Un poco sobre los Salmos
Eduardo de la Serna
En
los diccionarios suele decirse que un salmo es “un canto de alabanza (a Dios)”,
por lo que – deberíamos suponer – el libro de los Salmos, en la Biblia, sería
una colección de estos “cantos de alabanza”. Pero, ¿es así?
Si,
para comenzar, miramos este libro, notaremos que, ciertamente, hay muchos “cantos
de alabanza”, pero, resulta significativo que estos no son la mayoría. Lo
veremos.
Pero es importante notar que en la Biblia hay muchos
“salmos” fuera del libro “Salmos” [teniendo esto en cuenta, irónicamente
podemos decir que “no todos los salmos están en los Salmos, y no todos los Salmos
son salmos”]. Incluso en el Nuevo Testamento hay bastantes (un caso muy
conocido es el cántico profético de María, habitualmente llamado por la primera
palabra en latín: “Magnificat”). Sin duda, en este caso, sí es evidente
que de una alabanza se trata.
Por ejemplo, es interesante saber (aunque no podamos
notarlo en las traducciones) que en la poesía hebrea era importante destacar
los acentos; entonces, una estrofa, que suele tener dos partes, podía tener 3
acentos en la primera y tres en la segunda (o algo parecido, como 3 y 4, 4 y 3,
4 y 4 etc.). Esto marcaba el ritmo musical (que, evidentemente, para “sentirlo”
debemos escuchar el “canto” en hebreo). La lengua hebrea, además, es muy
repetitiva, por eso también es común que la segunda parte de la estrofa aluda a
la primera (“alaben a Yahvé todas las naciones / celébrenlo todos los pueblos”
[Sal 117,1]; como se ve, en este caso, la segunda parte dice lo mismo que la
primera).
Pero, como dijimos, no todos los “Salmos” son “cantos
de alabanza”; en el libro se encuentran muchísimas lamentaciones; en ellas se
expresa el dolor por una situación particular, en muchas ocasiones causada por
otros. También encontramos cantos históricos, cantos sapienciales, cantos
litúrgicos, etc. Es decir, el libro “Salmos” constituye una colección de poemas
que el pueblo de Israel hizo suyos. En este sentido, hay que notar, además,
que, si bien muchos poemas se encuentran en plural (son “colectivos”), también
hay muchos en singular (“individuales”), pero no hemos de entenderlos en el
sentido intimista (mi relación personal con Dios) sino que quien asume ese
canto es el pueblo de Israel (así, el “yo” es también un “nosotros”, se trata del pueblo
que canta).
En los cantos de alabanza es frecuente que se invite
a otros (o a todos) a unirse al canto, por lo que se suelen dar los motivos (es
frecuente el uso del “porque”) explayándose en los beneficios de la obra de
Dios sobre el pueblo (individual o colectivamente, insistimos).
En los cantos de lamentación, donde también es frecuente
el “por qué”, es habitual que se haga referencia a adversarios que provocan el
sufrimiento en el orante (individual o colectivo) y se pide la intervención de
Dios en su favor. En estos cantos, en muchas ocasiones, es tanta la confianza
en Dios que tiene el “salmista” que ‘da por hecho’ que Él intervendrá en su favor,
por lo que finaliza con una acción de gracias.
A lo largo de mucho tiempo, distintas personas
fueron componiendo cantos diversos. Muchos de esos cantos se fueron recopilando.
Es muy posible que algunos grupos recopilaran una serie de cantos, mientras
otros grupos hicieran lo mismo con otros (y, en ocasiones, alguno que también
estaba en la otra colección, por lo que aparece alguna repetición total o
parcial). Pasado más tiempo, en un momento ya tardío, pareciera que se recopilaron
todas las colecciones para darle unidad (en esto hay algunos errores, por
ejemplo, los salmos 9 y 10 en realidad constituyen un solo canto; lo que
provocó la diferente numeración al traducirse al griego, porque estos notaron
el error). Con intencionalidad litúrgica el libro se ha dividido en 5 “tomos”
(como una especie de “pentateuco” litúrgico) y así se conformó el actual “libro”
de los Salmos que, como se ve, en realidad, es una colección de cantos
diferentes, en diferentes circunstancias para que el pueblo, en circunstancias
semejantes (nunca idénticas) haga suyo ese canto y se lamente pidiendo la
intervención de Dios desde el dolor, o cante la alabanza de experimentar la
presencia de Dios, o aprenda a mirar la historia, o la vida desde la poesía y
el canto de un pueblo que sabe que Dios camina a su lado.
Imagen tomada de https://puentes-esperanza.blogspot.com/2013/06/salmos-de-ascenso-gradual.html
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