Video con comentario al Evangelio del domingo 30º B
también en
Eduardo
Déjà vu (esto ya lo vi…. Y lo viví)
Eduardo de la
Serna
Muchas veces
estamos tentados de decir que la historia se repite, que algo es cíclico o
cosas por el estilo. Y, en ocasiones, estás son tan, ¡pero tan!, semejantes que
viajamos a Francia con un déjà vu.
En el barrio
donde yo estoy, todavía hay mucha gente que recuerda las consecuencias del
demencial intento de copamiento – por el ERP – del cuartel militar en Monte
Chingolo. Como – por lo que parece – el intento estaba “cantado”, los estaban
esperando y comenzó una masacre; y en esta masacre muchos corrieron, y – por el
barrio – recuerdan muertos, tiroteos, heridos, helicópteros o camiones de
ejército. Lo cierto, y es lo que me interesa en este caso, este hecho demolió
la estructura militar del ERP, como el fallido copamiento en Formosa había debilitado
terriblemente a los Montoneros. Si antes, un intento de enfrentar la violencia
o la lucha armada con diálogo y Constitución era difícil (pero posible), ahora
era “pan comido”. Pero, como – y especialmente desde Rodolfo Walsh – lo sabemos,
la guerrilla no era el tema sino la excusa para el golpe militar. La excusa
para implantar un modelo económico que, sin violencia, represión y muerte, no
sería posible. Es por eso que, con toda lógica, hablamos de dictadura
cívico-militar (la que, además, contó con la bendición eclesiástica, insistimos).
Y, aquí el tema, ese modelo económico – Martínez de Hoz mediante – resulta que
vuelve, y vuelve… (ahora votado, debemos reconocerlo, gracias a un fenomenal
aparato publicitario… sólo una persona ignorante de toda ignorancia puede
desconocer el poder fenomenal de la publicidad política… ya los asirios lo
usufructuaron). Esto ya lo viví (mos).
Y resulta
que, en aquel golpe, de destituyó un gobierno constitucional, el ejército (el
mismo que aplaude Victoria Villarruel) destituyó a una lamentable presidenta. Y
es bueno recordar, que, de tan lamentable, no solamente “se tomó unas
prolongadas vacaciones”, sino que se adelantaron las elecciones y se aclaró que
ella no sería candidata, pero el Golpe – insistimos, la excusa del Golpe – ya estaba
preparado y en gestación. Estela Martínez, viuda de Perón, “Isabelita”, demostró
su total incapacidad para el cargo, pero era la presidenta en ejercicio. La
sensación era que era un títere de su ministro de Bienestar Social (hoy “Capital
[sic] humano”; José López Rega, “el brujo”). Era patético ver a ella
pronunciando un discurso y al Brujo detrás moviendo los labios diciendo exactamente
lo mismo (es decir, diciéndonos a todos, “yo manejo la cosa”). Este brujo fue
el creador de la terrible Triple A (Alianza Anticomunista Argentina… porque los
“zurdos de m…” eran detestables y debían ser eliminados todos; basta recordar
la cantidad de cantantes, actores y dirigentes que se exiliaron… ¡hasta
Brandoni!), la misma que debutaba asesinando a Carlos Mugica. Todas las huestes
que conformaron este grupo paramilitar se incorporaron alegre y pacífica – pero
dudo que gratuitamente – a los comandos clandestinos de los Grupos de
Operaciones… No está de más recordar que quienes lograron la destitución – y fuga
– del Brujo no fueron las organizaciones armadas, sino el Movimiento Obrero
Organizado (que entonces era “movimiento obrero”).
Pero la “Noche
oscura” de la dictadura no fue eterna (¡nunca lo son!, aunque sean duraderas),
y hubo elecciones. En esas elecciones había dos candidatos con claras
posibilidades de ser elegidos por el voto popular (aunque las Fuerzas Armadas,
en retirada, y la “Santa Madre” con el latiguillo de “reconciliación” siguieran
siendo un obstáculo en el camino de quienes resultaran elegidos. Es sabido que
el triunfador fue Raúl Ricardo Alfonsín, a quién desde el facilismo de los Medios
de Comunicación Social titulan “el padre de la democracia”, mostrando una
enorme incapacidad de análisis y de acceso a la verdad). Lo cierto es que en
los días finales de la campaña electoral hubo sendos actos en el obelisco (26
de octubre, Alfonsín y 28 de octubre 1983 Ítalo Luder). En este último acto
hizo su lamentable irrupción el que era candidato peronista a gobernador de la
Provincia de Buenos Aires, Herminio Iglesias, que en un momento extático y
delirante quemó un cajón de cartón con las siglas UCR. No son pocos los que
afirman que en ese solo gesto se incineraron las posibilidades electorales del
peronismo. La sociedad – saliendo de la dictadura y la deplorable desde de
Malvinas, en la que Margaret Thatcher y su ejército demostró que no era lo
mismo asesinar gente desarmada por las calles de la Argentina, torturarla,
violarla, y desde aviones en ocasiones, tirarlas al mar… Los británicos tenían
aviones, barcos, submarinos y un ejército que dio batalla (mientras tantos
militares, muchos que ahora pareciera que son “héroes de Malvinas” dieron
vergüenza, como es el caso emblemático de Alfredo Astiz, al que muchos no
necesitamos googlear para reconocer.
En suma… hoy
veo que vuelven los dizque héroes de Malvinas, vuelve Isabelita, vuelven los “zurdos
de m…”, vuelve el cajón, vuelve el modelo económico, volvemos a ser “los mejores
alumnos de los EEUU” y demás cosas, y “me da cosita”. Esto ya lo viví… Y, lo
que más cosita me da es que sé cómo termina todo esto. Siempre estamos a tiempo
de cambiar de rumbo antes de la muerte.
Jeroboam II, descendiente de Jeroboam
Eduardo
de la Serna
Hace pocos hicimos referencia a un rey de Israel
llamado Jeroboam. Señalamos allí que fue como una especie de ejemplo de “mal
rey” por antonomasia en todo el reino Norte. “Seguir los caminos” o “hacer como hizo Jeroboam”
es sinónimo de decir que fue tan malo como aquel que fue "el peor". Unos 150 años después de
aquel, hubo un nuevo Jeroboam a quien, por cierto, se lo conoce como Jeroboam
II. Así lo dice el texto bíblico:
“En el año quince de Amasías, hijo de Joás,
rey de Judá, comenzó a reinar Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel, en
Samaría. Reinó 41 años. Hizo el mal a los ojos de Yavéh y no se apartó de todos
los pecados con que Jeroboam, hijo de Nebat, hizo pecar a Israel” (2 Re
14:23-24).
Ahora bien, si el pecado
característico del primero fue haber roto con la familia de David, despreciado
el Templo de Jerusalén y alentado el culto a los ídolos, con lo que se
empieza a fracturar la unidad del pueblo y perder la tierra, no es eso lo que se afirma
del segundo.
De hecho, su gobierno se caracterizó por una cierta
prosperidad y un tiempo de paz exterior que le permitió el progreso económico,
aunque discutible. No obstante, el libro de los Reyes es crítico de este rey, pero
no puede disimular esto y así lo dice:
“Él restableció las fronteras de Israel desde la Entrada de Jamat hasta el mar de la Arabá, según la palabra que Yahveh, Dios de Israel, había dicho por boca de su siervo, el profeta Jonás, hijo de Amittay, el de Gat de Jéfer, porque Yahveh había visto la miseria, amarga en extremo, de Israel; no había esclavo ni libre, ni quien auxiliara a Israel. No había decidido Yahveh borrar el nombre de Israel de debajo de los cielos y lo salvó por mano de Jeroboam, hijo de Joás. El resto de los hechos de Jeroboam, todo cuanto hizo y la bravura con que guerreó, y cómo devolvió Jamat y Damasco a Judá y a Israel, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel?” (14:25-28).
Como se ve, por un lado, la mirada es
positiva (restableció las fronteras, bravura) pero a su vez negativa (“hizo el
mal a los ojos de Yahvé”).
Sin duda, recuperar o ampliar las
fronteras es algo posible si no hay grandes enemigos externos en el ambiente como serán más
tarde Asiria o Babilonia, sino que se vive en un clima general de armonía. Pero
eso no significa “hacer lo que agrada a Dios”, y ese es el punto del “hacer el
mal”.
Hubo dos grandes profetas que hablaron en
tiempos de este rey; Oseas y Amós (de los que hemos hablado en otros artículos;
ver Oseas 1,1 y Amós 1,1). Oseas se enfrenta a la idolatría vigente, algo que –
también cuestiona 1 Reyes (eso se afirma al decir que “no se apartó de los
pecados de Jeroboam”) – y una de las cosas que critica muy duramente (y lo
señalamos) es la actitud de creer que Dios está conforme con nosotros por el culto
que damos y no por vivir coherentemente con su voluntad. Es lo que se llama un
“culto vacío”: es decir, dar culto a Dios, pero con una vida vacía de
fidelidad. Amós, por su parte, cuestiona al rey por la falta de justicia.
También el templo y el culto es criticado (ver Amós 7,9-11) pero en este caso
lo que el profeta cuestiona es que, en su gobierno, los ricos son beneficiados
mientras que los pobres no son tenidos en cuenta. Nuevamente un “culto vacío”,
aunque, en este caso, visto no desde la mirada de Dios, como lo hace Oseas,
sino desde la mirada de los pobres. Es frecuente que quien habla desde la perspectiva de los
ricos o los poderosos no sea crítico del gobierno de un rey que los favorece, y
entonces se celebre la paz exterior o el cuidado de las fronteras, pero que
esto sea muy diferente si se mira desde el lugar del pobre. Un gobierno donde “los
ricos son cada vez más ricos a costa de los pobres cada vez más pobres” sin
duda será criticado por un profeta como Amós.
Nos encontramos así con un rey
valorado por algunos y criticado por otros, como suele pasar con tantos
gobiernos.
La mirada de los autores bíblicos, que quiere mirar la historia según los pobres sean o no reconocidos y tratados como verdaderos hermanos y hermanas presenta una mirada alternativa. Un profeta como Amós es expulsado de la tierra por decir cosas que molestan al rey mientras es aplaudido por otros como el sacerdote Amasías (Am 7,10). Parece un buen ejemplo para mirar nuestra realidad y nuestro tiempo y decidirnos a ver con los ojos del Dios de Israel y desde el lugar del pobre.
Imagen tomada de https://humanidades.com/monarquia-absoluta/
Pasteurizando el Evangelio
Eduardo de la
Serna
Varias veces
tuve – esta semana – que insistir en el tema del “camello y el ojo de la aguja”;
no voy a repetirme, sino que ahora quiero ir por otro costado del planteo…
Quiero empezar
con una nota histórica, una “fake news” de la antigüedad.
Es sabido que
Orígenes, de Alejandría, fue quizás, el más grande estudioso de la Biblia de la
historia. Sea como fuere, su característica exegética fue que, impregnado de
neoplatonismo, leía la Biblia en clave “espiritual”, es decir, el texto dice
algo, pero, más allá de la letra, hay un algo más escondido; algo superior. Su
abundante obra literaria muestra una profunda lectura bíblica en clave
alegórica. Ahora bien, por algún extraño motivo, alguien, que pretendía
desvalorizarlo, cuestionarlo negativamente, dejó trascender la noticia de que
Orígenes había tomado al pie de la letra el texto de Mateo 19,12 donde Jesús
dice que hay quienes se hacen a sí mismos eunucos por el Reino de los cielos y,
entonces, Orígenes se habría castrado. Eso pretendía – ¡y logró! – desvalorizarlo,
y desalentar cualquier intento de reconocimiento oficial de su persona. No hay
ninguna constancia seria que permita afirmar la automutilación de Orígenes,
pero – además – resultaría curioso que alguien que toda lectura bíblica la hizo
en clave alegórica, justo un texto alegórico no lo haya entendido de ese modo.
Es evidente
que todo texto “es leído” y el lector, su lugar, su ideología, sus miradas, su
situación, llevan a acentuar ciertos textos y limitar otros. Pero, no es menos
cierto, que lo razonable es leer cada texto en su contexto, y no es sensato
hacerle decir a los textos lo que los textos no dicen, por más que me gustaría
que lo haga o me molestaría si lo hiciera…
Así, en ciertos
ambientes cristianos, actualmente, resulta notable
quienes dicen
ese tipo de cosas (“curiosamente” centradas siempre en el sexo) no causan
demasiados problemas… y se apoyan – afirman – en textos bíblicos. Pero si uno
osara decir que un rico no entra en el reino de Dios, porque no pasa un camello
por el ojo de una aguja, inmediatamente se empieza a “pasteurizar” el evangelio,
y se empieza con que un camello en realidad es una soga (mal leído por el texto
griego) o que el ojo de una aguja es en realidad una puerta (que jamás
existió), la cosa es espiritualizar un texto en el que Jesús fue duro y claro.
¿Por qué
molesta tanto que Jesús sea crítico con los ricos?
Supongamos
por un minuto que el texto no dice lo que dice… en el Nuevo Testamento abundan
los textos que son tanto críticos con los ricos, como abrazando a los pobres. Textos
que deben ser interpretados (como todos los textos), ¡por supuesto!, pero no
deformados, no “ablandados”. Y curiosamente los que se ablandan son los textos que
son críticos con los ricos y abrazan a los pobres… Así se pusieron “reyes” en
el pesebre (¿de dónde se concluyó que “unos magos” eran reyes? Pero no es cosa
que solamente haya pobres, ¿no?); que siempre los pobres son “de espíritu” (¿de
donde se sacó que las 34 veces que se encuentra el término “pobres” en el NT
siempre han de leerse a la luz de un solo texto [Mt 5,3] que claramente refleja
una intencionalidad teológica de Mateo?); que dar a los pobres solo es
necesario si se quiere “ser perfecto” cosa que no es para todos (¿de dónde se
concluye semejante lectura de Mt 19,21?); que la divinización del dios “Dinero”
no tiene que ver con el manejo del dinero en la “cosa pública”; que la actitud
de Pablo diciendo que una eucaristía donde no están todos sentados en torno a
la misma mesa “no es la cena del Señor” (1 Cor 11,20) y el terrible “Ay de
ustedes, los ricos” de Santiago (5,1) es mejor simularlo. A lo que debe añadirse
que el Magnificat debe leerse espiritualmente (porque es más importante
el supuesto “silencio de María” que su canto profético, que el Ay de Lucas a
los ricos debe leerse en clave espiritual (6,24; por Mt 5,3 [sic]), que la parábola
del pobre Lázaro es solamente una parábola (Lc 16,19-31), que la crítica de
Lucas a los fariseos porque eran “amigos del dinero” (Lc 16,14), del discípulo
de Pablo de que la “avaricia es una forma de idolatría” (Col 3,5), de que la
traición de Judas en Lucas queda reafirmada en la traición a su mensaje porque “compró
un campo” (Hch 1,18); que la comunidad ideal comparte los bienes y no hay
necesitados entre ellos porque los que tenían bienes los vendían… todo eso
puede “cajonearse”. Los textos podrían multiplicarse, y casi no hace falta que
Jesús diga que es imposible para un rico entrar en el Reino de Dios, porque es
imposible que un camello pase por el ojo de una aguja. Pero… pero, ¡lo dice!
Perón decía
que el órgano más sensible del cuerpo humano es el bolsillo. Pues así parece.
Cuestionar temas sexuales no parece tan grave como hacerlo con temas
económicos, a pesar que los primeros sólo dicen relación a una persona (y su
entorno) mientras que el segundo tiene connotaciones sociales, políticas,
eclesiales… Y, curiosamente, además, es algo defendido incluso por quienes no
son ricos (quizás teniendo un rico introyectado, o expresar aspiraciones de
serlo). La cuestión no es qué me gustaría que dijera o no, qué es más fácil de
decir en la comunidad… la cuestión es, sencillamente, ¿qué dice? Al fin y al
cabo, al menos algunos, creemos que es “palabra de Dios”, es decir, “así es
Dios”; no es poca cosa verlo, conocerlo y abrazarlo tal cual es y no que sea un
“Dios a mi imagen y semejanza” (ese, en la Biblia, es lo que es un ídolo).
Foto tomada de https://cpnavarro.wordpress.com/2013/06/18/vino-con-soda-por-favor/
Un camello es un camello, una aguja es una aguja (nada de puerta, nada de soga)
Eduardo de la Serna
Habiendo
escuchado y sabido que, en más de una ocasión, ante el evangelio del pasado
domingo donde Jesús dice que “es más fácil que pase un camello por el ojo de
una aguja que un rico entre en el reino de Dios”, más de una homilía hizo
referencia a que “la aguja” sería una puerta (o, eventualmente, el camello
sería una soga) me he dedicado a transcribir lo que sobre el dicho afirman
muchos comentaristas:
MAT 19:24 |
MAR 10:25 |
LUC 18:25 |
se los repito, es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el Reino de los Dios». |
Es más fácil que un camello pase por la abertura de la aguja, que el que un rico entre en el Reino de Dios». |
Es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja*, que el que un rico entre en el Reino de Dios». |
Notas introductorias:
“Es
más fácil” (eukopos) en el NT es comparativo, señala un evento imposible.
¿qué es más fácil decir? (al paralítico); y Lc 16,17: más fácil que pasen el
cielo y la tierra… Es decir, la comparación es entre dos situaciones. La
reacción de los discípulos hace patente la imposibilidad: “¿entonces quién?” y
el acento es claramente la imposibilidad “para los seres humanos” (cf. Zac 8,6;
Gen 18,14; Jb 42,2); no se trata entonces de dos cosas difíciles sino de dos
cosas imposibles.
Por
“ojo”, Mc dice trymalías; Mt trypêma; Lc trêma (como también
ocurre con el término aguja, salvo trymalías (Mc [“abertura”]) todos son
hápax).
Como
“aguja”, Mc y Mt utiliza rhafidós, mientras que Lc usa belones.
En
el judaísmo, el Midras afirma:
«R. Jassa dijo: El Santo, bendito sea, dijo
a Israel: 'Hijos míos, presentadme una abertura de arrepentimiento no más
grande que el ojo de una aguja, y la ensancharé para convertirla en aberturas a
través de las cuales carros y carruajes puedan pasar». (Midras Cantar V.2)
Y
el Talmud:
“Raba dijo: Esto se
demuestra por el hecho de que a un hombre nunca se le
muestra en un sueño una palma datilera de oro, o un
elefante que pasa por el ojo de una aguja” (Talmud, Berac
55b).
Es
sabido que Mateo usa “reino de los cielos” en lugar de “reino de Dios”, pero en
pocas ocasiones dice “reino de Dios”, seguramente para ser conflictivo (“de los
cielos” era más apaciguado, decir “de Dios” es provocador en su ambiente; cf.
21,31.43). Por alguna razón Mateo en este texto pretende ser pregnante y dice
“reino de Dios”.
¿Es
un dicho del Jesús histórico? Siguiendo criterios precisos de acceso a dichos o
hechos de Jesús, hay importantes autores que no hacen referencia al texto (que
no haya elementos suficientes para atribuirlo a Jesús no significa negarlo,
pero sí que no podemos afirmarlo con seguridad), así, por ejemplo, no lo
incluyen J. P. Meier, G. Theissen, G. Lohfink. Muy brevemente J.
Gnilka dice que “la manera plástica y sorprendente de hablar dice mucho en
favor de la autenticidad” (Jesús de Nazaret. Mensaje e historia, Barcelona:
Herder 1993, 176). En nota, J. D. C. Dunn señala que “Funk señala que el
dicho sobre ‘el ojo de una aguja’ – un aforismo gráfico y humorístico – ‘devino
un punto de referencia a la hora de determinar por los miembros (del Jesus
Seminar) la autenticidad de los dichos atribuidos a Jesús” (Jesús
recordado, Navarra: Verbo Divino 2009, 479 nota 164 y aclara que “pocos dudan
que Jesús realizó este tipo de advertencias, 597 nota 16). G. Barbaglio
afirma que es “un dicho arcaico atribuible al nazareno” (Gesù ebreo di Galilea.
Ingagine storica, Bologna: EDB 2002, 373). Es importante aclarar que ni lo
arcaico, ni el evidente semitismo o modo de hablar parecen suficientes para
muchos autores. Es evidente que buenos narradores – como los evangelistas –
bien pueden ser creativos al respecto.
Aclaración de diferentes biblistas
“Un escriba puede
haber encontrado la yuxtaposición entre el camello y la aguja muy
incomprensible y substituyó “soga” por “camello”, [en griego kamilon por
kamêlon; manuscritos tardíos y poco importantes: 13. 28. 471. 523]. Pero
el dicho es hiperbólico y refiere a algo que es obviamente imposible. Gran
parte del poder de este dicho recae en la evocación de la imagen mental de un
enorme camello y una pequeña aguja con un ojo aún más pequeño” [A. Yarbro
Collins, Mark, Hermeneia, Minneapolis: Fortress Press 2007, 480].
“…la rigurosidad del
dicho emerge sobre todo en la paradoja del camello y el ojo de una aguja. De
hecho, eso significa que un rico no puede entrar en el reino de Dios. Variantes
en la tradición textual o propuestas conjeturales se esfuerzan de atemperar la
rigurosidad: una soga por el ojo de la aguja (Teofilacto, Eutimio), un camello
por una abertura (Sinaítico b). Sorprende en v.23s el cambio de reino de los
cielos por reino de Dios” [J. Gnilka, Das Matthäusevangelium. 2. Teil (HTKzNT 1 / 2) Freiburg – Basel –
Wein: Herder 1988, 166; con algunas variantes repite la misma idea en J.
Gnilka, El Evangelio según san Marcos. Vol II, Salamanca: Sígueme 1986, 102]
“Para
hacer soportable la comparación extravagante con un camello, se ha propuesto en
la antigüedad leer kamilos, cable grueso” … Allí donde Mateo y Marcos
ponen el término rhafís, “aguja de coser”, Lucas consigna belónê
que significa particularmente “punta de flecha”, aunque también una aguja” [F.
Bovon, L’évangile selon saint Luc 15,1-19,27 (CNT – 2ème serie IIIc)
Genève: Labor et Fides 2001, 207-208]
“«La
sabiduría oriental en las sentencias ama las hipérboles, es decir, una
pretendía exageración; Jesús con mucha frecuencia a utilizado estas imágenes
robustas» (R. Schnackenburg). Todas las tentativas de comprensión de la lógica
de las imágenes distorsionan la pregnancia y originalidad de la palabra
estímulo” [J. Ernst, Il vangelo secondo Marco 2, Brescia: Morcelliana
1991, 478]
“La
palabra sobre el camello y el ojo de la aguja pertenecen a la serie de imágenes
grotescas (Lc 6,41; 17,2, etc) que tienen la intención de estimular y despertar
el interés. El animal más grande y la apertura más pequeña ilustran de modo
sumamente eficaz loque acaba de decir (…) toda tentativa exegética de
achatamiento (se refiere a la soga y a la puerta) priva a la palabra de lo
pregnante que le es propio” [J. Ernst, Il vangelio di Luca 2, Brescia:
Morcelliana 1985, 711]
“Hemos
de desaprobar las tentativas de suavizar el rigor de la expresión, y sobre todo
la exégesis fantástica de quienes aluden a la puerta situada en las murallas de
Jerusalén pr las que quizás pudiese pasar con dificultad un camello; también
rechazamos la interpretación, muy popular en otros tiempos de kamêlos en
el sentido de kamilos, cuerda (…) esta frase es una hipérbole, semejante
a las de la astilla y la viga en Lc 6,41s y del mosquito y el camello en Mt
23,23, que expresa lo que es imposible o absurdo humanamente hablando” [V.
Taylor, Evangelio según san Marcos, Madrid: Cristiandad, 1979, 515]
“…lo
ilustra con una expresión conocida en el mundo judío: es tan imposible como que
un camello pase por el ojo de una aguja. Desde muy antiguo esta frase inquietó
a muchos, que trataron de suavizarla traduciendo de otra manera (dijeron que no
era un camello o que no era una aguja). Pero la frase se debe entender así como
está, porque se encuentra también en escritos judíos” (L. Rivas, El
evangelio de Marcos, Buenos Aires: Agape 2017, 122]; “nunca se ha sabido que en
Jerusalén hubiera una puerta con estas características y con este nombre. Estas
interpretaciones son muy ingeniosas, pero carecen de fundamento. Por otra
parte, como se ve por la continuación del diálogo, Jesús no habla de cosas difíciles
sino de actos imposibles” [L. Rivas, La obra de Lucas. I. El evangelio,
Buenos Aires: Agape 2012, 175; también en L. Rivas, El evangelio de
Mateo, Buenos Aires: Agape, 2016, 157]
“Una
imagen drástica expresa lo antedicho. Exagera consciente y desmedidamente, y
con todo quiere ser tomada como una imagen. Un camello no pasa nunca por el ojo
minúsculo de una aguja” [W. Trilling, El Evangelio según san Mateo 2,
Barcelona: Herder 1976, 174]
“Todos
los intentos de atenuar la dureza del logion deben considerarse errados, ya que
era considerado de la misma manera en el judaísmo rabínico (…) el ojo de una
aguja, en cuanto es la abertura más pequeña y el camello, en cuanto es el más
grande de los animales se contraponen evidentemente, con un texto
pretendidamente paradojal se remite a un adýnaton, algo imposible” [A.
Sand, Il vangelo secondo Matteo, Brescia: Morcelliana, 1992, 598]
“Realmente
es humanamente imposible como muestra la comparación del camello con el ojo de
una aguja” [A. Rodríguez Carmona, Evangelio de Mateo, Bilbao: DDB 2006,
175]
“Los
estudiosos ahora han abandona en gran medida el intento de identificar una
puerta de la ciudad como “el ojo de la aguja”. Una tardía exposición del texto
leía kamilon (soga) por kamêlon (camello), pero no hay
significativa diferencia de los resultados y kamêlon está mucho mejor
atestiguada” [J. Nolland, The Gospel of Matthew (NIGTN), Michigan,
Eerdmans publ, 2005, 795 nota 113]
“La
imagen del camello y el ojo de la aguja no hay que desfigurarla de sus
elementos gráficos, como si en el griego se hubiesen intercambiado los vocablos
“camello” y “cabo, maroma” o imaginando que el “ojo de la aguja” señalase una
pequeña puerta de Jerusalén contigua a la puerta principal y amplia” [R.
Schnackenburg, El Evangelio según san Marcos 2, Barcelona: Herder, 1976,
101]
“La
imagen del camello es grotesca y precisamente por eso resulta tan impresionante
(cf. Mt 5,13). Rabinos posteriores dan fe de un dicho proverbial sobre un
elefante pasando por el ojo de una aguja. La imagen no debe debilitarse en modo
alguno cambiando una letra griega para convertir el camello en una soga o
cayendo en un comentario del siglo IX d.C. (¡!) que afirma que Jerusalén tiene
una pequeña puerta de la ciudad que se llamó ‘el ojo de la aguja’, a lo que por
supuesto todavía hoy pueden seguir pensamientos edificantes sobre la humildad
de agacharse (lo que el buen camello se vio obligado a hacer cuando las puertas
de la gran ciudad ya estaban cerradas). Los discípulos entienden correctamente.
El caso especial de este hombre rico muestra lo que vale por encima de todo” [E.
Schweizer, Das Evangelium nach Markus (NTD 1), Göttingen: Vandenhoeck &
Ruprecht 1983, 115; y lo repite en sus comentarios E. Schweizer, Das
Evangelium nach Matthäus (NTD 2) 1986, 253, y en E. Schweizer, Das
Evangelium nach Lukas (NTD 3), 1986, 190].
“No
tiene sentido intentar atravesar un camello escuálido por el ojo de una aguja
(¡10,24!). La imagen es intencionalmente ridícula, incluso absurda,
pretendiendo el efecto de lo imposible. Sermones populares basados en una
dudosa evidencia sobre camellos dejando todo el cargamento que portan para
atravesar una supuesta “Puerta de la aguja” yerran el punto absolutamente” [F.
Scott Spencer, Reading Mark. A Literary and Theological Commentary,
Georgia: Smyth & Helwys 2023, 177]
“Una
tendencia similar a aminorar es la responsable de la sustitución de un escriba
de kamilon (soga) por kamêlon (“camello”) y por la fantasía de
que Jerusalén tenía una pequeña puerta llamada “el ojo de la aguja” por la cual
un camello podría pasar” [J. Marcus, Mark 8-16 (AYB 27A) Yale: Yale
University Press 2009, 731]
“La
manifiesta imposibilidad del hecho escandaliza a los discípulos y a los
intérpretes bíblicos hasta hoy. Un intento de “mejorar” el dicho es la lectura kamilon
(soga) por kamêlon encontrada en unos pocos minúsculos, una suerte de
soga de barcos en un término muy extraño y escasamente usada no es menos
extraña que un camello por el ojo de una aguja. Otra modificación repetida por
predicadores hasta que la popularidad adquirió estatus de dato establecido es
la sugerencia, popularizada en el s. XIX que el “ojo de una aguja” es el
término que refiere a una pequeña puerta junto a la gran puerta de la muralla
de la ciudad por la que los peatones pueden atravesar sin necesidad de abrir
las grandes puertas, necesarias de abrir para el paso de una caravana de camellos.
El camello despojado de su carga y doblando las rodillas y el cuello para
atravesar la puerta peatonal ofrece ricas posibilidades homiléticas, pero
lamentablemente sigue siendo una suposición sin fundamento. No existe la más
mínima prueba de esta identificación. Esta puerta no ha sido llamada ojo de la
aguja en ningún idioma, y no se llama así hoy. [R. France, The
Gospel of Mark (NIGTC) Michigan: Eerdmans publ. 2002, 405]
“Es
mucho más conocida hasta hoy la interpretación que trueca el ojo de una aguja
por una puerta de la ciudad de Jerusalén, interpretación que consta desde la
alta edad media (…) Nunca existió tal puerta en ciudad de Jerusalén (sic); esta
interpretación tiene sin duda el fin de hacer más tolerable la dura sentencia
de Jesús. ¡Más interesante que la reinterpretación es la pregunta de por qué se
hizo tan popular!” [U. Luz, El Evangelio según san Mateo (vol III),
Salamanca: Sígueme 2003, 175 nota 59]
Después
de presentar 5 alternativas (la soga y la puerta entre ellas): “no es necesario
salirse del significado del texto (que puede estar basado en un proverbio) …
una imposibilidad es comparada con otra” (Jerónimo)” reitera que “el camello es
proverbialmente grande y el ojo de una aguja una abertura muy pequeña” [W.
Davies – D. Allison, Matthew III (ICC), Edinburgh: T&T Clark 1997,
51-52]
“Jesús
retoma la idea más gráficamente (19,24) haciendo referencia al proverbialmente
grande camello (cf. 23,24) y lo proverbialmente pequeño del ojo de una aguja de
tejer” [W. Wilson, The Gospel of Matthew. Vol 2, Michigan: W. Eerdmans
publ., 2022, 150]
“La
comparación hiperbólica llega a la cima: nuevamente Jesús usa una imagen
grotesca (ver 6,41-42; cf. Mt 23,24) en más grande animal de Palestina es
comparado con la abertura más pequeña conocida. Ambos “camello” y “ojo de la
aguja” deben interpretarse literalmente” [J. Fitzmyer, The Gospel
according to Luke X-XXIV (AB 28A), New York: Doubleday & comp. 1985, 1204]
“Jesús
insiste en su aseveración con una metáfora muy gráfica y aguda. De nuevo os
digo (5,18.22): es más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja que un
rico entre en el reinado de Dios. Lo que era difícil (19,23) se ha vuelto ahora
imposible (cf. 19,26). ¡Cómo va a pasar un animal de gran tamaño por el ojo de
una aguja! Los ricos no pueden entrar. Se hacen necesarios el arrepentimiento y
la redistribución. Entonces los ricos dejarán de serlo. Esta metáfora, crítica
con la élite económica (= los codiciosos y opresores), tiene unas aristas que
no se pueden suavizar” [W. Carter, Mateo y los márgenes. Una lectura
sociopolítica y religiosa, Navarra: Verbo Divino 2007, 563].
“Aquí
se trata de algo distinto: dejarlo todo para seguir a Jesús. Y eso es tan
difícil como que un camello pase por el ojo de una aguja. Se trata de una
expresión proverbial (en la India cambiaban el camello por un elefante), y la
propuesta de interpretar “el ojo de una aguja” como una puerta muy pequeña en
la muralla de Jerusalén, por la que difícilmente podía entrar un camello, es
uno de esos intentos ridículos de interpretar el texto al pie de la letra” [J.
L. Sicre, El Evangelio de Mateo. Un drama con final feliz, Navarra: Verbo
Divino, 2019, 333]
Insisten
en que se trata de una hipérbole: A. Rodríguez Carmona, Evangelio de
Marcos (Bilbao: DDB 2006) 110; R. Pesch, Il vangelo di Marco. Parte
seconda, Brescia: Paideia 1982, 219 (“hay una pretendida contraposición entre
el ojo de una aguja como pequeñísima abertura y el camello como animal muy
grande”); P. Bonnard, Evangelio según san Mateo, Madrid: Cristiandad
1976, 430; L. T. Johnson, The Gospel of Luke (SP), Minnesota: Liturgical
Press 1991, 278: “un camello es un real camello y la aguja una real aguja”; R.
Schnackenburg: “también podemos apoyarnos en otros pasajes para afirmar que
Jesús formuló sus máximas de manera extremadamente dura y utilizó tal lenguaje
"hiperbólico" para dar voz a sus ilimitadas exigencias éticas.
Pensemos, por ejemplo, en cuando advierte: "Es más fácil que un camello
entre en el ojo de una aguja, que un rico entre en el reino de Dios" (Mc.
10,25 par.)” [Die sittliche Botschaft des Neues Testaments. Band 1, Freiburg: Herder
1986, 99].
En el Comentario Bíblico “san Jerónimo” [R. E. Brown –
J-Fitzmyer – R. Murphy (dir.) Madrid:
Cristiandad 1971] se afirma brevemente: “La paradoja que entrañan las palabras
de Jesús ha sido frecuentemente debilitada aceptando la problemática variante kamilon
(cable) en vez de kamêlon, o suponiendo que el “ojo de una aguja” se
refería a una puerta muy estrecha de Jerusalén” (E. Mally 120); “La
imagen del camello y el ojo de la aguja significa exactamente lo que dice: no
se refiere a una maroma ni a una puerta pequeña de Jerusalén” (McKenzie
250)-
El
Nuevo Comentario Bíblico [ibid.., The New Jerome Biblical Commentary, New
Jersey: Prentice Hall 1990]: “la sustitución de kamilon, “soga”, por kamêlon
y la fantasiosa idea de que hay una
puerta en Jerusalén por la que un camello puede pasar dificultosamente son
intentos de embotamiento de la hipérbole” (Harrington 618), “se trata de
una exageración extrema propia de Oriente, una imagen colorida para una
dificultad insuperable” (Viviano 663); “la hipérbole que contrasta el
animal más grande con la abertura más pequeña no debe ser despojada de su
fuerza” (Karris 710).
El Jerome Biblical
Commentary for the Twenty-First Century, eds. J.
J. Collins – G. Hens-Piazza – B. Reid – D. Senior, London: T&T Clark 2022:
“La mención frecuente de que en Jerusalén hay una pequeña puerta llamada
“puerta de los camellos” parece basada en una leyenda medieval, suavizando el
firme dicho de Jesús y olvida la hipérbole semita. Un animal del tamaño de un
camello no puede pasar por el ojo de una aguja” (Boxall 1212).
“La
imagen del camello y la aguja es una exageración oriental, que trata de mostrar
la imposibilidad de romper con el prestigio y el poder que dan las riquezas” (Guijarro
90); “la imagen hiperbólica a la que recurre Jesús, no susceptible de
interpretaciones edulcoradas, subraya perfectamente la dificultad que los ricos
encontrarán” (Pérez Herrero 163) en el comentario al NT de la Casa de la
Biblia; Madrid – Salamanca – Navarra: PPC – Sígueme – Verbo Divino, 1995.
En
el Comentario Bíblico Internacional (Farmer (ed.), Navarra: Verbo Divino 1999:
“Jesús utiliza el humor para exponer su pensamiento (vv.23-24). Un camello
cargado encontraría bastante dificultad para entrar por la puerta de la ciudad
(El “ojo de la aguja” era el nombre de una puerta estrecha que daba acceso a la
ciudad” (Leske 1191).
En
el Comentario Bíblico Latinoamericano (Levoratti (dir.), Navarra: Verbo Divino
2003): “Unos pocos manuscritos tratan de atenuar la fuerza de esta expresión
hiperbólica (…) sin embargo la desproporción entre el tamaño del camello y el
del ojo de la aguja expresa más adecuadamente el pensamiento de Jesús para
entrar en el Reino (…) Tampoco hay razones para afirmar que en la antigua
Jerusalén había una puerta llamada “la Aguja”, o una puerta tan estrecha que
hacía difícil el paso de un camello” (Levoratti 366); “esta frase
resultó escandalosa desde los primeros siglos. Muchos trataron de resolverla de
un modo menos virulento (…) Modernamente algún autor ha propuesto una
interpretación que, como la anterior, trata de atenuar la fuerza del texto.
Habría existido una puerta llamada “de la aguja”, que por ser muy pequeña hacía
que los camellos entraran en la ciudad a través de ella con dificultad. Pero lo
cierto es que nunca se ha sabido de tal puerta, y sobre todo, que esa expresión
corresponde perfectamente a las características del lenguaje de Jesús. Es
preciso aceptar estas palabras como una sentencia que sacude y hace pensar. Al
Señor no le gustan las cosas dichas a medias” (Briglia 445). “La
sentencia no se debe tomar al pie de la letra, porque es una hipérbole” (Mora
Paz- Levoratti 566)
“Esta
imagen impresionó la fantasía de los lectores del evangelio. Se buscaron varias
escapatorias, ya que la palabra evangélica parecía demasiado dura. Pero la
imagen de Jesús en su contexto es muy clara: lo difícil se convierte en
‘imposible’. Una de las escapatorias fue esta (se refiere a entender camello
como soga…). Otra solución ideada por los predicadores fue esta (y alude a la
pequeña puerta ‘de los camellos”). Esta puerta es desconocida en la tradición
hebrea” (R. Fabris, La opción por los pobres en la Biblia, Navarra:
Verbo Divino 1992, 135-136).
Estos
son todos los trabajos que he podido consultar (ciertamente hay más). Como se
ve, de todos ellos solo Leske afirma que se trataría de una puerta (no he
omitido ninguno salvo los que no hacen mención al tema). Tratando de ver bibliografía de Leske para conocer su
pensamiento, sólo he podido ver un libro, The Prophetic visión and the Real
Jesus, Oregon: Wipf & Stock Publishers 2017 (donde agradece a Farmer
haberlo invitado a colaborar en el Comentario Bíblico Internacional, p. vii).
No parece ser un estudioso reconocido.
Conclusión
Mi
conclusión es que Jesús es ciertamente exigente. ¡Muy exigente! Y eso se
expresa, en este caso, en un dicho hiperbólico (“Ret. Figura que consiste
en aumentar o disminuir exageradamente aquello de que se trata”, RAE). Como
suele pasar, con frecuencia se presenta un “evangelio pasteurizado”, para lo
que se han de suavizar este tipo de dichos. Parece más conveniente cambiar el
Evangelio a nuestro modo de vida y no cambiar nuestra vida al modo del
evangelio. Pero lo cierto es que, en el dicho que comentamos, un camello es un
camello (sería extraño que Jesús, un judío de Galilea, usara una rara expresión
marítima de una soga; el término griego kamêlos se encuentra 71 veces en
la Biblia y siempre, sin excepción, alude al animal) y una aguja es una aguja,
no una puerta cuya existencia no consta en ningún lado. Además, si hubiera esa
tal puerta, ¿qué sería pasar por el ojo de una puerta? Se pasaría por la puerta no
por un supuesto ojo…
La comunidad contraculturalmente sigue el ejemplo de Jesús
“¿No confían en mí? ¿No es grande el rey con su poder? ¿No se cuidan todas las tierras de no tocarlo? Pues lo han visto con Apame, su concubina, la hija del admirable Bartaco, sentada a su derecha, quitándole la diadema de su cabeza y poniéndosela a sí misma…?” (3 Esdras IV,28-30).
«Si tú te haces hoy servidor de este pueblo y les sirves y les das buenas palabras, ellos serán siervos tuyos para siempre». (1 Re 12:7).
Isaías (hebreo) | Isaías (LXX) |
Mas plugo a Yahveh quebrantarle con dolencias. Si se da a sí mismo en expiación, verá descendencia, alargará sus días, y lo que plazca a Yahveh se cumplirá por su mano. Por las fatigas de su alma, verá luz, se saciará. Por su conocimiento justificará mi Siervo a muchos y las culpas de ellos él soportará. Por eso le daré su parte entre los grandes y con poderosos repartirá despojos, ya que indefenso se entregó a la muerte y con los rebeldes fue contado, cuando él llevó el pecado de muchos, e intercedió por los rebeldes. | Así que el Señor se complace en tomar distancia de la aflicción de su alma (psyjê), para manifestar su luz, y para formar con el entendimiento; para reconocer al justo que sirve (douleuô) bien a muchos; y él llevará su pecado. Por lo tanto él heredará a muchos, y repartirá el botín de los poderosos; debido a que entregó su alma (psyjê) a la muerte, fue contado entre los transgresores; y llevó los pecados de muchos, y fue entregado a causa de sus iniquidades. |