viernes, 2 de febrero de 2024

¡Qué pandemia! ¡Dios mío!

¡Qué pandemia! ¡Dios mío!

Eduardo de la Serna



No hace mucho, con angustia, miedo, incertidumbre y consecuencias, salimos de una falsa pandemia. Una pandemia que afectó al mundo entero, aunque un grupo de enfermos psiquiátricos logró iluminar a débiles mentales demostrando que el único país del mundo que ficcionó una falsa pandemia, fue la Argentina. Afortunadamente con guillotinas, horcas, antorchas encendidas y bolsas mortuorias, que todas tienen un mismo origen, pudimos ver la luz y salir de ella… salir de la ficción.

Las mascarillas, las vacunas rusas, ¡nada menos que rusas!, el aislamiento y el encierro fueron una gran mentira que se logró desmontar. Eso de andar con tapabocas por la calle era absurdo.

Ahora, al fin nos podemos juntar… ¡Viva la libertad!

  •          Aunque, pensándolo bien, la calle Libertad queda al lado de los Tribunales y no es lejos del Congreso… mejor ¡esa no! Por esas arterias está prohibido andar.
  •          Es tanta la libertad que me dan ganas de llorar, aunque los mismos que nos quisieron hacer creer que el Covid existía, ahora dicen que las lágrimas, son reales, pero son provocadas por unos gases. ¡qué fácil lo dicen! Yo no lo ví… no lo toqué. Es decir, ¡no existe!
  •          Son los que quieren poner palos en la rueda, y quieren convencer a la ingenua sociedad de que los palos los portan los que nos cuidan.
  •          Todos lo sabemos, libertad sí, pero no es libertinaje… cortar las calles es algo atroz, porque no dejan andar libremente las motos que quieren recorrer, filmar y saludar a los visitantes.
  •          La libertad es nuestra panacea… por eso es flexible, como la goma, no rígida como el plomo, cosa que no parecen querer entender pseudo-periodistas que ahora las gomas las tienen puestas, ¡para que entiendan!
  •          Seamos claros, ahora sí tenemos una pandemia… ahora hay exceso de libertad. Y los que no quieren que otros la puedan disfrutar, andan con mascarillas, para no respirarla y contagiarla. ¡Ya van a aprender!

Lo que me dicen los que saben es que se trata de la teoría del derrame. Es decir, ahora la libertad la tienen ellos, y la tienen, y tienen más y más, y un día, tendrán tanta que se derramará sobre los que no tenemos libertad de salir, de trabajar, de comer, de protestar. Ya tendremos libertad… ¡Que viva!


Foto tomada de https://www.pagina12.com.ar/709071-ley-omnibus-las-fotos-de-la-represion-en-las-afueras-del-con

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