jueves, 8 de mayo de 2025

El sumo sacerdote Caifás

El sumo sacerdote Caifás

Eduardo de la Serna



En estas páginas hemos insistido frecuentemente que nos interesa más ver qué dice la Biblia sobre un personaje que los datos que conocemos por la historia. Pero en el caso del Sumo Sacerdote Caifás, los datos de la historia nos permiten saber mejor qué nos quiere decir la Biblia al mencionarlo. Veamos.

Para empezar, señalemos que en Israel no existe lo que llamamos “vocación sacerdotal”. Se es sacerdote por nacimiento en una tribu (la de Leví) y sumo sacerdote (por el nacimiento en una familia (la de Aarón, que es a su vez “hijo” de Leví). Desde que deja de haber reyes en Israel, la importancia dada a un sacerdote principal será decisiva, y surge entonces el “Sumo” sacerdote. Pero desde el imperialismo griego, y continuando con el imperialismo romano, era el gobierno quien ponía y deponía el Sumo Sacerdote (que a veces no era de la familia de Aarón, lo que causó crisis formidables en Israel). El gobernante podía deponer al Sumo Sacerdote por el motivo que fuera, justo o injusto. Por ejemplo, sabemos que desde Herodes hasta la destrucción del Templo (unos 100 años) hubo 28 sacerdotes. Pero los romanos buscaban – a su vez – un sumo sacerdote “amigo” para que los ayudara a conducir el mundo judío, que era tan extraño para ellos (con las leyes rituales, sábados, alimentos, la Biblia, circuncisión, etc). Por lo tanto, y esto es muy importante, el Sumo Sacerdote, si quería permanecer en el puesto debía tener muy buena relación (lo que incluía con frecuencia aportes económicos, regalos, favores) con las autoridades romanas. Pues bien, sabemos por los historiadores de la época que Caifás permaneció en el cargo ¡18 años! y entre ellos todo el tiempo de Poncio Pilatos. Curiosamente el Prefecto Vitelio, que depuso a Pilato en el año 36 en ese mismo año depuso también a Caifás.

Señalado todo esto, es evidente que las relaciones entre Caifás y Pilato eran buenas, y eso ha de haber sido importante en el juicio y condena de Jesús.

Como solamente hay un sumo sacerdote, es de suponer que cuando en los textos se habla de “los sumos sacerdotes” (Mt 2,4; 16,21; 25,59; Mc 11,18; 14,1; Lc 19,47; 22,4; Jn 7,45; 12,10…) hay que pensar en la familia sacerdotal de Caifás (entre quienes se cuenta su suegro Anás, que fue depuesto como Sumo Sacerdote en el año 15).

Los evangelios suelen hablar de “el sumo sacerdote” sin nombrarlo, por ejemplo, Marcos 14,53 (en Marcos, Caifás jamás en nombrado); es Mateo 26,3 el que aclara su nombre (vuelve a nombrarlo en 26,57). En Lucas se lo menciona (con Anás) para marcar la cronología de Juan, el Bautista (3,2) y en el juicio a Jesús solo menciona el cargo, sin su nombre (22,50.54). Juan, en cambio, lo menciona con frecuencia (por ejemplo 11,49) y se menciona que Anás es su suegro (18,13). Señalemos, de paso, que en las dos veces que hemos señalado, Juan dice que era “sumo sacerdote aquel año”, lo que no significa que cada año se lo reemplazara, sino que, en ese año tan importante, el de la muerte y resurrección de Jesús, el sumo sacerdote era Caifás.

Es muy probable que la famosa expulsión de los vendedores del templo (Mc 11,15-19) haya provocado una fuerte tensión entre Caifás y Jesús. El sumo sacerdote ha privilegiado a unos (¿amigos?) permitiéndoles las ventas en el patio del Templo, siendo que antes eso ocurría cerca del Monte de los Olivos. Jesús, combinando dos citas bíblicas (Isaías 56,7 y Jeremías 7,11) cuestiona el hecho distinguiendo entre el “para qué” es el Templo y en qué lo “han convertido” (es casa de oración para todos y lo volvieron cueva de bandidos, Mc 11,17). Este conflicto (económico por parte de Caifás, religioso por parte de Jesús) lo lleva a un juicio falso (lo acusa de “blasfemia” [Mc 14,64] algo que ciertamente no ha ocurrido; Lev 24,15-16 dice que la blasfemia es la profanación del nombre de Dios) sabiendo que cuenta con su amigo Poncio Pilato para aplicar una condena ejemplificadora para cualquiera que atente contra sus intereses. Pilato, por su parte, molesto también con Jesús, que es proclamado rey (Mc 11,10; Lc 19,38) y relativiza la importancia del emperador (Mc 12,17); quiere, a su vez, mantener las buenas relaciones con las autoridades religiosas para garantizar la paz, algo fundamental para los romanos. Así, ambos poderes deciden, “aquel año”, la muerte del inocente.


Osario hallado en Jerusalén y que menciona a un "Caifás", quizás el Sumo Sacerdote, https://www.antrophistoria.com/2017/04/el-osario-del-sumo-sacerdote-caifas.html


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