Derecha y derecho
Eduardo de la
Serna
Los términos con los que titulamos estos párrafos, parecen, y quizás en algunas ocasiones lo sean, simplemente las versiones masculinas y femeninas de un mismo momento, acontecimiento o sujeto. Por ejemplo, una persona que escribe con la mano diestra es derecha o derecho, según el género del sujeto; una persona que camina erguida, también. Pero…
Pero no es
menos cierto que, en otros ámbitos, derecha y derecho son como el agua y el
aceite. Pueden estar en un mismo espacio, pero no se juntan ni se mezclan.
No es ninguna
novedad lo que afirmamos, no es creatividad alguna, es simplemente una
constatación: la derecha sistemáticamente niega los derechos, y los defensores
de los derechos no pueden convivir con las derechas.
Es que es
evidente, que, al decir derechos, no se está hablando de lo que “me” gusta o no;
“yo” no soy el tema, sino que lo es una determinada situación. Y plantearlo en
clave “me” gusta, “me parece”, “estoy (o no) de acuerdo” o demás cosas es mirarME
y no mirar el hecho. Es evidente que el individualismo es característico de las
derechas, los derechos ¡no! El derecho a vivir, a comer, a tener salud o
educación o trabajo digno, por ejemplo, no son derechos en derechas. Los
derechos de los aborígenes o de las mujeres a no sufrir violencias, no son
derechos en las derechas muy derechas en la ONU; los derechos humanos no lo son
para aquellos que las derechas entienden como infrahumanos que son las
no-derechas, las que – por definición – son zurdos (es obvio que a la
no-derecha de la derecha está la izquierda, ¿no?). Y así se puede seguir y
seguir y seguir. Si se ha trabajado y aportado toda la vida, la jubilación o
pensión no es un derecho en derecha; si se ha ejercido un cargo, no se es
acreedor de derechos por derecha si no “le” gusta el en-cargado (o en-cargada) de
los derechos (adquiridos) al monarca.
Monarca
proviene del griego “monos” (y no es ironía), que significa “uno”, una unidad.
Sólo una persona ejerce el primer lugar (arjé, en griego es – en este caso,
porque es un término polisémico – poder, autoridad; como también se ve en olig-arca,
tetr-arca, etc.). Se trata de cuando uno (monos) ejerce el poder (arjé), y no
el pueblo (y volvemos al “me” y al rechazo de lo colectivo, comunitario, social…);
no es un pueblo (demos) el que ejerce el poder (kratos) y aparece la derecha
con toda su fuerza, poniéndose en primer lugar (arjé) y dejando a todos – o casi
todos – en el último (esjatón). Así, uno solo (monos) deja que unos pocos
(oligos) gocen de las mieles que tan generosamente derrama mientras la olla,
abajo, empieza a juntar presión; la presión de los derechos conculcados por las
derechas y que, en algún momento, tarde o temprano, reclamarán las víctimas.
Sabemos el
problema que significa cuando no hay reconocimiento sistemático de los derechos:
todos y todas y todes aquellxs a quienes les fueron vulnerados empiezan, con mayor
o menos vehemencia, o firmeza, o rigor, o violencia… a reclamar. Si hay un
gobierno defensor de los derechos, esto puede encauzarse por canales
razonables, pero si hay un gobierno de derecha, que los ha negado o ninguneado,
empieza cada quien a reclamarlos (con derecho) y emerge el caos (o el rio
revuelto), y los trabajadores reclaman, los ancianos reclaman, los estudiantes
reclaman, las disidencias reclaman, los enfermos reclaman, los gremios (a
veces) reclaman, los indígenas reclaman, las cooperativas reclaman… ¡la vida
reclama! Y tanto clamor (en la biblia es el grito del dolor de las víctimas) se
vuelve re-clamo y tanto re-clamo se vuelve llamarada. Y, como siempre, la
derecha acusará – con todo su poder y bombardeo mediático – a las víctimas del
incendio que ellos mismos gestaron. Pero no es menos cierto que derechos y
derechas no conviven ni convivirán; y no es menos cierto que habrá mareas altas
o mareas bajas, pero a los seguidores del Nazareno – aunque nos miren
ideológicamente como ideologizados – simplemente nos encontrarán reclamando más
y más y más derechos. De eso se trata que tengan buenas noticias (en griego,
evangelio) los pobres.
Imagen tomada de https://www.significados.com/la-monarquia-parlamentaria/
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