viernes, 27 de julio de 2018

Un problema con la "Encarnación"


Un problema con la “Encarnación”

Eduardo de la Serna




Por encarnación entendemos – “en cristiano” – la aplicación de aquello que señala el Evangelio de Juan: “la Palabra se hizo carne”. Todo aquello que Dios dijo en la historia entró en la vida humana. Pero, y esto vale la pena señalarlo, la “Encarnación” tiene y es un problema.

Empiezo con un ejemplo: la palabra es el punto de partida, es el sueño, el proyecto. Y – por ejemplo – a partir de una buena lectura empezamos a valorar y rescatar el debido lugar de la mujer en la historia humana. Jesús da a la mujer plena ciudadanía en su movimiento, cosa que – debemos decirlo – no duró más que una generación más. Ahora bien, si yo me considero feminista a partir de las consecuencias sacadas de “la palabra” me encuentro con un problema: en la “Encarnación”, “la palabra se hizo varón” [el tema de Jesús varón ha sido muy trabajado recientemente, y remito al excelente capítulo tercero del libro 'Cristología y mujer. Una reflexión necesaria para una fe incluyente' de Consuelo Vélez (Universidad Javeriana 2018). Lo que quiero destacar es que una lectura demasiado lineal de la Encarnación terminaría haciendo rechazar al mismo Jesús por varón en nombre del feminismo que nace de la palabra de Jesús. Valga esto simplemente a modo de ejemplo.

Y me quiero detener brevemente en la “opción por los pobres”. Del mismo modo, esa “opción” se ha de “encarnar” y esa encarnación es social y política. Y de mismo modo que la Encarnación de la palabra pone un límite visual (no teológico) en la masculinidad, la encarnación de la opción por los pobres tendrá - ¡tiene de hecho! – aspectos y elementos que muchos rechazarán o rechazan. Precisamente por lo político. Ahora bien, cuando la mirada a lo político termina haciendo perder de vista la misma opción por los pobres el problema es serio. Conozco muchos cristianos que creen que la mejor opción por los pobres “pasa” por el kirchnerismo. Y conozco muchos que descreen totalmente de eso. Con toda razonabilidad. El problema es cuando la aversión al kirchnerismo los hace olvidarse de los pobres, porque en ese caso la desviación terminó en el punto de llegada antagónico al de partida. Si de tan “anti-kirchneristas” se termina “macristas” tengo un problema. Un problema que se llama hambre, empobrecimiento, desocupación, fondo monetario internacional, falta de salud, crecimiento de la inseguridad y la droga, represión, fuerzas armadas en la calle, pérdida para los jubilados… De ninguna manera creo que “la encarnación” de la opción por los pobres sea el kirchnerismo. Sí creo que es una encarnación posible. Y hay otras. Pero si de tan “anti” termino “anti pobres” ¿no debería preguntarme por qué? Pero suele pasar que de “tan anti” termino “comprando” hasta el discurso y entonces el diálogo se vuelve imposible.

Quedan los pobres y Dios” dice Casaldáliga. A lo mejor desde un eterno retorno a los pobres, los que “nos enseñan a leer el Evangelio”, los que nos convierten a ese mismo Evangelio, podamos reencontrarnos para seguir caminando juntos a pesar de las celebradas diferencias. De caminar juntos se trata el Evangelio.

 

Dibujo tomado de http://rebiclar.org/rebiclar/nuestro-proyecto/


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