La
bandera… un trapo
Eduardo
de la Serna
Hoy se conmemora en Argentina
el día de la bandera. En homenaje a su creador, uno de los grandes: Manuel Belgrano.
Su vida, gesta y gestos, historia
y palabras merecen todas las memorias. Pero a nivel simbólico, la bandera
argentina dice poco, y dice todo.
Recuerdo cuando estaba en el
colegio que un día, cuando se izó la bandera, esta resultó teniendo un sol en
la mitad, y muchos se asustaron porque entendían que con sol era “bandera de
guerra”. Recuerdo, mucho antes, que de chicos en el colegio un día “juramos” a
la bandera, algo que era solamente un momento pintoresco sin significado real.
Pero también recuerdo otros momentos y otras militancias. Evita decía, con pasión
y profetismo que muchos “recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la
victoria”. Embanderar es lucha, porque es identidad. Y de eso se trata.
Crear la bandera es dar
identidad. “Estos somos”. Esto nos guía; no un trapo, no unos colores. ¡Una
bandera! Cuando en una batalla una bandera flamea, eso “dice” algo. Arriar las
banderas, enarbolarlas, capturarlas, mancillarlas dice algo. Es una guía, conduce,
orienta. Estos somos. Esos son los otros.
Crear una bandera en un
conflicto es dar una dirección. Marcar rumbo. Y en ocasiones, marcar el enemigo,
el cual también está embanderado.
Sin duda, por ser símbolo, también
puede ser ahuecada, vaciada de sentido y contenido, y vaya si lo sabemos.
Debo confesar que, en mi
adolescencia, cuando empecé mi militancia, la bandera (y otros símbolos, como
el himno) me llenaban de orgullo. Recurría (mos) a ellos con frecuencia. Sin
embargo, a partir del 24 de marzo de 1976, ver la bandera me llenaba de
tensión. Era casi como ver “al enemigo” (de hecho, así nos hicieron sentir, con
“eso del enemigo interno”). Debió pasar un buen tiempo post-dictatorial para
que la bandera volviera a tener para mí el significado que siempre tuvo, pero
del que la habían vaciado.
La bandera es la que enfrentó “la
tiranía”, la que condujo a ignorantes e iletrados detrás de un sueño:
¡libertad! frente a “la patria esclavizada” llamada a romper los “vínculos” de
la opresión. Es un símbolo de los mejores ideales y sueños, los que nos
identifican y señalan causas y luchas. Es cierto que están también los que
pretenden adueñarse (como los dictadores) de los sentidos y contenidos. Y de
los embanderados depende que no nos dejemos arrebatar causas y metas. No está
mal, en estos tiempos, mirar a Belgrano y sus luchas, sus palabras y gestos. Cuando
tomó un puñal y lo puso sobre el cuello del virrey, no parecía demasiado “angustiado”;
cuando conducía las tropas y vació ciudades enteras para que no fueran tomadas
por el enemigo, ¡tampoco!, cuando propuso leyes y condujo gestas, ¡menos! Y
cuando los apropiadores del sentido lo sometieron a la pobreza e ignominia
logrando su muerte en la miseria, quizás sí. Ver a los que supuestamente tienen
la misma bandera haciendo suyas las causas contrarias, es por lo menos
angustiante. Es casi como ver salir a Belgrano de los billetes para poner un
hornero, o creer que el 25 de mayo es el “día de la bandera”. Ese día, en
realidad, es cada día que la libertad campea, que la dignidad se enarbola, que
los pobres y los trabajadores, los campesinos y los indígenas, las mujeres y
los negros son mirados, reconocidos y tratados como hermanas y hermanos. Ahí
sí, “levantamos los trapos”, y podemos cantar viéndola tremolar triunfal.
Porque la bandera es una identidad y una lucha. La identidad y la lucha de un
pueblo. Aunque a veces haya enemigos internos (anti-pueblo los llamábamos
entonces). El celeste y el blanco no son los colores de los ojos de un gracias
a Dios ya ex presidente, sino una lucha que queremos seguir dando. Hay millones
de pobres que lo merecen. Merecen seguir “la enseña que Belgrano nos legó”.
https://www.pxfuel.com/es/free-photo-xllhh
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Cualquiera puede comentar y no será eliminado, aunque no este de acuerdo con lo dicho, siempre que sea respetuoso (caso contrario, será borrado). Pero habitualmente no responderé los comentarios, ni unos ni otros, para no transformar este blog en un foro. De todos modos, podrán expresar su opinión.