martes, 15 de octubre de 2024

Un camello es un camello, una aguja es una aguja (nada de puerta, nada de soga)

Eduardo de la Serna



Habiendo escuchado y sabido que, en más de una ocasión, ante el evangelio del pasado domingo donde Jesús dice que “es más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de Dios”, más de una homilía hizo referencia a que “la aguja” sería una puerta (o, eventualmente, el camello sería una soga) me he dedicado a transcribir lo que sobre el dicho afirman muchos comentaristas:

 

MAT 19:24

MAR 10:25

LUC 18:25

se los repito,

es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja,

que el que un rico entre en el Reino de los Dios».

 

Es más fácil que un camello pase por la abertura de la aguja,

que el que un rico entre en el Reino de Dios».

 

Es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja*,

que el que un rico entre en el Reino de Dios».

 

Notas introductorias:

“Es más fácil” (eukopos) en el NT es comparativo, señala un evento imposible. ¿qué es más fácil decir? (al paralítico); y Lc 16,17: más fácil que pasen el cielo y la tierra… Es decir, la comparación es entre dos situaciones. La reacción de los discípulos hace patente la imposibilidad: “¿entonces quién?” y el acento es claramente la imposibilidad “para los seres humanos” (cf. Zac 8,6; Gen 18,14; Jb 42,2); no se trata entonces de dos cosas difíciles sino de dos cosas imposibles.

Por “ojo”, Mc dice trymalías; Mt trypêma; Lc trêma (como también ocurre con el término aguja, salvo trymalías (Mc [“abertura”]) todos son hápax).

Como “aguja”, Mc y Mt utiliza rhafidós, mientras que Lc usa belones.

En el judaísmo, el Midras afirma:

«R. Jassa dijo: El Santo, bendito sea, dijo a Israel: 'Hijos míos, presentadme una abertura de arrepentimiento no más grande que el ojo de una aguja, y la ensancharé para convertirla en aberturas a través de las cuales carros y carruajes puedan pasar». (Midras Cantar V.2)

Y el Talmud:

Raba dijo: Esto se demuestra por el hecho de que a un hombre nunca se le muestra en un sueño una palma datilera de oro, o un elefante que pasa por el ojo de una aguja” (Talmud, Berac 55b).

Es sabido que Mateo usa “reino de los cielos” en lugar de “reino de Dios”, pero en pocas ocasiones dice “reino de Dios”, seguramente para ser conflictivo (“de los cielos” era más apaciguado, decir “de Dios” es provocador en su ambiente; cf. 21,31.43). Por alguna razón Mateo en este texto pretende ser pregnante y dice “reino de Dios”.

¿Es un dicho del Jesús histórico? Siguiendo criterios precisos de acceso a dichos o hechos de Jesús, hay importantes autores que no hacen referencia al texto (que no haya elementos suficientes para atribuirlo a Jesús no significa negarlo, pero sí que no podemos afirmarlo con seguridad), así, por ejemplo, no lo incluyen J. P. Meier, G. Theissen, G. Lohfink. Muy brevemente J. Gnilka dice que “la manera plástica y sorprendente de hablar dice mucho en favor de la autenticidad” (Jesús de Nazaret. Mensaje e historia, Barcelona: Herder 1993, 176). En nota, J. D. C. Dunn señala que “Funk señala que el dicho sobre ‘el ojo de una aguja’ – un aforismo gráfico y humorístico – ‘devino un punto de referencia a la hora de determinar por los miembros (del Jesus Seminar) la autenticidad de los dichos atribuidos a Jesús” (Jesús recordado, Navarra: Verbo Divino 2009, 479 nota 164 y aclara que “pocos dudan que Jesús realizó este tipo de advertencias, 597 nota 16). G. Barbaglio afirma que es “un dicho arcaico atribuible al nazareno” (Gesù ebreo di Galilea. Ingagine storica, Bologna: EDB 2002, 373). Es importante aclarar que ni lo arcaico, ni el evidente semitismo o modo de hablar parecen suficientes para muchos autores. Es evidente que buenos narradores – como los evangelistas – bien pueden ser creativos al respecto.

 

Aclaración de diferentes biblistas

 

“Un escriba puede haber encontrado la yuxtaposición entre el camello y la aguja muy incomprensible y substituyó “soga” por “camello”, [en griego kamilon por kamêlon; manuscritos tardíos y poco importantes: 13. 28. 471. 523]. Pero el dicho es hiperbólico y refiere a algo que es obviamente imposible. Gran parte del poder de este dicho recae en la evocación de la imagen mental de un enorme camello y una pequeña aguja con un ojo aún más pequeño” [A. Yarbro Collins, Mark, Hermeneia, Minneapolis: Fortress Press 2007, 480].

“…la rigurosidad del dicho emerge sobre todo en la paradoja del camello y el ojo de una aguja. De hecho, eso significa que un rico no puede entrar en el reino de Dios. Variantes en la tradición textual o propuestas conjeturales se esfuerzan de atemperar la rigurosidad: una soga por el ojo de la aguja (Teofilacto, Eutimio), un camello por una abertura (Sinaítico b). Sorprende en v.23s el cambio de reino de los cielos por reino de Dios” [J. Gnilka, Das Matthäusevangelium. 2. Teil (HTKzNT 1 / 2) Freiburg – Basel – Wein: Herder 1988, 166; con algunas variantes repite la misma idea en J. Gnilka, El Evangelio según san Marcos. Vol II, Salamanca: Sígueme 1986, 102]

“Para hacer soportable la comparación extravagante con un camello, se ha propuesto en la antigüedad leer kamilos, cable grueso” … Allí donde Mateo y Marcos ponen el término rhafís, “aguja de coser”, Lucas consigna belónê que significa particularmente “punta de flecha”, aunque también una aguja” [F. Bovon, L’évangile selon saint Luc 15,1-19,27 (CNT – 2ème serie IIIc) Genève: Labor et Fides 2001, 207-208]

“«La sabiduría oriental en las sentencias ama las hipérboles, es decir, una pretendía exageración; Jesús con mucha frecuencia a utilizado estas imágenes robustas» (R. Schnackenburg). Todas las tentativas de comprensión de la lógica de las imágenes distorsionan la pregnancia y originalidad de la palabra estímulo” [J. Ernst, Il vangelo secondo Marco 2, Brescia: Morcelliana 1991, 478]

“La palabra sobre el camello y el ojo de la aguja pertenecen a la serie de imágenes grotescas (Lc 6,41; 17,2, etc) que tienen la intención de estimular y despertar el interés. El animal más grande y la apertura más pequeña ilustran de modo sumamente eficaz loque acaba de decir (…) toda tentativa exegética de achatamiento (se refiere a la soga y a la puerta) priva a la palabra de lo pregnante que le es propio” [J. Ernst, Il vangelio di Luca 2, Brescia: Morcelliana 1985, 711]

“Hemos de desaprobar las tentativas de suavizar el rigor de la expresión, y sobre todo la exégesis fantástica de quienes aluden a la puerta situada en las murallas de Jerusalén pr las que quizás pudiese pasar con dificultad un camello; también rechazamos la interpretación, muy popular en otros tiempos de kamêlos en el sentido de kamilos, cuerda (…) esta frase es una hipérbole, semejante a las de la astilla y la viga en Lc 6,41s y del mosquito y el camello en Mt 23,23, que expresa lo que es imposible o absurdo humanamente hablando” [V. Taylor, Evangelio según san Marcos, Madrid: Cristiandad, 1979, 515]

“…lo ilustra con una expresión conocida en el mundo judío: es tan imposible como que un camello pase por el ojo de una aguja. Desde muy antiguo esta frase inquietó a muchos, que trataron de suavizarla traduciendo de otra manera (dijeron que no era un camello o que no era una aguja). Pero la frase se debe entender así como está, porque se encuentra también en escritos judíos” (L. Rivas, El evangelio de Marcos, Buenos Aires: Agape 2017, 122]; “nunca se ha sabido que en Jerusalén hubiera una puerta con estas características y con este nombre. Estas interpretaciones son muy ingeniosas, pero carecen de fundamento. Por otra parte, como se ve por la continuación del diálogo, Jesús no habla de cosas difíciles sino de actos imposibles” [L. Rivas, La obra de Lucas. I. El evangelio, Buenos Aires: Agape 2012, 175; también en L. Rivas, El evangelio de Mateo, Buenos Aires: Agape, 2016, 157]

“Una imagen drástica expresa lo antedicho. Exagera consciente y desmedidamente, y con todo quiere ser tomada como una imagen. Un camello no pasa nunca por el ojo minúsculo de una aguja” [W. Trilling, El Evangelio según san Mateo 2, Barcelona: Herder 1976, 174]

“Todos los intentos de atenuar la dureza del logion deben considerarse errados, ya que era considerado de la misma manera en el judaísmo rabínico (…) el ojo de una aguja, en cuanto es la abertura más pequeña y el camello, en cuanto es el más grande de los animales se contraponen evidentemente, con un texto pretendidamente paradojal se remite a un adýnaton, algo imposible” [A. Sand, Il vangelo secondo Matteo, Brescia: Morcelliana, 1992, 598]

“Realmente es humanamente imposible como muestra la comparación del camello con el ojo de una aguja” [A. Rodríguez Carmona, Evangelio de Mateo, Bilbao: DDB 2006, 175]

“Los estudiosos ahora han abandona en gran medida el intento de identificar una puerta de la ciudad como “el ojo de la aguja”. Una tardía exposición del texto leía kamilon (soga) por kamêlon (camello), pero no hay significativa diferencia de los resultados y kamêlon está mucho mejor atestiguada” [J. Nolland, The Gospel of Matthew (NIGTN), Michigan, Eerdmans publ, 2005, 795 nota 113]

“La imagen del camello y el ojo de la aguja no hay que desfigurarla de sus elementos gráficos, como si en el griego se hubiesen intercambiado los vocablos “camello” y “cabo, maroma” o imaginando que el “ojo de la aguja” señalase una pequeña puerta de Jerusalén contigua a la puerta principal y amplia” [R. Schnackenburg, El Evangelio según san Marcos 2, Barcelona: Herder, 1976, 101]

“La imagen del camello es grotesca y precisamente por eso resulta tan impresionante (cf. Mt 5,13). Rabinos posteriores dan fe de un dicho proverbial sobre un elefante pasando por el ojo de una aguja. La imagen no debe debilitarse en modo alguno cambiando una letra griega para convertir el camello en una soga o cayendo en un comentario del siglo IX d.C. (¡!) que afirma que Jerusalén tiene una pequeña puerta de la ciudad que se llamó ‘el ojo de la aguja’, a lo que por supuesto todavía hoy pueden seguir pensamientos edificantes sobre la humildad de agacharse (lo que el buen camello se vio obligado a hacer cuando las puertas de la gran ciudad ya estaban cerradas). Los discípulos entienden correctamente. El caso especial de este hombre rico muestra lo que vale por encima de todo” [E. Schweizer, Das Evangelium nach Markus (NTD 1), Göttingen: Vandenhoeck & Ruprecht 1983, 115; y lo repite en sus comentarios E. Schweizer, Das Evangelium nach Matthäus (NTD 2) 1986, 253, y en E. Schweizer, Das Evangelium nach Lukas (NTD 3), 1986, 190].

“No tiene sentido intentar atravesar un camello escuálido por el ojo de una aguja (¡10,24!). La imagen es intencionalmente ridícula, incluso absurda, pretendiendo el efecto de lo imposible. Sermones populares basados en una dudosa evidencia sobre camellos dejando todo el cargamento que portan para atravesar una supuesta “Puerta de la aguja” yerran el punto absolutamente” [F. Scott Spencer, Reading Mark. A Literary and Theological Commentary, Georgia: Smyth & Helwys 2023, 177]

“Una tendencia similar a aminorar es la responsable de la sustitución de un escriba de kamilon (soga) por kamêlon (“camello”) y por la fantasía de que Jerusalén tenía una pequeña puerta llamada “el ojo de la aguja” por la cual un camello podría pasar” [J. Marcus, Mark 8-16 (AYB 27A) Yale: Yale University Press 2009, 731]

“La manifiesta imposibilidad del hecho escandaliza a los discípulos y a los intérpretes bíblicos hasta hoy. Un intento de “mejorar” el dicho es la lectura kamilon (soga) por kamêlon encontrada en unos pocos minúsculos, una suerte de soga de barcos en un término muy extraño y escasamente usada no es menos extraña que un camello por el ojo de una aguja. Otra modificación repetida por predicadores hasta que la popularidad adquirió estatus de dato establecido es la sugerencia, popularizada en el s. XIX que el “ojo de una aguja” es el término que refiere a una pequeña puerta junto a la gran puerta de la muralla de la ciudad por la que los peatones pueden atravesar sin necesidad de abrir las grandes puertas, necesarias de abrir para el paso de una caravana de camellos. El camello despojado de su carga y doblando las rodillas y el cuello para atravesar la puerta peatonal ofrece ricas posibilidades homiléticas, pero lamentablemente sigue siendo una suposición sin fundamento. No existe la más mínima prueba de esta identificación. Esta puerta no ha sido llamada ojo de la aguja en ningún idioma, y ​​no se llama así hoy. [R. France, The Gospel of Mark (NIGTC) Michigan: Eerdmans publ. 2002, 405]

“Es mucho más conocida hasta hoy la interpretación que trueca el ojo de una aguja por una puerta de la ciudad de Jerusalén, interpretación que consta desde la alta edad media (…) Nunca existió tal puerta en ciudad de Jerusalén (sic); esta interpretación tiene sin duda el fin de hacer más tolerable la dura sentencia de Jesús. ¡Más interesante que la reinterpretación es la pregunta de por qué se hizo tan popular!” [U. Luz, El Evangelio según san Mateo (vol III), Salamanca: Sígueme 2003, 175 nota 59]

Después de presentar 5 alternativas (la soga y la puerta entre ellas): “no es necesario salirse del significado del texto (que puede estar basado en un proverbio) … una imposibilidad es comparada con otra” (Jerónimo)” reitera que “el camello es proverbialmente grande y el ojo de una aguja una abertura muy pequeña” [W. Davies – D. Allison, Matthew III (ICC), Edinburgh: T&T Clark 1997, 51-52]

“Jesús retoma la idea más gráficamente (19,24) haciendo referencia al proverbialmente grande camello (cf. 23,24) y lo proverbialmente pequeño del ojo de una aguja de tejer” [W. Wilson, The Gospel of Matthew. Vol 2, Michigan: W. Eerdmans publ., 2022, 150]

“La comparación hiperbólica llega a la cima: nuevamente Jesús usa una imagen grotesca (ver 6,41-42; cf. Mt 23,24) en más grande animal de Palestina es comparado con la abertura más pequeña conocida. Ambos “camello” y “ojo de la aguja” deben interpretarse literalmente” [J. Fitzmyer, The Gospel according to Luke X-XXIV (AB 28A), New York: Doubleday & comp.  1985, 1204]

“Jesús insiste en su aseveración con una metáfora muy gráfica y aguda. De nuevo os digo (5,18.22): es más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja que un rico entre en el reinado de Dios. Lo que era difícil (19,23) se ha vuelto ahora imposible (cf. 19,26). ¡Cómo va a pasar un animal de gran tamaño por el ojo de una aguja! Los ricos no pueden entrar. Se hacen necesarios el arrepentimiento y la redistribución. Entonces los ricos dejarán de serlo. Esta metáfora, crítica con la élite económica (= los codiciosos y opresores), tiene unas aristas que no se pueden suavizar” [W. Carter, Mateo y los márgenes. Una lectura sociopolítica y religiosa, Navarra: Verbo Divino 2007, 563].

“Aquí se trata de algo distinto: dejarlo todo para seguir a Jesús. Y eso es tan difícil como que un camello pase por el ojo de una aguja. Se trata de una expresión proverbial (en la India cambiaban el camello por un elefante), y la propuesta de interpretar “el ojo de una aguja” como una puerta muy pequeña en la muralla de Jerusalén, por la que difícilmente podía entrar un camello, es uno de esos intentos ridículos de interpretar el texto al pie de la letra” [J. L. Sicre, El Evangelio de Mateo. Un drama con final feliz, Navarra: Verbo Divino, 2019, 333]

Insisten en que se trata de una hipérbole: A. Rodríguez Carmona, Evangelio de Marcos (Bilbao: DDB 2006) 110; R. Pesch, Il vangelo di Marco. Parte seconda, Brescia: Paideia 1982, 219 (“hay una pretendida contraposición entre el ojo de una aguja como pequeñísima abertura y el camello como animal muy grande”); P. Bonnard, Evangelio según san Mateo, Madrid: Cristiandad 1976, 430; L. T. Johnson, The Gospel of Luke (SP), Minnesota: Liturgical Press 1991, 278: “un camello es un real camello y la aguja una real aguja”; R. Schnackenburg: “también podemos apoyarnos en otros pasajes para afirmar que Jesús formuló sus máximas de manera extremadamente dura y utilizó tal lenguaje "hiperbólico" para dar voz a sus ilimitadas exigencias éticas. Pensemos, por ejemplo, en cuando advierte: "Es más fácil que un camello entre en el ojo de una aguja, que un rico entre en el reino de Dios" (Mc. 10,25 par.)” [Die sittliche Botschaft des Neues Testaments. Band 1, Freiburg: Herder 1986, 99].

En el Comentario Bíblico “san Jerónimo” [R. E. Brown – J-Fitzmyer – R. Murphy (dir.) Madrid: Cristiandad 1971] se afirma brevemente: “La paradoja que entrañan las palabras de Jesús ha sido frecuentemente debilitada aceptando la problemática variante kamilon (cable) en vez de kamêlon, o suponiendo que el “ojo de una aguja” se refería a una puerta muy estrecha de Jerusalén” (E. Mally 120); “La imagen del camello y el ojo de la aguja significa exactamente lo que dice: no se refiere a una maroma ni a una puerta pequeña de Jerusalén” (McKenzie 250)-

El Nuevo Comentario Bíblico [ibid.., The New Jerome Biblical Commentary, New Jersey: Prentice Hall 1990]: “la sustitución de kamilon, “soga”, por kamêlon y la fantasiosa  idea de que hay una puerta en Jerusalén por la que un camello puede pasar dificultosamente son intentos de embotamiento de la hipérbole” (Harrington 618), “se trata de una exageración extrema propia de Oriente, una imagen colorida para una dificultad insuperable” (Viviano 663); “la hipérbole que contrasta el animal más grande con la abertura más pequeña no debe ser despojada de su fuerza” (Karris 710).

El Jerome Biblical Commentary for the Twenty-First Century, eds. J. J. Collins – G. Hens-Piazza – B. Reid – D. Senior, London: T&T Clark 2022: “La mención frecuente de que en Jerusalén hay una pequeña puerta llamada “puerta de los camellos” parece basada en una leyenda medieval, suavizando el firme dicho de Jesús y olvida la hipérbole semita. Un animal del tamaño de un camello no puede pasar por el ojo de una aguja” (Boxall 1212).

“La imagen del camello y la aguja es una exageración oriental, que trata de mostrar la imposibilidad de romper con el prestigio y el poder que dan las riquezas” (Guijarro 90); “la imagen hiperbólica a la que recurre Jesús, no susceptible de interpretaciones edulcoradas, subraya perfectamente la dificultad que los ricos encontrarán” (Pérez Herrero 163) en el comentario al NT de la Casa de la Biblia; Madrid – Salamanca – Navarra: PPC – Sígueme – Verbo Divino, 1995.

En el Comentario Bíblico Internacional (Farmer (ed.), Navarra: Verbo Divino 1999: “Jesús utiliza el humor para exponer su pensamiento (vv.23-24). Un camello cargado encontraría bastante dificultad para entrar por la puerta de la ciudad (El “ojo de la aguja” era el nombre de una puerta estrecha que daba acceso a la ciudad” (Leske 1191).

En el Comentario Bíblico Latinoamericano (Levoratti (dir.), Navarra: Verbo Divino 2003): “Unos pocos manuscritos tratan de atenuar la fuerza de esta expresión hiperbólica (…) sin embargo la desproporción entre el tamaño del camello y el del ojo de la aguja expresa más adecuadamente el pensamiento de Jesús para entrar en el Reino (…) Tampoco hay razones para afirmar que en la antigua Jerusalén había una puerta llamada “la Aguja”, o una puerta tan estrecha que hacía difícil el paso de un camello” (Levoratti 366); “esta frase resultó escandalosa desde los primeros siglos. Muchos trataron de resolverla de un modo menos virulento (…) Modernamente algún autor ha propuesto una interpretación que, como la anterior, trata de atenuar la fuerza del texto. Habría existido una puerta llamada “de la aguja”, que por ser muy pequeña hacía que los camellos entraran en la ciudad a través de ella con dificultad. Pero lo cierto es que nunca se ha sabido de tal puerta, y sobre todo, que esa expresión corresponde perfectamente a las características del lenguaje de Jesús. Es preciso aceptar estas palabras como una sentencia que sacude y hace pensar. Al Señor no le gustan las cosas dichas a medias” (Briglia 445). “La sentencia no se debe tomar al pie de la letra, porque es una hipérbole” (Mora Paz- Levoratti 566)

“Esta imagen impresionó la fantasía de los lectores del evangelio. Se buscaron varias escapatorias, ya que la palabra evangélica parecía demasiado dura. Pero la imagen de Jesús en su contexto es muy clara: lo difícil se convierte en ‘imposible’. Una de las escapatorias fue esta (se refiere a entender camello como soga…). Otra solución ideada por los predicadores fue esta (y alude a la pequeña puerta ‘de los camellos”). Esta puerta es desconocida en la tradición hebrea” (R. Fabris, La opción por los pobres en la Biblia, Navarra: Verbo Divino 1992, 135-136).

 

Estos son todos los trabajos que he podido consultar (ciertamente hay más). Como se ve, de todos ellos solo Leske afirma que se trataría de una puerta (no he omitido ninguno salvo los que no hacen mención al tema). Tratando de ver bibliografía de Leske para conocer su pensamiento, sólo he podido ver un libro, The Prophetic visión and the Real Jesus, Oregon: Wipf & Stock Publishers 2017 (donde agradece a Farmer haberlo invitado a colaborar en el Comentario Bíblico Internacional, p. vii). No parece ser un estudioso reconocido.


Conclusión

Mi conclusión es que Jesús es ciertamente exigente. ¡Muy exigente! Y eso se expresa, en este caso, en un dicho hiperbólico (“Ret. Figura que consiste en aumentar o disminuir exageradamente aquello de que se trata”, RAE). Como suele pasar, con frecuencia se presenta un “evangelio pasteurizado”, para lo que se han de suavizar este tipo de dichos. Parece más conveniente cambiar el Evangelio a nuestro modo de vida y no cambiar nuestra vida al modo del evangelio. Pero lo cierto es que, en el dicho que comentamos, un camello es un camello (sería extraño que Jesús, un judío de Galilea, usara una rara expresión marítima de una soga; el término griego kamêlos se encuentra 71 veces en la Biblia y siempre, sin excepción, alude al animal) y una aguja es una aguja, no una puerta cuya existencia no consta en ningún lado. Además, si hubiera esa tal puerta, ¿qué sería pasar por el ojo de una puerta? Se pasaría por la puerta no por un supuesto ojo…

 

Foto de libro baleado en el museo de los mártires (UCA, El Salvador)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Cualquiera puede comentar y no será eliminado, aunque no este de acuerdo con lo dicho, siempre que sea respetuoso (caso contrario, será borrado). Pero habitualmente no responderé los comentarios, ni unos ni otros, para no transformar este blog en un foro. De todos modos, podrán expresar su opinión.