lunes, 21 de octubre de 2024

Video con comentario al Evangelio del domingo 30º B

Video con comentario al Evangelio del domingo 30º B



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https://youtu.be/i-KNaDcCguY

Eduardo

Déjà vu (esto ya lo vi…. Y lo viví)

Déjà vu (esto ya lo vi…. Y lo viví)

Eduardo de la Serna



Muchas veces estamos tentados de decir que la historia se repite, que algo es cíclico o cosas por el estilo. Y, en ocasiones, estás son tan, ¡pero tan!, semejantes que viajamos a Francia con un déjà vu.

En el barrio donde yo estoy, todavía hay mucha gente que recuerda las consecuencias del demencial intento de copamiento – por el ERP – del cuartel militar en Monte Chingolo. Como – por lo que parece – el intento estaba “cantado”, los estaban esperando y comenzó una masacre; y en esta masacre muchos corrieron, y – por el barrio – recuerdan muertos, tiroteos, heridos, helicópteros o camiones de ejército. Lo cierto, y es lo que me interesa en este caso, este hecho demolió la estructura militar del ERP, como el fallido copamiento en Formosa había debilitado terriblemente a los Montoneros. Si antes, un intento de enfrentar la violencia o la lucha armada con diálogo y Constitución era difícil (pero posible), ahora era “pan comido”. Pero, como – y especialmente desde Rodolfo Walsh – lo sabemos, la guerrilla no era el tema sino la excusa para el golpe militar. La excusa para implantar un modelo económico que, sin violencia, represión y muerte, no sería posible. Es por eso que, con toda lógica, hablamos de dictadura cívico-militar (la que, además, contó con la bendición eclesiástica, insistimos). Y, aquí el tema, ese modelo económico – Martínez de Hoz mediante – resulta que vuelve, y vuelve… (ahora votado, debemos reconocerlo, gracias a un fenomenal aparato publicitario… sólo una persona ignorante de toda ignorancia puede desconocer el poder fenomenal de la publicidad política… ya los asirios lo usufructuaron). Esto ya lo viví (mos).

Y resulta que, en aquel golpe, de destituyó un gobierno constitucional, el ejército (el mismo que aplaude Victoria Villarruel) destituyó a una lamentable presidenta. Y es bueno recordar, que, de tan lamentable, no solamente “se tomó unas prolongadas vacaciones”, sino que se adelantaron las elecciones y se aclaró que ella no sería candidata, pero el Golpe – insistimos, la excusa del Golpe – ya estaba preparado y en gestación. Estela Martínez, viuda de Perón, “Isabelita”, demostró su total incapacidad para el cargo, pero era la presidenta en ejercicio. La sensación era que era un títere de su ministro de Bienestar Social (hoy “Capital [sic] humano”; José López Rega, “el brujo”). Era patético ver a ella pronunciando un discurso y al Brujo detrás moviendo los labios diciendo exactamente lo mismo (es decir, diciéndonos a todos, “yo manejo la cosa”). Este brujo fue el creador de la terrible Triple A (Alianza Anticomunista Argentina… porque los “zurdos de m…” eran detestables y debían ser eliminados todos; basta recordar la cantidad de cantantes, actores y dirigentes que se exiliaron… ¡hasta Brandoni!), la misma que debutaba asesinando a Carlos Mugica. Todas las huestes que conformaron este grupo paramilitar se incorporaron alegre y pacífica – pero dudo que gratuitamente – a los comandos clandestinos de los Grupos de Operaciones… No está de más recordar que quienes lograron la destitución – y fuga – del Brujo no fueron las organizaciones armadas, sino el Movimiento Obrero Organizado (que entonces era “movimiento obrero”).

Pero la “Noche oscura” de la dictadura no fue eterna (¡nunca lo son!, aunque sean duraderas), y hubo elecciones. En esas elecciones había dos candidatos con claras posibilidades de ser elegidos por el voto popular (aunque las Fuerzas Armadas, en retirada, y la “Santa Madre” con el latiguillo de “reconciliación” siguieran siendo un obstáculo en el camino de quienes resultaran elegidos. Es sabido que el triunfador fue Raúl Ricardo Alfonsín, a quién desde el facilismo de los Medios de Comunicación Social titulan “el padre de la democracia”, mostrando una enorme incapacidad de análisis y de acceso a la verdad). Lo cierto es que en los días finales de la campaña electoral hubo sendos actos en el obelisco (26 de octubre, Alfonsín y 28 de octubre 1983 Ítalo Luder). En este último acto hizo su lamentable irrupción el que era candidato peronista a gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Herminio Iglesias, que en un momento extático y delirante quemó un cajón de cartón con las siglas UCR. No son pocos los que afirman que en ese solo gesto se incineraron las posibilidades electorales del peronismo. La sociedad – saliendo de la dictadura y la deplorable desde de Malvinas, en la que Margaret Thatcher y su ejército demostró que no era lo mismo asesinar gente desarmada por las calles de la Argentina, torturarla, violarla, y desde aviones en ocasiones, tirarlas al mar… Los británicos tenían aviones, barcos, submarinos y un ejército que dio batalla (mientras tantos militares, muchos que ahora pareciera que son “héroes de Malvinas” dieron vergüenza, como es el caso emblemático de Alfredo Astiz, al que muchos no necesitamos googlear para reconocer.

En suma… hoy veo que vuelven los dizque héroes de Malvinas, vuelve Isabelita, vuelven los “zurdos de m…”, vuelve el cajón, vuelve el modelo económico, volvemos a ser “los mejores alumnos de los EEUU” y demás cosas, y “me da cosita”. Esto ya lo viví… Y, lo que más cosita me da es que sé cómo termina todo esto. Siempre estamos a tiempo de cambiar de rumbo antes de la muerte.

 

jueves, 17 de octubre de 2024

Jeroboam II, descendiente de Jeroboam

Jeroboam II, descendiente de Jeroboam

 

Eduardo de la Serna

 


Hace pocos hicimos referencia a un rey de Israel llamado Jeroboam. Señalamos allí que fue como una especie de ejemplo de “mal rey” por antonomasia en todo el reino Norte. “Seguir los caminos” o “hacer como hizo Jeroboam” es sinónimo de decir que fue tan malo como aquel que fue "el peor". Unos 150 años después de aquel, hubo un nuevo Jeroboam a quien, por cierto, se lo conoce como Jeroboam II. Así lo dice el texto bíblico:

 

En el año quince de Amasías, hijo de Joás, rey de Judá, comenzó a reinar Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel, en Samaría. Reinó 41 años. Hizo el mal a los ojos de Yavéh y no se apartó de todos los pecados con que Jeroboam, hijo de Nebat, hizo pecar a Israel” (2 Re 14:23-24).

 

Ahora bien, si el pecado característico del primero fue haber roto con la familia de David, despreciado el Templo de Jerusalén y alentado el culto a los ídolos, con lo que se empieza a fracturar la unidad del pueblo y perder la tierra, no es eso lo que se afirma del segundo.

De hecho, su gobierno se caracterizó por una cierta prosperidad y un tiempo de paz exterior que le permitió el progreso económico, aunque discutible. No obstante, el libro de los Reyes es crítico de este rey, pero no puede disimular esto y así lo dice:

Él restableció las fronteras de Israel desde la Entrada de Jamat hasta el mar de la Arabá, según la palabra que Yahveh, Dios de Israel, había dicho por boca de su siervo, el profeta Jonás, hijo de Amittay, el de Gat de Jéfer, porque Yahveh había visto la miseria, amarga en extremo, de Israel; no había esclavo ni libre, ni quien auxiliara a Israel. No había decidido Yahveh borrar el nombre de Israel de debajo de los cielos y lo salvó por mano de Jeroboam, hijo de Joás. El resto de los hechos de Jeroboam, todo cuanto hizo y la bravura con que guerreó, y cómo devolvió Jamat y Damasco a Judá y a Israel, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel?” (14:25-28).

Como se ve, por un lado, la mirada es positiva (restableció las fronteras, bravura) pero a su vez negativa (“hizo el mal a los ojos de Yahvé”).

Sin duda, recuperar o ampliar las fronteras es algo posible si no hay grandes enemigos externos en el ambiente como serán más tarde Asiria o Babilonia, sino que se vive en un clima general de armonía. Pero eso no significa “hacer lo que agrada a Dios”, y ese es el punto del “hacer el mal”.

Hubo dos grandes profetas que hablaron en tiempos de este rey; Oseas y Amós (de los que hemos hablado en otros artículos; ver Oseas 1,1 y Amós 1,1). Oseas se enfrenta a la idolatría vigente, algo que – también cuestiona 1 Reyes (eso se afirma al decir que “no se apartó de los pecados de Jeroboam”) – y una de las cosas que critica muy duramente (y lo señalamos) es la actitud de creer que Dios está conforme con nosotros por el culto que damos y no por vivir coherentemente con su voluntad. Es lo que se llama un “culto vacío”: es decir, dar culto a Dios, pero con una vida vacía de fidelidad. Amós, por su parte, cuestiona al rey por la falta de justicia. También el templo y el culto es criticado (ver Amós 7,9-11) pero en este caso lo que el profeta cuestiona es que, en su gobierno, los ricos son beneficiados mientras que los pobres no son tenidos en cuenta. Nuevamente un “culto vacío”, aunque, en este caso, visto no desde la mirada de Dios, como lo hace Oseas, sino desde la mirada de los pobres. Es frecuente que quien habla desde la perspectiva de los ricos o los poderosos no sea crítico del gobierno de un rey que los favorece, y entonces se celebre la paz exterior o el cuidado de las fronteras, pero que esto sea muy diferente si se mira desde el lugar del pobre. Un gobierno donde “los ricos son cada vez más ricos a costa de los pobres cada vez más pobres” sin duda será criticado por un profeta como Amós.

Nos encontramos así con un rey valorado por algunos y criticado por otros, como suele pasar con tantos gobiernos.

La mirada de los autores bíblicos, que quiere mirar la historia según los pobres sean o no reconocidos y tratados como verdaderos hermanos y hermanas presenta una mirada alternativa. Un profeta como Amós es expulsado de la tierra por decir cosas que molestan al rey mientras es aplaudido por otros como el sacerdote Amasías (Am 7,10). Parece un buen ejemplo para mirar nuestra realidad y nuestro tiempo y decidirnos a ver con los ojos del Dios de Israel y desde el lugar del pobre.


Imagen tomada de https://humanidades.com/monarquia-absoluta/

miércoles, 16 de octubre de 2024

Pasteurizando el Evangelio

Pasteurizando el Evangelio

Eduardo de la Serna



Varias veces tuve – esta semana – que insistir en el tema del “camello y el ojo de la aguja”; no voy a repetirme, sino que ahora quiero ir por otro costado del planteo…

Quiero empezar con una nota histórica, una “fake news” de la antigüedad.

Es sabido que Orígenes, de Alejandría, fue quizás, el más grande estudioso de la Biblia de la historia. Sea como fuere, su característica exegética fue que, impregnado de neoplatonismo, leía la Biblia en clave “espiritual”, es decir, el texto dice algo, pero, más allá de la letra, hay un algo más escondido; algo superior. Su abundante obra literaria muestra una profunda lectura bíblica en clave alegórica. Ahora bien, por algún extraño motivo, alguien, que pretendía desvalorizarlo, cuestionarlo negativamente, dejó trascender la noticia de que Orígenes había tomado al pie de la letra el texto de Mateo 19,12 donde Jesús dice que hay quienes se hacen a sí mismos eunucos por el Reino de los cielos y, entonces, Orígenes se habría castrado. Eso pretendía – ¡y logró! – desvalorizarlo, y desalentar cualquier intento de reconocimiento oficial de su persona. No hay ninguna constancia seria que permita afirmar la automutilación de Orígenes, pero – además – resultaría curioso que alguien que toda lectura bíblica la hizo en clave alegórica, justo un texto alegórico no lo haya entendido de ese modo.

Es evidente que todo texto “es leído” y el lector, su lugar, su ideología, sus miradas, su situación, llevan a acentuar ciertos textos y limitar otros. Pero, no es menos cierto, que lo razonable es leer cada texto en su contexto, y no es sensato hacerle decir a los textos lo que los textos no dicen, por más que me gustaría que lo haga o me molestaría si lo hiciera…

Así, en ciertos ambientes cristianos, actualmente, resulta notable

  •          Si alguien dice que los homosexuales no van a entrar en el reino…
  •          Si alguien dice que las relaciones sexuales fuera del matrimonio son “pecado grave” …
  •          Si alguien dice que las relaciones sexuales prematrimoniales son aberrantes y, nuevamente, “¡pecado grave! …

quienes dicen ese tipo de cosas (“curiosamente” centradas siempre en el sexo) no causan demasiados problemas… y se apoyan – afirman – en textos bíblicos. Pero si uno osara decir que un rico no entra en el reino de Dios, porque no pasa un camello por el ojo de una aguja, inmediatamente se empieza a “pasteurizar” el evangelio, y se empieza con que un camello en realidad es una soga (mal leído por el texto griego) o que el ojo de una aguja es en realidad una puerta (que jamás existió), la cosa es espiritualizar un texto en el que Jesús fue duro y claro.

¿Por qué molesta tanto que Jesús sea crítico con los ricos?

Supongamos por un minuto que el texto no dice lo que dice… en el Nuevo Testamento abundan los textos que son tanto críticos con los ricos, como abrazando a los pobres. Textos que deben ser interpretados (como todos los textos), ¡por supuesto!, pero no deformados, no “ablandados”. Y curiosamente los que se ablandan son los textos que son críticos con los ricos y abrazan a los pobres… Así se pusieron “reyes” en el pesebre (¿de dónde se concluyó que “unos magos” eran reyes? Pero no es cosa que solamente haya pobres, ¿no?); que siempre los pobres son “de espíritu” (¿de donde se sacó que las 34 veces que se encuentra el término “pobres” en el NT siempre han de leerse a la luz de un solo texto [Mt 5,3] que claramente refleja una intencionalidad teológica de Mateo?); que dar a los pobres solo es necesario si se quiere “ser perfecto” cosa que no es para todos (¿de dónde se concluye semejante lectura de Mt 19,21?); que la divinización del dios “Dinero” no tiene que ver con el manejo del dinero en la “cosa pública”; que la actitud de Pablo diciendo que una eucaristía donde no están todos sentados en torno a la misma mesa “no es la cena del Señor” (1 Cor 11,20) y el terrible “Ay de ustedes, los ricos” de Santiago (5,1) es mejor simularlo. A lo que debe añadirse que el Magnificat debe leerse espiritualmente (porque es más importante el supuesto “silencio de María” que su canto profético, que el Ay de Lucas a los ricos debe leerse en clave espiritual (6,24; por Mt 5,3 [sic]), que la parábola del pobre Lázaro es solamente una parábola (Lc 16,19-31), que la crítica de Lucas a los fariseos porque eran “amigos del dinero” (Lc 16,14), del discípulo de Pablo de que la “avaricia es una forma de idolatría” (Col 3,5), de que la traición de Judas en Lucas queda reafirmada en la traición a su mensaje porque “compró un campo” (Hch 1,18); que la comunidad ideal comparte los bienes y no hay necesitados entre ellos porque los que tenían bienes los vendían… todo eso puede “cajonearse”. Los textos podrían multiplicarse, y casi no hace falta que Jesús diga que es imposible para un rico entrar en el Reino de Dios, porque es imposible que un camello pase por el ojo de una aguja. Pero… pero, ¡lo dice!

Perón decía que el órgano más sensible del cuerpo humano es el bolsillo. Pues así parece. Cuestionar temas sexuales no parece tan grave como hacerlo con temas económicos, a pesar que los primeros sólo dicen relación a una persona (y su entorno) mientras que el segundo tiene connotaciones sociales, políticas, eclesiales… Y, curiosamente, además, es algo defendido incluso por quienes no son ricos (quizás teniendo un rico introyectado, o expresar aspiraciones de serlo). La cuestión no es qué me gustaría que dijera o no, qué es más fácil de decir en la comunidad… la cuestión es, sencillamente, ¿qué dice? Al fin y al cabo, al menos algunos, creemos que es “palabra de Dios”, es decir, “así es Dios”; no es poca cosa verlo, conocerlo y abrazarlo tal cual es y no que sea un “Dios a mi imagen y semejanza” (ese, en la Biblia, es lo que es un ídolo).


Foto tomada de https://cpnavarro.wordpress.com/2013/06/18/vino-con-soda-por-favor/

martes, 15 de octubre de 2024

Un camello es un camello, una aguja es una aguja (nada de puerta, nada de soga)

Eduardo de la Serna



Habiendo escuchado y sabido que, en más de una ocasión, ante el evangelio del pasado domingo donde Jesús dice que “es más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de Dios”, más de una homilía hizo referencia a que “la aguja” sería una puerta (o, eventualmente, el camello sería una soga) me he dedicado a transcribir lo que sobre el dicho afirman muchos comentaristas:

 

MAT 19:24

MAR 10:25

LUC 18:25

se los repito,

es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja,

que el que un rico entre en el Reino de los Dios».

 

Es más fácil que un camello pase por la abertura de la aguja,

que el que un rico entre en el Reino de Dios».

 

Es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja*,

que el que un rico entre en el Reino de Dios».

 

Notas introductorias:

“Es más fácil” (eukopos) en el NT es comparativo, señala un evento imposible. ¿qué es más fácil decir? (al paralítico); y Lc 16,17: más fácil que pasen el cielo y la tierra… Es decir, la comparación es entre dos situaciones. La reacción de los discípulos hace patente la imposibilidad: “¿entonces quién?” y el acento es claramente la imposibilidad “para los seres humanos” (cf. Zac 8,6; Gen 18,14; Jb 42,2); no se trata entonces de dos cosas difíciles sino de dos cosas imposibles.

Por “ojo”, Mc dice trymalías; Mt trypêma; Lc trêma (como también ocurre con el término aguja, salvo trymalías (Mc [“abertura”]) todos son hápax).

Como “aguja”, Mc y Mt utiliza rhafidós, mientras que Lc usa belones.

En el judaísmo, el Midras afirma:

«R. Jassa dijo: El Santo, bendito sea, dijo a Israel: 'Hijos míos, presentadme una abertura de arrepentimiento no más grande que el ojo de una aguja, y la ensancharé para convertirla en aberturas a través de las cuales carros y carruajes puedan pasar». (Midras Cantar V.2)

Y el Talmud:

Raba dijo: Esto se demuestra por el hecho de que a un hombre nunca se le muestra en un sueño una palma datilera de oro, o un elefante que pasa por el ojo de una aguja” (Talmud, Berac 55b).

Es sabido que Mateo usa “reino de los cielos” en lugar de “reino de Dios”, pero en pocas ocasiones dice “reino de Dios”, seguramente para ser conflictivo (“de los cielos” era más apaciguado, decir “de Dios” es provocador en su ambiente; cf. 21,31.43). Por alguna razón Mateo en este texto pretende ser pregnante y dice “reino de Dios”.

¿Es un dicho del Jesús histórico? Siguiendo criterios precisos de acceso a dichos o hechos de Jesús, hay importantes autores que no hacen referencia al texto (que no haya elementos suficientes para atribuirlo a Jesús no significa negarlo, pero sí que no podemos afirmarlo con seguridad), así, por ejemplo, no lo incluyen J. P. Meier, G. Theissen, G. Lohfink. Muy brevemente J. Gnilka dice que “la manera plástica y sorprendente de hablar dice mucho en favor de la autenticidad” (Jesús de Nazaret. Mensaje e historia, Barcelona: Herder 1993, 176). En nota, J. D. C. Dunn señala que “Funk señala que el dicho sobre ‘el ojo de una aguja’ – un aforismo gráfico y humorístico – ‘devino un punto de referencia a la hora de determinar por los miembros (del Jesus Seminar) la autenticidad de los dichos atribuidos a Jesús” (Jesús recordado, Navarra: Verbo Divino 2009, 479 nota 164 y aclara que “pocos dudan que Jesús realizó este tipo de advertencias, 597 nota 16). G. Barbaglio afirma que es “un dicho arcaico atribuible al nazareno” (Gesù ebreo di Galilea. Ingagine storica, Bologna: EDB 2002, 373). Es importante aclarar que ni lo arcaico, ni el evidente semitismo o modo de hablar parecen suficientes para muchos autores. Es evidente que buenos narradores – como los evangelistas – bien pueden ser creativos al respecto.

 

Aclaración de diferentes biblistas

 

“Un escriba puede haber encontrado la yuxtaposición entre el camello y la aguja muy incomprensible y substituyó “soga” por “camello”, [en griego kamilon por kamêlon; manuscritos tardíos y poco importantes: 13. 28. 471. 523]. Pero el dicho es hiperbólico y refiere a algo que es obviamente imposible. Gran parte del poder de este dicho recae en la evocación de la imagen mental de un enorme camello y una pequeña aguja con un ojo aún más pequeño” [A. Yarbro Collins, Mark, Hermeneia, Minneapolis: Fortress Press 2007, 480].

“…la rigurosidad del dicho emerge sobre todo en la paradoja del camello y el ojo de una aguja. De hecho, eso significa que un rico no puede entrar en el reino de Dios. Variantes en la tradición textual o propuestas conjeturales se esfuerzan de atemperar la rigurosidad: una soga por el ojo de la aguja (Teofilacto, Eutimio), un camello por una abertura (Sinaítico b). Sorprende en v.23s el cambio de reino de los cielos por reino de Dios” [J. Gnilka, Das Matthäusevangelium. 2. Teil (HTKzNT 1 / 2) Freiburg – Basel – Wein: Herder 1988, 166; con algunas variantes repite la misma idea en J. Gnilka, El Evangelio según san Marcos. Vol II, Salamanca: Sígueme 1986, 102]

“Para hacer soportable la comparación extravagante con un camello, se ha propuesto en la antigüedad leer kamilos, cable grueso” … Allí donde Mateo y Marcos ponen el término rhafís, “aguja de coser”, Lucas consigna belónê que significa particularmente “punta de flecha”, aunque también una aguja” [F. Bovon, L’évangile selon saint Luc 15,1-19,27 (CNT – 2ème serie IIIc) Genève: Labor et Fides 2001, 207-208]

“«La sabiduría oriental en las sentencias ama las hipérboles, es decir, una pretendía exageración; Jesús con mucha frecuencia a utilizado estas imágenes robustas» (R. Schnackenburg). Todas las tentativas de comprensión de la lógica de las imágenes distorsionan la pregnancia y originalidad de la palabra estímulo” [J. Ernst, Il vangelo secondo Marco 2, Brescia: Morcelliana 1991, 478]

“La palabra sobre el camello y el ojo de la aguja pertenecen a la serie de imágenes grotescas (Lc 6,41; 17,2, etc) que tienen la intención de estimular y despertar el interés. El animal más grande y la apertura más pequeña ilustran de modo sumamente eficaz loque acaba de decir (…) toda tentativa exegética de achatamiento (se refiere a la soga y a la puerta) priva a la palabra de lo pregnante que le es propio” [J. Ernst, Il vangelio di Luca 2, Brescia: Morcelliana 1985, 711]

“Hemos de desaprobar las tentativas de suavizar el rigor de la expresión, y sobre todo la exégesis fantástica de quienes aluden a la puerta situada en las murallas de Jerusalén pr las que quizás pudiese pasar con dificultad un camello; también rechazamos la interpretación, muy popular en otros tiempos de kamêlos en el sentido de kamilos, cuerda (…) esta frase es una hipérbole, semejante a las de la astilla y la viga en Lc 6,41s y del mosquito y el camello en Mt 23,23, que expresa lo que es imposible o absurdo humanamente hablando” [V. Taylor, Evangelio según san Marcos, Madrid: Cristiandad, 1979, 515]

“…lo ilustra con una expresión conocida en el mundo judío: es tan imposible como que un camello pase por el ojo de una aguja. Desde muy antiguo esta frase inquietó a muchos, que trataron de suavizarla traduciendo de otra manera (dijeron que no era un camello o que no era una aguja). Pero la frase se debe entender así como está, porque se encuentra también en escritos judíos” (L. Rivas, El evangelio de Marcos, Buenos Aires: Agape 2017, 122]; “nunca se ha sabido que en Jerusalén hubiera una puerta con estas características y con este nombre. Estas interpretaciones son muy ingeniosas, pero carecen de fundamento. Por otra parte, como se ve por la continuación del diálogo, Jesús no habla de cosas difíciles sino de actos imposibles” [L. Rivas, La obra de Lucas. I. El evangelio, Buenos Aires: Agape 2012, 175; también en L. Rivas, El evangelio de Mateo, Buenos Aires: Agape, 2016, 157]

“Una imagen drástica expresa lo antedicho. Exagera consciente y desmedidamente, y con todo quiere ser tomada como una imagen. Un camello no pasa nunca por el ojo minúsculo de una aguja” [W. Trilling, El Evangelio según san Mateo 2, Barcelona: Herder 1976, 174]

“Todos los intentos de atenuar la dureza del logion deben considerarse errados, ya que era considerado de la misma manera en el judaísmo rabínico (…) el ojo de una aguja, en cuanto es la abertura más pequeña y el camello, en cuanto es el más grande de los animales se contraponen evidentemente, con un texto pretendidamente paradojal se remite a un adýnaton, algo imposible” [A. Sand, Il vangelo secondo Matteo, Brescia: Morcelliana, 1992, 598]

“Realmente es humanamente imposible como muestra la comparación del camello con el ojo de una aguja” [A. Rodríguez Carmona, Evangelio de Mateo, Bilbao: DDB 2006, 175]

“Los estudiosos ahora han abandona en gran medida el intento de identificar una puerta de la ciudad como “el ojo de la aguja”. Una tardía exposición del texto leía kamilon (soga) por kamêlon (camello), pero no hay significativa diferencia de los resultados y kamêlon está mucho mejor atestiguada” [J. Nolland, The Gospel of Matthew (NIGTN), Michigan, Eerdmans publ, 2005, 795 nota 113]

“La imagen del camello y el ojo de la aguja no hay que desfigurarla de sus elementos gráficos, como si en el griego se hubiesen intercambiado los vocablos “camello” y “cabo, maroma” o imaginando que el “ojo de la aguja” señalase una pequeña puerta de Jerusalén contigua a la puerta principal y amplia” [R. Schnackenburg, El Evangelio según san Marcos 2, Barcelona: Herder, 1976, 101]

“La imagen del camello es grotesca y precisamente por eso resulta tan impresionante (cf. Mt 5,13). Rabinos posteriores dan fe de un dicho proverbial sobre un elefante pasando por el ojo de una aguja. La imagen no debe debilitarse en modo alguno cambiando una letra griega para convertir el camello en una soga o cayendo en un comentario del siglo IX d.C. (¡!) que afirma que Jerusalén tiene una pequeña puerta de la ciudad que se llamó ‘el ojo de la aguja’, a lo que por supuesto todavía hoy pueden seguir pensamientos edificantes sobre la humildad de agacharse (lo que el buen camello se vio obligado a hacer cuando las puertas de la gran ciudad ya estaban cerradas). Los discípulos entienden correctamente. El caso especial de este hombre rico muestra lo que vale por encima de todo” [E. Schweizer, Das Evangelium nach Markus (NTD 1), Göttingen: Vandenhoeck & Ruprecht 1983, 115; y lo repite en sus comentarios E. Schweizer, Das Evangelium nach Matthäus (NTD 2) 1986, 253, y en E. Schweizer, Das Evangelium nach Lukas (NTD 3), 1986, 190].

“No tiene sentido intentar atravesar un camello escuálido por el ojo de una aguja (¡10,24!). La imagen es intencionalmente ridícula, incluso absurda, pretendiendo el efecto de lo imposible. Sermones populares basados en una dudosa evidencia sobre camellos dejando todo el cargamento que portan para atravesar una supuesta “Puerta de la aguja” yerran el punto absolutamente” [F. Scott Spencer, Reading Mark. A Literary and Theological Commentary, Georgia: Smyth & Helwys 2023, 177]

“Una tendencia similar a aminorar es la responsable de la sustitución de un escriba de kamilon (soga) por kamêlon (“camello”) y por la fantasía de que Jerusalén tenía una pequeña puerta llamada “el ojo de la aguja” por la cual un camello podría pasar” [J. Marcus, Mark 8-16 (AYB 27A) Yale: Yale University Press 2009, 731]

“La manifiesta imposibilidad del hecho escandaliza a los discípulos y a los intérpretes bíblicos hasta hoy. Un intento de “mejorar” el dicho es la lectura kamilon (soga) por kamêlon encontrada en unos pocos minúsculos, una suerte de soga de barcos en un término muy extraño y escasamente usada no es menos extraña que un camello por el ojo de una aguja. Otra modificación repetida por predicadores hasta que la popularidad adquirió estatus de dato establecido es la sugerencia, popularizada en el s. XIX que el “ojo de una aguja” es el término que refiere a una pequeña puerta junto a la gran puerta de la muralla de la ciudad por la que los peatones pueden atravesar sin necesidad de abrir las grandes puertas, necesarias de abrir para el paso de una caravana de camellos. El camello despojado de su carga y doblando las rodillas y el cuello para atravesar la puerta peatonal ofrece ricas posibilidades homiléticas, pero lamentablemente sigue siendo una suposición sin fundamento. No existe la más mínima prueba de esta identificación. Esta puerta no ha sido llamada ojo de la aguja en ningún idioma, y ​​no se llama así hoy. [R. France, The Gospel of Mark (NIGTC) Michigan: Eerdmans publ. 2002, 405]

“Es mucho más conocida hasta hoy la interpretación que trueca el ojo de una aguja por una puerta de la ciudad de Jerusalén, interpretación que consta desde la alta edad media (…) Nunca existió tal puerta en ciudad de Jerusalén (sic); esta interpretación tiene sin duda el fin de hacer más tolerable la dura sentencia de Jesús. ¡Más interesante que la reinterpretación es la pregunta de por qué se hizo tan popular!” [U. Luz, El Evangelio según san Mateo (vol III), Salamanca: Sígueme 2003, 175 nota 59]

Después de presentar 5 alternativas (la soga y la puerta entre ellas): “no es necesario salirse del significado del texto (que puede estar basado en un proverbio) … una imposibilidad es comparada con otra” (Jerónimo)” reitera que “el camello es proverbialmente grande y el ojo de una aguja una abertura muy pequeña” [W. Davies – D. Allison, Matthew III (ICC), Edinburgh: T&T Clark 1997, 51-52]

“Jesús retoma la idea más gráficamente (19,24) haciendo referencia al proverbialmente grande camello (cf. 23,24) y lo proverbialmente pequeño del ojo de una aguja de tejer” [W. Wilson, The Gospel of Matthew. Vol 2, Michigan: W. Eerdmans publ., 2022, 150]

“La comparación hiperbólica llega a la cima: nuevamente Jesús usa una imagen grotesca (ver 6,41-42; cf. Mt 23,24) en más grande animal de Palestina es comparado con la abertura más pequeña conocida. Ambos “camello” y “ojo de la aguja” deben interpretarse literalmente” [J. Fitzmyer, The Gospel according to Luke X-XXIV (AB 28A), New York: Doubleday & comp.  1985, 1204]

“Jesús insiste en su aseveración con una metáfora muy gráfica y aguda. De nuevo os digo (5,18.22): es más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja que un rico entre en el reinado de Dios. Lo que era difícil (19,23) se ha vuelto ahora imposible (cf. 19,26). ¡Cómo va a pasar un animal de gran tamaño por el ojo de una aguja! Los ricos no pueden entrar. Se hacen necesarios el arrepentimiento y la redistribución. Entonces los ricos dejarán de serlo. Esta metáfora, crítica con la élite económica (= los codiciosos y opresores), tiene unas aristas que no se pueden suavizar” [W. Carter, Mateo y los márgenes. Una lectura sociopolítica y religiosa, Navarra: Verbo Divino 2007, 563].

“Aquí se trata de algo distinto: dejarlo todo para seguir a Jesús. Y eso es tan difícil como que un camello pase por el ojo de una aguja. Se trata de una expresión proverbial (en la India cambiaban el camello por un elefante), y la propuesta de interpretar “el ojo de una aguja” como una puerta muy pequeña en la muralla de Jerusalén, por la que difícilmente podía entrar un camello, es uno de esos intentos ridículos de interpretar el texto al pie de la letra” [J. L. Sicre, El Evangelio de Mateo. Un drama con final feliz, Navarra: Verbo Divino, 2019, 333]

Insisten en que se trata de una hipérbole: A. Rodríguez Carmona, Evangelio de Marcos (Bilbao: DDB 2006) 110; R. Pesch, Il vangelo di Marco. Parte seconda, Brescia: Paideia 1982, 219 (“hay una pretendida contraposición entre el ojo de una aguja como pequeñísima abertura y el camello como animal muy grande”); P. Bonnard, Evangelio según san Mateo, Madrid: Cristiandad 1976, 430; L. T. Johnson, The Gospel of Luke (SP), Minnesota: Liturgical Press 1991, 278: “un camello es un real camello y la aguja una real aguja”; R. Schnackenburg: “también podemos apoyarnos en otros pasajes para afirmar que Jesús formuló sus máximas de manera extremadamente dura y utilizó tal lenguaje "hiperbólico" para dar voz a sus ilimitadas exigencias éticas. Pensemos, por ejemplo, en cuando advierte: "Es más fácil que un camello entre en el ojo de una aguja, que un rico entre en el reino de Dios" (Mc. 10,25 par.)” [Die sittliche Botschaft des Neues Testaments. Band 1, Freiburg: Herder 1986, 99].

En el Comentario Bíblico “san Jerónimo” [R. E. Brown – J-Fitzmyer – R. Murphy (dir.) Madrid: Cristiandad 1971] se afirma brevemente: “La paradoja que entrañan las palabras de Jesús ha sido frecuentemente debilitada aceptando la problemática variante kamilon (cable) en vez de kamêlon, o suponiendo que el “ojo de una aguja” se refería a una puerta muy estrecha de Jerusalén” (E. Mally 120); “La imagen del camello y el ojo de la aguja significa exactamente lo que dice: no se refiere a una maroma ni a una puerta pequeña de Jerusalén” (McKenzie 250)-

El Nuevo Comentario Bíblico [ibid.., The New Jerome Biblical Commentary, New Jersey: Prentice Hall 1990]: “la sustitución de kamilon, “soga”, por kamêlon y la fantasiosa  idea de que hay una puerta en Jerusalén por la que un camello puede pasar dificultosamente son intentos de embotamiento de la hipérbole” (Harrington 618), “se trata de una exageración extrema propia de Oriente, una imagen colorida para una dificultad insuperable” (Viviano 663); “la hipérbole que contrasta el animal más grande con la abertura más pequeña no debe ser despojada de su fuerza” (Karris 710).

El Jerome Biblical Commentary for the Twenty-First Century, eds. J. J. Collins – G. Hens-Piazza – B. Reid – D. Senior, London: T&T Clark 2022: “La mención frecuente de que en Jerusalén hay una pequeña puerta llamada “puerta de los camellos” parece basada en una leyenda medieval, suavizando el firme dicho de Jesús y olvida la hipérbole semita. Un animal del tamaño de un camello no puede pasar por el ojo de una aguja” (Boxall 1212).

“La imagen del camello y la aguja es una exageración oriental, que trata de mostrar la imposibilidad de romper con el prestigio y el poder que dan las riquezas” (Guijarro 90); “la imagen hiperbólica a la que recurre Jesús, no susceptible de interpretaciones edulcoradas, subraya perfectamente la dificultad que los ricos encontrarán” (Pérez Herrero 163) en el comentario al NT de la Casa de la Biblia; Madrid – Salamanca – Navarra: PPC – Sígueme – Verbo Divino, 1995.

En el Comentario Bíblico Internacional (Farmer (ed.), Navarra: Verbo Divino 1999: “Jesús utiliza el humor para exponer su pensamiento (vv.23-24). Un camello cargado encontraría bastante dificultad para entrar por la puerta de la ciudad (El “ojo de la aguja” era el nombre de una puerta estrecha que daba acceso a la ciudad” (Leske 1191).

En el Comentario Bíblico Latinoamericano (Levoratti (dir.), Navarra: Verbo Divino 2003): “Unos pocos manuscritos tratan de atenuar la fuerza de esta expresión hiperbólica (…) sin embargo la desproporción entre el tamaño del camello y el del ojo de la aguja expresa más adecuadamente el pensamiento de Jesús para entrar en el Reino (…) Tampoco hay razones para afirmar que en la antigua Jerusalén había una puerta llamada “la Aguja”, o una puerta tan estrecha que hacía difícil el paso de un camello” (Levoratti 366); “esta frase resultó escandalosa desde los primeros siglos. Muchos trataron de resolverla de un modo menos virulento (…) Modernamente algún autor ha propuesto una interpretación que, como la anterior, trata de atenuar la fuerza del texto. Habría existido una puerta llamada “de la aguja”, que por ser muy pequeña hacía que los camellos entraran en la ciudad a través de ella con dificultad. Pero lo cierto es que nunca se ha sabido de tal puerta, y sobre todo, que esa expresión corresponde perfectamente a las características del lenguaje de Jesús. Es preciso aceptar estas palabras como una sentencia que sacude y hace pensar. Al Señor no le gustan las cosas dichas a medias” (Briglia 445). “La sentencia no se debe tomar al pie de la letra, porque es una hipérbole” (Mora Paz- Levoratti 566)

“Esta imagen impresionó la fantasía de los lectores del evangelio. Se buscaron varias escapatorias, ya que la palabra evangélica parecía demasiado dura. Pero la imagen de Jesús en su contexto es muy clara: lo difícil se convierte en ‘imposible’. Una de las escapatorias fue esta (se refiere a entender camello como soga…). Otra solución ideada por los predicadores fue esta (y alude a la pequeña puerta ‘de los camellos”). Esta puerta es desconocida en la tradición hebrea” (R. Fabris, La opción por los pobres en la Biblia, Navarra: Verbo Divino 1992, 135-136).

 

Estos son todos los trabajos que he podido consultar (ciertamente hay más). Como se ve, de todos ellos solo Leske afirma que se trataría de una puerta (no he omitido ninguno salvo los que no hacen mención al tema). Tratando de ver bibliografía de Leske para conocer su pensamiento, sólo he podido ver un libro, The Prophetic visión and the Real Jesus, Oregon: Wipf & Stock Publishers 2017 (donde agradece a Farmer haberlo invitado a colaborar en el Comentario Bíblico Internacional, p. vii). No parece ser un estudioso reconocido.


Conclusión

Mi conclusión es que Jesús es ciertamente exigente. ¡Muy exigente! Y eso se expresa, en este caso, en un dicho hiperbólico (“Ret. Figura que consiste en aumentar o disminuir exageradamente aquello de que se trata”, RAE). Como suele pasar, con frecuencia se presenta un “evangelio pasteurizado”, para lo que se han de suavizar este tipo de dichos. Parece más conveniente cambiar el Evangelio a nuestro modo de vida y no cambiar nuestra vida al modo del evangelio. Pero lo cierto es que, en el dicho que comentamos, un camello es un camello (sería extraño que Jesús, un judío de Galilea, usara una rara expresión marítima de una soga; el término griego kamêlos se encuentra 71 veces en la Biblia y siempre, sin excepción, alude al animal) y una aguja es una aguja, no una puerta cuya existencia no consta en ningún lado. Además, si hubiera esa tal puerta, ¿qué sería pasar por el ojo de una puerta? Se pasaría por la puerta no por un supuesto ojo…

 

Foto de libro baleado en el museo de los mártires (UCA, El Salvador)

Comentario a las lecturas domingo 29º B

La comunidad contraculturalmente sigue el ejemplo de Jesús

DOMINGO VIGESIMONOVENO - "B"


Eduardo de la Serna



Lectura del libro del profeta Isaías    53, 10-11

Resumen: un personaje desconocido, pero siervo de Dios, padece sufrimientos que, en un primer momento no son comprendidos por los demás. Pero luego entienden que sus sufrimientos son vicarios en favor de la humanidad a la que le alcanza el perdón y la paz.

El texto litúrgico es un fragmento del conocido como “cuarto canto del Siervo Sufriente de Yahvé” (Is 52,13-53,12); texto razonablemente elegido ya que el contexto del Evangelio es el tercer y último anuncio de la pasión y muerte de Jesús y el debate consecutivo. En él, como veremos, este texto – especialmente en su versión griega – es utilizado o trasfondo del dialogo de Jesús con los suyos.

El texto presenta una serie de reacciones o (in)comprensiones frente al sufrimiento del Siervo de Dios de modo de parecer una suerte de diálogo. Pero finalmente logran comprender que el Siervo sabe ver sus dolores como parte del plan de Dios. No que Dios quiera el sufrimiento, sino que la actitud vicaria del siervo – esta sí querida – lo lleva a cargar con nuestros propios dolores. Esto permite al rebaño disperso alcanzar la plenitud de los bienes expresada como “shalom” (paz, pero también felicidad, plenitud). Es visto al modo de los sacrificios que se ofrecen para la salvación del pueblo sirviendo así para otros, y alcanzando él la plena felicidad (manifestada como descendencia numerosa). Así, mientras el Siervo es visto a los ojos de los demás como rehabilitado (y no como que padece sufrimientos a causa de sus propios pecados, como indica la teología tradicional de la retribución) y quien hace llegar a todos el perdón y la paz, y también él mismo puede verse “entre los grandes” (v.12) por haber entregado su vida.



Lectura de la carta a los Hebreos     4, 14-16

Resumen: Jesús es sacerdote de un modo nuevo, lo que lo caracteriza y distingue de los sacerdotes antiguos es su credibilidad y su misericordia. Para que esto sea manifiesto, se caracteriza por ser “semejante en todo” a la humanidad.


Con una serie de palabras clave que se toman de 3,1 el texto concluye la entera unidad. Todo el texto queda aquí resumido invitando a “mantenerse firmes en la fe profesada”. Si Jesús es un Sumo sacerdote creíble nuestra respuesta ha de ser la fe. Pero esta actitud de Jesús, ¿no lo separa de nosotros? Su solidaridad con el género humano es total como lo manifiesta haber estado sometido a la debilidad y la tentación (cf. 2,9.17-18). Esta solidaridad lo transforma además en sumo sacerdote misericordioso. Así el autor destaca y desarrolla los dos elementos que para él son centrales del sacerdocio de Jesús (credibilidad y misericordia). El encuentro con Dios deja, entonces, de ser un lugar distante y terrible (ver Is 6,1-5), un trono de temor, para convertirse en “trono de gracia” al que todos pueden acceder confiadamente.

Un elemento que es central en la carta a los Hebreos es que el sacerdote único que es Jesús, en la novedad que él incorpora en la historia, no es un sacerdocio caracterizado por constantes separaciones. El sacerdocio santo de Israel requería constantes “separaciones” de los demás pueblos, de las demás tribus, de los demás clanes… Es un sacerdocio que se caracteriza, precisamente, por la sucesión de separaciones el que distinguen al sumo sacerdote de los demás. Jesús, en cambio, se caracteriza – su sacerdocio se caracteriza – por su semejanza “en todo” con la humanidad. La solidaridad de Jesús con la humanidad se manifiesta en esa semejanza y cercanía. Que esto sea “en todo menos en el pecado” confirma más aún esta solidaridad ya que nada hay más in-humano que el pecado, además de que tampoco hay nada más in-solidario que el pecado. La característica del nuevo sacerdocio y único, de Jesús, es precisamente esta semejanza. Es esta la que permite la credibilidad y la misericordia que constituyen lo propio del nuevo sacerdocio.


Evangelio según san Marcos     10, 35-45

Resumen: en el contexto del malentendido provocado por el anuncio de la Pasión, Jesús confronta con Santiago y Juan que pretenden una mirada gloriosa de la muerte que se avecina. Los discípulos de Jesús deben tener una actitud que invierte los valores característicos de la sociedad poniendo el servicio en el primer lugar.

Ya sabemos que Marcos estructura el primer bloque de la segunda parte de su Evangelio en torno a los tres anuncios -por parte de Jesús- de su pasión y muerte. Cada uno de ellos es seguido por una incomprensión por parte de los discípulos que Jesús debe corregir o profundizar. La liturgia hoy omite el anuncio pero sí presenta el malentendido y la precisión de Jesús. 

El texto está conformado por la intervención de Santiago y Juan que está armado de un modo concéntrico, y luego el debate que se suscita a partir de la indignación de los restantes diez y la correspondiente precisión de Jesús expresada por “el que quiera”. Esta segunda parte presenta una serie de paralelismos sinonímicos bien característicos. El esquema queda entonces así:

I.- Planteo de Santiago y Juan

a.- concedas
   b.- sentarse a la derecha e izquierda
      c.- copa que voy a beber / bautismo con que seré bautizado
         X.- “¡sí, podemos!”
      c’.- copa que voy a beber / bautismo con que seré bautizado
   b’.- sentarse a mi derecha o mi izquierda
a’.- concederlo

II.- Indignación de los diez y enseñanza de Jesús

a.-       los jefes los dominan
           los grandes los oprimen
b.- No será así entre ustedes
           el grande será servidor
           el primero será esclavo
c.- el Hijo del hombre no vino a ser servido – vino a servir – dar la vida


I.- Santiago y Juan

El pedido de Santiago y Juan [es interesante notar que en Marcos Santiago siempre es mencionado antes que Juan] es “sentarse en la gloria”. Con toda probabilidad debe entenderse en el sentido de “sentarse en el trono de gloria” (cf. Mt 19,28; 25,31; cf. 1 Re 22,19; Sal 110,1). Es interesante que Mateo cambia el texto (además de que quien lo pide es “la madre de los hijos de Zebedeo, lo cual refuerza la mirada androcéntrica de este evangelio, aunque – a su vez – esta mujer estará al pie de la cruz, Mt 27,56; Lucas omite esta escena) lo que piden en el Primer Evangelio es que se sienten “en tu reino”. 

Los anuncios de la pasión tienen un crecimiento dramático señalado en el mismo comienzo… Mientras en el primero, Jesús “comenzó a enseñarles” (8,31), en el segundo lo hace mientras “iban caminando por Galilea” (9,30) mientras que en el tercero “iban de camino subiendo a Jerusalén” (10,32) y Jesús precisa “subimos a Jerusalén y el hijo del hombre será entregado” (v.33). En este contexto, el pedido de Santiago y Juan refuerza claramente que no lo han comprendido. Pero Jesús lo profundiza con la doble metáfora de la “copa” y el “bautismo”.

  •          copa”: Is 51,17; Jer 25,28; 49,12; Ez 23,32-34 y especialmente Mc 14,36: “Abbá, Padre,… aparta de mi esta copa”; también la alusión a la “copa-sangre derramada” en la Cena (14,23-24). 
  •         bautismo”: Sal 69,2-3; 42,8; cf. Lc 12,50.
Jesús vuelve, entonces, a introducirlos en el discurso de la pasión del que la referencia a la “gloria” los ha apartado. En el centro del relato encontramos que ellos afirman que “sí” pueden. No deja de ser sumamente importante que cuando Jesús llegue a su bautismo y su copa, a su derecha e izquierda no estarán Santiago y Juan, por más que lo proclamen, sino “dos salteadores” (Mc 15,27).

Una nota sobre Santiago y Juan: la frase de Jesús de que ellos serán bautizados y beberán la copa (v.39) es indicio de que al componerse el Evangelio de Marcos ambos discípulos ya habían muerto mártires. Sabemos – por Hechos, que en esto resulta creíble – que Santiago (presentado por Lucas como “hermano de Juan” ya que él suele priorizar a Juan por sobre Santiago) muere matado por Agripa, 12,2. La muerte “por espada” es pena romana por causales políticos, lo que es indicio de que el grupo de seguidores de Jesús fue visto no sólo desde una perspectiva religiosa sino política. Nada sabemos, en cambio, de la muerte de Juan. No tenemos indicios o fuentes seguras, y si bien hay tradiciones legendarias que hablan de su muerte tardía y no violenta, también hay tradiciones – que se remiten a Papías (primera mitad del s.II) – que hablan de su muerte martirial. Por otra parte no se ha de dejar de lado que el primero y los terceros malentendidos a causa de los anuncios de la Pasión estén provocados – en Marcos – por los mismos que Jesús lleva consigo en momentos privilegiados: Pedro, Santiago y Juan. Ser los primeros llamados y participar íntimamente de la enseñanza y hechos de Jesús no es garantía de fidelidad o comprensión plena. Marcos destaca estos hechos de un modo importante y parece una de las temáticas centrales de su Evangelio.

La frase de los discípulos a Jesús es semejante a la de Herodes a su hija al pedirle que baile en la fiesta (6,22) quizás para presentar este dicho en un semejante contexto de insensatez.

Sentarse a la derecha del rey es expresión de honor (cf. 1 Re 2,19; Sir 12,12; Zac 6,13): 
“¿No confían en mí? ¿No es grande el rey con su poder? ¿No se cuidan todas las tierras de no tocarlo? Pues lo han visto con Apame, su concubina, la hija del admirable Bartaco, sentada a su derecha, quitándole la diadema de su cabeza y poniéndosela a sí misma…?” (3 Esdras IV,28-30).
Jesús les manifiesta su incomprensión y superficialidad (“no saben”). No pueden entender la muerte de Jesús que se avecina. Sin embargo, esta muerte, vislumbrada como “copa” o “bautismo” es una muerte que tendrá un sentido vicario, como se dirá expresamente en v.45.


II.- Indignación de los otros diez y enseñanza de Jesús

La segunda unidad comienza refrescando a los destinatarios algo que “saben”. El contraste es evidente entre dos actitudes de “los jefes” (los que están a la derecha) y otras dos de “ustedes”: dominan-oprimen / servidor-esclavo. Ejercer dominio, “enseñorearse” (katakyrieuô; cf. 1 Pe 5,3) y “tiranizan” (katexousiazô) remite en ambos casos a una acción de dominio (kyrios) y autoridad (exousía) ejercido “sobre” (katà) las naciones por parte de los que son “jefes” (arjô) y “grandes” (mégas; recordar 9,34).

Por el contrario, “entre ustedes” no ha de ser así: obviamente contrastan dos modos de ejercicio de la autoridad y del poder. El contraste viene dado entre lo que la sociedad considera que está por encima de la escala social: grande y primero que ha de ubicarse contraculturalmente en el último lugar: servidor y esclavo (diákonos, doulos) algo ya señalado en 9,35. Los que animan, o dirigen la comunidad han de estar a su servicio, no centrados en su propia voluntad sino en las necesidades de todos. 

Cuando el rey Roboam pide consejo acerca de cómo obrar con su pueblo, le responden:
«Si tú te haces hoy servidor de este pueblo y les sirves y les das buenas palabras, ellos serán siervos tuyos para siempre». (1 Re 12:7).
Es de esperar que el rey, en Israel, esté al servicio (doulos) de su pueblo. Pero no ocurre eso con “los reyes de las naciones (ethnôn)”; los emperadores y sus delegados no se caracterizan, precisamente por su servicio.

El ejemplo del Hijo del hombre sirve de “garantía” de que así ha de suceder en la comunidad: el contraste viene dado por ser servido y servir (diakonéô) pero ese servicio se expresa como “dar la vida (psyjê)” y un darla “por”…

La referencia es al “Hijo del hombre” que, en los anuncios de la pasión (como es el contexto del relato), refiere a la muerte. Pero en este caso, alude a un modelo de liderazgo contrastante al de los “jefes de las naciones”. La vida dada “en rescate” ejemplifica el sentido de la copa y el bautismo que encontramos en los versículos precedentes, y que es “por muchos”.

Es interesante notar la versión griega de Is 53:

Isaías (hebreo)
Isaías (LXX)
Mas plugo a Yahveh quebrantarle con dolencias. Si se da a sí mismo en expiación, verá descendencia, alargará sus días, y lo que plazca a Yahveh se cumplirá por su mano.
Por las fatigas de su alma, verá luz, se saciará. Por su conocimiento justificará mi Siervo a muchos y las culpas de ellos él soportará.
Por eso le daré su parte entre los grandes y con poderosos repartirá despojos, ya que indefenso se entregó a la muerte y con los rebeldes fue contado, cuando él llevó el pecado de muchos, e intercedió por los rebeldes.
Así que el Señor se complace en tomar distancia de la aflicción de su alma (psyjê), para manifestar su luz, y para formar con el entendimientopara reconocer al justo que sirve (douleuô) bien a muchosy él llevará su pecado.



Por lo tanto él heredará a muchos, y repartirá el botín de los poderosos; debido a que entregó su alma (psyjêa la muerte, fue contado entre los transgresoresy llevó los pecados de muchos, y fue entregado a causa de sus iniquidades.

Ambos tienen una actitud de “servicio”, el hijo del hombre “da” su psyjê mientras al Siervo le es “arrebatada”; el siervo encabeza a quien lleva los pecados “de muchos”, y el hijo del hombre da su vida en “rescate de muchos”. 

El término “rescate” (lytron) en Lev 27,31 traduce el go’el, que redime los diezmos, o el que por un precio rescata (Pr 6,35; 13,8). Es el precio de la manumisión del esclavo (Lev 19,20), del rescate de la tierra (Lev 25,24; cf. 25,51) o de los prisioneros de guerra (Is 45,13). En Ex 21,29-30 se trata de un “rescate” económico que reemplaza la condena a muerte de una persona culpable. En Núm 3,12 los levitas son elegidos por Dios en reemplazo de los primogénitos del pueblo, y LXX añade: “en rescate (lytra) para ellos”. A la luz de esto, la “vida en rescate por muchos” parece razonable comprenderla como “en lugar de muchos”, un rescate que se da (paga) en lugar de… De ese modo, el rescate es sinónimo de “expiación”, en este caso expía las ofensas de “muchos” (como la “copa” de la cena es “mi sangre de la alianza derramada por muchos”, 14,24). ¿Quiénes son esos “muchos”? Los estudiosos no coinciden: para algunos, por “muchos” ha de entenderse los miembros de la comunidad en contraste con “los jefes de las naciones”, los “todos” de los que se ha de ser esclavos (v.44). Otros entienden que “muchos” sería sinónimo de “todos” (como ocurre con bastante frecuencia) y el contraste está entre el uno que da la vida y los muchos que son rescatados. Ambas lecturas son posibles, lo cierto es que lo que Jesús dirige a los suyos (“ustedes”) no dice referencia al sentido de la muerte de Jesús, sino a la actitud de servicio que deben tener los suyos con todos.


Dibujo tomado de amigoscatolicos.org