Video con comentario a Evangelio del domingo 25º "B"
o también en
Eduardo
Una nena en una marcha (por más Fabrizias)
Eduardo de la Serna
Resulta que se convocó a una marcha para
reclamar en favor de una ligera mejora de los haberes jubilatorios. Parece que
los “adultos mayores”, que fueron víctimas de las rebajas salariales en tiempos
de De la Rua (Cavallo, Bullrich y otras estrellas), y luego también del
macrismo (Bullrich también estaba allí), son una vez más los torturados
económicamente de este gobierno. Siempre del mismo modelo económico, notemos.
Pero, más allá de eso – que es el punto de partida – resulta que un grupo
importante de personas fue a reclamar en favor de los jubilados. Y a esa marcha
fue Fabrizia llevada por su mamá.
Las cotorras mediáticas y funcionarios no menos
psitácidos, pusieron el grito en el cielo (o en las fuerzas del cielo): ¿Cómo
puede una mamá llevar a su hija pequeña a una marcha? Dejo de lado los – además
– ignorantes que afirmaban que el lugar de los niños es la escuela, justo un
día que no había clases, como si, además, el lugar de los niños no fuera
también la familia, los juegos y todo lo que – según el saber y entender de sus
papás y mamás – contribuya a la formación de hijos e hijas. No es difícil
imaginar que Fabrizia tiene abuelos, y que – por serlo – probablemente sean víctimas
de este modelo perverso (y si no lo fueran, mejor aún, por sumar solidaridad).
La cosa es que una mamá lleva a su hija a una marcha para que aprenda a
reclamar, que aprenda el valor de la justicia, que aprenda solidaridad.
Claro… con este gobierno, con esta ministra, resulta
que marchar “está mal”, y – por lo tanto – es algo que se debe reprimir. Y
Fabrizia recibió una buena y abundante dosis de gas pimienta en la cara,
generosamente regalada por un miembro de las “fuerzas de (in)seguridad”,
debidamente identificado por quien quiera encontrarlo. ¿Cómo somete una mamá a
su hija a eso?, cacarean autopercibidos periodistas. Es decir… la represión
está bien, lo que está mal es marchar. ¡Qué curioso! ¿Resulta que vamos a
naturalizar la barbarie oficial y apagar la solidaridad y la búsqueda de
justicia?
Disculpen, pero ¡está mal! ¡Muy mal! No que la
mamá lleve a Fabrizia a la marcha, sino que se reprima un justo reclamo, que
debería ser algo absolutamente pacífico y normal. Es verdad que con esto buscan
– y en ocasiones consiguen – que a las marchas vaya menos gente, y no vayan las
Fabrizias que nos enorgullecen, pero eso no transforma a los protocolos de la
muerte en cosas buenas y vivas; naturalizar la represión es algo deplorable,
definitivamente. Vaya desde acá un abrazo a Fabrizia y a su mamá, y mi repudio
más visceral a las Patricias de la historia y a los agentes disparadores de
amargura y tristeza. Una nena de 10 años lloró, pero aprendió por dónde van los
pasos de la alegría. ¡Gracias!
Adán, “el hombre”
Eduardo de la Serna
Recientemente comentamos sobre la figura de Eva, la primera
mujer. Es oportuno, entonces, ampliar la imagen comentando ahora sobre su
compañero: Adán.
Como allí decíamos, el término hebreo “Adam” significa a la
vez “hombre” (es decir ser humano), o también varón, también tierra o el color
rojo, y en algunos textos es el nombre que recibe el primer ser humano (y
primer varón), formado de la tierra (roja).
Por ejemplo, es muy frecuente en la Biblia leer “los hijos
de Adán”, que es lo mismo que decir “los seres humanos” (ver Dt 32,8; Sal 8,5;
11,4; 12,2.9 etc; Sir 40,1). Es interesante señalar que, a veces, no es
sencillo traducir el texto; por ejemplo, en Gen 2,19 dice que cuando Dios
modela de la tierra a los animales los presenta ante “el adam” para ver
qué nombres les ponía. En ese caso, si bien puede traducirse que los lleva ante
“Adán” quizás sea preferible entenderlo como que se los presentó “al hombre” (ser humano)…
Más fácil es la traducción en 5,1, por ejemplo, ya que habla de los
descendientes “de Adam”. El artículo “el hombre” se encuentra en el primero y
está ausente en el segundo, lo cual ayuda en la traducción.
Al comenzar la lista de descendientes parece más fácil
entender que “Adán ‘conoció’ (= es decir, tuvo relaciones sexuales) con su
mujer (‘isha’)” y concibió un hijo. Es decir, es más fácil ver que aquí se
refiere a la persona concreta y no a la humanidad en general.
En otros casos también es evidente cómo traducir ya que (por ejemplo, en Gen 1,27) dice que Dios creó al “adam”, “varón y mujer los creó”, con lo que se refiere a la humanidad en general, a la “especie humana” y no a una "persona concreta".
Dicho esto, ¿qué podemos decir del personaje “Adán”?
Señalemos que muy poco, aunque debamos añadir lo que refiere al “primer hombre”
porque, aunque se entienda referido al ser “humano” a su vez se refiere a él,
personaje, como es el caso de su ubicación en el jardín de Edén.
Como comentamos al hablar de Eva, es probable que toda la
primera parte del texto del jardín se refiera a adam como al ser humano, es
decir “varón y mujer”, pero en un momento – para combatir el mal de la soledad
– de la costilla del varón, Dios forma a la mujer (pero ahora llamados en hebreo
ish e isha’ respectivamente, es decir no “Adán” y “Eva”).
La armonía entre ellos y con las cosas creadas resulta
evidente hasta que se introduce un elemento disolvente que es la desobediencia
al proyecto de Dios (“no comerás”). Esto se manifiesta en la “vergüenza” a la
que se la relaciona con la desnudez (en algunas ocasiones la Biblia identifica
“las vergüenzas” con la desnudez, ver Is 47,3). Es decir, la primera pareja
“descubre” que estaban desnudos porque se les abren los ojos al desobedecer el
mandato de Dios; pero no se les abren esos ojos para descubrir caminos nuevos,
sino para ver sus carencias.
Es decir, en muchos textos no hay propiamente hablando, un
primer “varón” sino un primer ser humano; una primera humanidad que rompe su armonía con
Dios, entre sí y con la naturaleza a partir de la desobediencia primera. Lo que
hace, o lo que rompe, o lo que proyecta “Adán” es, en realidad, algo propio de
la humanidad. No es fácil distinguir algo del primer “varón” de algo de “la
humanidad”. Pero lo cierto es que esa humanidad, a partir de su quiebre en la
relación con Dios rompe a su vez con los demás y con la “creación”.
En la narración, el principio de la humanidad pasa
abruptamente de hablar del “primer ser humano” al que llaman “hombre”, es decir
“adán”, a nombrarlo llamándolo “Adán”. Y a partir de su nombre empieza la larga
historia de la humanidad.
Pero con el tiempo, la “persona” de “Adán” es figura de la
primera humanidad desobediente, y contrasta con la nueva humanidad empezada por
Jesús (“el nuevo Adán”) que se caracterizará por la obediencia y la fidelidad
al proyecto de Dios. Así “Adán” pasa a ser imagen de una humanidad infiel a
Dios (Rom 5,14), desobediente y “pecadora” (1 Cor 15,22) y Jesús es propuesto
como modelo de la humanidad nueva, renovada y liberada (1 Cor 15,45).
¿Qué decimos al decir “palabra de Dios”?
Eduardo de la
Serna
No voy ni a corregir, ni ampliar nada de esto. Solo hacer
unos comentarios sobre el tema dando por presupuesto lo que allí dice:
Es interesante que, partiendo de Tomás de Aquino, Melchor
Cano – con todas las limitaciones señaladas por Rivas – cuando tiene que
presentar los lugares teológicos, el primero que menciona es la Sagrada
Escritura. Cuando se trata de encontrar y escuchar a Dios no hay otro espacio
más importante.
La centralidad que el Concilio Vaticano II dio a la Palabra
de Dios fue sabiamente acompañada durante el pontificado de Pablo VI, pero tuvo
un importante retroceso durante el extenso pontificado de Juan Pablo II en el
que “el Magisterio” pasó a ser “el primero”. Mejor teólogo que este, Benito XVI
no logró superar sus temores teológicos, por un lado, y su “lectura patrística”
por el otro. El papa Francisco, que tampoco es teólogo, no ha logrado poner a
la Biblia en el centro, aunque expresamente dice que “Lo mismo (una
desproporción) sucede cuando se habla más de la ley que de la gracia, más de la
Iglesia que de Jesucristo, más del Papa que de la Palabra de Dios” (E.G. 38).
Aquella frase de León XIII que el Concilio hizo propia: “la Biblia es el alma
de la teología” quedó en cómodos cajones vaticanos.
Dentro de los dos peligros a evitar en la lectura bíblica,
Rivas señala el “dualismo” (espiritual – material) y el “fundamentalismo”.
Lamentablemente ambos están plenamente vigentes; no solamente en lo cotidiano
sino también en los pastores. Ya Pio XII (Divino Afflante Spiritu, 1943)
– al “devolver la Biblia a la Iglesia” – combate de raíz el dualismo (por
ejemplo, mientras M. Cano decía que la lectura de la Vulgata era normativa,
a la vez que los textos hebreos y griegos quedaban ya descartados, Pio XII dice todo
lo contrario señalando que los textos “originales” se han de preferir por
encima de cualquier traducción (D.A.S. 12). El “fundamentalismo”, que “lleva a
un suicidio del pensamiento” (Pontificia Comisión Bíblica 1993) se encuentra por
doquier en las lecturas, sermones, escritos pastorales (incluso vaticanos;
incluso Instrumentum Laboris).
¿Qué decimos al decir que la Biblia es “Palabra de Dios”? La
primera pregunta es ¿de qué palabra hablamos? ¿palabra sobre qué? La Biblia,
palabra escrita hace miles de años, con lenguajes y culturas de hace miles de
años, sin duda no ha de ser leída “a la letra”. La Biblia no es un “manual de
instrucciones”. La Biblia es Dios que se revela. Dios nos cuenta quién es él,
como se va mostrando en la historia, en su obrar, en su hablar, para que lo
vayamos – poco a poco – conociendo (eso se quiere decir al afirmar que “la
revelación es progresiva”); por eso, para los cristianos, esa palabra en la que
Dios se nos va revelando se hace plenamente patente en Jesús, la palabra que se
hace carne y pone su carpa entre nosotros. Una sola palabra tenía Dios que
pronunciar: ¡Jesucristo!, ya no tiene más que decir (Juan de la Cruz). Jesús es la
palabra de Dios, sencillamente. La Biblia nos muestra cómo es Dios
(revelación), Él se quiere hacer conocer porque quiere ser amado por aquellos a
los que a su vez ama, los seres humanos.
Desde hace tiempo voy quedando cada vez más convencido –
tristemente – que en la Iglesia (y creo que aplica para muchas Iglesias
hermanas también, no solamente la católica romana) la Biblia ha dejado de ser
tenida como “palabra de Dios”; no importa lo que un texto realmente diga,
importa lo que “se” quiere decir, y el texto bíblico sólo sirve como “dicta
probantia” (para probar lo dicho), o en ocasiones simplemente para
“adornarlo”. Empezar por el texto bíblico como punto de partida “sine qua non”
es algo que ha quedado en el olvido. La cantidad de textos en los que no se
parte de la Biblia, o de homilías donde el texto bíblico que se debería
comentar es ignorado, son abrumadores; ¿en cuántos congresos teológicos hay biblistas convocados?.
La centralidad que la palabra de Dios debe ocupar en la vida
de los presbíteros, que resaltaba el Concilio (P.O. 4), fue desapareciendo bajo
la “autoridad” del Magisterio (PDV 55). Dios va quedando opacado por “la
Iglesia”. Recuerdo cuando – con su habitual ironía – José Comblin nos decía “no
olviden que el Santo Padre tiene más poder que el Padre Santo”.
De todos modos, para terminar, supongo que – por lo menos,
aunque ignorado, o ninguneado, o relativizado, por lo menos creo que no seré
censurado por seguir creyendo que la Biblia es palabra de Dios. ¡Al menos eso
espero!
Foto tomada de https://eclesalia.net/2017/06/14/palabra-de-dios/
La cruz y los crucificados marcan el camino
“Porque así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta”. (v.26)
Video con comentario al Evangelio del domingo 24º "B"
o también en
Eduardo
Hay esperanza: “La vida reclama”
Mensaje final del 35° Encuentro
nacional de los curas en Opción por las y los pobres
Curas y diáconos de distintas
regiones del país nos hemos reunido en nuestro 35° encuentro anual. En estos
días compartimos la vida de nuestro pueblo, haciéndonos eco de sus malestares,
de sus empeños por sobrevivir, y de sus avances y retrocesos en el camino del “buen
vivir”, con los demás y con la Madre Tierra. Como cada año nos convoca nuestro
deseo de tener un oído puesto en el corazón del pueblo y otro en el Evangelio. Esta
vez nos preguntamos por nuestro ser y estar como servidores de los preferidos
de Jesús. Somos testigos de su fe y capacidad de vida, y también de lo que les
cuesta en el día a día mantener la alegría y la esperanza.
Sabemos que el mundo entero está
convulsionado, no solamente por guerras e injusticias estructurales, sino
también por diferentes modelos: unos de injusticia, individualismo, opresión e
indiferencia, y otros de solidaridad, de lucha persistente por la justicia y la
paz, incluso entre nuestros países vecinos; no es lo mismo lo que se vive en
Perú, Ecuador, Paraguay, Uruguay o El Salvador que lo que vemos en Colombia,
México, Brasil o Chile, por citar algunos ejemplos. Sabemos que por muchas
partes campea una derecha que odia, reprime y manipula, pretendiendo someternos
de una manera dócil y disciplinada al imperio. Al mismo tiempo, se van sosteniendo
y ampliando alianzas alternativas y multipolares de países – como ocurre con los
BRICS – que desafían a la voracidad del neocolonialismo imperial.
Evocando la sabiduría ancestral del
Martín Fierro, sabemos que, para dominar, nada es más conveniente que la
división y fragmentación de los hermanos para que los dominen los de afuera. Este
dominio imperial, a través de quienes detentan el poder económico y político
local, nos quiere hacer creer que nada puede cambiar, con el habitual respaldo
de un poder judicial cómplice y unos medios de comunicación que narcotizan las
resistencias populares, y nos impiden ver lo fundamental: ¡la situación actual
de injusticia y de muerte tiene responsables!
Reconocemos que mucha de la actual
desesperanza proviene de la desilusión cierta, provocada por quienes prometían “volver
mejores”, pero se fueron desentendiendo de los compromisos asumidos escudados
en un permanente “no se puede” porque supuestamente las relaciones de fuerzas
no lo permitían. También hubo quienes confiaron, o al menos pusieron cierta
esperanza, en el actual gobierno del cual ahora son víctimas.
Acompañada por un discurso de odio y racismo
sistemáticos, La Libertad Avanza – con el permiso de su “oposición amigable” – hace
retroceder las expectativas de vida y de justicia, guiada por una cruel
inhumanidad. La transferencia de riqueza de los pobres a los ricos es día a día
más patente: mientras les bajan los impuestos a los más ricos, sacan los
remedios gratuitos al PAMI, vetan el aumento a los jubilados y siguen sin
entregar alimentos a los comedores. Mientras crece el desempleo se alienta la
mano de obra esclava en el marco de una reforma laboral antisindical y escandalosa;
es evidente que los ricos son cada vez más ricos a costa de pobres cada vez más
pobres; se destruye el estado, que debería garantizar un mínimo de vida, de
salud, de educación, de esperanzas para todas y todos priorizando a la niñez y
la ancianidad. La propuesta de la baja de edad de punibilidad es expresión
evidente de un Estado que se desentiende de la niñez y solo busca penalizarla. Niñez
que, dolorosamente, se va a la cama sin comer; ¡no puede faltar el pan en
nuestro país, no puede faltar el trabajo digno que lo provea! La violencia,
generada desde los mismos discursos oficiales, no contribuye en nada a la
edificación de una patria de hermanos y hermanas, y se envalentona como
violencia represiva contra los justos reclamos sociales, para sostener este
modelo de injusticia, de crueldad y de muerte. Hay cacería de manifestantes y
transeúntes, hay presos políticos, sigue sin tener justicia Milagro Sala y
la investigación judicial por el atentado a Cristina sigue encubriendo a sus mandantes y mentores..
Tenemos un gobierno que desprecia a la educación pública, recorta el salario
docente, desfinancia a las universidades, y, en particular persigue a la
Universidad de las Madres de Plaza de Mayo. La negación de toda verdad y
justicia se hace patente en la visita impune de diputados a genocidas
condenados por crímenes de lesa humanidad; delitos que para la justicia
internacional son imprescriptibles, no indultables, sin posibilidad de
conmutación de penas, visita que fue alentada y acompañada por un
autodenominado “Padre Javier”. Visita que hace pocos años también
protagonizaron – vaya a saber con qué fines – algunos obispos.
Como curas que queremos caminar con
los pobres de la tierra sabemos quiénes son las víctimas y quienes los
victimarios; y, de las víctimas, no nos toca saber a quién votaron sino ser
solidarios con su dolor; nos toca ser un corazón pensante en medio de la
injusticia y el odio. Por otro lado, los victimarios, nos quieren divididos y
fragmentados, el dios en el que creen es un dios que se alimenta de muerte. Nosotros,
creyentes en el Dios de la vida, soñamos encontrarnos para llorar y festejar
juntos, aunque seamos distintos; para ser comunidad y pueblo.
Carlos Mugica, de quien conmemoramos
50 años de su martirio, sabía que “por el Evangelio, por la actitud de Cristo,
tengo que mirar la historia humana desde los pobres” y rezaba: “sueño con morir
por ellos, ayúdame a vivir para ellos”. Aprendemos de él, que Jesús es un amigo
“que no nos dejará en la estacada”; que tenemos que “estar junto al pueblo”,
que no queremos ser “cadáveres vivientes” y por eso somos idealistas.
Idealistas de un mundo nuevo de amor, justicia y paz, idealistas sensibles al
clamor de los pobres y de la tierra, idealistas de un mañana mejor, idealistas
de que pronto podremos volver a mirarnos como hermanas y hermanos sin que las
redes y los Medios de comunicación e inoculación de odio nos hagan sentir
enemigos.
Sabemos que hay muchos y muchas, en
las comunidades cristianas y fuera de ellas que en el día a día le ponen el
hombro a la crisis con ollas populares, apoyo escolar, tratamiento de las
adicciones, las luchas campesinas e indígenas por la tierra y contra el
extractivismo… nos adherimos a todas las
iniciativas para resistir a tantos atropellos en las calles, plazas y rutas que
ojalá se articulen y confluyan y que nos invitan a soñar con un mañana que
vendrá. Un día que con Jesús, la Virgen, y el
pueblo fiel sabemos que llegará y esperamos pronto celebrar.
Córdoba, 5 de septiembre 2024
Eva, una mujer acusada
Eduardo
de la Serna
Sin
duda alguna “Eva” es una de las mujeres más conocidas por nosotros de toda la
Biblia. Pero, también sin duda, es una de las “peor conocidas”. Por ejemplo, se
dice que pareciera que por “culpa” de Eva empezó todo lo malo. El “pecado”, que
es la causa de todo lo perverso, lo negativo, lo cruel, lo corrupto, empezó por
“culpa” de ella. Así se piensa y a veces, así se dice. Pero ¿es así como se nos
presenta a esta mujer en la Biblia? Veamos:
Si
miramos en los textos, el nombre “Eva” aparece poquísimas veces. En el Antiguo
Testamento, sólo tres veces (Génesis 3,20; 4,1 y Tobías 8,6) y dos veces en el
Nuevo Testamento aludiendo al “engaño” o la “seducción” del pecado (2 Corintios
11,3 y 1 Timoteo 2,13). Entre paréntesis digamos que el término hebreo “eva”
además quiere decir “tienda, carpa, inclinación, adoración” y hasta “vida”, por
lo que el término aparece muchísimas veces en la biblia hebrea, pero sólo estas
pocas que señalamos lo encontramos como nombre para referir a la primera mujer. Como es
sabido, la referencia a Eva alude inmediatamente después de Adán, el primer hombre (también
el término adán quiere decir muchas cosas en hebreo, como humanidad,
tierra y hasta el color rojo).
Lo primero que hay que señalar es que en el primer relato de la Creación (la Biblia tiene dos relatos diferentes que se enriquecen mutuamente) se dice que Dios creó al ser humano (adán) a “su imagen”, “macho y hembra los creó” (Génesis 1,27). Sin ninguna duda lo que se quiere destacar es que ambos, varón y mujer, son iguales en dignidad, aunque se los distinga en su sexualidad. El segundo relato, en cambio, presenta a Dios modelando artesanalmente del barro al “adán” (puede ser el varón, o también el ser humano ya que, al igual que en castellano, el término “hombre” designa tanto la especie humana como al varón, Gen 2,7).
Como
para la Biblia la “soledad” no es algo bueno, Dios quiere que su creatura
humana tenga una “ayuda adecuada” (2,18). Para eso crea los animales a los que
el adán, “hombre” les encarga una función, una tarea o responsabilidad
(eso es lo que significa “poner el nombre”; ver 2,19-20). Pero como estos no
representan una adecuada ayuda, Dios decide crear “una mujer” (2,22). Lo
interesante es que mientras los animales fueron formados del barro, la mujer es
formada de una “costilla” del varón. Así queda clara la igualdad de ambos. Por
eso, al verla, el varón exclama “¡esta sí! Es hueso de mis huesos y carne de mi
carne” (2,23). La fórmula remarca claramente la igualdad, y hasta el parentesco
(Gén 29,14; 37,27; Jue 9,2; 2 Sam
5,1; 19,13). Una vez más el acento está puesto en la igualdad entre el varón y
la mujer. Esto, todavía, se resalta más al cambiar los nombres. El que era
llamado adán ahora se lo llama en hebreo “ish” (varón, macho, esposo) y
la mujer es “isha’” (mujer, hembra, esposa); podríamos traducirlo así
“su nombre será esposa [isha’] porque del esposo [ish] fue
sacada” (2,23). Todavía hay que recordar que presentar a la mujer como “ayuda”
no ha de entenderse como que está al servicio del varón ya que también se dice de
Dios mismo que es “ayuda” del ser humano (Salmo 30,11; 146,5).
La prohibición de comer un fruto particular dada al
“hombre” pasa, a continuación, a ser tema de debate entre la mujer (isha’)
y la serpiente (evidentemente el relato es simbólico, nadie afirma que antes,
por ejemplo, las serpientes hablaran). Esta convence a la isha’ de comer
el fruto ya que hacerlo sería beneficioso para ser sabios. Con resistencia en
un primer momento finalmente cede y come. Luego le ofrece al varón que, sin
resistencia alguna, también come. El texto, como se encuentra actualmente,
parece un proceso judicial: hechos – interrogatorio – sentencia; así a lo que
señalamos, en el orden serpiente-mujer-varón le sucede el interrogatorio de
Dios en el orden inverso varón-mujer-serpiente y luego la sentencia
serpiente-mujer-varón. Es recién después de todo esto, que incluye como
sentencia negativa que el varón dominará sobre la mujer (3,16; lo cual revela
que este dominio no estaba en el plan original de Dios que – como hemos
señalado – era un proyecto de igualdad); ahora se le cambia el nombre a la mujer-isha’
y se la llamará “Eva” (3,20). El nombre se lo relaciona popularmente con
“vida” (en hebreo Eva es Jawah y vida es Jayah) porque a
continuación comienza una nueva etapa que es la generación humana y el
nacimiento de hijos (de hecho, así comienza la segunda vez que “Eva” es
mencionada: “Adán se unió a Eva, su mujer y ella concibió…”, 4,1).
Mucho más podría señalarse, pero resumamos: es
cierto que hay textos que atribuyen a “Eva” el origen del pecado y la culpa
(Eclo 25,24; 2 Cor 11,3; 1 Tim 2,14) pero también otros textos responsabilizan de
esto al varón (Rom 5,12; 1 Cor 15,21). También hay textos que expresamente
señalan que la mujer es inocente como lo comentamos al hablar de Susana. Lo que
habría que destacar es que el texto responsabiliza de la desobediencia al
proyecto de Dios al “ser humano”, él (= ellos, varón y mujer) fue (fueron) infiel
a lo que Dios nos encarga, pero a su vez él (el varón) le escapa a esa
responsabilidad culpando a la mujer: “esa que tú me diste” (3,12); como a su vez
la mujer señala a la serpiente, “ella me sedujo” (3,13). Pero a su vez indica
que el dominio patriarcal o violento del varón sobre la mujer es consecuencia
de ese delito primero y no algo querido por Dios, que desde el comienzo los
pensó y los creó iguales. Lo que sí es algo que Dios ha querido desde el
comienzo es que la mujer sea vista como igual en dignidad, como igual en todo.
Pareciera que los varones “algo” hemos hecho mal.
Imagen tomada de https://www.veniracristo.org/creencias/la-vida-tiene-un-proposito/importancia-de-adan-y-eva
La novedad de Jesús sigue vigente
5,41-43 7,34-37 le dice: « Talitá kum «, que quiere decir: «Muchacha, a ti te digo, levántate». dijo: «Effatá», que quiere decir: «¡Ábrete!» 42 La muchacha se levantó al instante y se puso a andar, pues tenía doce años. 35 Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente. 43 Y les insistió mucho en que nadie lo supiera; 36 Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban 42b Quedaron fuera de sí, llenos de estupor. 37 Y se maravillaban sobremanera
Yo, Yahveh, te he llamado en justicia, te así de la mano, te formé, y te he destinado a ser alianza del pueblo y luz de las gentes, para abrir los ojos ciegos, para sacar del calabozo al preso (desmôn), de la cárcel a los que viven en tinieblas. (42:6-7)
Así dice Yahveh: En tiempo favorable te escucharé, y en día nefasto te asistiré. Yo te formé y te he destinado a ser alianza del pueblo, para levantar la tierra, para repartir las heredades desoladas, para decir a los presos (desmois): ‘Salgan’, y a los que están en tinieblas: ‘Muéstrense». Por los caminos pacerán y en todas las dunas tendrán pasto. (49:8-9)
Mira, no digas nada a nadie (…) Pero él, así que se fue, se puso a pregonar con entusiasmo y a divulgar la noticia, de modo que ya no podía Jesús presentarse en público en ninguna ciudad, sino que se quedaba a las afueras, en lugares solitarios. Y acudían a él de todas partes. (1:44-45)
Entonces se despegarán los ojos de los ciegos, y las orejas de los sordos se abrirán. Entonces saltará el cojo como ciervo, y la lengua del mudo lanzará gritos de júbilo. Pues serán alumbradas en el desierto aguas, y torrentes en la estepa (35:5-6)
Oirán aquel día los sordos palabras de un libro, y desde la tiniebla y desde la oscuridad los ojos de los ciegos las verán (29:18)
… el corazón de los alocados se esforzará en aprender, y la lengua de los tartamudos hablará claro y ligero. (32:4)
De este modo los justos despojaron a los impíos; entonaron cantos, Señor, a tu santo Nombre y unánimes celebraron tu mano protectora, porque la Sabiduría abrió la boca de los mudos e hizo claras las lenguas de los pequeñuelos. (Sab 10:20-21)
“¡Qué hermosas son todas las obras del Señor! todas sus órdenes se ejecutan a su hora. No hay por qué decir: ¿Qué es esto? Y esto ¿para qué?, que todo se ha de buscar a su tiempo”. (Sir 39:16)
Video con comentario al Evangelio del domingo 23 "B"
o también
https://youtu.be/BOWuU3EeXNs
Eduardo