jueves, 4 de febrero de 2016

Represión de la protesta social

La “necesaria” represión de la protesta social


Eduardo de la Serna



Desde el comienzo de este nuevo gobierno quedó claro y evidente que la represión sería un instrumento necesario frente a la protesta social. El modelo económico perverso, causante de pobres, desocupación, baja notable del salario (por el aumento de los productos de la canasta básica, la eliminación de los subsidios en electricidad y gas) necesariamente provoca reacción de los afectados. Casi a minutos de asumir 43 gendarmes murieron cuando se dirigían a reprimir las manifestaciones en Jujuy al desbarrancarse el bus que los conducía. Era un comienzo evidente, especialmente de la gestión del gobernador Morales. La evidente animadversión de este señor hacia Milagro Sala no pudo ocultarse ni por un segundo. A eso le continuó la manipulación del poder judicial para que – en seguida nomás – se la pudiera detener con apariencia de legalidad.

La represión de los trabajadores de Cresta Roja, de los trabajadores en La Plata y hasta la absurda represión a un grupo de murga de la villa 1-11-14, donde el querido Rodolfo Ricchiardelli gastó y desgastó su vida, siguen manifestando que la represión está lista para desencadenarse como la no muy lúcida intervención de la vicepresidenta lo dejó claro luego de lo de Cresta Roja.

La impresentable e ilegal “emergencia en seguridad” pareciera que desbocó todos los diablos sueltos en las fuerzas permitiendo prohibiciones absurdas (“no puede pasar”), bajar gente de los buses, o pedir documentos en las calles, y todo esto a cargo de gente sin la imprescindible placa identificatoria. Y todo esto – además – bajo la excusa de la absurda y peligrosísima “guerra contra el narcotráfico” que, por la experiencia de los países donde se ha aplicado, parece más una complicidad con ellos que un enfrentamiento.

En ese contexto, la injusta detención de Milagro Sala no hace sino ser un ejemplo visible de lo que le depara a cualquiera que proteste o que quiera organizar a los sectores populares. La excusa de los cortes de ruta, por ejemplo, parece que no era válida para Alfredo De Angeli que estuvo “upa” menos de 15 minutos pero contaba con el aval y publicidad de la prensa hegemónica.

La misa que celebramos en la carpa en Plaza de Mayo el pasado sábado pidió la libertad de Milagro. Pero sobre todo pidió y pide que las organizaciones sociales, y sus protestas, no sean reprimidas. Pero sabemos que ese discurso caerá en saco roto, porque la única manera de que no haya protestas sociales es que a las organizaciones se les reconozcan sus derechos y se dé cabida a sus reclamos. Es decir, que se deshaga lo que se está haciendo (o des-haciendo) desde el 10 de diciembre.


Como “curas en opción por los pobres”, en estos casos concretos y ante estas situaciones sabemos bien dónde tenemos que estar.



Dibujo tomado de radioalmaina.org; foto tomada de carga.argnoticias.com

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Cualquiera puede comentar y no será eliminado, aunque no este de acuerdo con lo dicho, siempre que sea respetuoso (caso contrario, será borrado). Pero habitualmente no responderé los comentarios, ni unos ni otros, para no transformar este blog en un foro. De todos modos, podrán expresar su opinión.