lunes, 11 de octubre de 2021

¡Que suerte tienen! Me dan un cachito de envidia

 ¡Que suerte tienen! Me dan un cachito de envidia


Eduardo de la Serna



Al ver las repercusiones que están provocando los nombres que se han hecho públicos a raíz de los llamados “Pandora Papers” me surgen unas preguntas y – además – una sensación de envidia.

No creo que estas revelaciones sean “inocentes”. Es cierto que las actitudes “conspiranoicas” no suelen ser sensatas en ocasiones, o estar bien direccionadas en otras, pero no podemos dejar de pensar que “alguien/es con mucho poder las hace públicas”. E ignorar que los viejos servicios de inteligencia y espionaje, tan usados en la guerra son muy bienvenidos en el mundo de los negocios (que – en lo personal – dudo que sea muy diferente al de la guerra). Eso no quita que los datos comunicados sean veraces. Creo que son verdad, aunque seguramente “no toda la verdad”. Es bien posible, por ejemplo, que unos investiguen a otros de su mismo rubro y, al revelar datos (¿todos? ¿algunos? ¿los que convienen?), estén invitando a cambiar de “paraíso”. “El nuestro es más seguro y los papeles secretos no se revelan”. Es oferta y demanda, que le dicen. Diría que es “la mano invisible del mercado” pero, en este caso, no es tan invisible.

En lo personal, celebro cada información de este tipo, sin la ingenuidad de creer que “la verdad” sale a la luz. Y, por eso quiero contar una anécdota personal (algo dije en otra ocasión).

Cuando el pasquín de doctrina hizo públicos, tardíamente para beneficiar a Macri, obviamente, en tiempos electorales, e informado él con anterioridad, los Panamá Papers, en un programa de radio me entrevistó Carlos Polimeni; allí yo dije que si Macri tuviera dignidad – palabra que desconoce – debería renunciar (aunque no puedo lograr imaginarme gobernados por Gabriela Michetti, por cierto); del mismo modo que lo hicieron en otras partes del mundo otros implicados en esas revelaciones. Por ese entonces yo había escrito en mi blog (y había trascendido un poco) una nota sobre el famoso, y mal interpretado “den al César lo del César y a Dios lo de Dios” que, en realidad, debe leerse “devuelvan” (no se trata de dar, sino de devolver, lo que ciertamente es diferente). Lo cierto es que, días después me llamó, cordial, la productora del programa de Guillermo Lobo en radio Mitre para hablar sobre lo del César y lo de Dios. Como acepté la entrevista, esta se concretó y en ningún momento me preguntó el entrevistador sobre lo acordado: todo el tiempo me ametralló por qué no había yo pedido la renuncia de Cristina (sic). El tema era Cristina no Macri. Punto.

Todos sabemos y recordamos al fiscalete con retroexcavadoras agujereando la Patagonia en búsqueda de contenedores llenos de dinero. Es decir: (1) como Cristina no tenía dinero en los Panamá Papers, ni en Luxemburgo, ni en otros “papers” revelados, DEBÍA tenerlos escondidos en otro lado; (2) es evidente que, si se encontrara, ESE dinero es el que es mal habido, no el de Panamá y otros “paraísos” o guaridas; (3) es evidente que las máquinas excavando eran imagen visible de la búsqueda de un tesoro escondido por piratas; la imagen de la “búsqueda del tesoro” cala bien hondo, ¡y listo! Una vez más el espejo macrista salta con todos los “tapones de punta” a condenar, indignar y provocar odio en los otros (siempre con “K”) por algo que en realidad ellos tienen o hacen.

Pero ahora, Pandora mediante, encontramos otros presidentes (o ex) cuyos nombres se revelan como fugadores, escondedores, es decir opacos. Y resulta que se habla de juicio político a Piñera, y que Lasso debe dar explicaciones públicas (irónicamente diría que no puedo imaginarme a alguien del Opus Dei con manejos turbios de dinero). Y me da envidia que no haya pseudo periodistas que entrevisten preguntándoles cualquier cosa (y con vehemencia violenta) para desviar el tema. ¿Por qué los que piden estas investigaciones a sus gobernantes no deben someterse a eso? ¿Por qué a mí? Aunque habrá que ver si en los próximos días Lasso no muestra a Rafael Correa con un parche negro en un ojo y un loro en el hombro, o si Piñera no expone a la inocua Michelle Bachelet en una cantina bebiendo ron. Al fin y al cabo, algo deben aprender de los de guante blanco de estas tierras.

Claro que el show debe continuar… y Messi, Mascherano, Shakira y Julio Iglesias pueden mostrar cómo hicieron su dinero, aunque evadan impuestos… muchos empresarios quizás también (aunque en estos casos, les creo menos… ya es evidente que los escándalos de corrupción implican corrompedores, y no es tan grave “el que peca por la paga” como “el que paga por pecar”)… y los dirigentes políticos recurrirán a sus amigos periodistas (o, a veces no amigos, pero en ocasiones se puede obtener de ellos buenos favores después de “espiarlos un cachito”), y a buenas campañas de indignación mostrando a todos y todas que eso que yo tengo / hago es indignante que lo tenga / haga Cristina / Lula / Correa / Lugo / etc… “Nada por aquí… nada por allá”.

 

Imagen tomada de https://ar.pinterest.com/pin/538602436662325789/

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