a varios y varias, pero no quiero correr el riesgo de la injusticia. Si he de mencionar sólo a un sabio vivo, el primero que me viene a la mente es Eleazar López, que habla desde la sabiduría de la vida, de los dolores y gozos, desde los milenios que lleva en sus espaldas y expresa en boca y gestos. Pero quisiera hacer mención, breve, sucinta, merecida, a tres gigantes que haberlos conocido me enseñaron tanto. Y, especialmente, a su actitud frente a los pigmeos liliputienses que los mirábamos sin que nos hicieran sentir tales. Y no pretendo hablar como un biógrafo, porque mi paso por sus vidas no ha de haber dejado huella, aunque ellos así me lo hicieran sentir. Sólo me refiero a la memoria. Agradecida memoria.

Acabo de hacer mención, en un escrito reciente, a la figura de Horacio González. Entre mates y medialunas tuvimos una charla de iguales (sic) que me agradeció y expresó el deseo que se repitiera.

Quiero también hacer mención a José Severino Croatto. Al leer sus artículos y libros uno podía ver todo lo que sabía, pero que nunca te hacía sentir estando junto a él. También entre mates en encuentros (siempre en el querido ISEDET) en un hablar llano como entre “personas que saben”: yo – o nosotros – y él y que juntos nos enriquecemos (sic).

Y quiero mencionar también a Margarita Moyano. Otra gigante que se encontraba con uno y con su sonrisa expansiva y su voz tenue te hacía saber la alegría enorme que tenía de verte. Nunca exponía su historia y su vida ante verdaderos novicios, sino simplemente celebraba el encuentro y los mates.

Sé que estas tres referencias son simplemente una mención. No pretendo más. Solo quiero agradecer haber conocido personas sabias. Estas tres sirven de ejemplo, y seguramente sería injusto decir que son las únicas tres que he conocido. Es que no pretendo tanto aludir a ellos sino a la importancia que tiene “saber” vivir, encontrarse, y que todas las personas que estén en contacto con nosotros y nosotras salgan con el sabor del encuentro (el verdadero y único sabor del encuentro). Y que, si alguna vez nos creemos, o hemos creído, importantes, no está de más mirar a verdaderos sabios de los que deberíamos aprender a vivir y a ayudar a que otras y otros vivan.

 

Foto tomada de https://ar.pinterest.com/pin/120471358755057701/

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