El
sumo sacerdote Caifás
Eduardo
de la Serna
En estas páginas hemos
insistido frecuentemente que nos interesa más ver qué dice la Biblia sobre un
personaje que los datos que conocemos por la historia. Pero en el caso del Sumo
Sacerdote Caifás, los datos de la historia nos permiten saber mejor qué nos
quiere decir la Biblia al mencionarlo. Veamos.
Para empezar, señalemos que en
Israel no existe lo que llamamos “vocación sacerdotal”. Se es sacerdote por
nacimiento en una tribu (la de Leví) y sumo sacerdote (por el nacimiento en una
familia (la de Aarón, que es a su vez “hijo” de Leví). Desde que deja de haber
reyes en Israel, la importancia dada a un sacerdote principal será decisiva, y surge
entonces el “Sumo” sacerdote. Pero desde el imperialismo griego, y continuando
con el imperialismo romano, era el gobierno quien ponía y deponía el Sumo
Sacerdote (que a veces no era de la familia de Aarón, lo que causó crisis
formidables en Israel). El gobernante podía deponer al Sumo Sacerdote por el
motivo que fuera, justo o injusto. Por ejemplo, sabemos que desde Herodes hasta
la destrucción del Templo (unos 100 años) hubo 28 sacerdotes. Pero los romanos
buscaban – a su vez – un sumo sacerdote “amigo” para que los ayudara a conducir
el mundo judío, que era tan extraño para ellos (con las leyes rituales,
sábados, alimentos, la Biblia, circuncisión, etc). Por lo tanto, y esto es muy
importante, el Sumo Sacerdote, si quería permanecer en el puesto debía tener
muy buena relación (lo que incluía con frecuencia aportes económicos, regalos,
favores) con las autoridades romanas. Pues bien, sabemos por los historiadores
de la época que Caifás permaneció en el cargo ¡18 años! y entre ellos todo el
tiempo de Poncio Pilatos. Curiosamente el Prefecto Vitelio, que depuso a Pilato
en el año 36 en ese mismo año depuso también a Caifás.
Señalado todo esto, es
evidente que las relaciones entre Caifás y Pilato eran buenas, y eso ha de
haber sido importante en el juicio y condena de Jesús.
Como solamente hay un sumo
sacerdote, es de suponer que cuando en los textos se habla de “los sumos
sacerdotes” (Mt 2,4; 16,21; 25,59; Mc 11,18; 14,1; Lc 19,47; 22,4; Jn 7,45;
12,10…) hay que pensar en la familia sacerdotal de Caifás (entre quienes se
cuenta su suegro Anás, que fue depuesto como Sumo Sacerdote en el año 15).
Los evangelios suelen hablar
de “el sumo sacerdote” sin nombrarlo, por ejemplo, Marcos 14,53 (en Marcos,
Caifás jamás en nombrado); es Mateo 26,3 el que aclara su nombre (vuelve a
nombrarlo en 26,57). En Lucas se lo menciona (con Anás) para marcar la
cronología de Juan, el Bautista (3,2) y en el juicio a Jesús solo menciona el
cargo, sin su nombre (22,50.54). Juan, en cambio, lo menciona con frecuencia
(por ejemplo 11,49) y se menciona que Anás es su suegro (18,13). Señalemos, de
paso, que en las dos veces que hemos señalado, Juan dice que era “sumo
sacerdote aquel año”, lo que no significa que cada año se lo reemplazara, sino que,
en ese año tan importante, el de la muerte y resurrección de Jesús, el sumo
sacerdote era Caifás.
Es muy probable que la famosa expulsión de los
vendedores del templo (Mc 11,15-19) haya provocado una fuerte tensión entre Caifás y Jesús.
El sumo sacerdote ha privilegiado a unos (¿amigos?) permitiéndoles las ventas
en el patio del Templo, siendo que antes eso ocurría cerca del Monte de los Olivos.
Jesús, combinando dos citas bíblicas (Isaías 56,7 y Jeremías 7,11) cuestiona el
hecho distinguiendo entre el “para qué” es el Templo y en qué lo “han
convertido” (es casa de oración para todos y lo volvieron cueva de bandidos, Mc
11,17). Este conflicto (económico por parte de Caifás, religioso por parte de
Jesús) lo lleva a un juicio falso (lo acusa de “blasfemia” [Mc 14,64] algo que
ciertamente no ha ocurrido; Lev 24,15-16 dice que la blasfemia es la
profanación del nombre de Dios) sabiendo que cuenta con su amigo Poncio Pilato
para aplicar una condena ejemplificadora para cualquiera que atente contra sus
intereses. Pilato, por su parte, molesto también con Jesús, que es proclamado rey (Mc 11,10; Lc 19,38) y relativiza la importancia del emperador (Mc 12,17); quiere, a su vez, mantener las buenas relaciones con las
autoridades religiosas para garantizar la paz, algo fundamental para los
romanos. Así, ambos poderes deciden, “aquel año”, la muerte del inocente.
Osario hallado en Jerusalén y que menciona a un "Caifás", quizás el Sumo Sacerdote, https://www.antrophistoria.com/2017/04/el-osario-del-sumo-sacerdote-caifas.html
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