martes, 11 de abril de 2017

Tengo un "problema" con Micaela...

Tengo un “problema” con Micaela…

Eduardo de la Serna



El femicidio de Micaela me despierta una importante cantidad de sentimientos. Todos en la misma dirección: ira, rabia, tristeza, impotencia… todos menos uno.

Creo que es una obviedad señalar que ante una muerte (por sencilla y natural que esta fuere) la reacción será mucho más intensa según fuera la relación con el/la muerto/a. Es decir, en principio, nadie se conduele ante la muerte de un desconocido, mientras que el dolor crece cuanto más conocido/a y querido/a fuera el o la muerto/a.

Creo que esto es evidente y es por esto que se insiste con el dicho “todos somos”, frase que apunta a “acercar” a la víctima a los que la desconocían: ahora la conocemos, y todos somos porque todos podemos ser. Esta relación con el dolor también es evidente ante la (perversa) pregunta periodística a los familiares de una víctima ante un delito aberrante. Es razonable que la respuesta habitual sea “ojo por ojo”, “pena de muerte”, “represión”, etc…

Y acá viene mi “problema”: no conocía a Micaela, pero al saber su historia mi dolor y tristeza y mi bronca e impotencia crecen cada vez más. Y crecen porque veo que Micaela “era del palo”, y entonces la veo “cercana” con lo cual la bronca crece. Y veo textos excelentes escritos por varios militantes (y lamentables dichos de cómplices de la dictadura como Chiche Gelblum).

Y mi “tema” tiene que ver con esto: no creo que el tema central sea que Micaela fuera militante, que trabajara en los barrios, que repitiera que “fueron 30.000”, que pusiera el cuerpo y el tiempo con los pobres. No es el tema, porque si la víctima hubiera sido una superficial burguesa, una con minifalda hasta el ombligo, una “rubia tarada”, igualmente deberíamos indignarnos, irritarnos, y sentir nuestra impotencia. Nadie, absolutamente nadie tiene derecho sobre otra persona, nadie tiene derecho sobre su cuerpo por más minifalda que use, hora de la noche en la que ande o “cosita” que les parezca. Y nunca más debe ocurrir que una mujer sea víctima de quien cree que puede ejercer poder, sentirse propietario o abusar impunemente sobre ella.

Sin duda que al escuchar las declaraciones de los papás de Micaela se entiende muy bien por qué ella fue quién fue, su entrega, solidaridad y compromiso. Pero aunque no lo fuera deberíamos gritar “¡ni una menos!” y “todos somos”.

Vaya mi abrazo y mi oración por Micaela, mi saludo a sus papás y familiares, pero también a todos los familiares y oración por las víctimas que fueren. Y ojalá aprendamos, tomemos conciencia (en especial los responsables de los Medios de comunicación), ojalá haya un poder judicial que no nos avergüence y que nunca más alguien se haga el distraído y se guíe por el “no te metás” ante cada ruido, cada llanto o cada moretón de los que seamos testigos. Sólo así el “ni una menos”, el mismo que ostentaba Micaela en su camisa, será una realidad entre nosotros.


foto tomada de http://www.lagaceta.com.ar/nota/725135/actualidad/convocan-marcha-para-reclamar-contra-femicidio-micaela.html


1 comentario:

  1. Daniel
    De acuerdo con la nota. Considero que la población debemos luchar por "NI UNA MENOS" todas sin excepción merecen ser respetadas y cuidadas.
    Siguen en peligro mientras el poder judicial y el político continúen sin tomar medidas rápidas y responsables para dar soluciones y seguridad para que esto no ocurra más a ninguna.

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