sábado, 8 de octubre de 2016

El desafío actual de una parábola

El desafío actual de una parábola


Eduardo de la Serna



La parábola del “Buen Samaritano” (que se encuentra en Lucas 10,25-37) es – sin duda – una de las más conocidas de los Evangelios.

Allí se narra la actitud compasiva de un samaritano ante un herido al borde del camino después que un sacerdote y un levita pasan de largo ante él.

La experta en Nuevo Testamento, Amy Jill Levine, escribió un libro comentando algunas parábolas de Jesús, y el final actualizado que realiza del Buen Samaritano me sugirió seguir sus huellas. [Relatos cortos de Jesús. Las parábolas enigmáticas de un rabino polémico, editorial Verbo Divino, Navarra 2016, pp. 99-143, en este caso la p. 142]

Amy Jill Levine es judía, profesora de Nuevo Testamento y en su obra alerta – con justa razón – ante las lecturas anti judías de las parábolas que son tan frecuentes (en este caso la interpretación del sacerdote y el levita).

La actualización que ella propone es la siguiente (y recordar que es judía es importante para notar la “provocación”):

«Yo soy una judía israelí que bajo de Jerusalén a Jericó y soy atacada por ladrones, golpeada, desnudada, robada y dejada medio muerta en una cuneta. Dos personas que deberían haberse parado para ayudarme han pasado de largo: la primera un médico judío del ejército de Israel; la segunda, la segunda, un miembro de la Israel/Palestine Mission Network dela Iglesia presbiteriana de Estados Unidos. Pero la persona que se compadece de mí y me muestra misericordia es un musulmán palestino que simpatiza con Hamás, partido político en cuyo programa no sólo se propone destruir Israel sino que presenta a los judíos como demonios infrahumanos culpables de todos los problemas del mundo».

Con sensatez Levine destaca el rol de “enemigo” del samaritano y de que “se esperaría ayuda” del sacerdote y el levita.

Y – como dije – siguiendo sus huellas, bien se podrían hacer otras nuevas actualizaciones. Es cierto lo que ella dice: “La parábola del buen samaritano es una de las pocas que puede traducirse casi perfectamente a la situación contemporánea”.

La idea de Jesús es “provocar”, como es evidente; es “un rabino polémico” al decir de la autora. Y – sigue diciendo – si las parábolas no nos provocan, seguramente no las estamos comprendiendo debidamente. Poner un sacerdote y un levita por parte de Jesús no es anti judaísmo, ¡no podría serlo!, ¡no debe leerse de ese modo! Pero si son quienes debieran, de quienes se esperaría que ayuden al caído (a veces me cuestionan ser muy crítico de los ambientes eclesiásticos; es precisamente porque “debieran”, porque de ellos “se esperaría”…). Pero actualizándola de modo chocante: ¿Cómo sería (para mi polémico, por cierto) una parábola del “buen macrista”, luego de que uno del Frente para la Victoria y uno de las Comunidades eclesiales de base pasan de largo? O (del otro lado de la "grieta") la parábola del "buen K", que socorre a un funcionario del actual gobierno, herido y desatendido por un funcionario de "la" Embajada y por un CEO de una empresa de IDEA.

Y estando en Colombia me pregunto si no resultaría chocante la parábola del “buen guerrillero” luego de que un miembro del ejército y uno de la procuración pasan de largo ante el herido. Que sea chocante nos debería sacudir, interpelar y – sobre todo – comprometernos en el obrar: “¡vete y haz tú lo mismo!” termina Jesús. No está de más actualizar sensatamente los textos, nos ayudaría a evitar actitudes contrarias a “lo humano”, o contrarias al Evangelio. ¡O evitaría votar “no” en un plebiscito!



Gráfico tomado de www.regnumchristi.org

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