miércoles, 8 de marzo de 2023

Una relativización sobre los archivos

Una relativización sobre los archivos

Eduardo de la Serna



Acaba de ser publicado el tomo II de “La Verdad los hará libres”. En este caso, con el subtítulo “La Conferencia Episcopal Argentina y la Santa Sede frente al terrorismo de Estado (1976-1983)”. Como allí se afirma constantemente, la gran novedad consiste en la apertura de diversos archivos pertenecientes a ese período (por ejemplo, en un caso de 1974 sabemos que no se pudo acceder a algunos archivos de ese tiempo por estar fuera de los límites del tiempo establecido).

Sin duda, la apertura de los mismos es importantísima y permite dar algunos pasos más para el “armado del rompecabezas”. Pero yo quisiera relativizar un poco este hecho, precisamente en orden a intentar acceder del modo más acabado a los hechos.

Empecemos con los estudiosos que acceden a los archivos. Ciertamente, por más metódicos, sistemáticos y “obsesivos” que fueran, siempre es posible que se les escape algo (por eso el trabajo en grupo tiene ventaja sobre el personal), que no hayan visto una caja (más cuando han visto “miles”), o que – como siempre ocurre – un documento esté traspapelado (más de una vez en los Archivos Vaticanos se encuentra algo que por motivos diversos se encontraba en una caja diferente a la que debiera estar; en estos casos, ayuda más el azar que la sesuda investigación). En este sentido, la conclusión es que en la reunión Tal, el obispo Cual afirmó X cosa. Si el estudioso transcribe literalmente (como debiera ocurrir) es indudable que ese archivo afirma esa cosa. Pero… Dejo de lado también la posibilidad que el investigador salte algo, por ejemplo, por no considerarlo pertinente, o por poco claro, o por repetitivo, o por diversas razones (que también pueden incluir los preconceptos, prejuicios o ideologías del o la fulano/a que busca). Pero, como se suele usar la imagen, tal texto archivado y fielmente transmitido constituye una fotografía, no una película. El obispo Cual, que el día Tal afirmó X cosa, quizás ayer no pensaba igual, o quizás mañana cambie de opinión. Nos pasa a todos, todo el tiempo. Por tanto, el obispo cual ¿afirmó Tal cosa? ¡Sí!, sin duda; ¿el obispo cual afirma Tal cosa? No sabemos. Para saberlo cabalmente deberíamos tener acceso a todos los archivos del obispo cual, la mayor parte de los cuales no existen; o – incluso - consultar testigos confiables que puedan narrar una larga conversación con Cual en la que aquellos dichos se precisan, se corrigen, se amplían, se profundizan, se descartan… ¿Esto pone en duda el trabajo de los investigadores? ¡De ninguna manera! Solo relativiza los datos.

Pero, además, hay diferentes tipos de archivos, lo cual es obvio. Una carta de Fulano a Zutano sin duda transcribe lo que Fulano dice (con la relativización ya señalada de la posibilidad de cambio), mientras que una síntesis de una reunión transcribe lo que Fulano dijo según la eficiencia, eficacia y seriedad de la persona a cargo de la secretaría. Bien puede tratarse, también, de lo que esta persona interpretó lo que Fulano dijo. Y me permito poner un ejemplo personal: estábamos en el seminario (1979) y el arzobispo Aramburu realizaba su visita anual a los seminaristas (en aquel tiempo divididos en comunidades). Charlando con nosotros nos contaba sobre el encuentro en Puebla del Episcopado Latinoamericano y dijo (creo ser literal, pero también acá vale todo lo ya señalado): “lo que nos preocupaba era que se hablara de la Doctrina de la Seguridad Nacional”. Ya era confuso el “nos”: ¿se refería a los obispos argentinos, a un grupo de obispos argentinos o a él mismo usando el plural? Pero, un grupo de nosotros, los seminaristas “amigos”, interpretamos (o quisimos interpretar) que al decir “nos preocupaba” quería decir que querían que sí se hablara de eso, que era su preocupación que el tema no fuera omitido. Pero desde hace mucho tiempo creo todo lo contrario y estoy convencido es que su preocupación era que se hablara de eso porque no querían que eso ocurriera. La frase dicha permite ambas interpretaciones, y si no se transmite el texto literalmente y esto queda a criterio del o la intérprete a cargo de la secretaría, este/a puede decir “Aramburu quería que se hablara de la Doctrina de la Seguridad Nacional” o, “Aramburu no quería que se hablara de ello”. Señalo esto porque en los archivos – por ejemplo, en lo que suelen llamarse “minutas” – alguien, se supone idóneo, se ocupa de hacer la síntesis con breves referencias a las intervenciones.

Ciertamente, para poder conocer profundamente los hechos, debiéramos acceder a “todos” los archivos, de “todos” los testigos, de “todos” los acontecimientos… Algo imposible, por la incapacidad humana de los investigadores y porque mucho de ese material (sin duda la mayor parte) es inaccesible o está definitivamente perdido o nunca existió. Quizás la Inteligencia Artificial y el Big Data en algún momento lo permitan, hoy no parece probable.

Señalo un elemento más. Cuando ocurre un acontecimiento X, puede interesar conocer lo más acabadamente el hecho ocurrido. Para eso, por ejemplo, se pueden consultar los periódicos (todos, porque es evidente que hay diferentes perspectivas y miradas, y hasta mentiras y ocultamientos), hablar con los testigos (todos, por el mismo motivo), y los archivos (todos). Quizás haya fotografías o una filmación del hecho que se deben incorporar, etc. Es decir, para acceder al hecho tenemos una serie de fuentes que nos permitirán verlo (pero ante el cual, después, diferentes investigadores o investigadoras harán diferentes interpretaciones, lo cual también es obvio y también parcial). Pero también existe la posibilidad de que mi interés en la investigación fuera conocer la reacción de Fulano en ese momento, en cuyo caso, el hecho sigue presente, pero las conversaciones de Fulano, su correspondencia, un reportaje, una fotografía, hace que mi mirada en la investigación sea diferente: lo que cuenta ya no es tanto el hecho sino la actitud de fulano ante el hecho. Por cierto, que el hecho importa, es el horizonte sobre el que se dibuja la actuación de Fulano, pero no es ahí donde se pone el foco principal de la pregunta; pregunta absolutamente pertinente, por cierto. Y, por supuesto, es válido que ocurra que a otra investigación le importe la actitud de Mengana ante el mismo hecho. Y es tan válido como el anterior, pero, obviamente la pregunta será otra. Ambas pueden enriquecer la comprensión del hecho, ciertamente, pero no es el objetivo de estos dos trabajos imaginarios. Y supongamos, hipotéticamente, que aunque Fulano haya sido testigo del hecho en cuestión, no haya percibido algo importante (por ejemplo para la investigación policial o judicial). Si no lo percibió, obviamente no lo va a transmitir. ¿Miente? ¡No! ¿Dice la verdad? ¡No!  Su mirada es parcial – me atrevo a decir, ¡como la de todos! – y, para hablar de Fulano diremos una cosa, mientras que para hablar del hecho deberemos incorporar aquello que Fulano no ha percibido. Consultar los archivos de Fulano, debe tener ambos elementos en cuenta.

Concluyo con una piedra en el zapato. ¿Y qué pasa si Fulano miente? ¿Si miente a sabiendas? No es justo presuponerlo como prejuicio, pero no es sensato excluirlo en ocasiones (o de algunos sujetos). Ya mencionamos el caso de las frases que permiten más de una interpretación. Y no podemos negar que hay expertos en hablar ambiguamente (además de quienes sistemáticamente saben que “scripta manent, verba volant” – lo escrito permanece, las palabras vuelan – y por eso no dejan constancia escrita de algunas cosas; hay casos concretos de esto, especialmente cuando un testigo inesperado afirma “Fulano me dijo oralmente que…”). El lenguaje ambiguo, las restricciones mentales son muy frecuentes en ambientes eclesiásticos. Y ambas son complicadas a la hora de las transmisiones o de los archivos. Lamentablemente, debo sumar a mi desconfianza inicial la sensación de que a algunos – varios – de los que son mencionados en los archivos, no les creo. Constará que dijo tal o cual cosa, ¡bien! Pero no necesariamente le crea a lo que dijo de su interpretación o propuesta de acción frente a X cosa. Es el problema de quemarse con leche.

 

Foto tomada de https://lettresantiques.fandom.com/fr/wiki/Verba_volant,_Scripta_manent

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