Me tienen cansado los negros
Eduardo
de la Serna
Lo quiero decir de una, sin
ningún preámbulo: me tienen podrido los negros.
Lloran en la villa 31 por el
bien pegado balazo a Ramiro Ruiz (22) por reclamar que la policía hubiera
atropellado a una nena de 4 años.
Se queja Roque Azcurraire
porque entraron a patadas a su casilla en la villa 21, manosearon a su hermana,
y en la comisaría lo patearon en la cabeza (que tiene lesionada) y le aplicaron
un “levantamuertos”.
Se quejan los negros de Bernal
oeste porque se niegan a convivir con la basura que está hace solo unos 3
meses. Y – además – se las dan de guapos y las mujeres huyen como ratas cuando
ven una ídem del tamaño de un gato.
Se quejan los vagos de la
Sarita cuando caen 3 gotas y el agua les entra por todos lados, y porque hace
semanas que no pueden bajar la heladera (¡tienen heladera, además!) de arriba
de la mesa.
Se quejan los vagos bolivianos
(¿alguien vio alguna vez un boliviano trabajador?, ¿eh?) y los paraguayos
(¡otros vagos!) porque los dignísimos argentinos borran de la constitución el
párrafo que habla de “todos los habitantes del mundo que quieran habitar en
suelo argentino”. Convengamos de una vez por todas que no es lo mismo un
paraguayito que Benetton, o una boliviana que Lewis. ¡Estos son extranjeros de
verdad!
Se quejan los que van a la 9
de julio movidos por la consigna de que “¡La patria está en peligro!” y no se
acuerdan que la patria estuvo en peligro antes, cuando casi explota el país con
la 125, o cuando asesinaron un fiscal, o cuando estuvimos a punto de ser
Venezuela y fuimos salvados primero por un pro-hombre mendocino y ahora por un presidente
de excelencia que nos enorgullece.
Se quejan los que argumentan
que no pueden pagar las tarifas que antes estaban subsidiadas. Si no las pueden
pagar, que no las usen, ya lo dijo con toda sabiduría el ministro.
Se quejan los que no tienen
trabajo porque fueron echados por ñoquis. Deberían aprender de una vez por
todas que la fiesta hay que pagarla.
Se quejan los que tienen
trabajo en talleres (todavía no legalizados hasta que tengamos confianza en el
país) y trabajan 12 o 14 horitas, además de otros que fueron forzados a
trabajar porque se resistían, de puro vagos que son, olvidando el sabio axioma
que ilustraba Auschwitz: “Arbeit macht frei” (el trabajo nos hace libres).
Se quejan los subversivos de
La Cámpora, y quiero repetirles el profético grito del super ministro: “¡háganse
cargo!”
Se quejan de que no hay remedios
para los jubilados, y no quieren recordar que “se robaron todo”.
Se quejan de que “preventivamente”
recurrimos al FMI, que ahora es bueno y nos va a ordenar las cuentas y va a ayudar
a un país que vuelve al mundo, olvidando que el populismo nos había aislado de
las grandes potencias amigas.
Se quejan, se quejan y no
dejan de quejarse. Parece el principal deporte nacional en el que quizás seamos
campeones mundiales.
Y yo me quiero quejar, porque
todavía quedan algunos que pretenden convencer que no estamos en el mejor de
los países posibles; afortunadamente son cada vez menos, ya radio del Plata
está cerrando, y el grupo Indalo está en terapia. Después vamos por Página 12 y
la 750 y podremos estar un poco en paz. El resto lo arreglamos con las redes
sociales que son bastante amigables desde Facebook y Twitter y la base de datos
del ANSES. Si hasta Clarín nos dice que tiene acceso al Big Data.
Por suerte yo vivo en paz. Que
los demás se arreglen. Cada uno a lo suyo. No leo noticias, no veo canales disonantes,
y en El Grupo me hablan de lo bien
que estamos, aunque haya que arreglar cositas que quedan del desaguisado que
nos dejaron las “Kukas” y los
choriplaneros. Y si algunas cosas me perjudican, como que en casa dos quedaron
sin trabajo, que tengo que andar a oscuras y con frio, que no puedo comprar
pan, ni lechuga (la carne es un pretérito pluscuamperfecto), que no me puedo
vacunar contra la gripe o que tengo que caminar 15 cuadras para tomar un solo
colectivo para ir a buscar trabajo, eso es el sacrificio que vale la pena hacer
para tener “un país”. Ver cuánto trabaja el presidente para sacarnos adelante
es un orgullo. Lo dijo la eminencia que tenemos por vicepresidenta: “hay que
predicar con el ejemplo”.
[y antes de ser insultado por personas sin sentido del humor les aclaro: todo es irónico; si perdemos el humor, fuimos derrotados]
Foto tomada de https://movimientopoliticoderesistencia.blogspot.com.ar/2015/09/negros-esclavos-y-rebeldes.html
El comentario de la vicepresidenta como título de Aica es una vergüenza. http://www.aica.org/33797-gabriela-michetti-llamo-alimentar-la-esperanza-de-juventud-con-b
ResponderBorrarHace días me llamó la atención, o no debiera habérmela llamado una nota sobre una ermita levantada, construida por paraguayos. Con la Imagen de la Virgen donada por una agrupación de motociclistas de la Federal. Lo más desopilantemente patético fue lo de los Caballeros del Altar y las Damas de la Sacristía.
Tres instituciones con la bendición de Aguer para darle una ermita a los paraguayitos y a ver si siguen construyendo y le hacen una capilla como dijo el Arzobispo.
http://www.aica.org/33750-mons-aguer-bendijo-una-ermita-dedicada-la-virgen-de-lujan.html
¡Gracias Eduardo!