miércoles, 8 de enero de 2025

Palabras… y palabrotas

Palabras… y palabrotas

(UNA “BATALLA CULTURAL”)

Eduardo de la Serna




Hablar es pronunciar palabras, las que, encadenadas con otras conforman un discurso. Toda sociedad tiene su idioma; san Pablo dice “si yo desconozco el valor del lenguaje seré un bárbaro para el que me habla; y el que me habla, un bárbaro para mí”. (1Cor 14:11). ¿Serà que los que alientan el individualismo nos proponen que a cada quién cada palabra le signifique lo que ese tal desea? ¡Difícil convivencia o encuentro si es el caso! ¿O será que los que creen que mandan quieren mandar también sobre el lenguaje?

 

1.- La importancia de CONVIVIR.

En la última década del siglo pasado, en el departamento (= provincia) de Antioquia (cuya capital es Medellín), ante la importante presencia de las fuerzas guerrilleras, se conformaron “cooperativas” de vigilancia y seguridad conocidas como “Convivir”, alentadas por el decreto 356 (1994) por el entonces gobernador de Antioquia, Álvaro Uribe Vélez. Llegó a haber, en ese entonces, más de 400 “cooperativas” en Antioquia y 529 en todo el país y un total de 120.000 participantes, con armamento que sólo puede obtener el ejército; “armas de largo alcance, radios de comunicación de avanzada tecnología, carros, motos, sub ametralladoras, ametralladoras, fusiles, revólveres, lanza cohetes, roquets y morteros, lo cual les dio una importante capacidad operativa”. Esto fue, originalmente alentado por los empresarios agrícola ganaderos, y particularmente los del banano, como “Pedro Bonito”. De allí, estas “autodefensas” decidieron unirse (Autodefensas Unidas de Colombia, AUC) conformando un grupo paramilitar que tuvo en el miedo y el terror su principal arma con forma de motosierra. En Colombia, entre 1985 y 2012 se cometieron 1.982 masacres, de ellas 1.166 fueron cometidas por grupos paramilitares, solo por mencionar una de las modalidades más cruentas que ha marcado el horror de la guerra en el país. A modo de ejemplo puede notarse la “Operación Orión” (comenzada la noche del 16 al 17 de octubre de 2002) que trajo como consecuencia la que se considera la mayor fosa común del mundo. La “Masacre del Aro” (22 de octubre de 1997), que incrimina a Álvaro Uribe, y fue conducida – entre otros – por Salvatore Mancuso es probablemente el “bautismo de fuego” de las “CONVIVIR”.

Décadas hubieron de pasar para que se dieran algunos pasos en pro de una verdadera CONVIVENCIA de los colombianos a partir de los Acuerdos de Paz (con todas las dificultades y vericuetos que estos tienen).

 

2.- La urgencia de la JUSTICIA y la PAZ.

La situación de injusticia milenaria contra los indígenas de México, y su “naturalización” con el auge del neoliberalismo llevó – como es sabido – al surgimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (fue especialmente conocido a partir de la presencia del sub-comandante Marcos). Esto llevó a una situación de conflicto con el gobierno que, no muy creativamente, alentó los grupos paramilitares para combatirlos. Pero, es asimismo, interesante que entre los indígenas tzotziles hubo quienes, aunque coincidían con muchos criterios y propuestas del EZLN no estaban de acuerdo con el uso de las armas. Así surgió la organización pacifista conocida como “Las Abejas”. Pero el paramilitarismo parece no tener siquiera la capacidad de distinguir o, como es conocido, sabiendo que de las víctimas de la injusticia se nutren muchos grupos revolucionarios, lo ideal – para ellos – no es combatir la injusticia, sino “secar el rio”. Así fue sintomático el proceder del grupo paramilitar llamado “Paz y Justicia” que el 22 de diciembre de 1997 irrumpió en una precaria capillita en Acteal masacrando a las 45 personas que allí estaban reunidas, particularmente niños, ancianos y mujeres (varias de ellas embarazadas).

“Curiosamente” – es decir, como parte de un mismo plan organizado y debidamente orquestado en “otra” fuente, más al Norte – el batallón “Atlacatl” (que significa “persona de agua”) masacró – entre otros – a mil campesinos, muchos de ellos niños y mujeres en El Mozote, El Salvador (entre el 9 y el 12 de diciembre de 1981) procurando “secar el río” ante la posibilidad de que campesinos se incorporaran al Farabundo Martí para la Liberación Nacional. No está de más señalar, además que el Atlacatl es el responsable del asesinato de los 6 jesuitas y dos mujeres en la Universidad Centroamericana el 16 de noviembre de 1986.

La justicia y la paz en México (con otros casos como los de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos el 26 de septiembre de 2014) siguen esperando.

 

3.- Lo indispensable de la LIBERTAD

Las reiteradas dictaduras militares en la Argentina, cada una más intensamente grave que la anterior condujeron a la fiesta compartida por todos (o casi todos) de la celebración de la democracia recuperada. Fue la sensación de poder “respirar” juntos, un mismo aire llamado Libertad. Pero otros aires enrarecidos llevaron – quizás razonablemente en su sentido – a la experiencia de malestares. Así surgió el reclamo de la libertad, expresada como libre de morirse de hambre, libre de vender órganos o hijos, libres de ser esclavos (sic)… Los poderosos de la patria se experimentaron más libres que casi nunca de echar trabajadores, de bajar salarios, de no pagar impuestos o fugar divisas, mientras los cada vez más pobres se supieron libres de trabajar por “dos chirolas”, de no ir a los centros de salud, de educación, o libres de hacer lo que quisieran siempre que no molestaran a los poderosos con cosas “terroristas” (sic) como huelgas o piquetes, o simplemente protestas, porque un grupo de trolls, o hasta funcionarios son libres de insultarte, maltratarte, detenerte, o, eventualmente, eliminarte con la libertad de un gatillo fácil. Mientras un exaltado grita “viva mi libertad, ¡carajo!” y se nos presenta una inverosímil libertad sin “otros”, siendo que la libertad es un acontecimiento “social”, comunitario, festivo… Y nos invitan a volver a tiempos dictatoriales, cerrando centros de la memoria, retrocediendo a economías preindustriales, represiones y ejércitos, miedos y “algo habrán hecho” o “por algo será”.

La libertad – que es “parienta” de la in-dependencia – está esperando “que lleguen mejores días”.

 

Es curioso que siempre una misma tendencia ideológica manipula y deforma palabras santas y las destrata en palabrotas, aprovechando malestares reales y poderes fácticos. Ciertamente eso no atenta contra el verdadero sentido de las palabras, pero nos invita a estar verdaderamente atentos a quiénes las pronuncian porque vacías de sentido creemos decir lo mismo cuando, en realidad, “tal vez hablamos lenguas diferentes”. Sin duda alguna para que exista encuentro, diálogo, comunicación es imprescindible entenderse (y no “creer que nos entendemos”, que es algo muy distinto), y para entenderse las palabras son indispensables. Si nos manipulan las palabras no podremos convivir, no habrá justicia ni paz, no habrá verdadera libertad… simplemente seremos subordinados a los que manejan los sentidos de las palabras y de nuestras vidas.


Imagen tomada de https://drive.google.com/drive/folders/16sevpUnTh6avZEDsqzyeKtRAuCeDOqmX?usp=sharing

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