martes, 27 de julio de 2021

Ocasos

 Ocasos

Eduardo de la Serna



Como tantas cosas, el cristal o el lugar desde donde se mira algo puede aportar diferentes miradas o perspectivas. Un ocaso puede ser hermosísimo. En lo personal me fascinan los atardeceres en la pampa argentina.

Pero, desde otra mirada, el ocaso es la ida de la luz, la siesta del sol. Son fascinantes los mitos de muy diferentes culturas, en especial las heliocéntricas, en referencia a los ocasos, el enrojecimiento sanguinolento del horizonte y la oscuridad en la que se despiertan todos los fantasmas y las apariciones o audiciones de sombras o aullidos.

Pero, y acá el tema, con frecuencia se habla del “ocaso de…” en un sentido dramático, y no está mal mirar el tema, aunque sea brevemente. Se refiere, por cierto, a alguien o algo que brilló y entra en una etapa de penumbra. Si lo hiciéramos en clave mito, sería algo normal y mañana todo volvería a empezar (salvo cuando ocurren esos fenómenos desarticulantes que son los eclipses). Y en estos días, he visto que – especialmente en Argentina – se habló del ocaso de…

+ algunos han hablado del ocaso del papado de Francisco. Especialmente después de la operación de colon. No tengo elementos para afirmarlo o negarlo, pero (los años tienen consecuencias en la vida y el cuerpo) se ve que muchos ya empiezan a descorchar espumantes, otros a elaborar el duelo y (¿los más?) a hacer cálculos para ver cómo quedar bien parados con el sol que venga. Este ocaso implica evaluaciones, o balances. Y, nuevamente, será según el cristal con que se mira. Hay quienes han hablado de un papa nefasto, otros del papa de la primavera. En lo personal, como no he visto cambios fundamentales, ambas me parecen exageradas. Pero, lo cierto, hay quienes ya hablan de ocaso del papado.

+ algunos hablan del ocaso de Tinelli, un exitosísimo conductor de TV que marcó las últimas décadas con éxitos resonantes. El criterio, en ocasiones, es el rating, lo cual puede ser bastante limitado. Si se hablara de los contenidos, creatividades, aportes, algunos malvados diríamos que nació “ocaseado”. Es cierto que pareciera que, o se reinventa urgentemente, o mañana – porque la TV no se caracteriza por la humanidad – puede ser reemplazado por cualquiera que aporte lo que a esta la alimenta: ¡dinero!

+ algunos hablan del ocaso de Margarita Stolbizer, una ¿ex? política. En mi apreciación personal, otra “ocaseada”. Una política que siempre fue la nada misma, que buscó cobijarse a las sombras de una psicópata y un juez pistolero. Y desde allí creer que era alguien políticamente trascendente. Ya hace años que, incluso amagó con retirarse, pero parece creer que puede seguir iluminando cuando es evidente que no da ni para “estrella fugaz” en el horizonte político.

+ también se escucha hablar del ocaso de Mauricio Macri. Se ve que todo lo que toca se ha transformado en una suerte de “mancha venenosa”, y cualquier cosa que lleve su sello parece que debe ocultarse (hasta el nombre de la alianza) para poder simular que tienen algo nuevo que proponer. Aunque ni “cambio” parecen querer ofrecer. La sola mención de su nombre (o apellido, hasta para su primo, hasta para su hermano… no el “testaferro”) parece que pretende evitarse, y – para ellos – desear que si hubiera “segundo tiempo”, este será con “cambio” en el equipo (que seguirá con la misma camiseta, obviamente).

Seguramente se podría seguir aludiendo a personajes en el ocaso de su vida, su carrera, sus propuestas, sus imágenes. Y, sin duda alguna, como dije, muchos amamos los atardeceres en la Pampa. Claro que el ocaso de Macri no significa el ocaso del macrismo (ya dijo Leopoldo Moreau que Rodríguez Larreta es igual que Macri solo que se despierta más temprano). En lo personal sueño con una primavera eclesiástica, que no veo que Francisco haya llevado a cabo. No me interesa en lo más mínimo los ocasos de Tinelli y Stolbizer, y sueño, espero, celebraré el ocaso definitivo del neoliberalismo. Simplemente porque deseo fervientemente que para nuestro pueblo “salga el sol”.

 

Foto personal de San Miguel del Monte, febrero 2021

Video con comentario al Evangelio del domingo 18 durante el año "B"

 Video con comentario al Evangelio del domingo 18 durante el año "B"




también puede verse en

https://youtu.be/3Do1srU8OZk

Eduardo

Comentario a las lecturas del domingo 18 "B"

 

Recibir a Jesús en la fe da una vida que alimenta

DOMINGO DECIMOCTAVO - "B"


Eduardo de la Serna




Lectura del libro del Éxodo     16, 2-4. 12-15

Resumen: La comunidad, recién salida de Egipto comienza su larga historia de rebeldía. Ante las murmuraciones, Dios los alimenta con el maná que es calificado de “pan del cielo”.


El contexto del relato es la reciente salida de Egipto y el paso del Mar (cap.14). A continuación el pueblo canta un himno jubiloso (cap.15) pero en seguida se pregunta por la bebida (15,22-27) y la comida (cap.16). Esta escena es la que contiene el texto litúrgico del día. 

La escena completa resulta un poco desordenada: geográficamente no conocemos las localizaciones de los lugares, narrativamente el texto parece repetitivo y hasta con ligeras contradicciones. Como una suerte de “estribillo” se repite “toda la comunidad de los hijos de Israel” (16,1.2.6.9.10; también 17,1; 35,1; 36,1…) destacando que el grupo que acaba de ser liberado por la mano de Dios y la intercesión de Moisés es un colectivo. Ese colectivo será el sujeto de las escenas que siguen. El texto presenta una suerte de acción-reacción a partir de la “murmuración” del pueblo y la respuesta de Dios dando alimento. 

La “murmuración” es el punto de partida (v.2) y se repite en la unidad (vv.7.8). Ya lo había hecho reclamando de beber (15,24) cosa que repetirá en 17,3. Luego se repetirá en Núm (14,2.27.29.36; 16,11; 17,6.20 y Jos 9,18). El término griego (diagogguzô) también es usado por Lucas (15,2; 19,7), su raíz --gogguzô es más frecuente (egogguzô, gogguzô, por ejemplo en Juan 6,41.43.61…). Se trata de una actitud de rebeldía contra los enviados de Dios, Moisés (y Aarón) en este caso. Obviamente es una manera de rebelarse también contra Dios, cosa señalada en v.8 (omitido en el texto): “no van contra nosotros las murmuraciones de ustedes sino contra Yahvé”.

Sin embargo (quizás porque la rebeldía “recién empieza”) Yahvé no reacciona con enojo, sino que por el contrario le procura el alimento pedido a “los hijos de Israel” (synagôgê dice el texto griego). La ironía viene dada por el contraste entre Egipto y el desierto, la nostalgia de Egipto es una clara rebeldía contra el Dios que “los sacó del país de Egipto” (de hecho, esto ocurre “el día quince del segundo mes después de su salida del país de Egipto”), el contraste se expresa como “comíamos pan hasta hartarnos” – “hambre” (la “comunidad” – 'edah – pasa a ser “asamblea” – qahal – v.3 [en ambos casos el griego traduce synagôgê]).

Lo que Yahvé dice a continuación es que provocará una “lluvia” de pan. Pero que servirá para constatar si el “pueblo” (‘am) “camina según la ley” (tôra’); cf. v.28. Esta frase parece dirigida a la referencia al sábado (día en el que no se ha de recoger el “pan” sino recoger el doble el día anterior), pero está omitida. En realidad pareciera que un texto de la tradición llamada yahvista fue ampliada por el sacerdotal (de allí la referencia a Aarón, al sábado, a la “tarde”-“mañana” y a la “gloria”). 

En realidad, además, el texto alude también a las codornices, pero estas desaparecen bastante del relato centrado más bien en el “pan”-maná. 

La tradición del maná (que está incorporada a la liturgia por la referencia al “pan” que es Jesús, en el Evangelio) es muy interesante en el AT (Num 11; Sal 105,40; 78,17-31) y va “aumentando” en lo maravilloso a medida que transcurre el tiempo. De ser un “simple” milagro, pasa a ampliarse ya que se agusana si se recoge para el día siguiente pero eso no ocurre cuando se recoge doble el viernes; más adelante, aun, tiene en la boca el gusto que cada uno quiere o desea (Sab 16,21)… Es llamada a su vez “trigo del cielo” (Sal 78,24), “pan del cielo” (Sal 105,40), “pan de los ángeles” (Sal 78,25). 

El texto juega con una etimología popular para ponerle nombre haciéndolo derivar de “¿qué es esto?” (man hu’).

Los estudiosos suelen darle una probable explicación natural tanto a la presencia de las codornices como al maná pero no es el caso en este espacio.


Lectura de la carta de san Pablo a los cristianos de Éfeso     4, 17. 20-24

Resumen: el autor contrasta dos modos de vida – viejo y nuevo – que se contrastan en el pasado pagano y el presente “en Cristo” de los destinatarios.


Dirigiéndose a los destinatarios “Pablo” les dice y atestigua “en el Señor” el modo de vida que han de llevar,  -para ser precisos – el que “ya no han de llevar”. “Ya no caminen” (peripatein, caminar, vivir, comportarse), como viven (= caminan) los gentiles (ethnê) cuya característica (en un término preferido por el Qohelet, x39 de las x57; x14 en Salmos) cf. 2 Pe 2,18. Esta vacuidad propia de los paganos es de mente (nous). A continuación (omitido por el texto litúrgico se describen en vv.18 y 19 esta mente hueca con la que andan los “ethnê”.

La diferencia con aquel modo de vida pasado radica en Cristo. El autor comienza dando una justificación teológica al modo de caminar; después (v.25) dirá – en contraste (“pero”) con el modo de andar de los paganos, como es el nuevo camino. 

Los verbos se encadenan: aprender – escuchar – ser instruidos. Aprender (el verbo manthánô – tiene relación con mathêtês, discípulo) en el NT no es algo que se dice en función a una enseñanza (como la ley) sino a una persona, Cristo. Conocer a Cristo es superador de la vida vacía que llevan los paganos. Pero este aprendizaje viene mediado por la escucha y ser instruidos. La escucha es el primer paso de la fe (Rom 10,17) el ser instruidos es el segundo paso, la catequesis que incluye consecuencias para la vida (1 Cor 4,17; Col 3,16). Más que el “maestro”, Cristo es “el tema”, por eso debe “habitar en los corazones” (3,17). Han sido enseñados conforme a la verdad de (= “que es”) Jesús (v.21).

La frase “si es que han oído hablar de él” (v.21) no parece coherente en boca de Pablo dirigida a los Efesios, comunidad fundada por el apóstol y donde estuvo bastante tiempo. Pero puede ser una construcción retórica (cf. Flm 5). De todos modos se ha señalado que “Efesios” no está dirigido a esta comunidad (la carta no tiene destinatarios originalmente) y – además – que el autor parece ser un discípulo de Pablo de la segunda generación cristiana. 

El texto es semejante a Colosenses, como se ve:

Col 3,8-10
Ef 4,22-24
8 Mas ahora, desechen también ustedes todo esto: cólera, ira, maldad, maledicencia y palabras groseras, lejos de su boca.  9 No se mientan unos a otros. Despójense del hombre viejo con sus obras,  10 y revístanse del hombre nuevo, que se va renovando hasta alcanzar un conocimiento perfecto, según la imagen de su Creador…
22…a despojarse, en cuanto a su vida anterior, del hombre viejo que se corrompe siguiendo la seducción de las concupiscencias,  23 a renovar el espíritu de su mente,  24 y a revestirse del Hombre Nuevo, creado según Dios, en la justicia y santidad de la verdad.  

El modo de vida pasado es presentado como del “hombre viejo” que se va desarmando, corrompiendo siguiendo los deseos que seducen (vanamente). Por eso esto “viejo” debe “renovarse” precisamente en la mente (nous) [recordar que lo pasado, viejo era la vacuidad de la mente, ahora la misma mente ha de renovarse (despojarse, cf. Rom 13,12; Col 3,8), revestirse; metánoia – conversión – es “cambio de mente/mentalidad”]. Ese hombre viejo se contrapone al hombre nuevo del que han de revestirse. “Revestirse” es propio de Pablo (Rom 13,12.14; 1 Cor 15,53.54; 2 Cor 5,3; Gal 3,27; 1 Tes 5,8; cf. Ef 6,11.14) alude a un modo de vida que ha de ser coherente con lo recibido. Ese hombre nuevo no depende del obrar humano, es “creado según Dios”. Es una apropiación del don de Dios, cf. “en efecto, todos los bautizados en Cristo se han revestido de Cristo” (Gal 3:27). Esto conduce a la “justicia” (= vivir conforme a la voluntad de Dios) que es “santidad” de verdad, esa que está y es Cristo.

Evangelio según san Juan     6, 24-35

Resumen: Jesús empieza el discurso del pan invitando a ver en la multiplicación un signo que revela que Jesús es el verdadero pan y que recibirlo en la fe es alimento que da vida eterna.


Continuando el texto de la semana pasada (multiplicación de los panes), Jesús, que al principio se había ido a la otra orilla del lago (6,1); dado que Jesús ha huido porque quieren hacerlo rey (v.15) los discípulos se dirigen al otro lado, a Cafarnaúm. Con nuevas barcas que han llegado (v.23) al ver que Jesús no está se dirigen allí (vv.24.25). Como es frecuente en Juan, Jesús no responde la pregunta que le han hecho (¿cuándo llegó?) y empieza a desplegar un discurso de revelación. El diálogo, ahora gira en torno al/los signo/s (y la/s obra/s que son puestas en paralelo). 

Ya sabíamos que los asistentes al hecho de la multiplicación de los panes lo habían calificado de signo (v.14). El término signo había sido utilizado de un modo relativo en 4,48 (“si no ven signos y prodigios no creen”), Pero ahora Jesús da un paso más y presenta la multiplicación como un “signo” (sêmeia) que los presentes no han sabido ver. Sólo se han quedado en la “cáscara” de la “semilla”; han visto que Jesús los alimentó, pero no supieron ver lo que ese hecho les decía sobre Cristo mismo. “Buscan” a Jesús (vv.24.26) sin pretender “otro alimento”. Aquí comienza Jesús el discurso de revelación: me buscan por un alimento búsquenme por “otro” alimento. Jesús los invita a “obrar” (como se insinuó y se verá más adelante, la “obra” dice relación al accionar de Dios, por tanto está en contraste con “buscar”. Buscan equivocadamente, Jesús los invita a una obra diferente, buscan un alimento, Jesús los invita a un alimento diferente. La característica de este alimento es que lo “dará” el Hijo del hombre. Será un “don” como “el Espíritu” (3,34), como el “agua viva” (4,10), la “vida eterna” (10,28), el “mandamiento nuevo” (13,34), “el otro paráclito” (14,16), “la paz” (14,27)…En general se trata de dones escatológicos que ya se reciben al aceptar a Cristo. La unión de Jesús con el Padre, que le permite “obrar”, “dar” las cosas de Dios se manifiesta en la marca indeleble (como una suerte de tatuaje) que revela a Jesús en esa plena e íntima unión con Dios.

A la invitación de Jesús de “obrar” se debe la pregunta de “qué deben obrar”. Los oyentes dan un paso más hacia el Jesús que se auto-revela. Pero – sigue diciendo – lo que deben obrar es “creer” en el enviado. El enviado es precisamente el que tiene esa plena unidad con el “enviador”, creer al enviado es creer que lo que hace y dice tiene su origen en Dios mismo. Pero la incomprensión se sigue manifestando y le preguntan por un “signo” para “creer” (cuando Jesús les acaba de decir que no supieron ver como signo lo de los panes). 

La pregunta pone en paralelo signos y obraqué signo haces / qué obra realizas. El signo por excelencia es el maná, con el que el Pueblo supo ver cómo Dios lo alimentaba, por tanto si Jesús dice qué obra plenamente unido a Dios debería hacer alguno significativo semejante a aquel. El texto (con un característico “en verdad, en verdad” tan propio de Juan en los momentos importantes) quita a Moisés de la escena (no fue Moisés) sino “mi Padre” en que “dio” (= don) el “verdadero pan del cielo”. La relación entre el Padre y Jesús – de la que ya nos ha hablado – prepara el siguiente paso.

El pan verdadero “baja del cielo”, como el Espíritu (1,32) y el “hijo del hombre” (3,13). El pan que baja del cielo es el mismo Jesús [notar que todavía no se trata de la Eucaristía, eso será más adelante]. Lo que este pan-Jesús da (v.33) es “vida” (zôê; cf. 27) que es siempre vida divina [en Juan hay una “vida” física – psyjê – y una “vida” divina – zôê – es importante notar que de esta última vida se trata y es la que Dios da a los que “creen”]. 

En un característico malentendido, los oyentes – como lo había sido la mujer samaritana en 4,15 – pide ese don (se supone para no necesitar ya alimentarse) “siempre”. Fue el último paso necesario para la palabra de auto-revelación de Jesús: “yo soy el pan”. Es habitual en los discursos de auto-revelación los “yo soy” con un predicado. 

En este caso, en un nuevo paralelo destaca venir y creer: “el que venga a mi” / “el que crea en mí” y “hambre” / “sed”. Los que “fueron” a Jesús ahora están invitados a un “ir” distinto, un ir que se identifica con “creer”. 

El signo fue evidente, el alimento era “signo” de otro alimento, el “pan” de otro pan, la saciedad de otra saciedad… Recibir a Jesús creyendo en él es encontrar el alimento que sacia. Los que se alimentaron y buscaron “un pan”, están llamados a “ver más allá”, ver que Jesús – que baja del cielo – es el verdadero pan (y que no lo es ni el pan que acaba de multiplicar, ni tampoco el maná), sino un pan dador de vida eterna. Por eso es pan “de verdad” (v.32) como es “de verdad” la luz (1,9), la “vid verdadera” (15,1) y es verdadero “Dios mismo” (17,3). 


lunes, 26 de julio de 2021

“Evitar”

 “Evitar”

Eduardo de la Serna




Hoy, 26 de julio es un nuevo aniversario de la muerte de Eva Perón a quien el “pueblo cariñosamente llamaba Evita”. Y, por eso, es un buen día para evitar.


El macrismo, como ayer las dictaduras (¿son muy distintos?), intentaron “evitar” que se la recordara. Empezaron apagando las luces de los dos lados del edificio donde funciona el ministerio de Desarrollo, gracias a Carolina Stanley, la amiga de algunos curas, y de algunos movimientos sociales, incluso un movimiento que lleva el nombre mancillado; luces que siguen apagadas a casi dos años de un nuevo gobierno, con un funcionario que no funciona (o que, por lo menos, de signos no parece entender nada). Raudamente sacaron su foto de los billetes reemplazándola por animalitos, y callaron el 100º aniversario de su nacimiento (7 de mayo 2019). La cosa, evidentemente, fue “evitar” la memoria. Por eso callaron y prohibieron su nombre, desaparecieron su cuerpo… la negaron. La evitan.


Ciertos sectores de la progresía, también (como dice Rinconet, “dos sectores que cada vez cuesta más diferenciar”). Por ejemplo, ella es sistemáticamente silenciada y omitida – evitada – en los actos de muchos feminismos. Parece que es urgente visibilizar a las mujeres (¡lo es!), pero se puede hacer una excepción… por ejemplo el de la mujer más grande que dio la Argentina.


Y, por otro lado, un colectivo que evita que se la olvide. No sólo que no se olvide su nombre, sino su vida, sus luchas, sociales y políticas, ¡humanas! ¡cristianas! 


Es cierto que Evita fue, es y – probablemente – será constantemente recreada. Y, como es razonable, hay recreaciones que, legítimamente, nos parecen menos logradas que otras. Prestar el “sagrado balcón” para que aparezca Madona (como para que baile desarticuladamente una marioneta) resulta casi blasfemo para quienes la “idolatramos”. Y acá me surge repetir algo que varias veces he dicho… no es tanto cosa de “tener” memoria cuanto de “hacer” memoria. Esta es un “acto”, es activa no pasiva, militante y política. Como lo fue para quienes militaron el olvido o el descuido, la negación (o la negociación). De hacer memoria, para evitar arriar las banderas de la justicia, la libertad y la soberanía. Pero no es cosa de hacer monumentos (¡que también!) sino de llevar su nombre “como bandera a la victoria”. Para que triunfen los pobres, les olvidades, las mujeres, los grasitas. Podemos decir que la mejor manera de evitar que Evita sea olvidada es mirar los rostros de los pobres. Si son felices, Evita no fue evitada. Y Dios “que está con los humildes”, como dice Jesús y Evita repite más de una vez, nos ayudará a evitarlo. Y, no tanto por ella, sino por ellos… Porque no importa tanto Evita como los humildes, Evita es “simplemente” su bandera. Por eso algunos buscar arriarla, otros apagarla y otros “evitarla”. De nosotros depende.


Foto tomada de https://www.youtube.com/watch?v=xo5rMO-vC8Y

Abanderada

 Abanderada

Eduardo de la Serna



El o la abanderada es aquella persona que lleva la bandera. En la escuela solía ser el mejor alumno. Con el tiempo, menos meritocrático quizás, en ocasiones se elegía al mejor compañero o compañera, por ejemplo (aunque no es poco mérito ser buen compañera/o).

Hacer memoria (re-cordar, volver a pasar por el corazón, re-membrar, volver a pasar por los miembros) de quien fuera abanderada es digno. Justo y necesario. Especialmente cuando hace poquito, ayer nomás, se cumplieron 100 años de su nacimiento y desde la nada oficial, la amnesia macrista, se silenció, se calló nada menos que su voz, esa que movía, conmovía, removía… A lo mejor en el gobierno tenían ellos sí angustia de saber que con sólo hacerla presente muchas caretas caerían.

Una mujer de pueblo, salida de en medio de los pobres, fue reconocida por los humildes como su abanderada. No se me ocurre nada más enorme, nada más gigantesco que el hecho de que los abandonados sepan que esa humilde mujer lleva dignamente su bandera: hace suyos sus clamores, comparte los abrazos, mira de frente con los ojos de la dignidad.

Por eso supieron, los ignorantes, odiarla. Por eso cuando enfermó pintaron paredes con “viva el cáncer” mientras el pueblo, los pobres, los “grasitas”, los insignificantes, empezaron a preparar el duelo y llorarla. El odio, como pocas veces, se mostraba en toda su impotencia y prepotencia. Una mujer, que no negó (como hoy tantas y tantos) ni un “tantico así” sus orígenes, sus raíces, su historia. Por eso la odiaban. Por eso la amaron. Y la aman.

Un día, un 17 de octubre de 1951, pocos meses antes de morir (el 26 de julio de 1952), pronunció un discurso maravilloso. Me permito – aunque extensas -citar unas partes:

Yo no le diré la mentira acostumbrada; yo no le diré que no lo merezco; sí, lo merezco, mi general. Lo merezco por una sola cosa, que vale más que todo el oro del mundo: lo merezco porque todo lo hice por amor a este pueblo. Yo no valgo por lo que hice, yo no valgo por lo que he renunciado; yo no valgo ni por lo que soy ni por lo que tengo.

Yo tengo una sola cosa que vale, la tengo en mi corazón, me quema en el alma, Me duele en mi carne y arde en mis nervios. Es el amor por este pueblo y por Perón. Y le doy las gracias a usted, mi general, por haberme enseñado a conocerlo y a quererlo. Si este pueblo me pidiese la vida, se la daría cantando, porque la felicidad de un solo descamisado vale más que toda mi vida. (…)

Yo no quise ni quiero nada para mí. Mi gloria es y será siempre el escudo de Perón y la bandera de mi pueblo y aunque deje en el camino jirones de mi vida, yo sé que ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria. Yo sé que Dios está con nosotros, porque está con los humildes y desprecia la soberbia de la oligarquía. Por eso, la victoria será nuestra. Tendremos que alcanzarla tarde o temprano, cueste lo que cueste y caiga quien caiga.

De eso se trata la bandera de la abanderada: de estar del lado de los pobres, aunque eso implique ser odiados, despreciados, y – en ocasiones – perseguidos y desaparecidos, o torturados, encarcelados y otras cosas a los que los “republicanos”, “demócratas” y “civilizados” tienen acostumbrados a los pobres y a quienes hacen con ellos su causa (y las imágenes de Evita siguen apagadas a casi 2 años del nuevo gobierno, ¡gracias, Arroyo!). Causa que también es la de Dios, repitamos a Eva, a quien el pueblo llama cariñosamente “Evita”. Porque los odiadores, lo sabemos bien, y los negadores, siguen presentes, y “ahí están”; pero también está presente Evita. ¡Ahora, y siempre!

 


Foto tomada de http://www.alternativepressagency.com/713_noticia/enfermedad-y-muerte-de-eva-pern

domingo, 25 de julio de 2021

El tuerto es rey

 El tuerto es rey

Eduardo de la Serna



Leyendo los diarios de hoy, mirando noticias de Brasil, me surgieron una serie de preguntas…

Recuerdo que hace varios meses, luego de que Clarín defecara sobre las mentes desprevenidas con una campaña feroz contra Formosa, los obispos argentinos, que “no se meten en política” sino que tienen una mirada pastoral de la realidad y son “expertos en humanidad”, raudamente enviaron una carta a su “hermano” José Vicente Conejero Gallego, a la sazón colega, preocupados por la situación en la “querida Formosa”. No solamente nada se leyó de correspondencias semejantes a raíz de otras situaciones tan o más graves de otras “diócesis hermanas” ni tampoco un repudio a la manipulación mentirosa de las supuestas embarazadas en el monte formoseño luego que la mentira del medio (“mentira de Clarín” es un pleonasmo, como subir arriba, o entrar adentro) y del pastor mormón Félix Díaz (el servicial) quedara expuesta, incluso por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. A lo mejor se les pasó.

Ahora, raudamente también, el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) envió otra carta a sus “hermanos” obispos de la “querida república de Cuba” luego de las manifestaciones manifiestamente mostradas (aunque en algunos casos se les escapara, seguramente por la velocidad de la información, y aparecieran marchas de Egipto, por ejemplo) por la prensa internacional. Siempre objetiva e imparcial ella. No recuerdo, “mala mía”, carta del CELAM luego de la represión feroz de la policía-gendarmería y demás niños de teta a los manifestantes por una reforma previsional en diciembre de 2017 en las calles de Buenos Aires… Tampoco pude leer (debo andar con una laguna en el tema) la nueva carta del CELAM a los queridos “hermanos” obispos ante las masacres de la dictadura de Añez, Macri y Camacho en el “querido Estado plurinacional de Bolivia”. Ahora veo que miles de manifestantes han salido a protestar en las calles de Brasil contra el gobierno de Jair “Messias” Bolsonaro en la “querida república federativa del Brasil” y no encuentro por ningún lado la carta del CELAM a los “queridos hermanos obispos” del Brasil. Debe ser que anda mal mi Google, ¡qué picardía!

Porque no puedo imaginar que los “hermanos obispos” – los que hablan de “historia y verdad completa” en otros casos – solamente reaccionen “pastoralmente” ante la mirada siempre sensata y veraz que les aporta la Prensa, tan inocente y ecuánime ella. Pensar que los obispos tienen una mirada tuerta no figura en mi esquema mental. Jamás… Creo.

 

Foto tomada de https://www.elnacional.com/opinion/el-parche-en-el-ojo/

 

viernes, 23 de julio de 2021

Si es "nuestro", ¿está bien (o no está tan mal)?

 Si es “nuestro”, ¿está bien (o no está tan mal)?

Eduardo de la Serna



Me inspira esta nota un tuit irónico de Pedro Brieger, a partir de la decisión de Biden de profundizar las sanciones a Cuba, señalando que si el presidente yanqui se entera de las masacres, desplazamientos y mercenarios colombianos que matan presidentes “se enoja e invade”. Obviamente Biden lo sabe, y obviamente no dice nada. Como ya lo señalé en otro texto, hay marchas y contra marchas en todo el mundo en estas semanas, pero, para algunos, sólo importan las de Cuba. Y acá recuerdo el famoso dicho de Franklin Delano Roosevelt que calificaba a los tiranos de “hijo de puta”, pero cuando le mencionaron a Tacho Somoza, dictador en Nicaragua, afirmó, suelto de cuerpo, “si, pero es nuestro hijo de puta”. Acá me surge esta reflexión acerca de la diferente mirada que solemos tener cuando es “nuestro” o cuando es de “los otros”.

Algo señalaba hace unas semanas cuando la desafortunada frase de Alberto Fernández sobre los barcos, y la importante repercusión que tuvo, siendo que la misma frase – y en un ambiente más “peligroso” – había pronunciado Mauricio Macri y nadie dijo nada. El tema de lo que se ha llamado la “doble vara” es precisamente eso. Y, cuando no se puede simular, resulta que no está tan mal, o que “no es lo que parece”, o bellezas del estilo… Entonces, el envío de armas a Bolivia y la colaboración en el golpe de estado en ese país tiene todos los aditamentos del “nosotros – ellos”. Evo era un dictador, Añez ¡no! Las armas son legales, los votos ¡no! Y podríamos seguir en otras partes: las manifestaciones críticas a Iván Duque son “saqueo – bloqueo – tumulto”, mientras que la represión, muertos, desaparecidos, violadas/os, enceguecidos son “legítima defensa”. Las marchas en Cuba son “un pueblo hastiado”, las que hubo en Chile, Bolivia, Colombia, Argentina (por no citar las de Europa, porque “ellos” siempre hacen todo bien…) esas son “planificadas” por los peligrosos comandos kurdos – mapuches – venezolanos, que matan fiscales, e incluso enfrentan a la gendarmería con armas peligrosísimas como serruchos, destornilladores y ¡hasta una pala! (eso se dijo, no es una exageración irónica).

Lamentablemente, estamos tan habituados a “matar” todo lo de los otros y defender a ultranza lo que es nuestro que el encuentro se vuelve bastante complicado. Y así, ese grupo que sólo ha logrado poder mencionando o simulando dolor ante los muertos, ahora repite en sus discursos a Cromagnon, Once y hasta algún lenguaraz se atreve a mencionar a los desaparecidos sin lavarse antes la boca y los compara con los muertos – que ellos incentivaron – a causa del Covid (señalemos que no se atrevieron a decir que los 100.000 muertos eran como 100.000 fiscales asesinados porque matemáticamente no parecía práctico). Si en lugar de eso se dedicaran a buscar por todos los medios alentar a que se vacunen (los que ellos convencieron de no hacerlo), si se dedicaran a buscar conseguir más vacunas (las que ellos denunciaron como veneno), si se dedicaran a insistir en usar barbijos (los que ellos quemaron) o guardar las distancias (que ellos violaban en cada marcha por un falso conflicto entre libertad e infectadura) … si hicieran eso, todo sería más fácil para todos. Porque - y este es el punto, creo – ser oposición no es “oponerse”, sino oponerse a lo que no está bien, o no es lo suficientemente bueno y proponer alternativas razonables y mejores…

Y, además, no defender lo indefendible. La política económica, la política de salud, la política de educación, la política internacional de Cambiemos / Juntos por el Cambio / Juntos (tache lo que no corresponda) fue realmente deplorable, y resulta por lo menos absurdo (o algo peor) escucharlos cuestionar hoy la inflación, el manejo de la pandemia, de la educación y la política internacional del actual gobierno (reconozcamos que algunos, quizás más lúcidos, eligen no hablar, no mencionar su pasado, e incluso no hacer presente en discursos ni listas ni en actos a ninguno de aquellos (aunque alguna ex bonaerense siga presente). Es curioso… una vez el ex presidente, que reposa reposadamente en reposera suiza, después de 2 años de gobierno dijo que debía ser evaluado “a partir de ahora”; ¿con qué derecho? ¿con qué criterio? Aunque, reconozcámoslo, como a partir de entonces la situación no fue diferente, la evaluación que evaluó “la gente” no lo evaluó bien... o, para decirlo con sus geniales palabras no duranbarbeadas ni marcospeñadas: “no lograron lograr ese logro”. En esa misma línea, cuando se los escucha decir “en estos dos años” como si antes no hubiera habido nada, como si no se viniera de “cosas que pasaron”, como si un 10 de diciembre fuera un punto de partida absoluto.

Claro que esto no significa que las cosas no felices, o negativas, del actual gobierno sean buenas porque son “nuestras”. Se sabe que en política con frecuencia es necesario “tragarse sapos”, pero, por lo menos, es bueno saber y señalar que lo son. Y tratar que, con buenos aditivos, condimentos, acompañamientos y otras cosas, se logre que al menos parezcan sabrosos; porque no es cosa que además de tragarse sapos, encima, estos estén crudos y desabridos… Hay funcionarios que no funcionan, para decirlo repitiendo sabias palabras.

Obviamente hay diferentes miradas (o cristales y colores). Y eso es razonable. Pero, y este es el punto mínimo, creo, hay cosas que definitivamente están mal: alentar un golpe de estado en un país vecino, por ejemplo, está mal; boicotear la campaña de vacunación, está mal; mentir está mal; fomentar miedos inexistentes está mal. Ah… Graciela, y el plan Qunita ¡¡¡está bien… muy bien!!!

 

Foto tomada de https://pxhere.com/es/photo/1047205?__cf_chl_jschl_tk__=pmd_c55f32770a2ea0df7b2ed5ed52e802a98ddb474f-1627056660-0-gqNtZGzNAeKjcnBszQh6

jueves, 22 de julio de 2021

Primero la patria…

 Primero la patria…

Eduardo de la Serna



Cualquier peronista conoce el dicho: “primero la patria, después el movimiento y por último las personas”. Se trata, sin duda, de opciones, de prioridades; para un peronista, es una de las "20 verdades". Y, me parece sensato creer, es un orden de valores que todos debieran aceptar, más allá que, en otros casos donde dice “movimiento” lo cambien por otro conjunto. Pero esto, que es tan razonable, en muchas ocasiones queda en el terreno de los dichos, o de las teorías.

Es frecuente que, con lícitas ambiciones, haya quienes exalten sus virtudes, o las de alguien de su entorno. Y, se puede imaginar, es porque imaginan que eso es lo mejor para la patria y el movimiento. Pero, si de proceso colectivo se trata, es de imaginar que el movimiento o la patria serán quienes señalen la pertinencia de la propuesta. Pero sabemos que nunca falta quienes pretenden “atornillarse” en el lugar en el que están, y – en ocasiones – buscan por todos los medios (no siempre justos, no siempre lícitos) que las cosas no cambien.

Cuando la patria no importa, por ejemplo, se pueden ver cosas abominables como que una denunciadora serial de escasa creatividad y abundantes complicidades logre que se frene y casi anule un exitoso y humanitario plan, que consigue salvar vidas de pequeños bebes, como el plan Qunita. Lo importante no era la patria, por cierto.

Cuando el movimiento no importa, lo vemos a diario, es notable que haya quienes pretendan por todos los medios ubicar a su amante, a su pariente, a un amigo en puestos expectantes. No importa si su capacidad es limitada o nula, solo importa el ego.

Cuando la persona tampoco importa, podemos ver el show de candidaturas de personas que sólo están por ser una cara conocida; algo ya inaugurado hace varios años con desafortunadas conquistas de gobernaciones. La mitad de la campaña está hecha si los votantes ya saben de quién estamos hablando, por más que haya sido un pobre periodista televisivo, una nimia panelista (siempre dirigidos hacia el mismo lado, porque ayer eran independientes y había quienes lo creían), o simplemente el marido de…

¡¡¡Buscar lo mejor para la patria en tantas ocasiones es evidente que no importa nada!!!! Buscar lo mejor para que el movimiento tenga las mejores propuestas para esa patria, importa poco, el eros o las amistades son prioridades.  Buscar personas idóneas, ¡te la debo! Como dijo ya el innecesario…


Foto tomada de https://eleconomista.com.ar/2020-11-elecciones-2021/

 

martes, 20 de julio de 2021

Video con comentario al Evangelio del domingo 17º "B"

 Video con comentario al Evangelio del domingo 17º "B"



también puede verse en 

https://youtu.be/seWK9i4AABk

Eduardo

Abrazo por la amistad

 Abrazo por la amistad

Eduardo de la Serna

En Argentina y algunos otros países, el 20 de julio se celebra el "día de la amistad". Por eso este texto.

Con gusto citaría textos bíblicos que hacen referencia a la amistad; o textos griegos… Pero sería un poco falso, ya que lo que la antigüedad llama “amistad” poco, o casi nada tiene que ver con lo que hoy llamamos tal. Por ejemplo, el término hebreo re’ además de amigo, también es camarada, compañero, seguidor, y otras palabras del estilo. Y no es fácil encontrar en los textos un modo de relación que se asemeje a lo que nosotros llamamos amistad. Algunas relaciones, como la de David y Jonatán, que se plantean con términos de amistad, a nuestros ojos se parecen bastante más a relaciones eróticas de homosexualidad que de una reflexión sobre la amistad. El uso del término griego filía, también traducido por amistad, en realidad, señala una relación entre pares o semejantes, a diferencia de una relación de superioridad-inferioridad como sería la de patrón-cliente. Hay algunas imágenes que se asemejan a la amistad, pero no necesariamente debe traducirse por tal. Me parece importante señalar, entonces, que difícilmente el mundo antiguo se mueve con categorías semejantes a las que en nuestro mundo contemporáneo expresan diferentes modos de relaciones, y en este caso, a la amistad.

En nuestro mundo, tampoco todos entendemos la amistad del mismo modo. Cuando alguien propuso el 20 de julio como “día del (de la) amigo (a)” porque supuestamente ese día el ser humano había llegado a la luna no parece entender, por lo menos, la amistad como muchos la entendemos (y no menciono la duda razonable de que tal “llegada” sea una ficción de la guerra fría, y no un hecho real. Me cuesta entender que la luna no sea una estrella más en una bandera, o que no esté llena de barrios privados, sí así fuera). Pero lo cierto es que, sea como fuere, en lo personal no logro entender qué tendría que ver con la amistad ese supuesto acontecimiento.

Pero, y esto es lo que me importa, mis amigos/as/es y yo sabemos de qué hablamos al decir “amigo”. “Dios y mi canto saben a quien nombro tanto” canta maravillosamente Serrat. No sabría vivir ni un segundo de mi vida sin ellos/as/es. Y no quiero. Y, me importa nada la causa de la conmemoración, me importa todo cada rostro, cada nombre, “cada beso cada abrazo”, cada tiempo “perdido” (porque como tampoco creo eso de que “el tiempo es oro” o time is money, creo que quiero, deseo, necesito, busco, pretendo, espero perder, gastar, regalar mucho tiempo con mis amigos/as/es. Ese tiempo es siembra, es vida. Es amistad.

Hay amigxs a los que veo poco, muy poco; otrxs a los que veo con frecuencia; hay amigxs para charlar sobre A y otrxs para hablar sobre Z, hay amigxs para compartir momentos y otrxs para simplemente mirarnos. Lo que sí sé es que con todos/as/es cuando se da ese momento mágico, maravilloso, extático del encuentro, se vuelve como un momento eterno, aunque durara sólo minutos. No podría (ni tiene sentido) nombrarlos uno a uno/a/e, ni siquiera hacer el esfuerzo de la memoria para recordar sin olvidar a ninguno/a/e. Cuando uno se lanza en el impulso del amor “lleva tras de sí todos los tesoros que posee” dice mi amiga Teresa de Lisieux.

No pretendo hacer una historia de mis amigos/as/es, de quienes quedaron en el camino de la vida, de quienes se incorporaron en nuevos momentos. Quiero simplemente dejar latir el corazón al ritmo de la amistad, y que todos, todas, todes estén presentes en este día y se sepan abrazados/as/es. No quiero mi vida sin ustedes. Así de sencillo celebro o conmemoro este día.

 

Imagen tomada de http://www.colmedicosantafe1.org.ar/index.php/8-noticias/15-reflexiones-sobre-la-amistad-en-el-caf

Comentario a las lecturas domingo 17 "B"

 El profeta Jesús multiplica el pan de los pobres

DOMINGO DECIMOSÉPTIMO - "B"

Eduardo de la Serna




Lectura del segundo libro de los Reyes     4, 42-44

Resumen: en tiempos de hambre alguien lleva al profeta una ofrenda de unos panes de cebada y Eliseo multiplica los panes para que coma toda la comunidad, e incluso sobre comida.


De los profetas bíblicos que conocemos, Eliseo se caracteriza por sus milagros. Los textos bíblicos consignan varios. La multiplicación de los panes de cebada es uno de ellos, narrado a continuación de una comida envenenada que parecen en cierto modo paralelos. En este caso se trata de veinte panes de cebada para cien hombres. El servidor de Eliseo (que ocupa un rol importante en estas diversas escenas de milagros: 2 Re 4,12-15.25-27.31.36.38.43…) sabe que la cantidad es escasa y lo manifiesta, pero Eliseo repite la orden con un añadido: una palabra de parte de Dios: “Comerán y sobrará”. En este caso se trata de una ofrenda que alguien anónimo lleva a la comunidad de profetas (v.38) en la que Eliseo juega un rol especial. 

Es interesante notar que a diferencia de Elías que suele moverse aislado y muchas veces escondido, Eliseo anda en grupo de profetas. En tierras cananeas era frecuente esa colectividad profética. El contexto parece indicar que era frecuente visitarlo en ocasiones especiales (ver 4,23) y – como en este caso – llevarles primicias de los frutos (seguramente para pedir su intercesión a fin de que no falte el pan al oferente). A pesar de que el pan de cebada parece ser el “pan de los pobres”, también es frecuente que sea ofrenda (quizás por eso, a fin de que todos puedan presentarla). De todos modos, por ejemplo la cerveza – hecha con cebada – era una bebida muy estimada (en Sumeria, Egipto, Mesopotamia); el procedimiento era similar solo que se dejaba fermentar. También es conocida en el mundo bíblico (cf. Is 56,12; Pr 23,20; Lc 1,15…).

“Pero, observa lo que quiero darte a entender. Nos alimentamos con alimentos sólidos y bebidas, aunque ellos se limiten al modestísimo pan de cebada y al agua de la fuente”. (Filón, “Sobre los sueños” 48)
“La harina es de cebada tal vez porque, como alimento, la cebada es de discutible valor, y apropiada para los animales irracionales y para los hombres apremiados por las circunstancias; símbolo de que la adúltera en nada difiere de las bestias salvajes, cuyas cópulas tienen lugar indiscriminadamente y sin cuidado alguno; en tanto que la mujer inocente de lo que se le imputa procura que su vida se ajuste a lo que es propio del ser humano”. (Filón, “Sobre las leyes especiales” III,57)
“Pero en el segundo día de los panes ácimos, que es el decimosexto del mes, se participa por primera vez de los frutos de la tierra, porque antes de ese día que no se tocan. Se considera apropiado honrar a Dios, de quien se obtiene esta disposición abundante, ofreciendo en primer lugar los primeros frutos de su cebada, de la siguiente manera…” (Flavio Josefo, “Antigüedades judías” 3250 # 10.5)


 
Lectura de la carta de san Pablo a los cristianos de Éfeso     4, 1-6

Resumen: el autor continúa destacando la importancia de la unidad, es decir de la paz. A vivir de esa manera invita a toda la comunidad ya que es una unidad originada en el bautismo común.


Con justicia puede llamarse a la carta a los Efesios “la carta de la unidad”. Un solo pueblo, un solo hombre nuevo hemos visto la semana pasada. Aquí – continuando con la centralidad que da a la “paz” – insiste en conservar la unidad en la Iglesia. A continuación da un sentido “doctrinal” a esta insistencia. Pero lo hace partiendo de una “exhortación”. Con este término (parakalô) suele comenzar Pablo las secciones parenéticas, es “exhortar”, consolar, sugerir, insinuar, animar, aconsejar… Quien lo hace se presenta como “prisionero en Cristo” lo cual encierra una cierta paradoja.

A lo que aconseja el “preso” es a “caminar (= vivir) apropiadamente al llamado” (klêseôs) con el que fueron “llamados” (eklêthête; la voz pasiva remite a Dios que es quien los ha llamado); en Pablo y sus discípulos es impensable una fe que no implique una “vida” coherente, “apropiada”; es frecuente la invitación a “ser” aquello que “somos”: “indicativo – imperativo, “son de Cristo… sean de Cristo”. En Col 1,10 invita a “caminar apropiadamente” al Señor; Fil 1,27 a una vida apropiada al Evangelio; 1 Tes 2,12 a caminar apropiadamente a Dios. 

Se invita a la humildad, la mansedumbre y paciencia (= Col 3,12). La humildad es la actitud de saberse pequeño ante el Señor (Sal 18,28; 34,19; 102,18; Pr 3,34; Sir 3,20 y también en Qumrán, como ’anaw y su paralelo “pobres de espíritu”. La mansedumbre es casi sinónimo. La paciencia (makrothymía) es magnanimidad (Dios lo es, Mt 18,26; Rm 2,4; 9,22) es la actitud de resistencia ante la prueba (Col 1,11; Sgo 5,10), un fruto del espíritu (Gal 5,22), característico del amor (1 Cor 13,4). El espíritu parece que ha de entenderse no “trinitariamente” en este caso sino destacando el don de Dios en la Iglesia que es generador de unidad, y el espíritu humano que debe ser uno en cuerpo y “espíritu” en la vida intraeclesial, pero en obvia interacción con el espíritu de Dios.

El espíritu es el que produce la unidad (v.3) en la Iglesia. Pero esta unidad produce un “vínculo” (syndesmos). En Col 3,14 el amor es vínculo de perfección. Este vínculo es “de paz”, esto es la armonía plena entre las personas (recordar que la “paz” / shalom tiene fuerte sentido en el mundo bíblico y no es una mera “ausencia de conflicto”) y es el que produce la unidad eclesial.

Esta  unidad se expresa en siete aspectos que no son ajenos al pensamiento de Pablo (1 Cor 8,6; 12,12). La relación fe, bautismo y confesión de fe en el único Señor es propia de Pablo (Rom 6,9; 1 Cor 15,11) ya que hay un “bautismo en el nombre del Señor” (Rom 6,3; Gal 3,27; 1 Cor 1,13; 6,11) en una esperanza (esperanza común) fuimos “llamados” (Rom 8,23; Gal 5,5). Hay, se nota, una estrecha relación de unidad entre el cuerpo y el espíritu, la esperanza, la fe y el Señor, el bautismo y Dios, el Padre… Los cuatro últimos (“un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre”) tienen una cierta tonalidad hímnica, e incluso no es imposible que fuera tomado de ese ambiente, probablemente bautismal.


Evangelio según san Juan     6, 1-15

Resumen: En una escena que luego será profundizada Jesús multiplica los panes ante la multitud. Esto servirá para que lo reconozcan como profeta aunque entiendan de un modo incompleto el signo que será profundizado luego.


El capítulo 6 de Juan nos ubica en tiempo pascual (“la pascua de los judíos”). En ese marco presenta un hecho de Jesús (la multiplicación de los panes), un momento intermedio (omitido por la liturgia, 6,16-23, Jesús camina sobre las aguas) un largo discurso de Jesús interrumpido por preguntas de los asistentes que sirve narrativamente para progresar en la auto-revelación (vv.25-40, domingo 18º), debate con “los judíos” (vv.41-58, domingos 19º y 20º) y dialogo final con los discípulos (vv.60-71, domingo 21º). Es conveniente no perder la dimensión de todo el texto y su “movimiento narrativo” aunque se comente en particular la unidad de cada día. [El domingo 22º la liturgia retoma el Evangelio de Marcos]. La unidad presenta un hecho (17º) que luego será calificado de “signo” (18º), un discurso de auto-revelación en el que Jesús se manifiesta como “pan de vida” (19º) ampliado a un sentido eucarístico (20º) para un dialogo-debate conclusivo sobre el discipulado (21º). Tener esto presente es importante para no mezclar una unidad con la otra, “Juan” suele ir avanzando progresivamente en la revelación de Jesús.

En 6,1 comienza claramente la unidad. Termina la escena anterior, Jesús estaba en Jerusalén (5,1 y se encuentra ahora en Galilea. Extrañamente, porque es de esperar que si se aproxima la Pascua se dirija a Jerusalén; esta es una de las razones por la que algunos autores comentan el cap. 5 después del 6). La gente que “sigue” a Jesús lo hace porque “ve los signos”. Más adelante nos dirá que “lo buscan” no porque vieron signos sino porque se saciaron con los panes (v.26). Es un seguimiento que quizás podemos calificar de “físico”, no de uno “discipular”. En otras ocasiones – por ejemplo con Pedro – Juan juega con este doble sentido (ver 13,37-38; 18,15; 21,19). El verbo ver / contemplar que Juan utiliza aquí (theôreô) es ambiguo, y por momentos es también meramente físico (6,19; 9,8; 10,12; 12,19; 16,10; 20,6.14) y en otras es religioso (2,23; 6,40.62; 12,45; 14,17.19; 17,24); cf. 4,19; 7,3; 8,51; 16,16.17.19; 20,12; podríamos decir – y será importante más adelante – que hay un “ver” sinónimo de “mirar” y otro “ver” sinónimo de “creer”. Sin duda el contexto y el sentido nos permitirán descubrir cada caso. 

Jesús “fue” (el término no es común, aunque Pablo en Gal 1,17.18 lo utiliza para “subir a Jerusalén, sólo aquí en el NT; habitualmente se usa “subir” [anabainô], más de 100 veces en AT y x5 en NT) al monte y se “sentó”. Si en otros textos estar “sentado” es la actitud de la enseñanza (docente: Mc 4,1; 13,3; Mt 13,1.2; 15,29; 24,3 o discipular: Mc 3,32; 5,15; Lc 5,17), en Juan esta es meramente física (2,14; 9,8; 12,15). Juan acota que se aproximaba la Pascua a la que – como hace en otras ocasiones – califica de “fiesta de los judíos” (2,13; 5,1; 7,2; 11,55); en el Cuarto Evangelio las instituciones judías quedan abolidas y reemplazas por la misma persona de Jesús, por lo que ya no tienen sentido para la comunidad las fiestas judías.

Levantar los ojos” puede ser una actitud de oración (17,1) o de mirar atentamente (4,35) lo que de otro modo no se vería. Lo que Jesús ve es la multitud (ojlos) que se acerca hacia él. Es precisamente esta multitud la que “sigue” a Jesús (y lo seguirá haciendo en adelante, cf. vv.22.24). En adelante, entre la muchedumbre algunos creerán y otros no (7,31). Una característica de Juan es, precisamente, que ante Jesús se provoca división (7,43) entre la gente (otra característica es que el término ojlos sólo se encuentra en la primera parte del Evangelio (1-12) y desaparece en la segunda (13-21). 

Jesús se dirige a Felipe (en los sinópticos sólo conocíamos su nombre en la lista de los Doce, aunque hay otros “felipes”). En Juan se encuentra dentro de los primeros llamados por Jesús (1,43) que a su vez convoca a otros (1,45). Al final de la primera parte del Evangelio unos griegos se dirigen a él diciéndole que quieren “ver a Jesús” (12,21). Ya cuando sabemos que Jesús va al Padre, Felipe le dice que le “muestre al Padre y eso les basta” (14,8), malentendido que – como es habitual en Juan – servirá para desarrollar el discurso de auto-revelación. Así como Felipe ha conducido a Natanael y a los “griegos” hacia Jesús, con su última pregunta nos conduce a los lectores a saber que la comunión entre el Padre y Jesús es plena y las palabras y las obras de Jesús son precisamente las de Dios. Acá la pregunta de Jesús a Felipe es señalada (en un paréntesis característico de Juan: “lo decía para…”) como una “prueba” (peirazô), un testeo para probar la calidad de algo. Jesús sabía lo que iba a hacer. Él pregunta “dónde” compraremos, pero Felipe afirma que con doscientos denarios no alcanza para dar al menos un poco a cada uno [es bueno recordar que un denario es un jornal]. Ahora interviene Andrés, presentado como “hermano de Simón Pedro”; siempre lo encontramos en relación a Felipe ya que ambos son originarios de la misma localidad, Betsaida (1,44). Precisamente por eso Felipe lo busca para ir juntos a presentarle a Jesús los griegos que desean verlo (12,22).

Andrés informa de lo que tiene consigo un “muchacho” (paidárion, sólo aquí en el NT; Guejazí, el sirviente de Eliseo es calificado con mucha frecuencia de paidárion en 2 Re 4): cinco panes “de cebada” y “dos pescados” (el término ofárion sólo se encuentra en Juan en la Biblia [salvo en una versión de Tob 2,2], aquí (vv.9.11) y en 21,9.10.13; el término habitual de peces es ijthys, que Jn también usa en 21,6.8.11). Ante este mero dato Jesús actúa lo que ya “sabía que iba a hacer”. Manda “recostarse” (anapíptô) en la actitud de comer (Lc 11,37; 14,10; 17,7). Juan acota que había “mucha hierba” lo cual es obvio puesto que se trata de la primavera. El número de varones es elevado: unos cinco mil. Estaban “recostados” (anákeimai; término exclusivo del NT que muestra la actitud de comensalidad, cf. Mt 9,10; 22,10; 26,7; Mc 6,26; Jn 12,2) mientras “comparten” lo que Jesús les da. 

Antes de continuar con el relato es bueno ver las semejanzas y diferencias con el texto de Eliseo y los sinópticos:

2 Re 4 (Eliseo)
Sinópticos
Juan

Mucha gente (Mc 6,34)
Mucha gente
Un hombre… veinte panes de cebada
Cinco panes… dos peces
Un muchacho… cinco panes de cebada, dos peces
“Dáselo a la gente para que coman”
Ordenó acomodarse… se recostaron (Mc 6,39-40)
“hagan recostarse”
Objeción a causa del número de gente
¿compraremos panes por doscientos denarios? (Mc 6,37) (discípulos)
¿dónde compraremos panes? (Jesús)
“por doscientos denarios no bastan” (Felipe)

Tomó los panes y los peces (Mc 6,41) “dio gracias” (Mc 8,6)
Tomó los panes… dando gracias
Comieron
Comieron y se saciaron (Mc 6,42)
Se hartaron
Sobras
Doce canastos (Mc 6,43; sólo Marcos acota que sobraron peces)
Doce canastos de los cinco panes de cebada
Cien hombres
Cinco mil hombres (Mc 6,44; Mateo aclara “sin contar las mujeres y los niños”, 14,21)
Cinco mil varones

Lo que Jesús hace con “los panes” es “después de dar gracias” (eujaristêsas), y los peces son mencionados casi “de pasada”: lo que importan son los panes [como en los sinópticos el texto prepara – con referencias eucarísticas – lo que dirá más adelante en el discurso, vv.53-58]. Pero esto que les da es lo suficientemente abundante, es “todo lo que quisieron”. Luego de que los “comensales” estuvieron “plenos”, “reúne” (synagô, de donde viene “sinagoga”). Lo “sobrante” en el NT se encuentra exclusivamente en referencia a los fragmentos / trozos “sobrantes” en la Multiplicación (Mt 14,20; 15,37; Mc 6,43; 8,8.19.20; Lc 9,17; Jn 6,12.13). El acento sigue puesto en los panes ya que se destaca que eso es lo sobrante (v.13) sin hacerse mención de los peces. Los canastos (kófinos) se encuentran en el NT sólo en referencia a este acontecimiento. La mención a los canastos como “doce” debe provenir del dato tradicional ya que la referencia al grupo de los Doce no es importante en Juan (6,67.70.71; 20,24). Los que “comieron” (bibrôskô): se utiliza un término extraño que sólo aquí se encuentra en el NT. “Para que nada se pierda” es tema habitual en Juan (6,39; 10,28; 17,12; 18,9).

La reacción de los hombres al ver (oraô) el signo [con este término empieza y termina la unidad, vv.2.14] reconocen a Jesús como “profeta”, el “que  iba a venir a este mundo” (v.14). Ya sabíamos que Jesús es la luz “que viene al mundo” (3,19; 12,46), que “viene al mundo” para un “juicio” (9,39), o mejor “para salvar” (12,47), el “hijo de Dios que iba a venir al mundo” (11,27) para “dar testimonio de la verdad” (18,37), aunque también “viene el príncipe de este mundo” (14,30). En otras ocasiones – en Juan – en los procesos de revelación el reconocimiento de Jesús como profeta es un paso positivo en la fe (cf. 4,44; 7,52) pero que luego será superado (cf. 4,19; 9,17; cf. 7,40). De eso se trata el discurso que viene a continuación (en próximos domingos).

La constatación de que no han comprendido plenamente el rol de Jesús viene manifestada en su “huida” al “monte” [nuevo término que se repite al comienzo y al final de la unidad]. Jesús sabe que pretenden “forzarlo” (arrebatarlo, cf. 10,12.28.29) y hacerlo “rey”. Nosotros sabemos que Jesús lo es (1,49; 12,13.15; 18,37) pero un rey que no es “de este mundo” de incredulidad, de violencia y muerte. El “reinado” de Jesús (en contraposición al “príncipe de este mundo”) es un reinado de verdad y de vida (cf. 8,44). Juan se sigue moviendo en la ambigüedad del comienzo, lo que le permitirá seguir avanzando en el discurso revelador.

Foto tomada de www.cipecar.org