lunes, 24 de octubre de 2022

La muerte de John Paul Meier (+18/10/22), aunque no inesperada, no menos triste.

La muerte de John Paul Meier (+18/10/22), aunque no inesperada, no menos triste.

Eduardo de la Serna



Es sabido que se suele hablar (y muchos con razón lo cuestionan) de los tres momentos en la pregunta sobre el Jesús histórico. Pero, más allá de la razonabilidad del cuestionamiento, es sabido que, salvo personajes aislados, con temas puntuales, desde mitad de siglo XX hasta entrada la década del 80 no era habitual que se intentara profundizar sobre Jesús. Especialmente por falta de métodos, fuentes y criterios, por elementos mínimos de consenso; era el tiempo “sin preguntas” dado el aparente fracaso de las dos preguntas anteriores. Precisamente por eso, fue razonable que en el Comentario bíblico San Jerónimo (original de 1968) en la parte “temática” no hubiera un artículo sobre Jesús. Pero, cuando se decide hacer un comentario totalmente nuevo (1990) ya se vio razonable tener un artículo sobre el tema (había comenzado lo que algunos han llamado “tercera pregunta”), y John P. Meier fue el encargado de elaborarlo. El artículo fue lo suficientemente serio como para que – según me informaron, por iniciativa de Raymond Brown – Meier se dedicó a ampliar este artículo en forma de libro. El propuesto libro en un tomo (A Marginal Jew) fue superado por la realidad cuando al llegar a un volumen de 480 páginas, vio (1991) que debería extenderse más ya que aún no había legado a la vida “pública” de Jesús. En 1994 había finalizado el tomo dos [publicado en 2 volúmenes en castellano] de 1118 páginas en las que escribió sobre el Bautista, la predicación del Reino y los milagros de Jesús. Ciertamente, dedicado tanto al tema del Jesús histórico, Meier escribió artículos (muchos de los que luego serían parte de los volúmenes siguientes), o dictó conferencias o participó en congresos. El ocurrido en 2000 en Tierra Santa junto a otros eminentes biblistas y algunos teólogos, por ejemplo, abría la mirada hacia los momentos finales de Jesús. Sus problemas de salud comenzaron, y al finalizar el tomo tres (703 páginas), en el que presentó compañeros y competidores de Jesús, agradeció a “diversos doctores y cirujanos” (2003, xiii). Como él mismo lo señala, los problemas de salud influyeron en la demora. En 2009, vuelve a agradecer a sus médicos (p. xi) al finalizar su volumen sobre la enseñanza de Jesús, “la ley y el amor” (734 páginas). Su salud seguía deteriorada, y nuevamente agradece a médicos y cirujanos en el inicio del tomo V (2017, xi) dedicado íntegramente a las parábolas (441 páginas). Según anunciaba en el t. IV el tomo V, y último, lo dedicaría a las parábolas, las autodesignaciones de Jesús y su muerte (p.1). Pero, como sabemos, dedicó el V a las parábolas exclusivamente, lo que invitaba a sospechar que dedicaría el VI a las autoasignaciones y la muerte. Es interesante notar que Meier mismo se vio desbordado por el trabajo en el que siempre encontraba honestamente nuevos elementos (en el tomo de las parábolas lo señala expresamente): basta notar, a modo de simple ejemplo que en el final del tomo 3 afirma que sobre eso “dedicaremos nuestra atención en el cuarto y último volumen de Un judío marginal” (p. 646); ya vimos que esperaba, luego, finalizar en el tomo V, pero luego vio que continuaría en un tomo VI. Como sabemos, también, Meier había anunciado su participación virtual en el Congreso bíblico de Buenos Aires, y, nuevamente, la salud se lo impidió.

Siendo que entre el tomo V (2017) y su muerte (2022) transcurrieron 5 años, no sabemos, por ahora, en qué etapa del volumen, quizás final, se encontraba. ¿Había avanzado o la salud se lo había impedido? ¿Estaba cerca del final?

En 2022 vio la luz un nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo (“del siglo XXI”), y nuevamente Meier escribió el artículo sobre el Jesús histórico. Ciertamente, este artículo sintetiza todo lo dicho en los volúmenes anteriores (I-V) y, siendo que habían transcurrido los 5 años mencionados, no es difícil suponer que su referencia, en este a las “autodesignaciones” y a la “muerte de Jesús” representan, aquí, al menos sucintamente, lo que podemos esperar Meier estaría escribiendo. Probablemente este artículo pueda considerarse una buena síntesis de toda su obra monumental sobre Jesús.

Es verdad que muchos lo han criticado, en muchos casos con razón: una persona no es solamente los dichos que podemos recuperar de ella (Horsley), en el “cónclave no papal” que imagina gestor del Judío Marginal falta un teólogo del Tercer Mundo (González Faus), las ciencias sociales están ausentes de su obra (Aguirre), etc. Quizás podamos señalar, entonces, que su trabajo es “minimalista”. Esto que señala es lo que con una cierta probabilidad podemos afirmar que Jesús dijo o hizo, y – sin duda – en la medida de que se encuentren accesos con seriedad a la persona de Jesús, habrá nuevos modos de conocimiento de Jesús. Pero, y precisamente por minimalista (casi 3500 páginas de “minimalismo”, podemos ironizar) lo menos que podemos señalar es que se trata de un punto de partida indispensable. La seriedad y sistematicidad con la que Meier nos pone frente a Jesús, la fidelidad a sus accesos a las fuentes, la meticulosidad de la lectura de los textos sin duda nos invita a encontrarnos con Jesús. Nada menos. Para quienes creemos que Dios nos mostró su rostro en el Jesús de la historia, mirar el Jesús que Meier nos ofrece nos desafía a combatir toda caricatura o toda domesticación, tan habituales, tan perniciosas. Y para quienes vivimos en los márgenes y somos marginales, encontrarnos con un compañero de caminos, y podemos descubrir que “Un Jesús cuyas palabras y hechos no encontraran rechazo, sobre todo entre los poderosos, no es el Jesús histórico” (tomo I, 1991, 177).

 

Foto tomada de https://www.tendencias21.es/crist/El-segundo-libro-recomendado-Un-Judio-Marginal--de-John-P-Meier-2-04-2020-1117_a2666.html

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