jueves, 21 de septiembre de 2023

Algunas fiestas judías

Algunas fiestas judías

Eduardo de la Serna



Como todo pueblo religioso, Israel tiene sus fiestas litúrgicas a las cuales da una importancia suprema. Después hay, también, como todo pueblo, otras fiestas más políticas, más históricas, más culturales…

Dentro de las muchas celebraciones, además, hay varias que van adquiriendo nuevos elementos, nuevos contenidos, nuevos modos de celebrarlas a lo largo de los tiempos.

Veamos simplemente a modo de ejemplo: es razonable que un grupo de pastores, al llegar la primavera pueda vislumbrar, según la cantidad de ganado preñado o no, cómo será el año por venir. Del mismo modo los agricultores saben cómo será la cosecha y, nuevamente, el año que les espera. La primavera, entonces, es una fiesta casi “obligada” para agradecer, o pedir a Dios ante el porvenir que se avecina. Así se le ofrecerán un corderito o espigas, por ejemplo, para agradecer o para pedir.

Pero si, más adelante, en una primavera el mismo grupo tiene una experiencia novedosa, como es la de liberarse de la esclavitud, la vida que antes se celebraba, adquiere ahora un nuevo contenido. Eso es lo que ocurre con la fiesta de la Pascua (originalmente de pastores) y de los Ázimos (originalmente de agricultores); ahora en ambas (que se integran mutuamente) se celebra la liberación. Y en adelante, además, se celebrarán todas las nuevas experiencias de liberación.

La antigua fiesta, campesina como la anterior, del fin de la cosecha, adquiere – también ella – nuevo sentido, es Pentecostés y se celebra el fruto de la Ley dada por Dios a Moisés en el desierto. Y, también, estos en otoño, la celebración de la recolección de los frutos, es otra vez releído en Israel, haciendo memoria – ahora – de las carpas en el desierto (ya no las tiendas de los recolectores).

Desde hacía ya mucho tiempo, todas las fiestas litúrgicas ya no se celebraban en cada lugar, sino que debían celebrarse en el Templo (o desde el Templo; ya que la Pascua se celebraba en casas, pero el cordero pascual debía ser matado en el Santuario).

Así, en tiempos de Jesús, en Israel hay tres grandes fiestas en las que todo judío está invitado a participar y dirigirse al Templo de Jerusalén. Como había muchísimos judíos dispersos por la zona del Mar Mediterráneo (se lo llama la “Diáspora”), muchos podían participar solamente una vez en su vida de alguna de estas fiestas, pero lo cierto es que la población de la ciudad Santa se multiplicaba notablemente para estas tres grandes fiestas: Pascua, Pentecostés y Tiendas (o Tabernáculos). Por ejemplo, Jesús será asesinado en Jerusalén ya que como buen judío peregrinó a la ciudad para la Pascua y allí es capturado. En otra fiesta, como un Pentecostés, muchos discípulos, encabezados por Pedro, llenos del Espíritu Santo, aprovechan para predicar a los peregrinos de muchas regiones (Hch 2,9-11).

Había muchas otras fiestas religiosas en Israel, la más importante de las cuales es el llamado Yom Kippur, la fiesta de la expiación, el único día en el año en el que el Sumo Sacerdote podía entrar en la parte más sagrada del Templo (y pronunciar el sagrado nombre de Dios, Yahvé) y pedir por el perdón de todo el pueblo (a esta fiesta hace referencia la carta a los Hebreos). También se conmemora, además, la fiesta en la que pudo liberarse el Templo de la profanación a la que había sido sometido por los griegos (fiesta de la Dedicación). Y, como decimos, hay muchas otras celebraciones más.

A esto, además, ha de sumarse la fiesta semanal del sábado (shabbat) y muchas conmemoraciones más (lunas nuevas, por ejemplo).

El calendario religioso judío es primeramente lunar. Es por eso que las fiestas no caen siempre en la misma fecha de nuestro calendario solar (eso lo podemos ver, evidentemente, en la celebración de la Pascua que ocurre en la luna llena de la primavera del Norte). Además, es interesante, para distinguirlo de nuestra mentalidad, que, para el mundo judío, el día comienza con la tarde del día anterior (según nuestra perspectiva), es decir, el día sábado comienza en el atardecer de nuestro viernes (y, obviamente, finaliza en el atardecer del sábado; es decir: una cena de shabbat se come – según nuestra perspectiva – la noche del viernes, que para los judíos ya es shabbat).

Es interesante recordar que, entre los cristianos, fue motivo de fuertes discusiones la celebración de la fiesta de la Pascua: Se debatía si debíamos celebrarla – cristianizada, por supuesto – en la misma fecha que los judíos o no. Finalmente resulto “triunfante” la propuesta de celebrarla en la misma fecha, pero “corrida” hacia jueves, viernes, sábado y domingo (y no en el día de la semana que ocurra) para hacer memoria del Día de la resurrección, el domingo.

 

Foto tomada de https://www.istockphoto.com/es/foto/blowing-the-shofar-gm1219380458-356663003

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