jueves, 18 de julio de 2024

Matusalén (y otros “abuelitos”)

Matusalén (y otros “abuelitos”)

Eduardo de la Serna



Un lector desprevenido de los primeros capítulos de la Biblia se sorprenderá con que una serie de personas vivieron una cantidad exorbitante de años. Adán vivió (se dice) 930 años (Gen 5,5), Set vivió 912 (5,8), Enós 905 (5,11), Quenán 910 (5,14), Mahalel 895 (5,17), Yéred 972 (5,20), Henoc 365 (5,23), Matusalén 969 (5,27) y Lámec 777 (5,31). Lámec fue el padre de Noé con el que comienza “otra historia”. La pregunta de este lector desatento sería, ¿cómo es posible?, ¿vivían tanto en aquellos tiempos? ¿O será que contaban los años de otra manera?

Un primer elemento sería notar de después de Noe, que vivió 950 años (9,29) su descendencia fue así: Sem vivió 600 años (11,10.11), Arfacsad 438 (11,12.13), Sélaj 433 (11,14.15), Héber 464 (11,16.17), Péleg 239 (11,18.19), Reú 239 (11,20.21), Serug 230 (11,22.23), Najor 148 (11,24.25), Téraj 205 (11,32). Téraj fue el padre de Abraham donde empieza la historia de Israel. Abraham murió a los 175 años (Gen 25,8), Isaac 180 (35,28). A partir de entonces, las personas empiezan a “vivir y morir” a edades “normales”. José, por ejemplo, muere a los 110 años (50,26), como Josué, Tobit, Tobías y Judit (a los 110, 112, 117 y 105 años respectivamente, cf. Jos 24,29; Tob 14,1.14; Jdt 16,23). Todavía son edades grandes (aunque, como se ve, se trata de personajes muy significativos).

¿Qué podemos decir de todo esto? Para empezar, es interesante notar que en ambas listas, inmediatamente anterior al diluvio e inmediatamente posterior a este,  se mencionan 10 personajes. En el segundo grupo, además, es notable que las edades van disminuyendo de modo considerable de modo de pasar de los 600 de Sem (o los 950 de Noé) a los 175 y 180 de Abraham e Isaac. Por otra parte, la imagen parece tomada de listas de la época, por ejemplo, la de los grandes reyes de la casa Real de los sumerios, los reyes vivían – se dice entre 10.000 y 45.000 años cada uno. Por ejemplo, allí se dice, Éridu reinó 28.800 años, Bad-tíbira 43.200, Suruppak 18.600 años… Repetimos, para evitar malos entendidos, los textos deben comprenderse en sentido simbólico (o teológico), no en sentido histórico, o literal.

Demos un paso más, es interesante notar que el relato del Génesis antes de entrar de lleno en la narración de Abraham, el “padre” de Israel (y, por tanto, el comienzo de la “Historia de Israel”, capítulo 12) tiene un primer bloque con la narración de Adán y Caín y Abel (Gen 2-4), un segundo bloque con la narración de Noé, el diluvio, la nueva expansión de la humanidad luego del diluvio y la escena de la ciudad y la torre en Babel (Gen 6,5-11,9) para dar luego cabida a Abraham. Así, la doble lista de diez personajes sirve de nexo genealógico entre Adán y Noé la primera (cap.5) y entre Noé y Abraham la segunda (cap.11).

Pero es evidente que a medida que los seres humanos se expanden, con ellos se expande la injusticia, la violencia y el pecado (ver 4,1-16.23-24; 6,5-6; 9,25-27; 11,1-9). Acá entra en escena Abraham, elegido por Dios para ser “bendición”, para que en él se bendigan “todos los linajes de la tierra” (12,3). Israel tiene la responsabilidad de ser “luz para los demás pueblos” (ver Is 51,4) y mostrar a todos que se puede vivir de otra manera, que “otro mundo es posible”, un mundo sin violencia e injusticia porque todos viven como verdaderos hermanos y hermanas. De eso se trata lo que viene a continuación en la Biblia.

Precisamente, a medida que avanza la violencia y la injusticia, avanza la muerte. Es característico en la Biblia afirmar que Dios quiere la vida, la muerte tiene su origen en el pecado humano (ver Gen 3,22; Rom 5,12; Sgo 1,15). Así se comprenden entonces las edades enormes de los primeros patriarcas, edades que – como vimos – van disminuyendo. A medida que avanza el pecado en la historia, el sueño de Dios para la humanidad, la vida, se va viendo frustrado cada vez más y, entonces, las personas viven cada vez menos. Por eso es que mientras los primeros patriarcas vivían en torno a los 900 años, con el aumento del pecado en la tierra esto empezó a descender. Dios quiere la vida, pero el pecado la va acotando y es generador de una vida cada vez más limitada.

Como se ve, el texto no está diciendo que Matusalén fue la persona más vieja de la historia humana, sino que Dios quiere que sus amigos vivan mucho, y vivan felices; pero el pecado va degradando la vida y hace que, por la proliferación de la violencia y la injusticia, la muerte esté presente y amenazante. La resurrección de Jesús viene a mostrarnos que para Dios siempre la última palabra la tiene la vida, y que sus amigos tenemos un permanente compromiso con los demás para que todos podamos vivir bien.


Imagen del árbol de la vida sumerio, https://ar.pinterest.com/pin/21251429471332706/


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