martes, 3 de noviembre de 2020

Vacunas y vacunados

 Vacunas y vacunados

Eduardo de la Serna




En tiempos de “infodemia”, en los que se escucha cualquier cosa, se cree cualquier cosa y se repite cualquier cosa, no resulta extraño vislumbrar la catarata del odio y el vómito de obscenidades.

Pero, del mismo modo que alguno puede repetir desde la más supina ignorancia que “se robaron un PBI” sin tener la más mínima idea qué es un PBI y a cuánto asciende un PBI, se escucha decir que una vacuna puede cambiar el ADN. Sería interesante una mínima explicación científica de semejante cosa. Digna de un libro de ficción, o del miedo infantil, al que se parece. Obviamente se refieren a la vacuna rusa, o eventualmente a la china… las vacunas occidentales casi, casi, son agua bendita.

Resulta, pareciera, que una vacuna es buena o mala según la produjeran los que nosotros, con criterios no muy científicos, por cierto, consideramos “buenos o malos”.

Hace unos años, cuando Casey Wonder, con sus escasos años hablaba de política, Lanata y Zlotogwiazda lo mandaron a jugar “a la Play” o a ir a Disney… Parece, para ellos, que la Play o Disney eran asépticos, casi transparentes. Mientras muchos creíamos y creemos que Disney “vacuna” mentes. Es lo mismo que creer que un Rambo que se infiltra en territorio enemigo (= soviético) es algo imaginable y “divertido”, pero pensar un ruso que se “infiltra” en occidente, es ciencia ficción, ¡y de la mala! Grotesco…

Pareciera, siguiendo ese esquema, que una vacuna alemana, británica, y ¡¡¡preferentemente!!! yanqui constituyen una garantía de ser químicamente puras, sin ninguna ideología, sin ninguna mácula, mientras que una vacuna china, rusa o quizás, ¡¡¡horror!!!, cubana, estaría “inficionada” (así nos decían en los 70) de perversión y aberraciones. Y, pareciera, que la vacuna rusa / china / cubana, al modificarnos el ADN, nos hará cantar La Internacional en su lengua original, recitaremos de memoria El manifiesto, y soñaremos ir de vacaciones a la Plaza Roja (o, eventualmente, a Cuba, pero no a un All Inclusive sino a sacarnos una foto con el Granma para mandarla a nuestros sobrinos).

Parece que el miedo y la estupidez van tan juntos de la mano que, si te vacunan el cerebro unos, repetirás hasta el hartazgo la importancia de la libertad... que eso de “vacuna obligatoria” es digno de los totalitarismos. Mientras que, si los laboratorios de occidente nos vacunan con su propaganda, no aceptar la vacuna sería algo digno de la barbarie y el retraso de los que no aceptan incorporarse al mundo. ¿Vale decir que los que no aceptan la vacuna es porque ya están vacunados y tienen anticuerpos contra la sensatez?


imagen tomada de http://www.mujeresdeempresa.com/una-leccion-del-tio-rico-sobre-el-dinero/

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