martes, 14 de julio de 2020

Comentario domingo 16A

Los misterios del reino se siguen revelando

DOMINGO DECIMOSEXTO - "A"


Eduardo de la Serna



Lectura del libro de la Sabiduría     12, 13. 16-19

Resumen: resaltando la fuerza de Dios el autor manifiesta que esta se manifiesta en la misericordia – a diferencia de la fuerza en los injustos  que se manifiesta en opresión y violencia – y esto repercute en la historia humana.

El libro de la Sabiduría es sin dudas el libro más griego de toda la Biblia. En esta parte del libro, centrada en Dios, destaca que Dios es misericordioso, y que su poder (isjys, 3 veces en esta parte, vv.16.17.18) es la fuente de su misericordia. Su “fuerza” es el principio (arjê) de la justicia, y siendo “señor” (déspozein) sobre todos, sobre todos muestra (feídomaicompasión. Esta indulgencia de Dios es la característica de la unidad (cf. v.8). 

El v.19 en realidad da comienzo a la unidad siguiente (vv-19-22) pero como consecuencia de esto, por lo cual el v.19 puede relacionarse con éste (“actuando así…”) invitando a los justos a una actitud frente a los demás (filantropía), y a los pecadores al arrepentimiento (metánoian). Esta filantropía es característica de la sabiduría (1,6) que tiene un espíritu de “filantropía” (7,23). De este modo, se destaca que el justo debe caracterizarse por la sabiduría, del mismo modo que – alentado por la indulgencia de Dios – el pecador es invitado a la conversión.

Es el monoteísmo confesado explícitamente (“fuera de ti no hay Dios”, v.13) el que manifiesta el poder divino que se manifiesta en los beneficios a la humanidad como varios escritos tardíos lo confirman:

  • “¡Dios es misericordioso protector de todos!” (3 Macabeos 6,9)
  • “Dios es amigo de la justicia (…) está operando de continuo las conoce y no se le oculta nada, insisto (…) de la misma manera que Dios beneficia al mundo entero, tú, si lo imitas, serás perfecto” (Aristeas 209-210)
  • “Fuera de ti, no hay otro dios al cuidado de todos, para que puedas mostrar que no juzgas injustamente” (Sabiduría 12,13)
  • “Adora al Dios del cielo, que hace bajar el rocío y la lluvia sobre la tierra, El hace todo en ella, ha creado todo con su voz, y de él procede toda vida” (Jubileos 12,4)
  • “Considera cómo Dios favorece al género humano; él es quien les proporciona en todo momento salud, alimento y todo lo demás” (Aristeas 190)
  • “Adoran al Dios que ve todas las cosas y las crea” (Aristeas 16)
  • “Tú, oh Dios, eres la esperanza y refugio de los pobres” (Salmos de Salomón 15,1)

Pero este Dios de la justicia no es ajeno al universo del hombre. El poder de Dios es inicio de la realización de un orden humano de justicia. Sobre este “poder” de Dios es que se detendrá en los vv.16-18 con lo que a su vez habla de la justicia. La fuerza sobre la que se asienta el mundo de los que no son sabios es la violencia (por eso oprimen y explotan a los débiles, 2,11); la fuerza de Dios se manifiesta en su misericordia. 



Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma     8, 26-27

Resumen: la importancia del espíritu de Dios se sintetiza en esta breve unidad destacando el contraste entre la fortaleza, que nos viene por el espíritu de dios, y la debilidad humana sin la que no sabríamos siquiera dirigirnos a Dios como corresponde. Pero con el espíritu la oración es conforme a Dios.


Pablo sigue el importante cap. 8 de la carta a los Romanos manifestando el rol que en los creyentes juega el espíritu de Dios. 

Para empezar el espíritu se manifiesta en contraste con la debilidad (astheneía). Es sabido que el “espíritu” es la fuerza que viene de Dios para sostener (synantilambanô, venir en nuestra ayuda, como lo que Marta pide que María haga, Lc 10,40), se hace cargo de nuestra debilidad, el camino de los llamados a seguir su voluntad y sus caminos. Con nuestras capacidades ni siquiera sabemos cómo pedir (proseújomai), de allí que el espíritu intercede (hyperentugjanei, única vez en la Biblia) con “gemidos” (la otra vez que se encuentra en el NT – Hch 7,34 – traduce el término “clamores” (cf. Ex 2,24; 6,5). Estos gemidos no son la voz de un bebé, sino los gritos del dolor, la opresión y el sufrimiento y por eso son “inexpresables” (alálêtos, también única vez en la Biblia, literalmente: “sin palabras”). 

El verbo “investigar / sondear / escrutar” no es muy frecuente en la Biblia (6x) y suele referirse a la voluntad de Dios. En este caso, “el que escruta los corazones” (= Dios) conoce las aspiraciones íntimas del espíritu. “Conocer / tender” (frónêma) es también poco frecuente (2x en 2 Mac y 4x en Romanos) aunque depende hacia dónde se tienda (la carne o el espíritu, 8,6). En este caso se refiere a tender hacia el espíritu, por lo que la “intercesión” (entugjanô) es “según (kata) Dios” y “en favor (hyper) de los santos” (es decir, los miembros del pueblo de Dios). El espíritu, don por excelencia de Dios para los tiempos nuevos, nos hace tender en sentido contrario a lo que nos separa de Dios; por el contrario, nos hace tender a la vida, interceder coherentemente con la voluntad de Dios.



Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo     13, 24-43

Resumen: Una serie de elementos, mezclados en su origen (de Marcos, de Q y propios de Mateo) continúan el capítulo de las parábolas. En este caso comenzando y concluyendo con la del trigo y la cizaña y centradas en dos parábolas del reino. Jesús, cuando habla de algo tan importante para él, como es el reino, sólo lo hace en parábolas. Los sencillos pueden comprenderlo.


Comenzando con una nueva parábola – que es propia de Mateo – y culminando con la explicación de la misma, la liturgia sigue presentando el capítulo de las parábolas propio de Mateo. Esta unidad tiene textos que dependen de diversas fuentes, veamos:


Orden de Mateo
Fuente / origen
Parábola de la cizaña y el trigo
Propia de Mateo

(Mateo omite la semilla que crece sola, de Marcos)
Parábola del grano de mostaza
De Marcos y de Q
Parábola de la levadura
De Q
Por qué habla en parábolas 3
De Marcos
Explicación de la parábola de la cizaña
Propia de Mateo


1)     La parábola del trigo y la cizaña (13,24-30)


La parábola pone el acento en el “hombre” señalando que sembró “buena semilla” (cosa que se repite en v.27), pero “un enemigo” siembra cizaña. La característica es que no es fácil distinguir – especialmente en los primeros tiempos – una de otra. Cuando llega el tiempo de los frutos, entonces se puede reconocer el trigo y la cizaña, y por tanto arrancar una para quemarla, y el otro para ponerlo en el granero. La parábola es, entonces, una invitación a imitar la paciencia del “hombre”, a eso se asemeja el reino. Aparentemente el sentido es confrontar la impaciencia “mesiánica” (cf. Is 60,21) para la cual solo habrá justos en medio del pueblo. La parábola señala que todavía no es el tiempo del juicio. Por otra parte, parece una puesta en forma de parábola del dicho de que “el árbol se conoce por sus frutos” (Mt 12,33, texto Q), “por los frutos los conocerán” (exclusivo de Mateo, 7,16).


2)     Parábola del grano de mostaza (13,31-32)


Es interesante notar la diferencia que esta parábola presenta en Marcos y en Q: el acento, en Marcos, está puesto en el contraste entre la “más pequeña” y la “más grande” (Mc 4,31-32). Lucas – como lo hace otras veces – prefiere el texto de Q, donde el acento está puesto en el crecimiento “hasta árbol” (Lc 13,19). Mateo ha escogido ambos acentos y señala el contraste y también el crecimiento “hasta árbol” (v.32). El reino, entonces, se asemeja a un crecimiento importante y que contrasta con un comienzo pequeño.


3)     Parábola de la levadura (13,33)


La parábola de la levadura se encuentra en Q donde pone en paralelo – como lo hace otras veces – el accionar de un varón y el de una mujer. El paralelo es preciso:


          Tomó un hombre … hasta (árbol)

          Tomó una mujer … hasta (fermentar todo)


Como el texto no se encuentra en Marcos, Mateo repite palabra por palabra lo tomado de Q con la excepción de “de los cielos” dicho del Reino, como es su costumbre, y un pequeño prefijo en el verbo “esconder”. El acento es semejante al anterior de Q (la levadura) y está dado por el resultado final del accionar del varón / mujer; en este caso la gran cantidad de harina fermentada, como para hacer una fiesta.


4)     Jesús habla en parábolas (13,34-35)


Marcos y Mateo ya habían señalado (ver el domingo pasado) por qué Jesús habla en parábolas. Allí destaca que “nada les hablaba” (“les”, como ya fue dicho en 13,10) sin parábolas. Seguramente es para destacar que cuando habla acerca del Reino, Jesús solamente habla en parábolas. Y – como es común en Mateo – nuevamente destaca que se cumple lo dicho por el profeta (en este caso un Salmo, 77,2). 


Sal 78,2
Mt 13,35
voy a abrir mi boca en parábolas (masal), a evocar los enigmas (haîdôt) del pasado.
Abriré en parábolas mi boca, publicaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo.


5)     Explicación de la parábola de la cizaña (13,36-43)


Nuevamente al explicar la parábola, Mateo recurre a una alegoría, es decir a una explicación simbólica en la cual cada parte de lo narrado tiene un significado: el sembrador, el campo, la semilla, la cizaña, el enemigo… Cambia un poco en v.40 con “como, pues”, pero el acento está puesto en el fin del mundo. En este caso hay dos grupos en cuestión, los que obran la injusticia y los justos y su referencia es el juicio.

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