En la (re) inauguración de Notre Dame, Jesús no fue invitado
Eduardo
de la Serna
Se me ocurren unas reflexiones
a partir de la (re) inauguración de la Catedral de Notre Dame…
Catedral se origina en cátedra,
es decir, en un principio, un simple asiento (= silla) que también puede ser trono (Prov 9,14) o sitio de honor.
El término es muy poco
frecuente en la Biblia. A modo meramente ilustrativo, veamos en las diferentes
traducciones, el uso del término “silla”, en el AT, Reina Valera 15x; Biblia de
Nuestro Pueblo 7X; Biblia de Jerusalén 2ª 10x; 3ª 11x; Latinoamericana 0; Libro
del Pueblo de Dios 5. Asimismo, en el NT RV 6x; 2x; BJ2 0; BJ3 0; BLA 0; LPD 0.
El término griego kathedra
(o protôkathedra) [AT
16x; NT 7x,
solo en Sinópticos] es simplemente
un asiento…
Kathedra se origina en hedra (con el prefijo katha),
que es “sentarse” – en el helenismo – puede ser un trono, un templo, un simple
asiento o una cabalgadura… es un sentarse hacia alguien.
Pero como sentarse es en
ocasiones actitud de juicio (Mt 19,28; 25,31) o de enseñanza (Mt 5,1; Mc 9,35; Lc
4,20; 5,3) se puede sentar “a la derecha de Dios” (Mc 16,19), como signo de poder
(Mt 20,21.23) el término empezó a tener otro uso.
En el NT se usa para los asientos de los vendedores
de palomas (Mt 21,12p) o los asientos reservados en los banquetes (Mc 12,39p;
Lc 11,43). Este mismo texto está en Mt 23,6 y en 23,2 se indica: “sentados en
la cátedra de Moisés” (Mt 23,2, lit. “asiento”).
A partir del “obispo
monárquico” (Ignacio de Antioquía; Traditio Apostólica) solo uno –
vigilante – enseña. Sin embargo, todavía en los Padres Apostólicos, Bernabé
cita Sal 1,1, y después de él sólo Hermas usa kathedra (12x). Merecen
citarse 3 textos:
- Quisiera saber, Señor, por qué estaba
sentada en una silla. - Porque todo el que está enfermo se sienta en silla por
motivo de su debilidad, a fin de sostener la flaqueza de su cuerpo. Ahí tienes
lo que representa la forma de la primera visión. (Her
Vis XIX:4)
- Me mostró unos hombres sentados sobre un
banco y otro sentado sobre una silla, y me dijo: - ¿Ves a los que están
sentados sobre el banco? - Los veo, señor - le contesté. - Esos - me dijo - son
creyentes, y el que está sentado en la silla es un falso profeta, que destruye
la mente de los siervos de Dios; pero destruye la de los vacilantes, no la de
los de verdad fieles. (…) En primer lugar, el hombre que aparenta tener
espíritu, se exalta a sí mismo, quiere ocupar los primeros puestos: se hace en
seguida impúdico y desvergonzado y charlatán; vive entre toda clase de deleites
y en muchos otros engaños; recibe paga por sus profecías, y si no se le paga,
no profetiza. ¿Conque es posible que un Espíritu divino profetice a sueldo? No,
no cabe que así obre un profeta de Dios, sino que el espíritu de tales profetas
es terreno. (Her Mand XI:1.1.12)
- Ahora, a ustedes me dirijo, los que
gobernáis la Iglesia y se sientan en los primeros puestos (prôtokathédritais):
no se vuelvan semejantes a los hechiceros. Los hechiceros llevan metidos en
frascos sus bebedizos; pero ustedes, su bebedizo y su veneno lo llevan en el
corazón. Están endurecidos y no quieren purificar sus corazones, ni con limpio
corazón templar su pensamiento en la unidad, para que alcancen misericordia de
parte del Gran Rey. ¡Atención, pues, hijos míos! Miren no sea que estas
disensiones de ustedes les roben su vida. ¿Cómo quieren instruir a los elegidos
de Dios, si no tienen ustedes instrucción? Instrúyanse, pues, los unos a los
otros y mantengan la mutua paz, a fin de que también yo, presentándome alegre
delante del Padre, dé razón en favor de todos ustedes ante su Señor. (Her Vis III:9.7).
Con el tiempo, la cátedra del
obispo se “localizó”, de allí la catedral. Como sólo uno es el obispo (empieza
a dejarse de lado el colegio episcopal de la localidad), sólo una es la “sede”
(es decir el “asiento”) donde preside (se sienta al frente) el episkopo.
Ciertamente, con el tiempo,
estas sedes-káthedras se fueron volviendo más y más majestuosas,
compitiendo con palacios o templos de otras divinidades.
No hace falta hacer una
historia de las “grandes catedrales”, no es acá el momento; el recurso a
dineros provenientes de las indulgencias permitió levantar la “basílica” de San
Pablo… [entre paréntesis… en el suelo de la misma se indican las medidas de
otras grandes basílicas/catedrales para mostrar que es “¡la más grande!” (sic)…].
Grandes arquitectos diseñaron
magníficas catedrales que, estéticamente, merecen ser vistas por su belleza. En
lo personal, además de San Pedro, he podido ver las catedrales de Milán, de
Florencia, de Toledo… y también conocí Notre Dame. De hecho, estaba en
una reunión de curas cuando la TV mostró el incendio de esta y, realmente, mi
tristeza fue enorme. No era la Iglesia más linda que en lo personal yo haya
visitado, pero era, realmente hermosa… Que se restaurara me pareció más que razonable.
Pero, ahora, quiero dejar lo estético y
artístico y preguntarme por lo pastoral (es decir, lo que tiene que ver con un
pastor – obispo – que pastorea una comunidad, en este caso, la de París) …
¿Qué tiene que ver con Jesús y
el Evangelio toda la ceremonia inaugural? (y no parto de una mentalidad
fundamentalista de que el Jesús histórico probablemente nunca se haya sentado
en una silla; me refiero a su proyecto, a la vida que marcan sus huellas para
ser seguidas. ¿Qué tenían que hacer allí – insisto, pastoralmente hablando –
Trump, Melloni, Macrón, reyes y príncipes? ¿Qué Elon Musk y demás sujetos detestables
de la vida? Herodes y Pilato estaban del otro lado, creo recordar.
Los
reyes de las naciones los tienen sometidos y los que imponen su autoridad se
hacen llamar benefactores. Ustedes no sean así; al contrario, el más importante
entre ustedes compórtese como si fuera el último y el que manda como el que
sirve. (Lc 22:25-26)
Se
levantaron los reyes de la tierra y los gobernantes se aliaron contra el Señor
y contra su Ungido. (Hch 4:26)
Para dar más brillo a la
ceremonia, el arzobispo de París, ¿tenía que ponerse esos ornamentos
espantosos? Creo entender por qué el Papa Francisco prefirió no hacerse
presente.
Debo confesar (obviamente es
algo personal) que, si volviera a París, trataría de ir a Notre Dame,
¡es bella! Ciertamente… pero si quisiera pensar en Dios, rezar, “elevarme”
(sic) caminaría unas pocas cuadras (400 mts.) e iría a la Sainte Chapelle
(y no soy un amante del gótico). Si de mi dependiera, le regalaría Notre
Dame al Estado francés para que haga lo que le plazca y la llene de boato y
de “príncipes de la tierra”. Creo que Jesús, por allí, ¡no pasó!
Imagen tomada de Religión Digital https://www.religiondigital.org/rumores_de_angeles/Elitista-magnifique-resurreccion-reina-catedrales-Dame-Paris-Macron-Ulrich-Trump_7_2732196757.html
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