jueves, 22 de febrero de 2024

María Magdalena (otra vez)

María Magdalena (otra vez)

Eduardo de la Serna

 


Sobre María Magdalena hemos escrito recién, pero puesto que el Papa Francisco ha decidido que sea celebrada litúrgicamente “como el resto de los apóstoles” (el 22 de julio), retomamos su nombre y a lo allí dicho añadimos algunas cosas centrada en su apostolado

Una mujer fascinante que nos presentan los Evangelios, aunque con frecuencia fuera mal interpretada, es María Magdalena. Hay dos interpretaciones que - como señalamos - no tienen asidero en los textos bíblicos y, sin embargo, son recurrentes: que María fue prostituta y también que fue novia-pareja de Jesús. En ninguna parte de la Biblia hay ningún indicio de la supuesta prostitución de María: se han mezclado en su persona diversas mujeres de la Biblia y una pecadora anónima (Lc 7,36-50) “quedó pegada” a María. Lo mismo ocurrió con la imagen de María como pareja de Jesús. Algunos escritos muy tardíos la propusieron como modelo para contrarrestar la figura de Pedro, especialmente para resaltar la “sabiduría” (mujer, sofía) en una persona. Pero ¿qué nos dice la Biblia de María, de Magdala?

Es muy llamativo que salvando un texto de Lucas (8,1-3), María se encuentre siempre en el contexto de la Pasión – muerte – sepultura y resurrección de Jesús. Y es también llamativo que, salvo en la escena de la cruz en el Evangelio de Juan (19,25), María siempre sea mencionada en primer lugar, lo que es indicio de su importancia. También es cierto que el machismo creciente hizo que una mujer tan importante fuera desapareciendo en algunos relatos; por ejemplo, Lucas no la menciona en las apariciones del Resucitado en Lc 24, aunque sí recibe, con otras mujeres, la aparición angélica que les afirma la resurrección, (24,5.10) y que ellas anuncian a los varones, que no les creen.

Era común que las mujeres frecuentaran las tumbas de sus seres queridos sepultados para lamentarse en los primeros momentos de su desaparición física. En este contexto, ser testigas de una aparición de Jesús sin duda las impulsa al anuncio a los compañeros. Se transforman – todas ellas – en mensajeras. Y, sin duda, María de Magdala fue la principal entre ellas. Es razonable pensar que no les creyeran en un primer momento (Lc 24,11) pero es llamativo que en una época en la cual las mujeres no podían ser tenidas como testigas ante la sociedad hayan sido ellas las primeras en ver a Jesús.

Pero también es muy importante que en una época en la que las mujeres no podían ser discípulas, de ellas se afirme claramente que lo son: dos verbos fundamentales del discipulado: “servir” y “seguir” se dicen de estas mujeres de las que María es la primera (Mc 15,40).

Lo que se afirma, además, es que de ella Jesús “expulsó siete demonios” (Lc 8,2) lo que es indicio de que estaba muy enferma y, seguramente, esto motivó - a consecuencia de eso - que María dejara todo para seguir a Jesús en su viaje a Jerusalén y a su pasión.

Pero un elemento fundamental, que luego fue destacado en algunas tradiciones y recientemente resaltado por el Papa Francisco, es el “envío” (Mc 16,7 / Mt 28,7 / Jn 20,17) de María a “anunciar” (Lc 24,9) a los discípulos que Jesús no está en la tumba, que se hará presente a los suyos. Este “envío” (el verbo griego es “apostellô) ha permitido llamarla “apóstola de los apóstoles”. Si en el ministerio de Jesús, es frecuente encontrar a tres varones junto a él: Pedro, Santiago y Juan es interesante que en los evangelios se mencione a varias mujeres, pero se llame por su nombre a tres; quizás para señalar que en el momento culminante de la cruz, no estaban aquellos discípulos pero sí estaban ellas. Y que, así como de ese grupo de varones, siempre se menciona en primer lugar a Pedro, con todo lo que su nombre significa en las comunidades... del mismo modo entre ellas se menciona a María Magdalena, siempre en primer lugar.

Es cierto que con el paso del tiempo, avanzando el patriarcalismo, se disimula el papel central de María y se refuerza el de Pedro, como ya se ve en Lucas donde el primer beneficiario de apariciones de Jesús es Simón (24,34) desapareciendo las mujeres, lo cual hizo también que en otros textos críticos, aunque más tardíos (del siglo II y III) pusieran a María por encima de Pedro y hasta la presentaran como compañera de Jesús.

Pero lo cierto es que María es presentada como modelo de discípula capaz de “seguir” a Jesús y “servirlo”, de estar cerca de la cruz, cuando todos lo han abandonado, de llorarlo en la tumba y ser luego, testiga del resucitado, ser capaz de anunciar la vida nueva del Señor aunque no sea creída y valorada. Hoy la Iglesia la celebra entre los Apóstoles, ¡más vale tarde que nunca!

 

 Imagen de María Magdalena anunciando a los apóstoles tomada del libro Que sabemos de María Magdalena, de Carmen Bernabé.

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Cualquiera puede comentar y no será eliminado, aunque no este de acuerdo con lo dicho, siempre que sea respetuoso (caso contrario, será borrado). Pero habitualmente no responderé los comentarios, ni unos ni otros, para no transformar este blog en un foro. De todos modos, podrán expresar su opinión.