jueves, 25 de septiembre de 2025

Henoc, uno misterioso

Henoc, uno misterioso

Eduardo de la Serna


En las primeras páginas de la Biblia encontramos un extraño personaje llamado Henoc. Lo encontramos en dos listas distintas en Génesis 4 y en Génesis 5. Seguramente los autores tomaron fuentes diferentes, pero no dejaron de mencionarlo porque resultaba significativo. En la primera lista, figura como hijo de Caín, y es el nombre que este le da a la ciudad que estaba construyendo en homenaje a su primogénito (4,17). En la segunda se hacen menciones a genealogías con edades insólitas (rondan los 900 años cada uno) y Henoc, hijo de Yéred, y padre del famoso Matusalén, vive “solamente” 365 años (número evidentemente simbólico – y de plenitud – ya que representa un año en el calendario solar; 5,21-23).

Veamos brevemente: en la primera lista, se van mencionando los surgimientos de los principales aspectos culturales: Abel es pastor y Caín labrador (4,2), Yabal es el “padre” de los que viven en tiendas y crían ganado (4,20), Yubal de los músicos (4,21), Túbal Caín de los herreros (4,22) … es decir, más allá de los nombres, lo que importa en un primer momento es en surgimiento de la cultura y la civilización. Así se entiende que Caín-Henoc sea el primer constructor de ciudades. La segunda genealogía, en cambio, pretende ser continuada y presenta un esquema bastante fácil de ver: «Fulano tenía X años cuando engendró a Mengano. Vivió Y años y engendró hijos e hijas. El total de los años de Fulano fue de Z años y murió…». En este caso no interesa lo cultural sino lo genealógico para establecer una larga lista (de largos años) entre Adán y Noé. Luego de Noé, el diluvio y el nuevo asentamiento, el texto bíblico presentará una nueva genealogía (11,10-26) aunque ahora – porque la maldad va creciendo – los promedios de vida van de 400 años en descenso; Téraj, el papá de Abram, no llega a los 150 años [es importante insistir que la Biblia no nos está diciendo que esto haya sido de esta manera, sino que a medida que aumenta el pecado en la humanidad, la vida va disminuyendo; el Salmo 90,10 va a decir que se llega a vivir 70 años, y 80 si uno es muy robusto]).

Sin duda algo importante va a destacar este autor en Henoc al señalar que “solo” vive 365 años, como decimos un número de plenitud (como también Lamec, que vivirá 777, por la importancia bíblica del número 7, [5,31]). El nombre pasa, luego, a ser habitual y hay varios que lo llevan en la Biblia. Significa “dedicado” (hay una gran fiesta judía “hanukka”, que es de la “dedicación).

Lo simbólico de este personaje se refuerza con dos elementos: dos veces dice el texto que Henoc “anduvo con Dios” (5,22.24), algo que se dirá también de Noé (6,9), y algo que se espera de una persona o un pueblo fiel (Abraham, Gen 17,1 y todo Israel, Dt 13,5). Por tanto, esto se destaca de Henoc (y luego de Noe, motivo por el cual no perece con el diluvio, ya que es “el varón más justo y cabal de su tiempo”). De hecho, de este gran personaje, además, no se dice que “murió”, como se afirma de todos los demás, sino que “desapareció, porque Dios se lo llevó” (como se dirá también de Elías, 2 Re 2,11). Por eso en el judaísmo, con el tiempo, fue visto o imaginado como que “no hubo en la tierra nadie como Henoc” (Sir 49,14) y por eso es “ejemplo de conversión para todas las generaciones” (Sir 44,16); y la carta a los Hebreos dirá que “no vio la muerte porque Dios lo trasladó” (Heb 11,5).

Sin duda los autores no quieren decir que Henoc no haya muerto, sino que su vida es ejemplar. Tanto lo fue (sin que sepamos a qué se refieren explícitamente) que en tiempos de Jesús hay grupos que constantemente se refieren a él, e incluso hay muchos escritos en su nombre, cercanos a la literatura de los apocalipsis. El autor de la carta de Judas cita uno de ellos, por ejemplo (Jds 14-15).

No sabemos casi nada de este personaje, pero sabemos que fue fiel a Dios y eso repercutió en una vida plena, una vida que la memoria del pueblo lo mantiene vivo. Anduvo con Dios, ¿andaremos?


Imagen tomada de https://elsantodeldia.wordpress.com/2014/10/10/san-enoc-patriarca-del-antiguo-testamento/

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