martes, 12 de mayo de 2020

Lxs robaenergías

Los/as robaenergías

Eduardo de la Serna




Algo que he pensado bastante en estos días es en el “robo de la energía”. Y no me refiero – en este caso – a la falta de energía en nuestros barrios gracias al “piquete” de las empresas eléctricas molestas por no poder cortar o aumentar el precio de los servicios. Ese es otro tema, pero en los barrios ya lo conocemos desde hace años. Me refiero a nuestras energías… las existenciales.

La palabra “energía” es una palabra griega que significa poder, fuerza, y hasta impulso. Y es – en este caso – algo interior. Algo que tenemos y nos capacita para “obrar”. A veces, simbólicamente, podríamos relacionarla con la adrenalina. Esa capacidad interior que, especialmente en la emergencia o necesidad, nos lanza a enfrentar un problema, un peligro, una circunstancia difícil.

Todos sabemos que, a veces, esos impulsos pueden ser casi suicidas, o imprudentes, o irresponsables, pero de energía se tratan. Incluso a veces se los relaciona con el alma... o la sangre (desanimado o anémico, por ejemplo). Y sobre esta idea es que me parecía importante reflexionar.

La situación que vivimos es totalmente anómala. En lo personal no recuerdo nada semejante, aunque pareciera que anteriores pandemias provocaron consecuencias semejantes en la historia. Pero no las habíamos vivido. Y esto supone poner todas nuestras energías para enfrentarla… energías mentales, afectivas, y hasta físicas. Y, lo que me llama la atención, son las actitudes de aquellxs que – sabiéndolo o no – nos roban las energías, o las ponen en otro lado al que creemos deben estar (y provocando, en ocasiones, un cortocircuito).

Y dejo de lado lo personal y las ocasiones en las que nos sentimos sin fuerzas, o cosas semejantes. Me refiero a las cuestiones comunitarias, o sociales, a lo provocado.

Un dicho fácilmente comprensible afirma que “no hay que cambiar de caballo en la mitad del rio”. Si se decide ir por un determinado camino, después de haber pensado las diferentes alternativas, ventajas y desventajas, conveniencias e inconveniencias, y se emprende el viaje, es por lo menos insensato, a mitad del trayecto, empezar con cuestionamientos, críticas o hasta “parates” irresponsables. Es posible – siempre lo es – que haya quienes piensen que otro camino era preferible. Pero se supone que el responsable de la conducción los evaluó – con quienes conocen mejor las rutas, los baqueanos y expertos, y luego emprendió la marcha. Y que alguien, en la mitad, grite “¡paremos, paremos!” (especialmente si no tiene responsabilidades en la conducción) se parece más a un boicot que a un acto prudencial. Y roba energía a los caminantes. Quiero proponer unos breves ejemplos para entendernos.

Tener que explicar que hacer una cuarentena, con aislamiento obligatorio, no es “comunismo” – si no fuera dicho en medio del camino – sería al menos irrisorio. Tener que explicar que algunos cacerolazos son despreciables e irresponsables roban energías. Queremos caminar, esto a veces cansa, en ocasiones desanima, molesta y hasta enoja. Lo que menos necesitamos es que, además, alguien (ya sabemos quiénes, si queremos mirar) ponga piedras en el camino…

El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (por quien no siento el menor aprecio, por si hiciera falta aclararlo) autoriza la salida según los días pares o impares según la finalización del documento de identidad, y salen los de siempre a “explicar” que el 0 (cero) no es ni par ni impar (algo que cualquier jugador de ruleta sabe bien). Y todos se ponen a gastar energías para contestar, argumentar, plantear y debatir, como si el 10, el 13.560 o el 2.789.565.420 no fueran pares (no se trata del “cero” sino de “terminados en cero”, es decir, hay números a la izquierda ¿no?). Gastar energías es que alguien las ha robado (y me hace recordar a una medida semejante en Bogotá, dispuesta por la alcaldesa, autorizando un día a la salida de varones y otra de mujeres [“pico y género”, se llamó] y la protesta del colectivo Trans… Curioso que justo a Claudia López pretendan explicarle la importancia del universo LGTB+).

Otra es el colectivo pseudo católico que reclama que les “devuelvan la misa”. Algo que nadie les ha robado, por cierto. Ni secuestrado. Y ya salen curas, teólogos y obispos a explicar la cosa, a reunirse y enfrentar el “desafío” … O a pedir paliativos. Como si no nos hubieran “robado” también la visita a los enfermos o los presos, el aproximarnos a los caídos o al borde del camino, o incluso la visita a lxs amigxs. A gastar energías en responder tonterías… energías que bien se podrían poner creativamente en descubrir nuevos encuentros con Jesús en medio de esta vida.

Y podríamos seguir… es notable la cantidad de robaenergías que nos rodean. Hay quienes ponen una energía creativa en algo X y aparecen quienes cuestionan “por qué no A” … o “hubiera sido mejor Z”, o cosas por el estilo. Gastan energía en cuestionar en lugar de hacer algo por su parte, y desganan a los que quieren (y también ‘hablo’ a modo personal) buscar alternativas para que las aprovechen quienes quieran. No estaría de más que utilizaran esas, sus energías, en el servicio, en lxs otrxs, para que lxs receptorxs aprovechen lo que les sirva de unxs y de otrxs y “carguen las pilas” para seguir cruzando el río y soñar con llegar pronto a la orilla.

 

Foto tomada de https://pixabay.com/es/photos/caballo-agua-jinete-amazonas-3623926/


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