Tengo un pequeño problema con la lectura “capitalista” de Génesis 2
Eduardo de la Serna
Como es sabido, el libro del Génesis, como la casi
totalidad de la Biblia hebrea, está escrito, precisamente, en hebreo.
Allí, dice que después de los 6 días en que Dios “creó”
(usa el verbo hebreo “bará”, que es muy interesante) dice que «dio por concluida Dios en el séptimo (sebi’i) día la labor que había hecho, y cesó (sabat) en el día
séptimo de toda la labor que hiciera» (Gen. 2:2). Como se ve, el texto tiene un
claro paralelismo en dos partes marcados por las palabras “séptimo / labor /
hecho” y la semejanza entre “concluir” y “cesar” las que, entonces, son
sinónimas. Por eso Dios (v.3) bendijo el día séptimo y lo “consagró” (kados)
porque ese día “cesó” la obra “creada” (bará) que había “hecho”.
El texto
no habla del descanso humano sino del de Dios, pero más adelante dirá que los
hijos de la alianza también deben hacerlo “porque” (Ex 20,11) Dios lo bendijo.
Ahora bien, con el tiempo, la Biblia se tradujo al
griego para que los judíos de la dispersión pudieran leerla, puesto que ya
ignoraban el hebreo (y, además, para enriquecer la famosa biblioteca de
Alejandría) pero la “antropología” griega no es la hebrea. Y, entonces, la
traducción griega dice que “Dios completó el sexto (‘ektê) día la obra que
había hecho y cesó el día séptimo (ebdómê) todas las obras que había hecho”.
Como se ve, se rompe el paralelismo (“séptimo / séptimo”) ya que la “completez” viene dada por el obrar
(sexto día) y Dios “cesa” (el séptimo).
Y acá lo interesante: para la mentalidad hebrea, la “creación”
continúa el séptimo día con el descanso. Este es creador. Mientras que, para la
mentalidad griega, lo creador ocurre en seis días, el séptimo es simplemente des-canso.
Para un sistema para el cual el ser humano es “mano
de obra”, y debe “producir”, el “ocio” resulta una “pérdida”, y – obviamente –
esto tiene su obvia repercusión económica. Hay que subir la edad jubilatoria,
hay que reducir los días feriados, y las personas cuentan en la medida en que “producen”
(para “ellos”, claro). Hay quienes creemos que “aburrirse” es sumamente
creativo, y un niño aburrido “piensa”, mientras que uno frente a una pantalla “consume”.
Hace muchos años se hablaba de la importancia de “deshelenizar
el cristianismo” (algo que confrontó claramente el papa Benito XVI en su triste
discurso en Ratisbona el 12 de septiembre de 2006). He aquí un nuevo elemento
para invitar a hacerlo y, para entender que el ser humano (macho y hembra) es
imagen y semejanza de Dios y no una mercancía.
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