sábado, 19 de agosto de 2017

Picardías

Picardías

Eduardo de la Serna



En el lenguaje cotidiano, un “pícaro” es un chico travieso, que hace pequeñas maldades sin importancia; que jugando rompe cosas sin valor, que se esconde fingiendo que se ha perdido, que hace ligeras trampas que divierten a sus padres. Una picardía, por tanto, es exactamente las cosas que hace ese niño.

La denunciadora-serial-3 Margarita nos informó que lo que hizo el gobierno, escondiendo los votos a los que un pueblo entero fue convocado, rompiendo las reglas del juego democrático en las que se espera que el mismo pueblo se exprese fueron “picardías” del gobierno. Quizás como la del Consejo de la Magistratura despojando de su cargo al juez Freiler. De hecho, los picaros del oficialismo lo afirmaron: como quien se fue a Sevilla, “perdió su silla” (así lo dijo Tonelli, el usurpador de sillas). Para muchos, un chiquitín más críticos, pero no demasiado, fueron “avivadas”. Algo que sin duda alguna jamás hubieran tolerado del gobierno anterior (que no lo hizo, valga recordar), pero – como ya se dijo – son pequeñas trampas que divierten. Además, seamos sinceros, como los que las hacen son amigos, son los “nuestros”, son los pícaros gobernantes, pues las “disfrutamos”.

Es que en tiempos de posverdad, las cosas son buenas o malas según me favorezcan o no, las disfrute o no, las hagan mis amigos/aliados/cómplices o no. Así, por ejemplo, es divertidísimo que haya miles de mesas en las que “la yegua” tenga O (cero) voto, lo que indica que ni siquiera el o la fiscal de Unidad Ciudadana la votó. Pequeña trampita, bien “diver”.

Claro que si ahondamos un poquito más, veremos que el diccionario de la Real Academia dice otra cosa acerca de lo que es un “pícaro”; y me detengo en dos acepciones:
  • 2. adj. Tramposo y desvergonzado.
  • 4. adj.  Dañoso y malicioso en su línea.

En estos casos, la “picardía” resulta bastante más grave y dañosa. Y perversa.

Pero seguimos celebrando un gol con la mano (total es a los ingleses, a los que no queremos), y también que se meta la mano en las urnas (total es por un fin noble, y es que no vuelva el populismo que -como todos saben [o a todos les hicimos saber/creer]- es la causa de todos los males y perversiones… o herencias pesadas). Al fin y al cabo, los muertos que votaron o el famoso “usted ya votó” de la década infame, en la que gobernaban los “amigos”, no fue sino otro divertimento pícaro.

Pero desde la otra vereda, o el otro lado de la grieta, algunos repudiamos sin ambages la trampa, la ilegalidad, la perversión de los que dijeron que venían a transparentar las instituciones, aunque no tengamos los medios para que nuestra voz resuene. Si de juegos se trata, quisiera decirles que “juegan con cosas que no tienen repuesto” y es precisamente por eso que “entre estos tipos y yo hay algo personal”.


Foto tomada de http://desmotivaciones.es/carteles/picaro


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