Por un instante voy a hacer como si no…
Eduardo de la Serna
Sabiendo
que existe, incluso entre mis conocidos, quienes creen que el atentado contra
Cristina Fernández de Kirchner fue una farsa, armado, teatro, o como prefieran
llamarlo, voy a fingir creer también yo eso. Y repito, “fingir”, porque de
ninguna manera tengo sospechas ni dudas al respecto.
¿Es
posible que todo haya sido una farsa en el contexto del juicio de “Vialidad”,
los alegatos de Luciani y Mola, y de instalar a Cristina de caras al 2023
(elecciones)? Sin duda que creo que sí
es posible. Pero muy distinto es creer que sea probable… y mucho menos aun se
así sea. Pero, como digo, haré como que creo que eso posible fue real…
- No fue
ficción una persona con megáfono en la puerta del Instituto Patria pidiendo “la
horca” para la vicepresidenta.
- No fue
ficción ver personas en marchas ultra agresivas reclamando “cárcel o bala”, o
con carteles aludiendo expresamente a la muerte de “Cristina”.
- No fue
ficción ver bolsas mortuorias con caras o nombres colgadas de las rejas de la casa
Rosada.
- No fue
ficción que en marchas agresivas todos pudiéramos ver una horca o una
guillotina.
- No fue
ficción que alguien, con un arma apta para el disparo, gatillara en la cara de
la vicepresidenta.
- No fue
ficción que el responsable de gatillar fue detenido en el lugar por la
militancia – no por la policía – y retenida también el arma (¡y que no fue linchado!)
la cual se demostró que no era de agua, sino que tenía 5 balas reales en el
cargador, pero ninguna en la recámara.
- No fue
ficción la comunicación entre los actuales detenidos donde se aludía a la
torpeza de Sabag Montiel, a que “a mí no me temblaría la mano”, y a que
concretar el homicidio la convertiría en “San Martín” y otros mensajes reales y
violentos.
- No fue
ficción el stand up de la “vecina” y su paseo por los canales.
Y,
además, me preguntaba: ¿yo sería capaz de permitir que alguien, que me diera
todas las garantías de que el arma – real y apta – no tendría bala en recámara
me gatillara en la cara? ¡Ni loco!, diría, en el lenguaje popular (y con perdón
de los “locos”).
Pero,
además, tampoco fue ficción:
- No fue
ficción que varios dirigentes de la derecha se negaron a condenar el hecho.
- No fue
ficción que los que lo hicieron, rápidamente, acompañaban la condena con un “pero…”
- No fue
ficción que los medios ligados a Clarín y La Nación rápidamente dejaron un
manto de sospecha sobre el intento (“supuesto atentado”).
- No fue
ficción que rápidamente se concentraron horas y horas, tapas y tapas en temas
que desviaran la atención, desde la muerte de una señora en Gran Bretaña hasta
la detención de un ex conductor televisivo…
- No fue
ficción que se buscó instalar la idea de “un loquito suelto”, un “lobo
solitario”.
- No fue
ficción que, después del hecho, todos los medios, de lo que Gramsci llama la “hegemonía”,
no bajaron ni un cambio en sus discursos de odio, de mentira o de crear
enemigos a los que debemos temer…
Es
posible que el “kirchnerismo” busque sacar rédito político del hecho, real o
ficticio… ¡posible es! Pero no es menos posible que la oposición busque taparlo,
negarlo, “dar vuelta la página”, simularlo o dar rápidamente vuelta la página
precisamente para sacar rédito político también.
Me
parece peligrosa la actitud de “no me interesa”, o “no me importa”. Y,
lamentablemente, la sé frecuente en algunos ambientes. O, un poquitito más “micro
política”, “no la quiero a Cristina”; como si la cosa fuera querer o no querer,
como si el hecho del atentado debiera moverse en esos carriles y no en “real –
no real”, o, peor aún, ¿qué hubiera pasado sí…?
Teniendo
todo esto en cuenta, vuelvo a mis convicciones. Ver que con intensidad Clarín y
La Nación buscan desviar el eje, o – peor aún – negar el hecho, creo que allí
está una de las razones fundamentales de mi firme persuasión de que estuvimos
frente a un atentado, afortunadamente fallido (la quiera o no a Cristina, afortunadamente
fallido, lo repito). Que Clarín y La Nación, que todo un grupete de engendros o
engendras políticos intente negar o, por lo menos, tapar el hecho, me hace
estar firmemente convencido de que el hecho ocurrió, de que hubiera sido
gravísimo que ocurriera lo por ellos deseado, que ellos no son ajenos a que un
nuevo “borderline” (o los mismos que serán liberados rápidamente por un poder
judicial perverso y cómplice) vuelva a intentar el hecho (en Cristina o en otro
sujeto)…
Si
antes no tenía dudas, ver que La Nación, en un aberrante editorial de uno de sus
apropiadores, con complicidad clarinezca, se dedique a negar el hecho y sembrar
dudas, me reafirma en mis convicciones… No sólo de que el hecho ocurrió, sino
también de que algunos pretenden que vuelva a ocurrir dejando claro que los
autores materiales no serán socialmente condenados por todos y todas aquellas
personas que “no la quieren a Cristina”, por todos los que esperan ser gobierno
el año que viene ni por la opinión pública-publicada debidamente formateada.
¡Será injusticia!
Foto
tomada de https://es.123rf.com/photo_128919973_vela-de-humo-y-extinta-sobre-fondo-negro.html?vti=mzbqzcwe1mbij6i7w2-1-3
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