miércoles, 23 de enero de 2019

¿Por qué debería creerles?


¿Por qué debería creerles?


Eduardo de la Serna



La mentira parece ser un tema “de moda”. O, para decirlo “al revés”, la verdad. Era un tema común decir que “la verdad es relativa”, que “esto es tu verdad, yo tengo otra” o cosas semejantes. Y, a partir de esto, se habló de la “dictadura del relativismo” o de la “incertidumbre”. Si no hay nada “fijo” ¿dónde nos podemos sostener? Se decía, entonces, que una cosa son los “datos” (algo “dado”) y otra la interpretación de los mismos. Algo ocurrió, y eso es indiscutible: fulano murió, mengano dijo esto, zutano fue a… y las interpretaciones pueden ser variadas: que fulano no cuidaba su salud, o que fue envenenado; que lo dijo, pero lo sacaron de contexto, que no quiso decirlo, o que estaba mal informado; que fue de viaje, que estaba huyendo, que fue a esconder algo. Lo cierto es que a partir de los datos comienza la serie de las lecturas. Pero vistos los intereses de los Medios de Comunicación en nuestro tiempo, con frecuencia ni a los "datos" podemos creerles (posverdad, lo llaman, o lisa y llanamente mentiras).

Hay cosas que, pareciera, no pueden discutirse: son datos. Bolsonaro es presidente del Brasil, Ortega de Nicaragua, y en Venezuela… Bueno, en Venezuela hay problemas.

¿Qué pasa en Venezuela? Debo decir que no lo sé; ¿cuáles son los datos? Tampoco lo sé. ¿Debo creerles a los datos que aportan los Medios de Comunicación? Debo decir que, en general, no les creo. Son una fuente interesada. ¡Muy interesada! (hay petróleo). ¿Qué datos tengo? (1) Que hubo elecciones y Maduro resultó elegido. Por lo que parece, el sistema electoral es bastante seguro en Venezuela. Y la fundación Carter fue fiscalizadora. Pero un grupo de países decidió desconocer a Maduro. Países con una línea ideológica, hemos de reconocerlo, porque Uruguay y Bolivia no fueron de la partida, en este caso. El más sintomático fue el caso del stronista Abdo, en Paraguay que lisa y llanamente rompió relaciones diplomáticas. (2) Otro dato es la enorme cantidad de migrantes venezolanos. Los hay en Colombia (es razonable por ser limítrofes), en Ecuador, Perú, Chile y Argentina. Pero también hay migrantes colombianos en muchos de esos países. ¿De qué huyen, o por qué se van?, ¿qué buscan? Hemos de reconocer que los fenómenos migratorios son un signo de nuestros tiempos y México y el Mediterráneo son un monumento a los mismos. Caravanas que intentan llegar a un lugar que les brinde paz, o seguridad, o trabajo, o pan. Los cientos de miles de migrantes que intentan llegar a los EEUU (particularmente hondureños) a los que Trump demoniza e intenta frenar, muro mediante, y los cientos de miles de africanos o de medio oriente que intentan entrar a Europa son un síntoma de que algo pasa. Sin duda hay un hecho que merece ser analizado. Pero, mientras los analistas sean Trump o los gobiernos xenófobos de Italia, Francia, Holanda, Polonia, Hungría y demás, difícilmente hablemos el mismo idioma. Y volviendo a Venezuela, es innegable que hay cientos de miles (millones quizás) de venezolanos migrando. ¿Huyen de la pobreza? No estoy seguro que sean pobres la mayoría de los que migran. Pero de ser el caso, ¿es de la pobreza por un mal gobierno o por un país bloqueado por los dueños del mundo desconformes con él y que provocan desabastecimiento, por ejemplo? Yo no puedo sacarme fácilmente de la cabeza el desabastecimiento que hubo en Argentina desde fines de 1975. Sin azúcar, harina, yerba, aceite, por ejemplo, que, milagrosamente reaparecieron al día siguiente del golpe dictatorial. Fue evidentemente un lock out para generar descontento en la población que luego aplaudiría el nuevo gobierno que vino a poner orden (como tituló Clarín el 25 de marzo). (3) Otro hecho es que un importante número de ex presidentes firmaron un rechazo a Nicolás Maduro. Pero mirando la lista de los mismos (Cristiani, de El Salvador, de ARENA; Fox y Sedillo, de México; De la Rúa, de Argentina; y – sobre todo – Álvaro Uribe, de Colombia) debo confesar que, si esos están en contra de Maduro, tengo la gran tentación de estar totalmente a favor.

Y hoy, resulta, el opositor Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, se autoproclama “presidente interino” y fue reconocido como tal por Trump y la OEA (lo que era de esperar, hemos de reconocerlo; como es de esperar que una lista de traidorzuelos de la región sigan sus pasos). Tampoco puedo sacarme de la cabeza el golpe contra Chávez, que fue rápidamente reconocido por el gobierno de EEUU y el lacayo español don José María Aznar. Y, entonces, hay marchas de un lado y del otro, a favor de uno y de otro. Y los Medios de Comunicación seguirán desinformando en favor de sus propios intereses, ideológicos y/o económicos.

Y, en este contexto, debo concluir que no espero nada bueno de quienes gobiernan mi país. No hay neoliberalismo sin traición. Recuerdo, cuando la guerra de Malvinas el admirable apoyo que recibió la Argentina de nuestros hermanos peruanos. Impresionante. Pero cuando hubo guerra entre Perú y Ecuador, en lugar de poner todas las fuerzas en favor de la paz, y el encuentro de hermanos ¿qué hizo el neoliberalismo menemista? Le vendió armas a Ecuador. También es de justicia reconocer que cuando nuestro país explotó por las consecuencias de ese mismo neoliberalismo que hoy renace en nuestras tierras, y nadie le prestaba un centavo a la Argentina, fue Venezuela el único país que salió en nuestro apoyo. Insisto: no sé qué ocurre hoy en Venezuela. Sé que hay problemas. Y sueño que tengamos un gobierno digno que apoye con todos sus medios la paz, la justicia, la alegría para nuestros hermanos venezolanos. Pero eso lo sueño, lamentablemente no espero que eso ocurra.

Imagen tomada de https://despertares.org/2011/02/06/las-tecnicas-de-desinformacion-de-los-medios-de-comunicacion-masivos/

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Cualquiera puede comentar y no será eliminado, aunque no este de acuerdo con lo dicho, siempre que sea respetuoso (caso contrario, será borrado). Pero habitualmente no responderé los comentarios, ni unos ni otros, para no transformar este blog en un foro. De todos modos, podrán expresar su opinión.