¿Quién mató a Ismael Ramírez?
Eduardo
de la Serna
Soy consciente –
provocadoramente consciente – de la semejanza del título con la monumental obra
de Rodolfo Walsh, “¿Quién mató a Rosendo?” Y no pretendo más que provocar, con
el título elegido. No podría ni literariamente, ni en cuanto periodismo de
investigación – que no lo soy – siquiera aproximarme a esta obra magna. Sólo
quiero, lo reitero, provocar.
Provocar escozor: un pibe de
13 años murió de un balazo en el pecho. Una 9 mm. Arma policial si las hay. No
es difícil, en un clima represivo, con una policía desatada y con licencia para
actuar a voluntad, que un policía disparara a “las hordas” salvajes y
hambrientas que osaron saquear – o intentar hacerlo – un supermercado en
Presidencia Roque Sáenz Peña, Chaco.
Pero no es muy difícil imaginar
que el primer responsable de la muerte de Ismael sea el hambre. Ese otro
monstruo grande que pisa fuerte la pobre inocencia de la gente… Ese sujeto
invisible que hace que mucha gente muera, otros enfermen, muchos vivan con
angustia la incertidumbre ya no de mañana sino del hoy permanente y que algunos
“roben para comer”, algo que – tenía entendido – no entraba en la categoría “delito”.
Será que la propiedad privada no es más importante que la persona humana. Claro
que eso es válido en los papeles. No en las balas.
O quizás el responsable de la
muerte sea un sistema, un modelo económico que provoca esa hambre que causa
saqueos. Porque si esa hambre ayer no estaba y hoy sí parece que la pesada
herencia fue que le hicieron creer a los miles de Ismaeles que tenían derecho a
comer. Pero hoy se está ordenando todo para que cada cual sepa cuál es su lugar
en la nueva Argentina, donde los únicos privilegiados son los CEOs.
O quizás el responsable de la
muerte de Ismael sea el Gobierno. Un gobierno que engendra planes que provocan
hambre que causa saqueos que implican balas que llevan a la muerte. Quizás
Macri sea el responsable de que hoy Ismael no camine las calles de Sáenz Peña,
sino que lo lloren aquellos que lo quisieron. Y su Gobierno represivo, borracho
de sangre y de pólvora lacrimógena sazonada con pimienta.
En la Biblia Ismael fue hijo
muy querido de Abraham. Fue desterrado, casi muere de sed en el desierto, pero –
protegido por Dios – finalmente fue “padre de un pueblo numeroso”, gran arquero
(cazador, por lo tanto, como lo eran varios de los antiguos pobladores del
Chaco). Hijo de Abraham y de una gran mujer, Agar, esclava y extranjera.
Víctimas ambos del patriarcalismo de Sara, pero llenos de las promesas de Dios,
que no suelta de la mano a sus amigos. Hoy otro Ismael fue asesinado, el
hambre, el neoliberalismo, el gobierno, Macri tienen un muerto en su
conciencia. Si la tuvieran. Hoy, los hermanos de Ismael tenemos un hermano
menos. Y hoy, los que creemos en el Dios de la vida volvemos a saber, mirando a
Ismael y los miles de Ismaeles a saber dónde debemos pararnos, de qué lado de
la grieta.
Foto tomada de https://www.taringa.net/posts/hazlo-tu-mismo/20159234/Fui-al-norte-del-pais-y-me-parecio-lo-mas-pobre-que-hay.html
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