Un camello es un camello, una aguja es una aguja (nada de puerta, nada de soga)
Eduardo de la Serna
Habiendo
escuchado y sabido que, en más de una ocasión, ante el evangelio del pasado
domingo donde Jesús dice que “es más fácil que pase un camello por el ojo de
una aguja que un rico entre en el reino de Dios”, más de una homilía hizo
referencia a que “la aguja” sería una puerta (o, eventualmente, el camello
sería una soga) me he dedicado a transcribir lo que sobre el dicho afirman
muchos comentaristas:
MAT 19:24 |
MAR 10:25 |
LUC 18:25 |
se los repito, es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el Reino de los Dios». |
Es más fácil que un camello pase por la abertura de la aguja, que el que un rico entre en el Reino de Dios». |
Es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja*, que el que un rico entre en el Reino de Dios». |
Notas introductorias:
“Es
más fácil” (eukopos) en el NT es comparativo, señala un evento imposible.
¿qué es más fácil decir? (al paralítico); y Lc 16,17: más fácil que pasen el
cielo y la tierra… Es decir, la comparación es entre dos situaciones. La
reacción de los discípulos hace patente la imposibilidad: “¿entonces quién?” y
el acento es claramente la imposibilidad “para los seres humanos” (cf. Zac 8,6;
Gen 18,14; Jb 42,2); no se trata entonces de dos cosas difíciles sino de dos
cosas imposibles.
Por
“ojo”, Mc dice trymalías; Mt trypêma; Lc trêma (como también
ocurre con el término aguja, salvo trymalías (Mc [“abertura”]) todos son
hápax).
Como
“aguja”, Mc y Mt utiliza rhafidós, mientras que Lc usa belones.
En
el judaísmo, el Midras afirma:
«R. Jassa dijo: El Santo, bendito sea, dijo
a Israel: 'Hijos míos, presentadme una abertura de arrepentimiento no más
grande que el ojo de una aguja, y la ensancharé para convertirla en aberturas a
través de las cuales carros y carruajes puedan pasar». (Midras Cantar V.2)
Y
el Talmud:
“Raba dijo: Esto se
demuestra por el hecho de que a un hombre nunca se le
muestra en un sueño una palma datilera de oro, o un
elefante que pasa por el ojo de una aguja” (Talmud, Berac
55b).
Es
sabido que Mateo usa “reino de los cielos” en lugar de “reino de Dios”, pero en
pocas ocasiones dice “reino de Dios”, seguramente para ser conflictivo (“de los
cielos” era más apaciguado, decir “de Dios” es provocador en su ambiente; cf.
21,31.43). Por alguna razón Mateo en este texto pretende ser pregnante y dice
“reino de Dios”.
¿Es
un dicho del Jesús histórico? Siguiendo criterios precisos de acceso a dichos o
hechos de Jesús, hay importantes autores que no hacen referencia al texto (que
no haya elementos suficientes para atribuirlo a Jesús no significa negarlo,
pero sí que no podemos afirmarlo con seguridad), así, por ejemplo, no lo
incluyen J. P. Meier, G. Theissen, G. Lohfink. Muy brevemente J.
Gnilka dice que “la manera plástica y sorprendente de hablar dice mucho en
favor de la autenticidad” (Jesús de Nazaret. Mensaje e historia, Barcelona:
Herder 1993, 176). En nota, J. D. C. Dunn señala que “Funk señala que el
dicho sobre ‘el ojo de una aguja’ – un aforismo gráfico y humorístico – ‘devino
un punto de referencia a la hora de determinar por los miembros (del Jesus
Seminar) la autenticidad de los dichos atribuidos a Jesús” (Jesús
recordado, Navarra: Verbo Divino 2009, 479 nota 164 y aclara que “pocos dudan
que Jesús realizó este tipo de advertencias, 597 nota 16). G. Barbaglio
afirma que es “un dicho arcaico atribuible al nazareno” (Gesù ebreo di Galilea.
Ingagine storica, Bologna: EDB 2002, 373). Es importante aclarar que ni lo
arcaico, ni el evidente semitismo o modo de hablar parecen suficientes para
muchos autores. Es evidente que buenos narradores – como los evangelistas –
bien pueden ser creativos al respecto.
Aclaración de diferentes biblistas
“Un escriba puede
haber encontrado la yuxtaposición entre el camello y la aguja muy
incomprensible y substituyó “soga” por “camello”, [en griego kamilon por
kamêlon; manuscritos tardíos y poco importantes: 13. 28. 471. 523]. Pero
el dicho es hiperbólico y refiere a algo que es obviamente imposible. Gran
parte del poder de este dicho recae en la evocación de la imagen mental de un
enorme camello y una pequeña aguja con un ojo aún más pequeño” [A. Yarbro
Collins, Mark, Hermeneia, Minneapolis: Fortress Press 2007, 480].
“…la rigurosidad del
dicho emerge sobre todo en la paradoja del camello y el ojo de una aguja. De
hecho, eso significa que un rico no puede entrar en el reino de Dios. Variantes
en la tradición textual o propuestas conjeturales se esfuerzan de atemperar la
rigurosidad: una soga por el ojo de la aguja (Teofilacto, Eutimio), un camello
por una abertura (Sinaítico b). Sorprende en v.23s el cambio de reino de los
cielos por reino de Dios” [J. Gnilka, Das Matthäusevangelium. 2. Teil (HTKzNT 1 / 2) Freiburg – Basel –
Wein: Herder 1988, 166; con algunas variantes repite la misma idea en J.
Gnilka, El Evangelio según san Marcos. Vol II, Salamanca: Sígueme 1986, 102]
“Para
hacer soportable la comparación extravagante con un camello, se ha propuesto en
la antigüedad leer kamilos, cable grueso” … Allí donde Mateo y Marcos
ponen el término rhafís, “aguja de coser”, Lucas consigna belónê
que significa particularmente “punta de flecha”, aunque también una aguja” [F.
Bovon, L’évangile selon saint Luc 15,1-19,27 (CNT – 2ème serie IIIc)
Genève: Labor et Fides 2001, 207-208]
“«La
sabiduría oriental en las sentencias ama las hipérboles, es decir, una
pretendía exageración; Jesús con mucha frecuencia a utilizado estas imágenes
robustas» (R. Schnackenburg). Todas las tentativas de comprensión de la lógica
de las imágenes distorsionan la pregnancia y originalidad de la palabra
estímulo” [J. Ernst, Il vangelo secondo Marco 2, Brescia: Morcelliana
1991, 478]
“La
palabra sobre el camello y el ojo de la aguja pertenecen a la serie de imágenes
grotescas (Lc 6,41; 17,2, etc) que tienen la intención de estimular y despertar
el interés. El animal más grande y la apertura más pequeña ilustran de modo
sumamente eficaz loque acaba de decir (…) toda tentativa exegética de
achatamiento (se refiere a la soga y a la puerta) priva a la palabra de lo
pregnante que le es propio” [J. Ernst, Il vangelio di Luca 2, Brescia:
Morcelliana 1985, 711]
“Hemos
de desaprobar las tentativas de suavizar el rigor de la expresión, y sobre todo
la exégesis fantástica de quienes aluden a la puerta situada en las murallas de
Jerusalén pr las que quizás pudiese pasar con dificultad un camello; también
rechazamos la interpretación, muy popular en otros tiempos de kamêlos en
el sentido de kamilos, cuerda (…) esta frase es una hipérbole, semejante
a las de la astilla y la viga en Lc 6,41s y del mosquito y el camello en Mt
23,23, que expresa lo que es imposible o absurdo humanamente hablando” [V.
Taylor, Evangelio según san Marcos, Madrid: Cristiandad, 1979, 515]
“…lo
ilustra con una expresión conocida en el mundo judío: es tan imposible como que
un camello pase por el ojo de una aguja. Desde muy antiguo esta frase inquietó
a muchos, que trataron de suavizarla traduciendo de otra manera (dijeron que no
era un camello o que no era una aguja). Pero la frase se debe entender así como
está, porque se encuentra también en escritos judíos” (L. Rivas, El
evangelio de Marcos, Buenos Aires: Agape 2017, 122]; “nunca se ha sabido que en
Jerusalén hubiera una puerta con estas características y con este nombre. Estas
interpretaciones son muy ingeniosas, pero carecen de fundamento. Por otra
parte, como se ve por la continuación del diálogo, Jesús no habla de cosas difíciles
sino de actos imposibles” [L. Rivas, La obra de Lucas. I. El evangelio,
Buenos Aires: Agape 2012, 175; también en L. Rivas, El evangelio de
Mateo, Buenos Aires: Agape, 2016, 157]
“Una
imagen drástica expresa lo antedicho. Exagera consciente y desmedidamente, y
con todo quiere ser tomada como una imagen. Un camello no pasa nunca por el ojo
minúsculo de una aguja” [W. Trilling, El Evangelio según san Mateo 2,
Barcelona: Herder 1976, 174]
“Todos
los intentos de atenuar la dureza del logion deben considerarse errados, ya que
era considerado de la misma manera en el judaísmo rabínico (…) el ojo de una
aguja, en cuanto es la abertura más pequeña y el camello, en cuanto es el más
grande de los animales se contraponen evidentemente, con un texto
pretendidamente paradojal se remite a un adýnaton, algo imposible” [A.
Sand, Il vangelo secondo Matteo, Brescia: Morcelliana, 1992, 598]
“Realmente
es humanamente imposible como muestra la comparación del camello con el ojo de
una aguja” [A. Rodríguez Carmona, Evangelio de Mateo, Bilbao: DDB 2006,
175]
“Los
estudiosos ahora han abandona en gran medida el intento de identificar una
puerta de la ciudad como “el ojo de la aguja”. Una tardía exposición del texto
leía kamilon (soga) por kamêlon (camello), pero no hay
significativa diferencia de los resultados y kamêlon está mucho mejor
atestiguada” [J. Nolland, The Gospel of Matthew (NIGTN), Michigan,
Eerdmans publ, 2005, 795 nota 113]
“La
imagen del camello y el ojo de la aguja no hay que desfigurarla de sus
elementos gráficos, como si en el griego se hubiesen intercambiado los vocablos
“camello” y “cabo, maroma” o imaginando que el “ojo de la aguja” señalase una
pequeña puerta de Jerusalén contigua a la puerta principal y amplia” [R.
Schnackenburg, El Evangelio según san Marcos 2, Barcelona: Herder, 1976,
101]
“La
imagen del camello es grotesca y precisamente por eso resulta tan impresionante
(cf. Mt 5,13). Rabinos posteriores dan fe de un dicho proverbial sobre un
elefante pasando por el ojo de una aguja. La imagen no debe debilitarse en modo
alguno cambiando una letra griega para convertir el camello en una soga o
cayendo en un comentario del siglo IX d.C. (¡!) que afirma que Jerusalén tiene
una pequeña puerta de la ciudad que se llamó ‘el ojo de la aguja’, a lo que por
supuesto todavía hoy pueden seguir pensamientos edificantes sobre la humildad
de agacharse (lo que el buen camello se vio obligado a hacer cuando las puertas
de la gran ciudad ya estaban cerradas). Los discípulos entienden correctamente.
El caso especial de este hombre rico muestra lo que vale por encima de todo” [E.
Schweizer, Das Evangelium nach Markus (NTD 1), Göttingen: Vandenhoeck &
Ruprecht 1983, 115; y lo repite en sus comentarios E. Schweizer, Das
Evangelium nach Matthäus (NTD 2) 1986, 253, y en E. Schweizer, Das
Evangelium nach Lukas (NTD 3), 1986, 190].
“No
tiene sentido intentar atravesar un camello escuálido por el ojo de una aguja
(¡10,24!). La imagen es intencionalmente ridícula, incluso absurda,
pretendiendo el efecto de lo imposible. Sermones populares basados en una
dudosa evidencia sobre camellos dejando todo el cargamento que portan para
atravesar una supuesta “Puerta de la aguja” yerran el punto absolutamente” [F.
Scott Spencer, Reading Mark. A Literary and Theological Commentary,
Georgia: Smyth & Helwys 2023, 177]
“Una
tendencia similar a aminorar es la responsable de la sustitución de un escriba
de kamilon (soga) por kamêlon (“camello”) y por la fantasía de
que Jerusalén tenía una pequeña puerta llamada “el ojo de la aguja” por la cual
un camello podría pasar” [J. Marcus, Mark 8-16 (AYB 27A) Yale: Yale
University Press 2009, 731]
“La
manifiesta imposibilidad del hecho escandaliza a los discípulos y a los
intérpretes bíblicos hasta hoy. Un intento de “mejorar” el dicho es la lectura kamilon
(soga) por kamêlon encontrada en unos pocos minúsculos, una suerte de
soga de barcos en un término muy extraño y escasamente usada no es menos
extraña que un camello por el ojo de una aguja. Otra modificación repetida por
predicadores hasta que la popularidad adquirió estatus de dato establecido es
la sugerencia, popularizada en el s. XIX que el “ojo de una aguja” es el
término que refiere a una pequeña puerta junto a la gran puerta de la muralla
de la ciudad por la que los peatones pueden atravesar sin necesidad de abrir
las grandes puertas, necesarias de abrir para el paso de una caravana de camellos.
El camello despojado de su carga y doblando las rodillas y el cuello para
atravesar la puerta peatonal ofrece ricas posibilidades homiléticas, pero
lamentablemente sigue siendo una suposición sin fundamento. No existe la más
mínima prueba de esta identificación. Esta puerta no ha sido llamada ojo de la
aguja en ningún idioma, y no se llama así hoy. [R. France, The
Gospel of Mark (NIGTC) Michigan: Eerdmans publ. 2002, 405]
“Es
mucho más conocida hasta hoy la interpretación que trueca el ojo de una aguja
por una puerta de la ciudad de Jerusalén, interpretación que consta desde la
alta edad media (…) Nunca existió tal puerta en ciudad de Jerusalén (sic); esta
interpretación tiene sin duda el fin de hacer más tolerable la dura sentencia
de Jesús. ¡Más interesante que la reinterpretación es la pregunta de por qué se
hizo tan popular!” [U. Luz, El Evangelio según san Mateo (vol III),
Salamanca: Sígueme 2003, 175 nota 59]
Después
de presentar 5 alternativas (la soga y la puerta entre ellas): “no es necesario
salirse del significado del texto (que puede estar basado en un proverbio) …
una imposibilidad es comparada con otra” (Jerónimo)” reitera que “el camello es
proverbialmente grande y el ojo de una aguja una abertura muy pequeña” [W.
Davies – D. Allison, Matthew III (ICC), Edinburgh: T&T Clark 1997,
51-52]
“Jesús
retoma la idea más gráficamente (19,24) haciendo referencia al proverbialmente
grande camello (cf. 23,24) y lo proverbialmente pequeño del ojo de una aguja de
tejer” [W. Wilson, The Gospel of Matthew. Vol 2, Michigan: W. Eerdmans
publ., 2022, 150]
“La
comparación hiperbólica llega a la cima: nuevamente Jesús usa una imagen
grotesca (ver 6,41-42; cf. Mt 23,24) en más grande animal de Palestina es
comparado con la abertura más pequeña conocida. Ambos “camello” y “ojo de la
aguja” deben interpretarse literalmente” [J. Fitzmyer, The Gospel
according to Luke X-XXIV (AB 28A), New York: Doubleday & comp. 1985, 1204]
“Jesús
insiste en su aseveración con una metáfora muy gráfica y aguda. De nuevo os
digo (5,18.22): es más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja que un
rico entre en el reinado de Dios. Lo que era difícil (19,23) se ha vuelto ahora
imposible (cf. 19,26). ¡Cómo va a pasar un animal de gran tamaño por el ojo de
una aguja! Los ricos no pueden entrar. Se hacen necesarios el arrepentimiento y
la redistribución. Entonces los ricos dejarán de serlo. Esta metáfora, crítica
con la élite económica (= los codiciosos y opresores), tiene unas aristas que
no se pueden suavizar” [W. Carter, Mateo y los márgenes. Una lectura
sociopolítica y religiosa, Navarra: Verbo Divino 2007, 563].
“Aquí
se trata de algo distinto: dejarlo todo para seguir a Jesús. Y eso es tan
difícil como que un camello pase por el ojo de una aguja. Se trata de una
expresión proverbial (en la India cambiaban el camello por un elefante), y la
propuesta de interpretar “el ojo de una aguja” como una puerta muy pequeña en
la muralla de Jerusalén, por la que difícilmente podía entrar un camello, es
uno de esos intentos ridículos de interpretar el texto al pie de la letra” [J.
L. Sicre, El Evangelio de Mateo. Un drama con final feliz, Navarra: Verbo
Divino, 2019, 333]
Insisten
en que se trata de una hipérbole: A. Rodríguez Carmona, Evangelio de
Marcos (Bilbao: DDB 2006) 110; R. Pesch, Il vangelo di Marco. Parte
seconda, Brescia: Paideia 1982, 219 (“hay una pretendida contraposición entre
el ojo de una aguja como pequeñísima abertura y el camello como animal muy
grande”); P. Bonnard, Evangelio según san Mateo, Madrid: Cristiandad
1976, 430; L. T. Johnson, The Gospel of Luke (SP), Minnesota: Liturgical
Press 1991, 278: “un camello es un real camello y la aguja una real aguja”; R.
Schnackenburg: “también podemos apoyarnos en otros pasajes para afirmar que
Jesús formuló sus máximas de manera extremadamente dura y utilizó tal lenguaje
"hiperbólico" para dar voz a sus ilimitadas exigencias éticas.
Pensemos, por ejemplo, en cuando advierte: "Es más fácil que un camello
entre en el ojo de una aguja, que un rico entre en el reino de Dios" (Mc.
10,25 par.)” [Die sittliche Botschaft des Neues Testaments. Band 1, Freiburg: Herder
1986, 99].
En el Comentario Bíblico “san Jerónimo” [R. E. Brown –
J-Fitzmyer – R. Murphy (dir.) Madrid:
Cristiandad 1971] se afirma brevemente: “La paradoja que entrañan las palabras
de Jesús ha sido frecuentemente debilitada aceptando la problemática variante kamilon
(cable) en vez de kamêlon, o suponiendo que el “ojo de una aguja” se
refería a una puerta muy estrecha de Jerusalén” (E. Mally 120); “La
imagen del camello y el ojo de la aguja significa exactamente lo que dice: no
se refiere a una maroma ni a una puerta pequeña de Jerusalén” (McKenzie
250)-
El
Nuevo Comentario Bíblico [ibid.., The New Jerome Biblical Commentary, New
Jersey: Prentice Hall 1990]: “la sustitución de kamilon, “soga”, por kamêlon
y la fantasiosa idea de que hay una
puerta en Jerusalén por la que un camello puede pasar dificultosamente son
intentos de embotamiento de la hipérbole” (Harrington 618), “se trata de
una exageración extrema propia de Oriente, una imagen colorida para una
dificultad insuperable” (Viviano 663); “la hipérbole que contrasta el
animal más grande con la abertura más pequeña no debe ser despojada de su
fuerza” (Karris 710).
El Jerome Biblical
Commentary for the Twenty-First Century, eds. J.
J. Collins – G. Hens-Piazza – B. Reid – D. Senior, London: T&T Clark 2022:
“La mención frecuente de que en Jerusalén hay una pequeña puerta llamada
“puerta de los camellos” parece basada en una leyenda medieval, suavizando el
firme dicho de Jesús y olvida la hipérbole semita. Un animal del tamaño de un
camello no puede pasar por el ojo de una aguja” (Boxall 1212).
“La
imagen del camello y la aguja es una exageración oriental, que trata de mostrar
la imposibilidad de romper con el prestigio y el poder que dan las riquezas” (Guijarro
90); “la imagen hiperbólica a la que recurre Jesús, no susceptible de
interpretaciones edulcoradas, subraya perfectamente la dificultad que los ricos
encontrarán” (Pérez Herrero 163) en el comentario al NT de la Casa de la
Biblia; Madrid – Salamanca – Navarra: PPC – Sígueme – Verbo Divino, 1995.
En
el Comentario Bíblico Internacional (Farmer (ed.), Navarra: Verbo Divino 1999:
“Jesús utiliza el humor para exponer su pensamiento (vv.23-24). Un camello
cargado encontraría bastante dificultad para entrar por la puerta de la ciudad
(El “ojo de la aguja” era el nombre de una puerta estrecha que daba acceso a la
ciudad” (Leske 1191).
En
el Comentario Bíblico Latinoamericano (Levoratti (dir.), Navarra: Verbo Divino
2003): “Unos pocos manuscritos tratan de atenuar la fuerza de esta expresión
hiperbólica (…) sin embargo la desproporción entre el tamaño del camello y el
del ojo de la aguja expresa más adecuadamente el pensamiento de Jesús para
entrar en el Reino (…) Tampoco hay razones para afirmar que en la antigua
Jerusalén había una puerta llamada “la Aguja”, o una puerta tan estrecha que
hacía difícil el paso de un camello” (Levoratti 366); “esta frase
resultó escandalosa desde los primeros siglos. Muchos trataron de resolverla de
un modo menos virulento (…) Modernamente algún autor ha propuesto una
interpretación que, como la anterior, trata de atenuar la fuerza del texto.
Habría existido una puerta llamada “de la aguja”, que por ser muy pequeña hacía
que los camellos entraran en la ciudad a través de ella con dificultad. Pero lo
cierto es que nunca se ha sabido de tal puerta, y sobre todo, que esa expresión
corresponde perfectamente a las características del lenguaje de Jesús. Es
preciso aceptar estas palabras como una sentencia que sacude y hace pensar. Al
Señor no le gustan las cosas dichas a medias” (Briglia 445). “La
sentencia no se debe tomar al pie de la letra, porque es una hipérbole” (Mora
Paz- Levoratti 566)
“Esta
imagen impresionó la fantasía de los lectores del evangelio. Se buscaron varias
escapatorias, ya que la palabra evangélica parecía demasiado dura. Pero la
imagen de Jesús en su contexto es muy clara: lo difícil se convierte en
‘imposible’. Una de las escapatorias fue esta (se refiere a entender camello
como soga…). Otra solución ideada por los predicadores fue esta (y alude a la
pequeña puerta ‘de los camellos”). Esta puerta es desconocida en la tradición
hebrea” (R. Fabris, La opción por los pobres en la Biblia, Navarra:
Verbo Divino 1992, 135-136).
Estos
son todos los trabajos que he podido consultar (ciertamente hay más). Como se
ve, de todos ellos solo Leske afirma que se trataría de una puerta (no he
omitido ninguno salvo los que no hacen mención al tema). Tratando de ver bibliografía de Leske para conocer su
pensamiento, sólo he podido ver un libro, The Prophetic visión and the Real
Jesus, Oregon: Wipf & Stock Publishers 2017 (donde agradece a Farmer
haberlo invitado a colaborar en el Comentario Bíblico Internacional, p. vii).
No parece ser un estudioso reconocido.
Conclusión
Mi
conclusión es que Jesús es ciertamente exigente. ¡Muy exigente! Y eso se
expresa, en este caso, en un dicho hiperbólico (“Ret. Figura que consiste
en aumentar o disminuir exageradamente aquello de que se trata”, RAE). Como
suele pasar, con frecuencia se presenta un “evangelio pasteurizado”, para lo
que se han de suavizar este tipo de dichos. Parece más conveniente cambiar el
Evangelio a nuestro modo de vida y no cambiar nuestra vida al modo del
evangelio. Pero lo cierto es que, en el dicho que comentamos, un camello es un
camello (sería extraño que Jesús, un judío de Galilea, usara una rara expresión
marítima de una soga; el término griego kamêlos se encuentra 71 veces en
la Biblia y siempre, sin excepción, alude al animal) y una aguja es una aguja,
no una puerta cuya existencia no consta en ningún lado. Además, si hubiera esa
tal puerta, ¿qué sería pasar por el ojo de una puerta? Se pasaría por la puerta no
por un supuesto ojo…
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