miércoles, 14 de julio de 2021

¡¡¡Marchemos!!!

 ¡¡¡Marchemos!!!

Eduardo de la Serna



En lo personal suelo ser militante en cuanto a marchas que me parecen justas se trata. Incluso recuerdo, casi a modo gracioso, un domingo. Estaba bastante cansado. Había una marcha por Santiago Maldonado. Creo que la primera. Pero preferí tirarme en la cama para descansar. Estaba casi por dormir cuando escucho que empieza a llover. Y me dije “¡Uh! Llueve. Va a haber poca gente en la marcha”. Ahí mismo me levanté y me dirigí a la Plaza. Por supuesto que esa actitud “marchosa” me hizo recibir más de una vez gases lacrimógenos o “pasarle cerca”. Pero esto no es algo meramente personal: los argentinos estamos bastante habituados a marchar. Unos y otros. Hubo marchas a las que no fui, ni iría; hubo marchas de las que no pude participar y me hubiera gustado. He estado en marchas multitudinarias, por ejemplo y marchas de poca gente. Creo que es evidente que el tema es la causa que convoca y por la que nos sentimos o no convocados. Así se conjugan una serie de elementos: las causas, que provocan las marchas; los convocados, que manifiestan su opinión favorable o contraria a las causas; la reacción oficial ante la convocatoria. Esta reacción en ocasiones es silenciosa (o, a veces pareciera de desconcierto o de estar golpeados) y, en otras, es reprimida. A veces por alguna razón o excusa y en otras simplemente por estar en contra de lo que la motiva… No pretendo hacer un estudio sobre “marchas” sino simplemente señalar algunas características. En los últimos tiempos, además, hemos sido testigos de diferentes marchas críticas: los casos de Bolivia ante el golpe de Camacho, Macri y Añez, de Chile en reacción a un tema menor (el precio del metro) que desembocó en gigantescas protestas, en Colombia, a raíz de un proyecto impositivo que también confluyó en movilizaciones y represiones por doquier… ¿Y cómo reaccionaron los Grandes Medios de (in) comunicación? En muchas ocasiones no informando hasta que ya no podían esconderlo. Otras veces aplicando el viejo dicho: “¿Cómo esconder un elefante en una avenida? ¡Soltando 500 elefantes!” Con su fenomenal aparato de comunicaciones cómplice, por ejemplo, el macrismo reprimió una marcha multitudinaria en contra de la reforma jubilatoria. No solamente los medios “informaban” de los enormes beneficios que la ley traería a los jubilados (¡beneficios para los ricos, por cierto!), ley que días antes, previos a las elecciones habían afirmado y reafirmado que jamás propondrían. Y, finalmente, justificando la feroz represión (y “feroz” quizás sea suave) en las “14 toneladas” de piedras que arrojaron los manifestantes contra “los que nos cuidan”. Como yo fui a la marcha, y salvando alguno siempre exaltado (de los que, habitualmente, sospecho policías infiltrados… Esos que en las marchas por Santiago Maldonado eran demasiado evidentes) los que vi exaltados eran policías, gendarmes, y hasta Policía de Seguridad Aeroportuaria (¿¿¿¿¡¡¡!!!???). No vi “contenedores” cargados de piedras (porque para tener 14 toneladas no bastan algunos bolsitos) ni vi oficiales recolectándolas para luego pesarlas. Pero, y este es el tema, no tuve ningún amigo o amiga del exterior que me preguntaran si había que derrocar a Macri, si había clima de revolución o cosas por el estilo. Nadie… A lo sumo alguna pregunta sencilla. Pero clima prerrevolucionario, ¡no!


¿Entonces? Entonces, que haya marchas aquí o allá me parece sensato. Y, además, según el caso, los participantes y las causas, algo digno de tener en cuenta. El nerviosismo internacional por el Covid, por ejemplo, hace que muchos y muchas estén más propensos a la queja o la protesta. Así, en Europa hubo, en varias ciudades, manifestaciones en contra del confinamiento a causa de la pandemia, y nadie imaginó que los gobiernos estaban por caer o ser derribados. Entonces, ¿por qué Cuba sí? Sencillamente me hago esa pregunta, ¿por qué Cuba? ¡Porque es Cuba! Hubo marchas en Cuba, sin duda. ¿Y? Toda la prensa hegemónica (casi monopólica) no hace sino hablar páginas y más páginas, o pantallas y más pantallas, de la situación de Cuba. Eso sí (¡y como es obvio y habitual!) páginas y pantallas en las que la palabra “bloqueo” no se encuentra, y tampoco la palabra “dignidad”. La intención evidente de los mal-informantes es transparente para quienes quieren mirar.


En lo personal, no conozco Cuba. Nunca he estado. Sé que, tras la caída del muro, la ayuda que periódicamente le daba la URSS dejó de fluir. Aprovechando sus increíbles bellezas naturales, Cuba se abrió al turismo garantizando, así, el ingreso de divisas. Y sé que, pandemia mediante, el sector turístico ha vivido, en el mundo entero, su “peor año en medio siglo”, al decir de los diferentes medios. Según las Naciones Unidas, “El impacto del COVID-19 en el turismo costará cuatro billones de dólares a la economía mundial” (30 de junio 2021, https://news.un.org/es/story/2021/06/1493872). ¿Por qué sería Cuba una excepción en este tema?


Es decir, entre el bloqueo y la crisis económica mundial no veo por qué Cuba no se vería afectada. Por supuesto que eso repercute en la población. En la del mundo entero. Es una pena que los Medios de (in) Comunicación sean cada vez más evidentemente instrumentos o arietes del poder económico, llenos de sicarios y sicarias que entran en nuestras casas a cada momento. Pero de nosotros y nosotras será la tarea de resistir esos embates. Y pensar por nuestra cuenta. Estar de acuerdo o no con determinadas actitudes, políticas o hasta gobiernos. Pero no ser marionetas manejadas desde un suprapoder siempre invisible. Siempre presente. 


Foto de la represión del macrismo a las manifestaciones contra la ley previsional (15 de diciembre 2017) tomada de https://www.nodal.am/2017/12/reforma-previsional-argentina-macri-da-marcha-atras-sacarla-decreto-tras-una-jornada-tension-represion/

3 comentarios:

  1. Hola Sr eduardo de la serna, la verdad que no se si es usted con exactitud, el de la pelicula la inocencia, en el caso que lo fuera, queria saber como acceder a la pelicula, ya que estamos trabajando con ese material en el Profesorado de educacion especial de San Salvador de Jujuy- Jujuy- Argentina... desde ya le agradezco todo tipo de informacion

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    1. Hola... hay un tocayo mío que es director de cine (y por las referencias que tengo, muy bueno), pero no tengo nada que ver con él, ni siquiera nos conocemos. Lo siento.

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  2. Le dejo mi correo por las dudas agustinavaleriano.2017@gmail.com

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