Un – otro más – aporte de la Biblia al presente
Yo no creo que la Biblia nos diga lo que
“debemos” hacer como si fuera un “manual de instrucciones” existenciales, ni
que sea un vademécum de los pasos a dar si se pretende “ir al cielo”. Creo que
la Biblia, pedagógicamente, nos va revelando a Dios, nos invita a conocerlo, y
– por lo tanto – a amarlo. Pero nadie, creyente o no, negaría que en la Biblia
hay “mucha vida”, “de la buena y de la mala”, y – por lo tanto – mucha
sabiduría.
La sabiduría se expresa en consejos, por
ejemplo, en historias, en experiencia... Pues bien, hay un texto que quisiera
recordar en estos momentos: por sabio, por vital…
Resulta (y acá no importa “la historia”, sino
lo que nos dice para la vida) que muerto el rey Salomón, su hijo es coronado
rey en el sur y luego debe dirigirse al norte para revalidar el título, pero el
norte había tenido mala experiencia con el rey muerto, por lo que le piden que
sea más benévolo con ellos… Roboam – de él se trata – pide tiempo para dejarse
asesorar. En este tiempo, los ancianos le dicen:
Si hoy te
comportas como servidor de este pueblo, poniéndote a su servicio, y le
respondes con buenas palabras, serán servidores tuyos de por vida. (1 Re
12,7)
Pero él prefirió consultar a los
jóvenes quienes le dijeron:
–O sea, que
esa gente te ha dicho: Tu padre nos impuso un yugo pesado; tú alívianos esa
carga. Diles esto: Mi dedo meñique es más grueso que la cintura de mi padre. Si
mi padre los cargó con un yugo pesado, yo les aumentaré la carga; si mi padre
los castigó con azotes, yo los castigaré con latigazos. (12,10-11)
El texto culmina la escena
diciendo que el rey “no hizo caso al pueblo” (12,15.16) y entonces el
pueblo no lo reconoció como rey y, desde entonces, se fracturaron en dos
naciones distintas para siempre. El norte eligió como rey a Jeroboam y “se
fue a sus tiendas”.
La clave, evidentemente, radica
en a quién escucha el rey cuando recibe consejo. Los ancianos, en el mundo
antiguo, por ejemplo, pero también en muchos otros mundos, son expresión de la
experiencia vivida y, por lo tanto, de la sabiduría. Son los que han vivido y,
por lo tanto, conocen los mejores caminos y los caminos de perdición. Los
jóvenes, por contraste, son los inexpertos. Ciertamente son más vitales, más
fuertes, pero no más sabios, evidentemente. Roboam pudo experimentarlo. En este
sentido debe entenderse el consejo: “jóvenes sean sumisos de los ancianos”
(1 Pedro 5,5). Y así debe entenderse el caso de un joven (Daniel) sabio ante
ancianos corruptos, a quien le afirman: “Dios te ha dado la madurez de un
anciano". (Dn 13,50)
¿Hace falta sacar conclusiones al
mirar nuestra actualidad, y mirar las fotos del poder? De soberbia de la
inexperiencia se trata; se saber que más tarde o más temprano esta aparecerá
con toda su ineptitud. Y aparece. De ser sabios se trata, de escuchar a quienes
han vivido. ¡Chau, Roboam!
Imagen tomada de https://www.youtube.com/watch?v=lwAhidXHhA0
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