sábado, 30 de enero de 2021

El éxito editorial del diputado Iglesias

 El éxito editorial del diputado Iglesias


Eduardo de la Serna


Yo he publicado algunos libros (12, para ser exactos y uno por salir). La mayoría de la gente no sabe cómo se maneja una editorial, la publicación de libros y su suerte o no en lo económico. En mi caso (salvo alguno en el que renuncié a los derechos de autor), se firma un contrato con la editorial que lo publicará (obviamente apostando a que se venderá). El contrato establece que periódicamente (en los últimos contratos, dos veces en el año) la editorial pagará al autor el 8% del precio de tapa de los libros vendidos. Por cierto, esto implica una actitud de confianza con la editorial de que realmente ha vendido los que dice o no ha reimpreso más. En algunos casos mis libros se han agotado, y, sin embargo, lo máximo que logré fue comprarme hace muchos años un sencillo minicomponente para poder escuchar música. Ya es una reliquia y no funciona.

Sin duda, tengo claro, que los grandes best-sellers no tendrán la tirada de mis libros, y – estoy casi seguro – con algunos de los o las autores/as estrella, el acuerdo no será por el 8% sino mucho mayor. Pero salvando el caso de los autores muy vendidos (y – preferentemente – muy traducidos a varias lenguas) me cuesta imaginar que alguien haga mucho dinero con ello. Según Infobae (indiscutiblemente no Kirchnerista) en https://www.infobae.com/cultura/2019/12/31/cuales-son-y-de-que-tratan-los-10-libros-mas-vendido-del-ano/ el libro más vendido en 2019 fue Sinceramente, de Cristina. No menciona cuántos, pero afirma que “Sinceramente tenía 214 mil libros en la calle a sólo siete días del lanzamiento. De esto ya pasaron siete meses”. En los demás 10 libros más vendidos que menciona, ninguno de ellos es de algún actor o actora política/o. No hace falta señalar que el 2020 fue un año muy difícil para las librerías y editoriales de todo el mundo, por lo que los datos son relativos. Queda también añadir que, para angustia de Bonadío, Cristina cedió los derechos de autora de su libro Sinceramente, en favor del hospital Sor Ludovica, de La Plata, por lo que no es fácil averiguar las ganancias, ya que no figura en las declaraciones juradas…

Podría decirse que el ojo clínico de Luis Majul le hizo intuir que el libro de Fernando Iglesias sería un best-seller notable, de allí el préstamo que consta en sus declaraciones. Pero, en lo personal, no apuesto ni un centavo por la lucidez de uno ni por la avidez de comprar libros de un pobre tuitero, por el otro; como digo, no figura entre los libros más vendidos. Y, hasta me preguntaría, ¿quién podría comprar lo que seguramente es un esperpento? Así que, en lo personal, no me pidan que crea… Es cierto que, como no es noticia de la “Trifecta”, y como los que “ze-dobadon todo” son ‘los otros’, muchos no lo creerán. Y como en el poder per-judicial tampoco creo “ni un tantico así”, seguramente don Fernando podrá seguir paseando sus ofensas por doquier. En lo personal, lo que ofende, es a mi inteligencia.

 

Foto tomada de https://es.123rf.com/photo_79231750_los-estantes-vac%C3%ADos-del-estante-para-libros-de-madera-aislados-en-interior-render-3d.html

jueves, 28 de enero de 2021

Una nota sobre el Carmelo de Nogoyá y las torturas

 Una nota sobre el Carmelo de Nogoyá y las torturas


Eduardo de la Serna




El Carmelo descalzo es una orden fundada por santa Teresa de Ávila (1515-1582). Mujer (con lo que eso significaba en ese tiempo y en esa (esta) institución, que se atrevió a salir y fundar, fundar y fundar. Y a escribir (¡horror!). Mujer libre, quiso mostrar pequeñas comunidades (no más de 22 monjas). Perseguida, investigada y sospechada por la “santa” (sic) Inquisición, murió antes de ser “echada”, y por eso exclamó: “muero hija de la Iglesia”, es decir, no les doy tiempo a que me expulsen. Un grupo de mujeres y varones supo acompañarla en sus iniciativas, pero ya inmediatamente después de su muerte se intentó “domesticar” semejante osadía, ¡semejante santidad! El encargado fue Nicoló Doria que empezó a poner el acento en la rigidez (de él es la imagen de que Teresa “reforma” el Carmelo poniendo religiosidad al desenfreno reinante). Para conseguir eso, Doria pretende expatriar a Juan de la Cruz, que muere antes de ser enviado a México (“voy a Indias mejores”), y a Ana de Jesús, que queda en Francia (por eso el Carmelo francés fue menos rígido, y de él se nutre Teresa de Lisieux).

Todas las ordenes y congregaciones se fueron degradando (lo que es natural, ciertamente) y por eso, a partir del Concilio Vaticano II, se pretendió que todas revisaran sus leyes y estatutos a la luz de la novedad conciliar. Quien trabajó activamente en esto fue el cardenal argentino Eduardo Pironio. Cuando pasado un tiempo se preguntó a las diferentes congregaciones y ordenes si habían podido vivir bien su carisma vocacional, la respuesta positiva fue abrumadora. Pero, en el Carmelo, ocurrió algo: ocurrió la Madre Maravillas de Jesús, de España. Cercana a la alta alcurnia española, presionó para que el Carmelo volviera a las viejas constituciones a pesar que más del 85% de los carmelos habían opinado favorablemente. Con contactos logró llegar a la curia vaticana, siempre sensible a las seducciones del poder. Ya no estaba Pironio, ya “reinaba” Juan Pablo II. Resumiendo, la Madre Maravillas logró que el Vaticano diera marcha atrás y ordenara volver a las viejas constituciones. Para parecer tolerante, permitía a quienes no se sintieran a gusto, entrar en alguna otra orden o congregación contemplativa. Con una notable oposición, especialmente de los carmelos mexicano y francés, Roma hubo de dar marcha atrás de su marcha atrás. El tema fue largo, pero lo cierto es que el Vaticano finalmente estableció dos tipos diferentes de carmelos, uno según las antiguas constituciones y otro con alguna adaptación conciliar. Coherentemente con su posición claramente ideológica, Juan Pablo II aprobó primero las constituciones antiguas y esperó casi un año después para aprobar las “nuevas” (con un elemento simbólico bastante lamentable: las primeras fueron aprobadas el 14 de diciembre, día de San Juan de la Cruz, las segundas el 1 de octubre, día de Teresa de Lisieux, ¿no podía esperar 14 días más y hacerlo el día de Teresa de Ávila?). Esto causó tensiones en el interno del Carmelo. Los padres carmelitas, por ejemplo, eran acusados por las primeras de ser infieles al espíritu de Teresa. Por eso solían tener rotas las relaciones con los carmelos a los que, irónicamente, llamaban “maravillosos”. Las directivas indicaban que cada comunidad, consultadas en capítulo todas las monjas, debía adherir a una u otra constitución. Dos breves anécdotas antes de seguir:

  • el querido Maximiliano Herraiz fue a visitar, en la década del 90, a una monja que estaba grave en una clínica. Allí, pasando el tiempo, la monja había leído las revistas del lugar y, se enteró ¡¡¡que había habido un concilio!!! (1962-1965)
  • un Carmelo, que había adherido a las constituciones “maravillosas”, no pudo soportar que los “padres” (los curas carmelitas) no les prestaran atención. Entonces, la superiora decidió pasar a las “nuevas constituciones”. Las monjas (que debían haber sido consultadas) le dijeron: “¡qué alegría, Madre nuestra, nosotras queríamos más estas constituciones para estar con los padres!”. Era el de Nogoyá.

El encargado de promover santos de la orden carmelita (que fue despedido por el general por promover modelos de santidad que no eran los que la Orden veía con agrado) empezó el proceso de beatificación y canonización de la Madre Maravillas de Jesús. El milagro (sic) por el cual se reconoció la santidad de la Madre ocurrió en ¡Nogoyá!

Es comprensible que conventos que se guiaran por constituciones del 1500, en los que el cuerpo era una suerte de enemigo de la santidad, en los que era santo “fugarse del mundo”, existieran ayunos, cilicios, y algunas cosas del estilo, que fueron (lamentablemente) frecuentes en idos tiempos eclesiales. La intención de Pironio, precisamente, era profundizar la “consagración del mundo” como propio de la vida religiosa, en contraste con la “fuga mundi”, propia de tiempos antiguos. Tiempos maravillosos.

Ahora bien… precisamente porque Teresa de Ávila proponía pequeñas comunidades, es habitual que cuando en un convento hay vocaciones y se supera el número de 22, se hagan nuevas fundaciones. El Carmelo Lisieux Argentino (Villa Devoto) fundó en 1956 un Carmelo en Concordia, Entre Ríos, al cual fueron varias monjas, entre ellas, juniora aún (no con votos solemnes), la hermana María de los Ángeles. Con el tiempo, ella fue varias veces priora en Concordia hasta que en 1991 se decidió una nueva fundación en Nogoyá, Entre Ríos, al que también fue sor María de los Ángeles. Como es habitual, ella fue durante muchos años también la priora del nuevo convento, marcando así las líneas ideológicas (y su amor por la madre Maravillas, que supo transmitir a la familia del niño ahogado al cual pidieron sus padres por su intercesión la vida del pequeño). Sor María de los Ángeles falleció en 2012. En 2016 “explotó” el Carmelo por las denuncias de hechos aberrantes, torturas, flagelaciones. La ex monja denunciante recurrió al obispo, el que en actitud pilatesca se desentendió del hecho, y pareciera que nadie le cuestiona su silencio cómplice. No tengo duda alguna que la sucesora de María de los Ángeles hizo lo que aprendió de su “madre”. Cuando María de los Ángeles murió, sus dos hermanas vivas viajaron desde Buenos Aires a Nogoyá. Sólo pudieron verla entre rejas. Y en un acto de compasión y tolerancia las religiosas les acercaron el cajón inclinado para que entre agujeros pudieran apenas tocar con los dedos el féretro donde yacía su hermana muerta.

Podemos decir que todo esto supone una eclesiología, una teología de la vida religiosa, y podemos “agradecer” a “san” (sic) Juan Pablo II por todo lo que nos legó a la Iglesia, incluso en cosas tan locales. El único hermano varón de María de los Ángeles (“en el siglo” María Elena) había pasado por una demencia senil y falleció en el 2003, nunca más volvió a ver a su hermana. Era mi papá.


Otra nota: Como se sabe, los sectores ultra conservadores que con mons. Tortolo estaban en el seminario de Paraná, cuando llegó mons. Karlic que intentó hacer algo un poco más conciliar, se fueron a San Rafael. Primero al seminario y luego (¿con la llegada del visitador apostólico para seminarios en 1986?) fundaron el Instituto del Verbo Encarnado (IVE, que no es Interrupción Voluntaria del Embarazo, en este caso... aunque pretendan abortar toda reforma eclesial); no es casualidad que sea el seminario de San Rafael el que hoy tiene problemas, y haya sido clausurado a causa de la pandemia y la comunión en la mano. Pero la conexión de los del IVE con Paraná siguió, y entonces cuando empezaron a surgir vocaciones contemplativas femeninas estas fueron presentadas ¡en Nogoyá! Sor María de los Ángeles se sorprendió de la cantidad de nuevas vocaciones provenientes de San Rafael, precisamente. 

 

Foto tomada de https://es.wikipedia.org/wiki/Clausura_mon%C3%A1stica

martes, 26 de enero de 2021

Sicarios

                                                                             Sicarios

Eduardo de la Serna



El término “sicario” es originalmente griego. Algunos, quizás exagerando, suponen que está en la raíz de “Iscariote”, término que se atribuye a Judas, sin que sea claro su significado. En la Biblia sólo se encuentra una vez, en Hechos 21,38, y se refiere a 4.000 “sicarios” (las biblias castellanas suelen traducir “terroristas”). El historiador judío Flavio Josefo lo utiliza con cierta frecuencia, en un sentido semejante, referido a los “zelotes” que se levantan contra Roma en la Guerra judía. Se refiere a personas capaces de asesinar por un salario, por una ideología, por motivos políticos… Como la “sica” era una daga, una suerte de espada corta, que bien podía disimularse bajo una túnica, se los ha identificado: “el que lleva una sica”. Algo o alguien, por una motivación externa, provoca a uno o a unos al crimen.

Esto ha provocado que el término adquiera – con las novedades del caso – una cierta carta de ciudadanía. Es posible conseguir y motivar (económica, ideológica o con una profunda sugestión con poder sobre mentes débiles, por ejemplo) al crimen o la eliminación de personas o colectivos. El término fue público en la crudelísima película colombiana: “la Virgen de los sicarios”, o popularizado por Serrat: “tienen doble vida, son sicarios del mal”. Entre esos tipos y yo hay algo personal.

Pero recurriendo al origen del término, quizás podamos decir que no siempre es necesario pagar para eliminar una vida, ya que también hay otras eliminaciones vitales debidamente remuneradas: y la eliminación de la verdad es una de ellas, por cierto.

Porque una cosa es que frente a un hecho o un dato haya diferentes interpretaciones. Eso es algo propio de las personas. Pero cuando se ve que se miente, o se distorsiona la información, para “matar la verdad”, para manipular mentes, entramos en otro terreno. Y, especialmente, cuando se sabe que se está mintiendo, pero un buen “sobre” da sentido al crimen. Y, lamentablemente, se ve una “asociación ilícita” de la mentira, para asesinar la verdad, y con ella la esperanza de toda una sociedad. Basta con mirar los títulos de los grandes periódicos del poder, o los zócalos de sus canales, o la aglomeración de experiodistas en radios, o canales “+”. Ciertamente cualquiera de ellos trabaja y espera conseguir, por ello, un digno salario. Ese, por cierto, no es el problema (y hay trabajadores y trabajadoras en esos medios “delincuenciales” que no son por ello delincuentes. Pero, alguien miente al poner un título falso, o distorsionado. Y eso ya no es un trabajo, es sicariato. Alguien hace editoriales, o tiene programas de radio o TV, alguien da la cara para mentir, calumniar, falsear información. Y los nombres de ellos y ellas son suficientemente conocidos: gordos, pelados, hijos de… o nietas de…, bajitos o, hasta algunos, con cara de serios, todos comprados, seducidos o tentados por los dueños del capital, todos trabajando por vencer una batalla cultural. Así algunas o algunos son señalados y hasta censurados por el poder, cuando se niegan o siguen negando a ser comprados. Lo cierto es que algunos y algunas son sicarios y sicarias, asesinos de la verdad y las esperanzas. Creo que afirmar que esto es así es algo “hiper-recontra-chequeado”.

 

 Foto tomada de https://es.123rf.com/photo_37601481_hombre-en-traje-de-cuchillo-escondido-y-coreano-gan%C3%B3-en-la-espalda.html

Video con comentario al Evangelio (4to domingo "B")

 Video con comentario al Evangelio (4to domingo "B")




o también en

https://youtu.be/QhG6chDJTNg

Eduardo

Domingo 4B

 Jesús confronta con su palabra contra las fuerzas del anti-reino

DOMINGO CUARTO - DURANTE EL AÑO - "B"

Eduardo de la Serna



Lectura del libro del Deuteronomio     18, 15-20

Resumen: es normal pretender conocer la voluntad de Dios, pero para no buscar por caminos errados Dios se compromete a que enviará profetas, a quienes se debe escuchar y discernir su palabra para dejar que sea Dios el que hable en nuestra historia.


Los judíos dan una gran importancia a los “profetas”, hasta el punto que la parte central de su libro sagrado lo ocupan estos (la Ley – los Profetas – los Escritos). Toda la primera parte de estos lo ocupan los libros que en un tiempo se los llamó “históricos” y los llaman “profetas anteriores”. El profeta por excelencia es Moisés, como el texto litúrgico de hoy lo menciona. Precisamente este texto (y gran parte de la obra del Deuteronomio) inspirará a los “profetas anteriores” hasta el punto que los estudiosos suelen llamarlos “historia deuteronomista” por la influencia que reciben de este libro. Inclusive, grupos que sólo reconocen “la Ley” como inspirada (como es el caso de los Samaritanos, por ejemplo) no esperan “mesías” alguno, pero sí esperan un “profeta” (al que los samaritanos llaman “taheb” ya que restaurará la Ley).

El pueblo está llegando a la Tierra Prometida, y el texto alerta sobre algo grave que los israelitas deben evitar: pretender conocer la voluntad de Dios por medios “mágicos”. Así el texto menciona una serie de ocho personajes que no han de ser escuchados, “nadie que practique adivinación, astrología, hechicería o magia, ningún encantador ni consultor de espectros o adivinos, ni evocador de muertos” (vv.10-11). La tentación de escuchar la voluntad de Dios por estos medios es grande, y la ley pretende impedirla claramente: “por causa de estas abominaciones desaloja Yahvé a esas naciones”. Es decir: esto hacen los cananeos y por ello Dios los desaloja permitiendo la llegada de Israel, por lo que no deberán estos repetir esas “abominaciones”. Si Israel pretende escuchar la voz de Dios, su voluntad, es para eso que existen los profetas. Dios no se desentiende de su pueblo y envía y enviará profetas para que conozcan su voluntad. Aunque “no ha vuelto a surgir en Israel un profeta como Moisés a quien Yahvé trataba cara a cara…” (Dt 34,10).

Ahora bien, queda un problema (que para ser precisos resulta insoluble en la historia de Israel) y es cómo discernir si un profeta habla de parte de Dios o habla por su cuenta. Porque es obvio que si alguien habla en nombre de otros dioses Israel debe rechazar esa palabra, pero como reconocer si lo que una persona dice (“esto dice Yahvé”) es realmente una palabra de parte de Dios. En la biblia hay diferentes criterios para esto, pero nunca son plenamente satisfactorios y el problema de los “falsos profetas” perdurará, también en tiempos del Nuevo Testamento. El criterio dado por este fragmento es “si la palabra se cumple” (v.22), lo cual es interesante, aunque no es aplicable a todos los casos y en algunos podemos afirmar que “no sirve”. Por ejemplo, cuando se trata de consultar a un profeta si Dios quiere o no que enfrentemos una batalla. Si el profeta dice “Dios dice, ¡ataquen!” pero realmente no es Dios quien lo dice, la consecuencia es la muerte, con lo que el criterio es válido, pero no podremos reconocerlo. La derrota militar y la muerte revelan que los profetas eran falsos, pero quien consultó no pudo saberlo (es el caso planteado en 1 Re 22,1-38). 

Reconocer a los verdaderos o falsos profetas es una cuestión de discernimiento: ¿habla o no Dios en esta persona? El texto brinda un criterio, y hay otros, como se dijo. Sin duda, y es lo principal en esta unidad, lo fundamental es buscar la palabra de Dios, no otras palabras; no consultar por los medios que Dios ha rechazado sino dejar hablar a los profetas, pero a su vez someter a los profetas a la crítica para estar lo más seguros posibles que Dios ha hablado. El criterio de discernimiento será un criterio que se despliega en nuestra historia.


Lectura de la primera carta de san Pablo a los cristianos de Corinto     7, 32-35

Resumen: la dedicación por entero a Cristo es el centro del texto paulino; hacerlo permite que el Evangelio de expanda. Dedicarse a otras cosas, por maravillosas que estas sean, le quita fuerzas a aquello que para Pablo es el único absoluto.



El texto de Pablo es la continuación del elegido la semana pasada sobre vivir “como sí” no se tuviera lo que se tiene (referido particularmente a la vida de casados). En este caso especifica claramente la motivación del “como sí”, dada por la mayor o menor disponibilidad para ocuparse de las cosas del Señor que tienen los casados y los que no lo están. Como es frecuente en el capítulo 7 (y en otras partes de la carta) Pablo hace referencia en paralelo a los varones y a las mujeres sin destacar a unos sobre otras. Obviamente los casados también deben dedicar atención a sus parejas, algo que no precisan hacer los no casados pudiendo dedicarse por enteros/as a las cosas de Dios. 

Pablo ha mostrado frecuentemente en esta unidad aquello que es su parecer (vv.1.8.12.25.29.36). En este caso parece dirigirse a todos (es decir, no solo a solteros, por ejemplo). ¿A qué se refiere con “preocupaciones” (merimnaô; x4 en vv.32-34)? Puede ser “estar ansiosos” (cf. Mt 6,25) o “preocuparse por”, con lo que el sentido – obviamente – viene dado por aquello que ocupa la atención. Pablo usa el verbo tanto negativa (Fil 4,6) como positivamente (1 Cor 12,25; Fil 2,20) por lo que no es fácil saber si ha de entenderse en uno u otro sentido. Lo cierto es que no parece sensato que se entienda positivamente al referir al “Señor” y negativamente al referir al “esposo” o “esposa”, el sentido ha de ser uniforme. Probablemente el acento deba ponerse en la “división” (v.34): la preocupación es positiva, pero el soltero puede dedicarse por entero al Señor y el casado (la casada) al Señor y al cónyuge. Dos enfoques positivos pero que “dividen”, “distraen” (v.35). Y lo que Pablo pretende es el provecho (symforon) de todos (cf. 10,33).

El objetivo, entonces, viene dado por la relación entre Cristo y la comunidad. Que ésta sea capaz de agradar al Señor (= Cristo) lo cual, sin duda, es algo más probable de vivir plenamente siendo o permaneciendo solteros.   

La atención puesta en Cristo es lo que cuenta, no una “distracción”. No se trata, por ejemplo, de que una mujer distraiga de Cristo, como parece ser el tema semejante que se encuentra en los estoicos.

Excursus: Algo semejante, con la diferencia cristológica señalada podemos encontrar en los filósofos estoicos; así afirma Epicteto:

«-Si me das -respondió- una ciudad de sabios, podría ser que nadie se metiera fácilmente a cínico. ¿Por qué razones iba uno a admitir esa forma de vida? Supongámoslo de todas maneras; nada le impedirá ni casarse ni tener hijos. Pues también su mujer seria otra igual y su suegro sería otro igual y sus hijos serian criados de esa manera. Pero en tal situación revuelta como la presente, como en orden de batalla, ¿no es preciso que esté el cínico libre de distracciones, todo el al servicio de la divinidad, capaz de frecuentar el trato de los hombres, no atado a deberes particulares ni implicado en relaciones que, al transgredirlas, ya no pueda preservar su papel de bueno y honrado y, por el contrario, manteniéndolas, eche a perder al mensajero y espía y heraldo de los dioses? Mira que tiene que cumplir en ciertas cosas con el suegro, corresponder con los otros parientes de su mujer, con su propia mujer; por lo demás, se ve impedido por el cuidado de los enfermos, por la búsqueda de recursos. Dejemos lo demás de lado: necesita una marmita en donde calentar agua para el niño, para bañarlo en un barreño; hilas de lana para la mujer recién parida, aceite, cama, vaso (ya van siendo más los cacharros). Y las demás ocupaciones, la distracción. ¿En dónde se me quedo ahora aquel rey, el que se entregaba a la comunidad, ‘a cuyo cargo están los pueblos y que de tantas cosas se ocupa’ (Homero)el que debe vigilar a los otros, a los casados, a los que tienen hijos: quien trata bien a su mujer, quien mal; quien tiene disensiones, que casa está en orden, cual no, como un médico yendo de un lado a otro tomando los pulsos: ‘tú tienes fiebre, tú dolores de cabeza, tú la gota; tú ayuna, tú come, tú no te bañes, a ti hay que hacerte una amputación, a ti una cauterización? ¿Dónde está el ocio para quien está atado a los deberes particulares? ¿No habrá este de conseguir vestiditos para los niños? ¡Venga! iY enviarlos al maestro con cuadernillos, punzones, tablillas, y prepararles una camita! Porque no pueden ser cínicos ya al salir del vientre materno (si no, mas valía despeñarlos al nacer que no matarlos así). Mira a lo que reducimos al cínico, como le arrebatamos la realeza.
-Sí, pero Crates se casó.
-Me hablas de una situación nacida del amor, y pones una mujer que era otro Crates. Pero nosotros buscamos en los matrimonios comunes y convencionales y buscando en ellos no hallamos en esta situación revuelta que sea asunto de interés para el cínico.
¿Cómo, entonces, seguirá manteniendo a salvo la sociabilidad?
-¡Dios te ayude! ¿Benefician más a los hombres los que traen en lugar suyo dos o tres críos malencarados que los que atienden según sus fuerzas a todos los hombres, mirando que hacen, como viven, de que se ocupan, que descuidan contra lo conveniente? ¿También a los tebanos les ayudaron más cuantos les dejaron hijos que Epaminondas, que murió sin ellos? ¿Y aportó a la comunidad más que Homero Priamo, el que engendró cincuenta despojos, o Danao o Eolo? Y además la milicia o un tratado impedirán a alguien el matrimonio o tener hijos y a ese no le parecerá haber trocado de balde la falta de hijos; ¿y la realeza del cínico no será digna de lo mismo? ¿Nunca nos daremos cuenta de la grandeza ni nos representaremos en su justo valor el carácter de Diógenes, sino que nos fijaremos en los de ahora, en esos gorrones guardapuertas que no imitan a aquellos en nada, sino, en todo caso, en tirarse pedos y nada más? Que en tal caso no nos conmovería ni nos maravillaríamos de que no se casara o no tuviera hijos. Hombre, él ha engendrado a todos los seres humanos, tiene por hijos a los hombres; por hijas a las mujeres. Así se acerca a todos, así se ocupa de todos. ¿O a ti te parece que insulta a los que se encuentra por entrometimiento? Lo hace como padre, como hermano y como servidor del padre común, Zeus». (Disertaciones 3,22.69-82)


Evangelio según san Marcos     1, 21-28

Resumen: Jesús, predicador del Reino de Dios empieza, desde el inicio de su ministerio, confrontando con las fuerzas del anti-reino, y lo hace no con rituales o encantamientos sino por intermedio de su palabra autorizada.


Hay varios elementos a tener en cuenta para una mejor comprensión del texto litúrgico del día. ¡El primer milagro de Jesús!

La “autoridad” (exousía) que tiene la “doctrina” (didajê) de Jesús es el punto de partida, y a modo de inclusión enmarca el relato:


  • Y quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. (v.22)
  • ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad!  (v.27)


Sin embargo, lo que encierra el texto no se trata de una “enseñanza” de Jesús sino de un hecho. Lo que solemos llamar un “exorcismo”. Esto está enmarcado con una nueva inclusión: un “espíritu inmundo” (pneúma akáthartos, vv.23.27). De este modo el texto queda conformado de esta manera:

a.- doctrina (v.22)
b.- autoridad (v.22)
c.- espíritu inmundo (v.23)

a’.- doctrina (v.27)
b’.- autoridad (v.27)
c’.- espíritus inmundos’ (v.27)

En medio de esto se ubica el relato de lo llamado “exorcismo”. Es interesante señalar que la idea “espíritu inmundo” se encuentra casi exclusivamente en los evangelios, y nunca en el Antiguo Testamento (aunque hay una referencia a los ídolos en Zacarías que podría tenerse en cuenta (notar que refiere a “aquel día”, algo importante en la relectura de los profetas por el nuevo Testamento): 


Aquel día– oráculo de Yahveh Sebaot– extirparé yo de esta tierra los nombres de los ídolos y no se volverá a mentarlos; igualmente a los profetas y el espíritu de impureza los quitaré de esta tierra. (Zac 13:2)

Pero notemos un elemento que nos servirá para dar un paso más: en el NT los “espíritus inmundos” los encontramos x2 en Mt, x6 en Lc, x2 en Hch, x2 en Apoc y ¡x11 en Marcos! Este simple dato sirve para ser conscientes de la importancia del tema en Marcos (¡y por qué es este el primer milagro en su Evangelio!). Podemos señalar que lo contrario de los “espíritus inmundos” son los “espíritus santos” si tenemos en cuenta que en un primer momento, al hablar de “espíritu/s” se refiere a figuras o persona(je)s del ambiente “espiritual” y no a una “persona divina” (= el Espíritu Santo). Estos “espíritus” se asemejan a los “demonios” [x19 en Mt, x17 en Mc, x24 en Mc, x7 en Ln, x1 en Hch, x4 en Pablo (en la misma unidad: 1 Cor 10,20-21), x3 en Apoc y x2 en Sgo y x1 en 1 Tim]. Por ejemplo, en 3,15 afirma que a los Doce les dio poder “para expulsar los demonios” y en 6,8 les dio “poder sobre los espíritus inmundos”; en 3,22 los escribas dicen que Jesús está “poseído por Beelzebul, príncipe de los demonios” y en v.30 que está “poseído por un espíritu inmundo”; en 5,2 un poseído por un “espíritu inmundo” se acerca a Jesús en Gerasa, y en v.15 ven “al endemoniado”.

Un “espíritu” se refiere a una “fuerza espiritual” externa que puede actuar sobre las personas de modo benéfico o maléfico y dominarla por encima de las propias fuerzas para su bien o su mal. Los primeros son “espíritus santos”, o ángeles, los segundos “espíritus inmundos” o “demonios”.

Unas notas breves:

  • Es importante quitar de nuestra mente toda la imaginería hollywoodense sobre los “exorcismos”. Nada de eso tiene su correlato bíblico;
  • Cuando se hace referencia a alguien “poseído”, en general se usa el verbo “tener” (éjô) o la preposición “en” (én), a veces se trata de que por momentos el demonio “atrapa” (9,18) a la persona. Cuando el demonio atrapa o tiene a alguien lo hace hacer algo involuntario (en el ambiente psicológico se habla de estados alterados de conciencia), como gritar, o arrojarse al suelo, o incluso “echar espuma, rechinar los dientes y lo deja duro” (9,18 lo que parece un estado epiléptico). Lo cierto es que en ningún momento se hace alusión a escenas como “pactos con el diablo”, o cosas semejantes. En los textos, la apariencia es de alguna situación incontrolable atribuida a fuerzas externas.
  • Otro elemento a tener en cuenta es que nunca se habla de “diablo”. En general se puede decir que “el diablo” y “los demonios” no son lo mismo (sin decir que se trate de universos distintos). Del diablo siempre se habla en singular, como si fuera una sola entidad personal, mientras que se habla de “los demonios”. La imagen que parece subyacer es que el diablo es “el príncipe” de los demonios, que estos son como una suerte de ejército de aquel. El diablo es el gestor del mal, e incluso es “el mal personificado”, mientras que los demonios son los que con su fuerza hacen mal a las personas.

Un tema es saber si es preciso afirmar que Jesús hacía exorcismos. El término (exorkôsis) lo encontramos una vez en Flavio Josefo:

Dios también le permitió (a Salomón) aprender la habilidad de expulsar demonios, que es una ciencia útil y saludable para los hombres. Compuso tales encantamientos también que alivian a los templadosY dejó tras de sí la forma de utilizar los exorcismospor el que se expulsan a los demoniospara que nunca vuelvan(Antigüedades Judías 8:45)

Como puede verse, la actividad de Jesús es muy ajena a esto. Jesús no hace rituales, o encantamientos ni utiliza fórmulas: su palabra tiene autoridad y les da la orden (epitimaô) y los expulsa (ekballô). Podemos decir, entonces, que no es preciso hablar de Jesús como exorcista son simplemente como alguien que “expulsa” demonios con su autoridad. No se trata del conocimiento de rituales misteriosas, de ciencias ocultas, de habilidad para encantamientos sino de “autoridad”. Es la palabra de Jesús la que se destaca en el texto como se nota claramente en la conclusión:

« ¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen». (v.27)

Hay un elemento más – frecuente en la expulsión de demonios – y es el mandato de callar. Generalmente los demonios reconocen a Jesús (“el santo de Dios”, 1,24; “eres el hijo de Dios”, 3,11; “Jesús, hijo de Dios altísimo”, 5,7); Marcos dice expresamente que “no dejaba hablar a los demonios pues lo conocían” (1,34). ¿Por qué motivo Jesús manda callar cuando el reconocimiento de Jesús como “hijo de Dios” será la clave cristológica del Evangelio (cf. 1,1; 15,39)? La clave radica, precisamente en que Jesús ha de ser reconocido como hijo pero no en los milagros, o en su poder (como sería en la expulsión de demonios) sino en su debilidad y su derrota en la cruz. Mostrar a Jesús como hijo “antes de tiempo” sería hacer confundir al pueblo y presentar a Jesús como un mesías espectacular, sería desviar el mesianismo de Jesús de su eje en la cruz. Sería algo demoníaco. Por eso Jesús manda callar, todavía no es tiempo de ese reconocimiento [recordemos que cuando la voz del cielo dice a Pedro, Santiago y Juan que Jesús es su hijo (9,7) Jesús les ordena que no lo cuenten a nadie hasta la resurrección (v.9)].

Una última referencia a la “expulsión de demonios”. Siendo que los demonios no solamente “hacen mal” a las personas deteriorando o alienando su vida, sino que buscan confundir a la multitud en su fe, es razonable entender la importancia que Marcos da a las expulsiones de demonios, vistas estas como un enfrentamiento entre el “príncipe de los demonios” (3,22) y el “reinado de Dios”. Jesús, predicador del reino enfrenta con su palabra autorizada las fuerzas del “anti-reino”.


Foto tomada de corinamiranda.com

miércoles, 20 de enero de 2021

Pensando la “opción por los pobres”

 Pensando la “opción por los pobres”

 

Eduardo de la Serna

 



Es difícil negar que Jesús habló y puso a los pobres en el centro:


+ los ciegos ven y los paralíticos caminan; los leprosos son purificados y los sordos oyen; los muertos resucitan y la Buena Noticia (= Evangelio) es anunciada a los pobres (Mt 11:5).

+ Una cosa te falta [para tener la vida eterna]: ve, vende cuanto tienes y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; después sígueme (Mc 10:20).

+ El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar el Evangelio a los pobres (Lc 4:18).

+ ¡Felices [= bienaventurados] ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece! (Lc 6:20).

+ Cuando des un banquete, llama a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos… (Lc 14:13).

 

y, por el contrario, tuvo una actitud crítica con los ricos:

 

+  Les aseguro que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Se los repito, es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el reino de Dios (Mt 19:23-24).

+  A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos con las manos vacías (Lc 1:53).

+ ¡ay de ustedes los ricos, porque ya tienen su consuelo! (Lc 6:24).


En otras ocasiones hemos profundizado el tema; pero sinteticemos diciendo que la clave está en “dónde está el tesoro”. Se trata – los ricos – de aquel que “acumula tesoros para sí y no es rico a los ojos de Dios” (Lc 12:21), lo sensato es “no acumular tesoros en la tierra… sino en el cielo” (Mt 6,19-21). Ganar hermanos (hacerse amigo) de los pobres (cf. Lc 16,9) compartiendo los bienes, es el modo de atesorar en el cielo. Así le dice Jesús al rico: “ve, vende cuanto tienes y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; después sígueme” (Mc 10:20).


Lo interesante es que, ante el hecho innegable, hay quienes tratan de negarlo. Como no pueden decir que Jesús no pone a los pobres en el centro, su clave hermenéutica es negar a los pobres: “los pobres son todos”, “los pobres son ‘de espíritu’…”, y demás cosas por el estilo. Se ha llegado, hasta a decir, que como los pobres son los poseedores del reino, los preferidos de Jesús, y los ricos son los que están lejos de Dios, es a ellos a los que se ha de dedicar “preferencialmente” la evangelización. No importa que el signo visible de que Dios está reinando sea el anuncio a los pobres, lo que importa (para los que esto dicen) es “quedar bien con los ricos”.


Pero dejando de lado estos dislates, en aquellos que quieren poner a los pobres en el centro, no es unánime explicitar la razón por la que Dios los prefiere y Jesús lo hace visible. Podemos decir que hay tres tipos de razones (que no son necesariamente excluyentes entre sí).


1. Dios prefiere a los pobres porque son más solidarios, más religiosos…

2. Dios prefiere a los pobres porque son las víctimas de la sociedad.

3. Dios prefiere a los pobres porque “así es Dios”.

 

  1. Es verdad que con frecuencia los pobres son solidarios entre sí, y que tienen una religiosidad que les permite vivir (y hasta con alegría) en medio del sufrimiento. Pero también es cierto que entre los pobres hay miserias, violencias, e insolidaridades. Propias de los seres humanos, digámoslo. En realidad, si Dios prefiere a los pobres porque estos son más religiosos, estaríamos en el terreno poco evangélico de la “meritocracia”. Si son más solidarios y más religiosos, ¡mejor para ellos!, pero evidentemente no es por eso que Dios los prefiere.

  2. Es obvio que los pobres son víctimas (aunque hay que señalar que hay pobres que no son víctimas de la injusticia o la violencia, como podría ser los que lo son por sequías, terremotos, enfermedades, por ejemplo). Es característico de la Biblia que Dios se conmueve ante los gritos del dolor (“el clamor”). De hecho, Dios sale en favor de Israel por escuchar el clamor que les provocan los látigos de los capataces en Egipto (Ex 2,23); los pueblos que oprimen al pueblo de Israel, por lo que Dios enviará uno de sus jueces (Jue 4,3; 7,23.24; 10,12.17; 12,1) o en favor del asesinado Abel cuya sangre clama (Gen 4,10) … Dios no quiere que haya “clamores”, que es “lo opuesto” de la justicia (cf. Is 5,7). Por tanto, es evidente que, ante los gritos del dolor, fruto de la injusticia, Dios interviene.

  3. Pero, si hablamos de algo de Dios, es razonable “dejar a Dios ser Dios”, es decir, dejarlo que tome él la iniciativa (Dios elige a los pobres “antes” que estos sean víctimas de la injusticia humana). Dios “es el que es”. La iniciativa divina parece el primer paso para luego conocerlo, pensarlo, “hablar de Él” (= teo-logía). En un segundo momento, la fe (respuesta al Dios que se revela y manifiesta) supone un modo de actuar. Pensar que Dios prefiere a los pobres porque “así es Dios” supone la actitud desafiante de buscar conocerlo, dejar que se revele y manifieste, encontrarlo allí donde Él elige hacerse presente (o ausente). Un Dios que quiere ser Madre / Padre de todos, para ser de todos empieza por los últimos. Porque no sería de todos de otro modo. Tampoco se trata de “clases”, por lo tanto… Se trata de “todos”, pero en ocasiones, hay quienes “no aceptan” sentarse en la mesa de los últimos: a Jesús lo cuestionan porque “acoge a los pecadores y hasta come con ellos” (Lc 15,2). Eligen no poner el tesoro donde es sensato ponerlo sino donde deben temer a los ladrones y a la polilla (Mt 6,20). Encontrar en los pobres verdaderos hermanos hace ser capaces de “vender todo y darlo a los pobres” (Mc 10,20). Encontrar en los pobres verdaderos hermanos, hace descubrir en Dios un abbá / papá (imma / mamá) de todas, todos, todes… Así nos encontramos con Dios, y lo conocemos… y recibimos allí donde él elige manifestarse. Dejar que Dios tome la iniciativa (también al elegir a sus preferidos) es el paso primero, y el que nos permite conocerlo para así amarlo. Un “acto segundo” será nuestra respuesta.

Pero esto no puede hacernos olvidar que el clamor, ¡que existe!, nos compromete, nos conmueve y mueve hacia las víctimas. quizá debamos decir que no es que Dios elige a los pobres porque son víctimas, pero sí que nos elige a sus amigos y amigas para ser sus manos, su voz, su corazón para que no haya víctimas. El Dios que elige a los pobres, porque así es Dios, nos convoca a gastar la vida en favor de los pobres, en aliviar a las víctimas, en lograr que los clamores se transformen en caminos de justicia y, por lo tanto, senderos de paz.

 

Foto tomada de https://pixabay.com/es/photos/moneda-bodeg%C3%B3n-metal-la-cadena-de-5347680/

 

martes, 19 de enero de 2021

Video con comentario al evangelio del 3er domingo "B"

 video con comentario al Evangelio del 3er domingo "B"




También puede verse en

https://youtu.be/VjMImCfxLTg

EDUARDO

Domingo 3B

 Dios quiere reinar en nuestra historia si le damos cabida

DOMINGO TERCERO DURANTE EL AÑO - "B"


Eduardo de la Serna



Lectura de la profecía de Jonás     3, 1-5. 10

Resumen: La “novela” de Jonás muestra cómo los más impensados pueden convertirse si se les predica la palabra de Dios, mientras otros rechazan la voluntad de Dios guiándose por la propia.


Sin dudas la conversión de toda la ciudad es el motivo de la elección del texto teniendo en cuenta el término en el Evangelio del día.

El libro de Jonás es una suerte de novela, o parábola donde prima la ironía. A diferencia de todos los profetas, que predicaron insistentemente a su pueblo y no lograron la conversión, Jonás se dirige a Nínive (¡nada menos que a Nínive, la ciudad más cruel y terrible de los tiempos bíblicos!) y basta que empiece a predicar – se necesitaban tres días para recorrerla pero bastó el primer día de predicación – y todos hicieron ayuno, penitencia (¡hasta los animales!) como signo de conversión. Jonás, en este caso, es “el malo” de la historia. No quiere la conversión, sino el castigo y se enojará con Dios porque Él decide “arrepentirse” del castigo prometido. 

En el contexto histórico, el libro pretende mostrar una imagen amable de los extranjeros frente a aquellos que los desprecian, o rechazan. La ironía radica precisamente en eso: mientras muchos repudian a los extranjeros tratándolos de “perros”, el libro de Jonás muestra a los extranjeros más despreciados convirtiéndose y mostrando nada menos que a un “profeta” como adversario de la voluntad de Dios.


Lectura de la primera carta de san Pablo a los cristianos de Corinto     7, 29-31

Resumen: La tensión entre el tiempo presente y el tiempo nuevo inaugurado por la resurrección de Jesús invita a los destinatarios de la carta a vivir sin fugarse del mundo presente, pero relativizando las cosas teniendo en el mundo nuevo toda la atención.


En la primera carta a los corintios, Pablo responde a una serie de preguntas que los corintios le han formulado por escrito (ver 7,1). Usando siempre la misma fórmula (“con respecto a…”, 7,1.25; 8,1; 12,1; 16,1.12) responde los planteos formulados. En la unidad litúrgica, Pablo alude a temas matrimoniales: seguir en la pareja, casarse… El criterio con el que se va a guiar es que es razonable que cada uno siga “en el estado que tenía cuando fue llamado” (7,17.24). Pero esto, provocado por la inminencia de la venida de Jesús (vv.26.29.31), puesto que Jesús está “al caer” (ver 15,51) no tiene sentido otra cosa que dedicarse a pleno a las “cosas del Señor”, todas las energías deben estar puestas en el anuncio del Evangelio. Esta tensión afecta todo, lo económico, la alegría o tristeza y también el matrimonio. El esquema es claro y la referencia al “tiempo” marca el comienzo y el final de la unidad: 

  • hermanos, queda poco tiempo (v.29)
  • por tanto… los que… (x5: tienen mujer, lloran, alegres, compran, disfrutan) como si no
  • Porque la apariencia (sjêma) de este mundo pasa (v.31)

Sin embargo, el texto no ha de entenderse aislado ya que, caso contrario, estaría contradiciendo precisamente todo lo que acaba de decir en el texto. No ha de entenderse que pretende vivir “en su propio mundo” escapando indiferentes (ataraxia) de la realidad como es el caso de los estoicos; ni como una fuga del mundo pretendiendo entrar en el mundo divino, como pretenden sectores apocalípticos; Pablo los invita a tener en cuenta la realidad, pero teniendo una mirada superadora: vivir en tensión a un mundo nuevo. 

El uso de “este mundo” es característico de la literatura apocalíptica, el sentido es negativo. El mundo actual está habitado por la muerte y el mal en contraste con el mundo nuevo, eterno y de vida. Los corintios, notablemente superficiales, parecen convocados por Pablo a hacerse cargo de la realidad aunque deba ser relativizada (“como si no…”). Ni el matrimonio ni el no matrimonio son un absoluto, Cristo lo es. Las demás cosas se poseen o no y no hay frustración por lo contrario.

El contexto, sin duda no es la tensión apocalíptica que es la que da la fuerza al texto paulino. 
En este caso encontramos el “como si (no)”. Sin embargo, en este caso poseer es perfectamente inútil: “los extranjeros comerán los frutos… heredarán… destruirán…” En Pablo el acento no es la destrucción total sino el nuevo mundo del creyente comenzado con la resurrección de Cristo y que instaurará en la historia.

Hay otros textos que nos permiten vislumbrar más de cerca el horizonte paulino: El “como sí” de Pablo tiene toda su fuerza en ambas “puntas”, en el hecho que se vive y ha de vivir, y la relativización que le viene dada por la tensión con el tiempo que se aproxima.



Evangelio según san Marcos     1, 14-20

Resumen: Después de los textos introductorios el Evangelio comienza a mostrar a Jesús. Y lo presenta en su primera predicación esencial y el llamado a dos pares de hermanos para que lo sigan a reunir (= pescar) a la gente para predicar el Reino.


Después de tres escenas introductorias, el Evangelio de Marcos comienza su “tema”. Ya se ha presentado a Juan, el Bautista, Jesús ha sido bautizado y tentado en el desierto. Ahora comienza, de un modo sumario primero la predicación de Jesús. Nos encontramos ahora con dos partes bien marcadas (que se repetirán esquemáticamente otras veces en toda esta primera parte del Evangelio (1,14-8,30): se presenta el ministerio de Jesús (vv.14-15) y se hace referencia al grupo de discípulos (vv.16-20).

1.- El arresto de Juan motiva el movimiento de Jesús hacia Galilea. Es posible, pero no viene al caso, que Jesús formara parte de los discípulos de Juan y ante el arresto de su maestro decidiera volver a su tierra. De todos modos, lo que importa en el texto es que en Galilea Jesús “proclamaba” (kêryssôn) el “Evangelio de Dios” (v.14). El v.15 destaca cuál es el contenido de esta proclamación, lo que constituye las primeras palabras de Jesús en todo el Evangelio. Los términos son demasiados importantes, todos, como para pasarlos rápidamente, aunque no sea el caso extendernos aquí; veamos: «El tiempo [kairòs] se ha cumplido [peplêrôtai] y el Reino de Dios [basileía tou theou] está cerca [êggiken]; conviértanse [metanoeite] y crean [pistéuete] en la Buena Nueva [euaggeliô]» 

El griego tiene especialmente dos términos para decir “tiempo”. Uno, jronos, se refiere al tiempo que transcurre, que es medible (“cronómetro”), el otro es el tiempo señalado, esperado, anunciado, el kairòs. Se refiere, en este caso al tiempo que Dios ha establecido para intervenir (reinar) en medio de los suyos.

Lo que se dice es que este tiempo establecido se ha “completado”, “llenado”, ha alcanzado su “plenitud”. 

Precisamente por eso, algo se ha “acercado”. El término puede ser temporal, como en este caso, o espacial. Judas “se acerca” (14,42), la pasión es inminente. En este caso lo que “está cerca” es el Reino de Dios.

Para recibir este reino es preciso la “conversión”. El término necesita ser aclarado ya que es bastante diferente a la comprensión habitual en nuestro tiempo. La “metá-noia” está conformada por dos términos: la “noia” (“paranoia”) es la mente, la actitud mental. La “metá” es lo que viene después. Se trata, entonces de cambiar la mentalidad, asumir una nueva actitud, emprender una nueva dirección.

Creer no se trata de algo meramente “racional”, sino de hacer propio algo (viene unido a la nueva mentalidad), afirmarse en, hacerse fuerte- Creer es poner las raíces, es edificar la vida sobre algo. En este caso, en la “buena noticia”, el “evangelio”.

El “evangelio” es un término sumamente conflictivo. Para el imperio romano (y es bueno recordar que Marcos está escrito en este contexto, y –además – muy probablemente a una comunidad en Roma) la “buena noticia”, el “evangelio” es el nacimiento (o la ascensión al trono) del nuevo Emperador, o también los triunfos militares del ejército romano. Es este caso, el texto hace una clara referencia contra-cultural: el reino, el evangelio, el hijo de Dios han de “creerse” en otro lado muy diferente al que Roma “proclama”. Ya en 1,1 Marcos nos destacó que la Buena Noticia es reconocer a Jesús como “Mesías e Hijo de Dios”. De eso se trata lo que ha de ser creído por los destinatarios. 

Pero la clave de todo radica en el “Reino de Dios”. El término es sumamente importante. Es casi el monotema de Jesús. El término “reino” ciertamente tiene su origen en el mundo político. Con frecuencia se prefiere “reinado” para destacar que lo que se resalta es la acción de reinar. En algunas situaciones, en determinados momentos “Dios está reinando”. Eso es lo que se aproxima. Un rey reina en el tiempo y espacio en el que se realiza su voluntad (en ese sentido “venga tu reino” y “hágase tu voluntad” son sinónimos). Pero este “reinado” es inseparable de cómo es el que reina. Puede tratarse de un déspota, un tirano, un genocida… o un padre. En ese sentido, no podemos olvidar que el Dios que Jesús afirma que empieza a reinar es “padre” (= abbá). Dios reina allí donde se realiza su voluntad de ser padre, lo que es inseparable de la fraternidad y sororidad que Jesús quiere destacar. La actitud de Jesús se acercar a todos y todas a Israel, de comer con pecadores, de bendecir niños, de valorar a las mujeres y centrarse en los pobres muestra que Dios reina allí donde los despreciados, los últimos son puestos en el centro. Un reino que – es cierto – todavía no ha llegado en plenitud, pero que en muchos momentos, gestos o actitudes está presente en nuestra historia. 

2.- El llamado de dos pares de hermanos es el comienzo del grupo que acompañará a Jesús en la predicación del evangelio. 

El esquema es el frecuente en los relatos de vocación; en este caso tenemos un doble llamado de un par de hermanos.

+  Relatos de vocación (cf. 1 Re 19,19-21; Mc 1,16-18.19-20; 2,14)


Mc 1,16-18
1 Re 19,19-21
Quien llama, pasa


v.16


v.19
Quien llama, ve
Nombre del futuro llamado
Relaciones de parentesco
Actividad habitual del futuro llamado
Dicho (imperativo) o gesto
v.17
v.19
Objeción y respuesta
---
v.20
Despojamiento
v.18
v.21
Ejecución (seguimiento)
v.18
v.21

Hay términos que se repiten en el doble llamado resaltando el esquema:

Bordeando el mar de Galilea,
Caminando un poco más adelante
vio a Simón
vio a Santiago, el de Zebedeo
y Andrés, el hermano de Simón
y a su hermano Juan
largando las redes en el mar, pues eran pescadores.
estaban también en la barca arreglando las redes;
Jesús les dijo: «Vengan conmigo, y los haré llegar a ser pescadores de hombres».
y al instante (kaì euthys) los llamó
Al instante (kaì euthys), dejando las redes, le siguieron.
Y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras él

Hay varios elementos que son llamativos y al menos brevemente, merecen nuestra atención.

El primero en ser “visto” y llamado es “Simón”; sin duda la primacía de Pedro en la comunidad de Jesús invita a destacarlo, en este caso, como el primer llamado (la semana pasada, en Juan, vimos otro orden).

Los cuatro llamados son (especialmente tres, excluyendo a Andrés) los que ocuparán un lugar primordial en el Evangelio y acompañarán a Jesús en la resurrección de la hija de Jairo (5,37), la transfiguración (9,2), el anuncio de la destrucción del Templo (13,3), la oración en Getsemaní (14,33)…; pero son ellos, a su vez, los que malinterpretan el mensaje de Jesús (Pedro, 8,32-33; los hijos de Zebedeo, 10,35).

El acento parece puesto en la fuerza convocante de la palabra de Jesús, la misma que acaba de anunciar y proclamar la llegada del reino de Dios; sin motivo aparente (en el Evangelio Jesús todavía no hizo milagros, no hubo predicación importante.. sólo un breve sumario), basta con ser llamados e “inmediatamente” los pescadores dejan su oficio para dedicarse a “pescar hombres” (= varones y mujeres). Es decir, reunirlos para la predicación del reino.

La invitación al seguimiento parece incluir “dejar todo” aunque poco después el texto nos traslada a casa de Simón y Andrés (1,29)…