Un aporte
teológico
Eduardo de la
Serna
Si pensar y
hacer teología es “hablar de Dios”, sería falso de toda falsedad pensar o creer
que sólo en la Iglesia católica romana “hablamos de Dios”. Todo grupo creyente
habla de Dios, y hasta los ateos lo hacen (al menos para señalar aquello en lo que
no creen).
Una actitud
sensata y racional implica encontrarse, escuchar, dialogar con todos los “lenguajes
sobre Dios”. No para decir que “somos todos lo mismo” (modalismo teológico), no
para malinterpretar las “semillas del Verbo”, de Justino, destacando que todas
las palabras sobre Dios están subordinadas (como una especie de “ancilla
theologiae”) a la teología católica romana (subordinacianismo teológico). Sí
para escucharnos mutuamente, ver aquello en que unos y otros dicen algo en
común, reconocer las diferencias, buscar intensamente aquello que nos une más
que aquello que nos divide.
Ahora bien, y
siguiendo con la analogía trinitaria, en todo diálogo y encuentro es
indispensable – para que lo sea – reconocer todo lo que de cada uno hay como
aporte, lo que es propio, y la diferencia. No es diálogo si no hay búsqueda de
lo “en común” pero tampoco sin reconocimiento de las diferencias. No sólo es
importante escuchar atentamente qué dice de Dios cada grupo, sino también tener
claro qué decimos de Dios nosotros y qué tenemos en común, y qué no. No para
subordinar los demás lenguajes sino para reconocer y valorar (no como superior)
lo propio. ¿Qué decimos de Dios nosotros para, después, buscar lo en común, las
riquezas, las diferencias…? Y, acá mi pregunta, ¿podemos decir lo que nosotros
decimos de Dios sin una escucha previa de la “palabra de Dios”, el Dios que se
revela, el Dios que ha caminado y sigue caminando con su pueblo, el Dios en el
que creemos? Porque, si presentamos una “palabra sobre Dios” que es muy “armada”,
bien presentada, muy “filosófica”, pero que no se nutre de lo que – creemos –
Dios mismo nos dice, ¿estamos realmente hablando de Dios, del Dios en el que
creemos? Obviamente sería teología xenófoba pretender que otros grupos acepten
la Biblia (a lo sumo sí pretender que la reconozcan en sus aspectos culturales
e históricos), pero ¿podemos encontrarnos o dialogar (otra cosa es escuchar, lo
que es fundamental, por cierto) sin también nosotros mostrar lo propio? Y,
¿puede haber algo propio sobre Dios que no empiece por la escucha de Dios
mismo?
Icoo sobre laTrinidad deAndrei Rouvliov tomado de https://es.wikipedia.org/wiki/Trinidad_(Andréi_Rubliov)
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