sábado, 7 de octubre de 2023

Carlos, hermano

Carlos, hermano



No puedo imaginarte con tus actuales 93 años. No puedo imaginarte con tu “rebelde fidelidad” a la Iglesia actual. No puedo imaginarte con “lealtad” con el peronismo actual. No puedo imaginarte con tu “firme junto al pueblo” con el pueblo actual. Desde que te fuiste, o mejor, te fueron, ¡cambiaron tantas cosas! Y tantas otras allí siguen…

Sabés que siempre me negué a imaginar o decir “si Mugica viviera” diría, o haría lo que nunca sabremos si lo harías o dirías. Algunas cosas podemos imaginarlas, por cierto. Pero no quiero correr ese riesgo.

En tiempos negacionistas, como los actuales, nunca faltan los que quieren desviar a los autores de tu asesinato; en tiempos líquidos nunca faltan los que quieren licuar tu militancia. Eclesial y política.

No me cuesta imaginar las cosas que te diría el desquiciado candidato frente a tus posiciones y palabras; y tampoco me cuesta imaginar lo que – quizás – responderías. No me cuesta imaginar lo que dirías – creo – del neoliberalismo vigente y que alguna candidata, que no ha bebido en su historia y pasado, propone a fuerza de mano dura. Y no me cuesta imaginar las críticas que tendrías para hacer al ministro candidato.

Hoy, tu cumpleaños nos encuentra en distintos lugares por distintos motivos. Pero no puedo, ¡no quiero!, dejar de hacerte presente. Siempre presente. Ahora, más que nunca junto al pueblo, como dicen. Poniendo el hombro, poniendo palabras, poniendo vida.

Creo que en nuestra Santa Madre hay una desorientación preocupante, y, la primavera que vos conociste, se volvió invierno. Un invierno del que, a pesar de algún veranito, no hemos salido y, de una salida que no vislumbro próxima.

Creo que nuestro pueblo está cargado de bronca y dolor. Aquella frase que repetíamos: “el pueblo es peronista” hoy no la diría nadie sensatamente. Y las perspectivas cercanas no nos invitan a la fiesta popular.

Pero, al re-cordarte, al re-membrarte, al traerte al corazón y los miembros, algo aparece claro para algunos. No le corriste el cuerpo en los momentos duros; no te escondiste, no te camuflaste. Y tu imagen, tu ejemplo y tu martirio son una luz para muchos. Son una palabra de Dios. Son una iglesia que queremos. Son una Patria y Matria que soñamos.

A los 43 años te fuiste. Te fueron. Casi 50 van que caminamos juntos de otra manera. Pero eso sí, Carlos, hermano, seguís siendo referencia y referente. Seguís estando detrás nuestro para sostener a los flojos, en el medio para sentir tu cercanía y delante para marcarnos rumbos. Pero seguís, ¡claro que seguís!, de eso se trata el martirio. De eso se trata tu vida.

Eduardo de la Serna

7 de octubre 2023

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